ACE FREHLEY – 10,000 Volts (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Sin duda alguna, Ace Frehley ha dejado su sello en la música rock durante las últimas cinco décadas. Ahora, en un mundo donde Kiss sólo existirá como avatares, su diseño de maquillaje Spaceman, inmediatamente identificable, perdurará durante las generaciones venideras, al igual que su influencia en los guitarristas de rock durante el último medio siglo y más allá.

El primer lanzamiento solista de Frehley en el nuevo milenio fue «Anomaly» (2009), que podríamos considerar como el mejor esfuerzo después de su definitiva salida de Kiss. Sus álbumes de versiones «Origins» (volúmenes 1 y 2) han sido entretenidos de escuchar, mientras que «Space Invader» (2014) y «Spaceman» (2018) fueron esfuerzos sólidos aunque pecaron de inconsistencia; escuchas agradables pero no indispensables.

Han pasado seis años desde su último álbum de material original, y la espera generó expectativas para ver cómo se encuentra Ace. Con la cantidad de golpes bajos que se lanzan entre sí, Simmons/Stanley ciertamente han tenido problemas con Frehley y viceversa. ¿Podría esto generar un contenido lírico realmente interesante? Al mirar la lista de canciones, pareciera que no, pero generan mucha expectativa y ganas de escuchar qué magia han capturado Ace, su banda y el productor Steve Brown.

Este 16 de febrero se lanza mundialmente, a través de MNRK Music, «10,000 Volts»: el sexto álbum solista de Ace Frehley en quince años, y el cuarto de material propio y original, convirtiéndose, ¿por qué no?, en una bofetada de propuestas compositivas frescas y clásicas hacia sus antiguos (¿y retirados?) compañeros de Queens, Nueva York.

‘10,000 Volts’, la canción principal y el primer sencillo, tiene un riff grande y poderoso que te absorbe. El estribillo se mantiene álgido durante todo momento. Hay algunos pequeños ritmos realmente geniales que se encuentran en esta canción. La batería de Scot Coogan es excepcional, aparte de la naturaleza impulsora de esta canción, hay algunas cosas sutiles que suceden en el arreglo. El solo de Frehley es una combinación de varios guiños a sus solos más memorables. Gran comienzo del álbum.

‘Walking On the Moon’, el segundo sencillo en lanzarse, mantiene el mismo impulso inicial. Esta canción tiene una arrogancia que mantiene la reconocible estampa del autor en su ejecución, y nos retrotrae directamente a su álbum de 1978. El solo parece dividirse en dos partes, la primera mitad es súper melódica, mientras que la segunda mitad es la firma pura de Ace. Ésta es una pieza altamente envolvente y muy atmosférica, de hecho, puedes imaginarte a ti mismo caminando sobre la luna mientras te dejas llevar por los fraseos de la misma.

El enorme riff inicial de ‘Cosmic Heart’ nos hace ilusionar ante lo que nos espera aquí. El primer verso aquí nos pierde, pero luego nos recupera para el estribillo y el regreso del riff inicial. Más allá de todo, el solo está perfectamente colocado y ejecutado. Si tuviera que poner esta canción dentro de un álbum de Kiss, esta encajaría muy bien en «Music from The Elder». Luego de varias escuchas, la sensación es de pesadez, elegancia y frescura. Claramente, uno de los puntos altos de todo el álbum, y así no se entiende como no fue corte de difusión del mismo.

La cuarta pista de la nueva placa es ‘Cherry Medicine’. El estribillo de esta canción es tremendamente ganchero y pegadizo. Pero, honestamente, lo más reprochable aquí es la propia voz de Ace; tal vez si solo se limitaba a cantar el estribillo o hacer versos compartidos hubiese funcionado mejor. Algunas escuchas reiteradas y mejora, pero las voces en los versos, ya sea por el uso desmedido del auto tuning, simplemente no atrapan. Eso sí, es el tema más comercial del álbum, con un claro guiño al clásico de 1977 ‘Shock Me’, pero sí con una clara inclinación radio friendly.

