RAVEN – All Hell’s Breaking Loose (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Es bien sabido y de público conocimiento que los mega famosos y exitosos Iron Maiden siempre han eclipsado al resto de las agrupaciones cogeneraciones y coterráneas arraigadas bajo el manto del ambivalente término conocido como ‘Nueva Ola de Heavy Metal Británico’ (NWOBHM), y si bien Motörhead le supo ser esquivo al encasillamiento de dicho subgénero debido a su propuesta más hardrockera, y los Def Leppard abogarían por una estilización mucho más glamorosa durante los años ochenta, pocas bandas además de Saxon tuvieron una integra y destacada carrera a lo largo de los años: Tygers of Pan Tang, Diamond Head, Girlschool, Angel Witch, Grim Reaper, Samson, Sweet Savage, y (la banda que nos interpela en esta ocasión) Raven, son algunos renombrados ejemplos.

Han pasado casi cincuenta años desde que los hermanos Mark y John Gallagher unieron fuerzas para formar Raven, los pioneros del Metal de Newcastle, Inglaterra. Al firmar con el ahora legendario sello discográfico ‘Neat Records’ en 1980, la banda consolidó sus nombres en la historia del movimiento NWOBHM con su álbum debut ‘Rock Until You Drop’ y una sucesión de otros discos de calidad durante los años ochenta, incluidos ‘Wiped Out’, ‘All For One’ y ‘The Pack is Back’.

A diferencia de muchos de sus contemporáneos, e incluso a pesar de una pausa forzosa de cuatro años debido a una lesión del guitarrista Mark Gallagher, Raven nunca desapareció por completo de la escena. Incluso cuando las tendencias musicales inevitablemente cambiaron de dirección en los años noventa y dos mil, eso no detuvo a la banda que para entonces ya había logrado influir en Metallica y en la mitad de la escena Thrash de la Bay Area. Este 30 de junio, el trío ingles lanza su décimo quinto álbum de estudio «All Hell’s Breaking Loose» bajo el sello discográfico ‘Silver Lining Music’ y promete ser un alboroto de Heavy Metal como el que no se ha apreciado en años.

El álbum comienza con ‘Medieval’, una pista que comienza con una vorágine de guitarras y se extiende a ambos lados de la línea entre el Thrash y el Metal, personificando cómo suena el Heavy Metal británico de los años ochenta. Después de una introducción lenta y malhumorada, el baterista Mike Heller (Malignancy, ex Fear Factory) desata todo tipo de infiernos, y cobra vida una serie riffs de energías simples pero serios, mientras que el líder John Gallagher estirando sus cuerdas vocales de sesenta y cuatro años al máximo, da rienda suelta a sus clásicos cánticos punzantes. Un comienzo extremo y apabullante.

‘Surf The Tsunami’ subraya lo antes mencionado, ofreciendo más de la misma excelencia, mostrando el dominio de Raven en su oficio. Una insana introducción de batería al estilo ‘Painkiller’ de Heller conduce a un riff más complicado basado en pull-offs. La canción entra en otra porción fantástica del Heavy Metal característico de la New Wave y el sonido Speed Metal tradicional. El solo es corto, pero punzante y atinadamente ejecutado, acompasando la exaltación de la canción de soberbia manera.

‘Turn Of The Screw’ es el siguiente tema en el álbum; un golpe instantáneo con la cabeza hacia abajo que presenta algunos riffs frenéticos y exhibe el impresionante rango vocal de John Gallagher, un solo de guitarra particularmente perverso e incluso una breve bajada de bajo con efecto Wah-wah que emite cierta reminiscencia al talento de los héroes caídos Lemmy Kilmister y Cliff Burton. La sección rítmica comandada por el baterista es perfecta, denotando una excelente incorporación a los parches.

La canción que da nombre al álbum lo dice todo, Gallagher se divierte con su voz mientras su hermano menor proporciona una acción vigorosa. Fácilmente uno de los cortes más destacados del disco. ‘All Hell’s Breaking Loose’ lleva a flor de piel el espíritu de bandas como Wolfsbane (que también tuvo un EP con un título similar) y hace referencias a los aislamientos masivos por la pandemia, pero agrega un efervescente “I’m Free!” que denota una sensación esperanzadora para sus oyentes. La pista en cuestión mantiene los altos estándares sonoros de sus predecesoras, no quebrantando jamás el nivel del disco.

‘The Far Side’ comienza con un solo de Mark, mostrando su clase y habilidad técnica. Es New Wave of British Heavy Metal por antonomasia con un coro galopante y asesino. Hasta ahora es la canción con más melodías del álbum, pero no por ello escatima en la estridencia o dinámica de su composición. Un himno hecho para el directo, con unas pinceladas brillantes por parte del hombre encargado de los bajos.

El optimista ‘Desperate Measures’ ofrece un verdadero coro de puños en el aire, aunque mantiene la constancia del resto del álbum. Éste exhibe una de las baterías más pesadas del catálogo, usufructuando el uso de doble bombo durante casi toda su reproducción. El solo a cargo de Mark es equitativamente alineado a la canción, con claras aristas Thrash en su ejecución.

La magnitud y el entusiasmo en «All Hell’s Breaking Loose» no se detiene ni aminora su marcha jamás, y la atronadora potencia de ‘Victory’s Call’ da cuenta de ello. Ésta representa el sonido del Power Metal del norte de Inglaterra, grandioso pero descarnado. Un directo y contundente disparo al pecho.

La furia de conducción de ‘Edge Of A Nightmare’ logra robarles descaradamente a ellos mismos y a sus colegas del movimiento, Blitzkrieg, cierta dosis de elementos Speed, mientras Gallagher intenta forzar su voz tan alta que solo los perros pueden escucharlos. Ésta se remonta a la crudeza de los primeros álbumes de Iron Maiden, evocando una sensación de nostalgia, además de agregar una crudeza que los de West Ham simplemente no querrían en estos días. Una de las mejores pistas del álbum.

Para este punto, la placa evidencia una homogeneidad clara a lo largo y ancho de su haber. ‘Invasion’ insinúa sutilmente la violencia, agregando un toque de agresión al álbum. Es solo buen Metal clásico a la antigua. Los estribos son una clara declaración de hecho, y retrotrae a algunas eminencias del clásico Heavy Metal de los años ochenta, para aumentar su dinámica e intensidad en su segunda mitad. Los juegos de guitarras gemelas son puro placer a los oídos de los nostálgicos del viejo Judas Priest.

Mientras que el sencillo encargado de cerrar el trabajo discográfico, ‘Go For The Gold’, es una declaración de misión renovada, decidida y furiosa de los autoproclamados creadores de Athletic Metal. Un cierre fantástico, acertado y genial, para un álbum igualmente soberbio. Las baterías de Heller son, evidentemente, uno de los puntos más altos del nuevo producto lanzado por Raven. Musicalmente, demuestra el nivel instrumental del trío de Newcastle.

Miembros de la banda:

• John Gallagher – Voz y bajo. 
• Mark Gallagher – Guitarra.
• Mike Heller – Batería.