Anexo 2021: 10 discos buenísimos que pasé por alto

El trío proveniente de Suiza cierra el año de la mejor manera con “Redemption”, su segundo trabajo de estudio. Tras el traspié que significó el alejamiento de la icónica vocalista Melissa Bonny (Ad Infinitum), la reestructura de la banda trajo a sus filas a la cantante Martyna Halas, quien se encarga de cumplir sus labores con creces, alternando entre voces limpias y guturales de gran manera. El disco es una bocanada de aire fresco para lo que es el Modern Metal groovero y con secciones extremas, trayendo influencia tanto de la electrónica como del Death Metal Melódico, proporcionando un balance muy agradable entre varios géneros y corrientes. Un puñetazo a la mandíbula que llegó en el último mes de 2021 y se merecía una mención en la lista global.

Review Completo por Alessandro Power

Banda italiana con 30 años en la escena del Prog/Power, y es de esas que recién descubro pero es indudable su calidad, obligando a parar la oreja y repasar su catálogo. “Eos” es su disco de estudio número 12 y continúa por ese sendero de Power bien melódico de corte Progresivo con muchos solos de guitarra geniales, melodías memorables, grandes líneas vocales y un sentimiento de poder y grandeza genuino. Si eres fan de bandas de la vieja escuela del Prog/Power italiano como Vision Divine, Secret Sphere y Labyrinth, esta es una adición a tu playlist que querrás incorporar.

Este es uno de esos discos que descubrí tarde en el año (aunque para mi defensa, salió en Noviembre) y me cautivó cada vez más con cada escucha. La banda suiza tiene apenas cinco años de actividad y ya va por su tercer disco con “Devoured by the Oak”, donde encontraremos un Folk Metal bastante extremo con rasgos de Black Metal que no pierde la epicidad y el sentimiento atmosférico de recorrer un bosque ancestral y batallar demonios mientras escuchamos historias fantásticas y conectamos con la naturaleza. Temas largos y desarrollos extensos que nos pasean por varios climas, una producción que podría mejorar pero que por el momento la aceptamos, y composiciones que se tornan ambiciosas y transmiten grandes emociones.

¡Qué tarea titánica e histórica acaban de mandarse los monstruos finlandeses! Para quienes no saben, Lordi lanzó a fin de año la irrisoria cantidad de ¡7 álbumes de estudio nuevos!, al mismo tiempo (aunque con ciertos desfazajes en plataformas digitales). Esto hace un total de 78 canciones y casi 5 horas de música, algo totalmente enfermo y más si tenemos en cuenta los estándares de hoy. La gracia es que su disco anterior “Killection” (2020) representaba un compilado ficticio, como si Lordi hubiese existido en distintas épocas. Con “Lordiversity” hacen realidad ese back-catalog, donde cada disco representa un estilo y una época distinta. Así tenemos desde Hard Rock y AOR, Rock Progresivo, Disco, Heavy Metal y hasta Thrash Metal, imaginándonos como hubiera sido si Lordi existiera desde 1975 hasta 1995. Arriesgadísimo movimiento y escuchar todo de un tirón puede resultar agotador, pero sorprendentemente encontramos varias canciones destacables en todo el combo, aplaudiendo de pie a la banda por apostar en grande en un movimiento que no he presenciado nunca en la historia de la música.

Si bien el cuarto disco de los legendarios Cynic tuvo una pequeña aparición como mención honorífica dentro de nuestros elegidos de Noviembre, la realidad es que no lo había digerido lo suficiente como para considerarlo dentro de lo mejor. Cerrando el año y el anexo, no podía dejar de incluír esta nueva joyita del Metal Progresivo, y un disco que tiene un valor histórico y emocional por donde se lo mire. “Ascension Codes” representa el primer disco de Cynic sin el difunto bajista Sean Malone, fallecido en 2020, y funciona también como despedida del querido artista. El eterno Paul Masvidal al frente de las guitarras y vocales hace un trabajo soberbio, y las canciones transitan terrenos de introspección, virtuosismo y momentos elevadores de mente y alma. Un gran acierto.