‘Back Into My Arms Again’, desde las notas iniciales, tiene una sensación clara de déjà vu; siento como si hubiera escuchado el riff en algún lugar antes. Esas notas y melodías iniciales son muy cercanas a ‘Fox on The Run’ de The Sweet y cuando llegas al estribillo, la melodía te permite cantar “Fox on The Run” sobre el mismo. Y es que el timbre de Brian Connoly siempre tuvo muchas semejanzas con el de Frehley. Sin ver los créditos de escritura del álbum, esta pista tiene el sello de Steve Brown por todas partes, por el sentido de balada que conlleva. Aunque incluso el solo tiene esta estructura melódica que fusiona el estilo de Ace a la perfección.

‘Fightin’ For Life’ es uno de los claros puntos álgidos de todo el álbum (quizás, la mejor canción de todo el álbum). Posiblemente uno de los nuevos clásicos de Frehley tras su segunda estadía por la agrupación “enmascarada”. Es una de las pistas que más se ansía en escucharse en vivo y esperemos que se agregue al nuevo set de gira. Pesado, moderno y audaz, dicho de esta manera, casi arruina todo lo que Kiss ha hecho desde el álbum «Revenge». Sería fabuloso que Ace lanzase todo un álbum de esta gama y esencia. Formidable ejecución instrumental.

Cuando dejas pasar el comienzo acapella y comienzas a apreciar solo ese riff, la canción te atrae de manera diferente. El verso de ‘Blinded’ es increíble, el puente es algo vago e indebido, pero el estribillo es simplemente espectacular. La canción sobrepasa sin denotar el gancho del estribillo hasta que el mismo simplemente explota. El solo es uno de los mejores y más excéntricos de toda la obra en cuestión. Líricamente, peca de ser muy juvenil y simplista.

Musicalmente ‘Constantly Cute’ comprende una sección muy divertida y directa, aunque lírica y vocalmente es algo perezosa y poco significante. Es digno de elogio el hecho de que Ace esté intentando algo nuevo aquí, pero esta no es una canción típica de Frehley. Ésta necesita de varios intentos para lograr apreciarla lo necesario. Esto se siente algo indebido y demasiado minimalista, probablemente, uno de los puntos débiles de «10,000 volts». Una dosis demasiada edulcorada para lo que el Spaceman puede ofrecer.

‘Life Of a Stranger’ es una canción de medio tiempo, de mal humor, con posiblemente uno de los mejores estribillos del álbum. La estructura de esta canción, bluesera y de media velocidad, realmente le da poder y vida. Siendo un cover, también se presenta a sí misma como una de las pistas destacadas. Construye en sí y realmente cuenta una historia sin relleno. El piano en esta canción simplemente agrega una profundidad nunca antes alcanzada en este álbum. El solo final es pura clase Ace.

‘Up In the Sky’ con su conteo de la vieja escuela y sus rasgueos en la seis cuerdas nos recuerda instantáneamente al álbum solista de Kiss/Ace de 1978 en cuanto a vibra y sensación, canaliza algo de lo añejo sin dejar de sonar nuevo y vanguardista. El pre estribillo simplemente atrapa porque el riff es pura magia y destello de talento. Esto es lo que Ace hace mejor y encajaría perfectamente junto a ‘Hard Times’ de «Dynasty» de Kiss en una lista de canciones. El solo de guitarra es preciso y armonioso a la vez, denotando la clara visión que aún posee el compositor.

La pista de cierre es ‘Stratosphere; un instrumental que sigue el ejemplo de las pistas de cierre antes de que, lamentablemente, nos lleve 1 minuto y 40 segundos llegar al punto donde estas pistas instrumentales se destacan; puro Ace en solitario. A través de la naturaleza exuberante de esta canción hay toques del sonido y licks característicos de Ace de los setenta. Una de las ofertas más fuertes y diversas de los instrumentales de cierre de un álbum del septuagenario artista.

Miembros de la banda:

• Ace Frehley – Voz, guitarras y bajos.
• Steve Brown – Guitarras, bajos y percusión.
• David Julian – Guitarras, teclados y percusión.
• PJ Farley – Bajo.
• Chris Lester – Bajo.
• Anton Fig – Batería.
• Jordan Cannata – Batería.
• Joey Cassata – Batería.
• Matt Starr – Batería
• Eric Ragno – Órgano y mellotrón.
• Alex Salzman – Percusión adicional.