¡Cerebro explotado! La cantidad de información que se maneja durante los 70 minutos que dura el segundo álbum de los canadienses First Fragment es inmanejable. Tanto que se necesitan muchas y muchas escuchadas para llegar a darnos cuenta de la magnitud de esta obra. El Death Metal Técnico y Progresivo ha estado en voga en los últimos años y luego de un 2021 impecable para el género (que incluyó obras increíbles de Obscura, Fractal Universe, Archspire y Rivers of Nihil), First Fragment llega con otro disco superlativo que los pone a la par de las bandas más calientes del género. Virtuosismo, podredumbre, momentos atmosféricos y acústicos, vueltas de tuerca inesperadas y mucho sentimiento. Todo está presente en un disco sin desperdicio que nos perdimos en su momento pero reivindicamos desde este espacio. A darle, que siempre estarás a tiempo.

La reconocida y longeva banda uruguaya da un giro artístico bastante prominente para su tercer disco de estudio “III”, mutando considerablemente del Progressive Death Metal técnico de sus trabajos anteriores a un Groove Metal con tintes thrasheros y extremos (que me recuerda en muchos momentos a Machine Head), sin dejar de lado las proezas técnicas por los que fueron conocidos, pero priorizando melodías, formato canción y estribillos memorables. Las voces limpias toman protagonismo y los momentos extremos de voces podridas son breves y contados (hasta se animan a una emotiva balada acústica). Un experimento arriesgado pero que funciona muy bien y nos deja expectantes por los siguientes movimientos de una banda en constante evolución. Ahora, ¿todavía hay bandas que editan discos a fin de año? Eso no se hace.

En una fecha tan arriesgada como innecesaria, las eminencias del Gothic alemán Lacrimosa han lanzado su disco número 14 de estudio, “Leidenschaft”. En él vamos a encontrar todos los ingredientes que hicieron de la banda uno de los mayores exponentes de la movida Gothic/Symphonic Metal: melancolía a flor de piel, sentimiento genuino pasional y emotivo y atmósferas llenas de oscuridad y belleza dramática. Tilo Wolff mantiene a flote su mítica criatura con un álbum que no se convertirá en nada memorable, pero nos hace cerrar el año de una manera sentida y amena, recorriendo lo más profundo de nuestro ser.

Review Completo por Lestat von Mondlicht

A menudo me encuentro mencionando bandas que existen hace mucho tiempo pero que sólo recientemente captaron mi atención por diferentes motivos. Volbeat es una de ellas, y después de esquivarlos durante muchos años, decidí darles una oportunidad justo a fines de 2021, coincidiendo con la edición de su octavo disco “Servant of the Mind”. Wow! Mind blown. Amé la explosiva combinación de Hard Rock y Metal tradicional y alternativo con géneros como el Surf Rock y el Rockabilly, dotando de una adrenalina increíble las composiciones que hace que cada canción se sienta como una nueva aventura. Referencias que van desde míticos exponentes como Black Sabbath (en su era Dio) y Metallica hasta cosas más modernas como Avenged Sevenfold o Halestorm. Un disco muy entretenido, ganchero y lleno de onda, para darle play una y otra vez y desenchufar un poco.

El extraño e interesantísimo proyecto del señor Nergal (Behemoth) donde da rienda suelta a sus placeres ocultos del Country, el Folk y el Blues nos dio durante 2021 la segunda parte de su álbum “New Man, New Songs, Same Shit” que había salido en 2020. Aquí se rodea de amigos y colegas (muchos provenientes de la escena del Metal Extremo) y los anima a participar en canciones que antes serían impensadas para ellos. Así tenemos al mismísimo Abbath poniéndole la cuota dramática al Blues (y canalizando su Lemmy interior), al Papa Emeritus (o Tobias Forge, como quieran llamarlo) de Ghost haciendo un rockabilly siniestro, el mastermind detrás de Ulver, Kristoffer Rygg, en tremenda balada de country, y otros invitados de altura como Randy Blythe (Lamb of God), Alissa White-Gluz (Arch Enemy) y Devin Townsend, jugando en este sandbox musical donde las ideas fluyen y la zona de comfort se rompe varias veces.