SKELETOON 🇮🇹 – The 1.21 Gigawatts Club (Album Review)
Por Michael Prado
No es ajeno al metal tocar la temática de grandes obras cinematográficas. ¡Vamos, si uno de los más emblemáticos himnos en la historia de este género (por culpa del cual también se echó encima para siempre la cruz y estigma de ser considerado “satánico”), como lo es “The Number Of The Beast” de Iron Maiden, está inspirado en cierta forma por la película “Damien: Omen II” (conocida en este lado del mundo como “La Profecía II”)!
Pues bien, para esta ocasión tuvimos la fortuna de que nos llegó de manera anticipada la dicha de darle sus buenas repasadas auditivas a lo que será la quinta producción discográfica de una de las bandas consideradas por varios de los miembros en el staff de esta página como una de las de crecimiento y avance más prometedores en cuanto a calidad, performance y nivel de grandilocuencia en sus canciones dentro del Power Metal, la cual resulta ser Skeletoon.
Estos chicos provenientes de Italia, siempre referenciada por ser una nación de la cual surgen bandas de un calibre muy pomposo en cuanto a su propuesta, en su caso específico debemos hacer la salvedad de que ellos buscan hacer una propuesta más a su manera, sin buscar ser tan influenciados por el paradigma que inició Luca Turilli al respecto de lo que deben ser las bandas surgidas de “la tierra de la pizza” (con todo y que ya han tenido como invitados en su anterior álbum “Nemesis” (2020) a elementos que han estado o bien con el gran guitarrista, o bien siendo parte de su anterior grupo, como lo son los casos de Alessandro Conti -que formó parte del recordado Luca Turilli’s Rhapsody– y Giacomo Volli -actual vocalista de Rhapsody Of Fire-), sino buscando inclusive sonar más “modernos” pero de una manera positiva (tranquilos, los que piensan/temen que sería algo similar a Amaranthe o alguna propuesta similar), que no se distancia mucho de lo que debe ser un Power Metal cimentado en la herencia de los eternos Helloween. Es más bien algo que algunos le han dado el nombre de «Euro Power Metal», que no es más que una propuesta de Power Metal más melodiosa de lo que fue originalmente el género cuando surgió en Alemania a finales de los 80’s.
Como les decía, este quinteto, integrado por el cantante Tomi Fooler, los guitarristas Andrea Cappellari (integrante además de Kantica) y Fabrizzio Taricco, el bajista Jack Stiaccini (también miembro de Stramonia) y el batero Henry “Sydoz” Sidoti, preparan para este próximo 15 de octubre del presente año (día anhelado por muchos debido a ciertos aspectos monetarios, ¡NO LO NIEGUEN!) un disco en el cual rendirán homenaje en cada una de sus 11 canciones a una de las más influyentes sagas de películas de corte ciencia-ficción como lo es aquella que surgió de la mente de los geniales Robert Zemeckis y Bob Gale, misma que irrumpió de manera increíble en los cines del mundo a partir del año 1985 bajo el nombre de “Back To The Future” (“Volver Al Futuro” para los hispanoparlantes), una saga que nos sumió en tremendas aventuras recorriendo distintos años del pasado y el futuro, acompañando a Marty McFly y a su excéntrico amigo, el Doctor Emmett Lathrop Brown.
Con Skeletoon hemos tenido la dicha de obtener productos discográficos que nos han dejado sumamente satisfechos, y en definitiva, las expectativas por este nuevo “THE 1.21 GIGAWATTS CLUB” no podían ser menores, dados los antecedentes que se tienen de este siempre interesante grupo (en mi top 10 personal de álbumes de Power Metal del año anterior, por ejemplo, “Nemesis” ocupó la posición 7). Claro está, este asunto de tener la expectativa tan elevada puede ser contraproducente si al final el resultado no es lo que se esperaba, pero ¡vamos!, es algo inevitable cuando eres alguien que tiene muy buen concepto del trabajo de determinado grupo (cosa que me ocurre con Skeletoon). Pero bueno, ya, montémonos al DMC DeLorean modelo 1985 y viajemos por el tiempo en esta travesía donde “no necesitamos caminos”, sino un par de bocinas o audífonos prestos para ello.
Con una intención algo influenciada por sonidos ochenteros en el teclado (nada raro, recordando la era de esta espectacular trilogía), atravesamos el primer umbral de “Intro: Unveiling Secrets”, que tiene ciertos detalles que aparte nos recordarán el soundtrack originalmente creado por el Maestro Alan Silvestri. Si querían darnos expectativa de cara a lo que va a ser este álbum, creo que lo lograron con algo de menos de 1 minuto.
Y espero que te hayas abrochado el cinturón, porque “Holding On”, pieza inicial como tal del disco, no nos dará tregua con la tremenda y descomunal descarga de Speed Metal melodioso que desde los primeros segundos nos hará sentir, elemento que desde siempre ha sido especialidad de la casa por parte de estos tifosi, quienes sí, son potentes y melodiosos, sin que eso quiera decir que beben excesivamente de la escuela finesa o de la propia de su patria natal. Yo diría que la pieza suena mucho a lo que nos han presentado los magiquísimos suecos Twilight Force, pero sin los adornos que hacen la música de estos escandinavos muy cercana a soundtracks de películas animadas hechas por Walt Disney Studios. La prueba siempre exigente de que “la primera canción determina ampliamente lo que se esperará de un álbum” ha sido aprobada y con creces. Así que adentrémonos en lo que sigue.
Muy similar a los intros de grandes obras clásicas del pasado, es el riff inicial de la tremenda “Outatime” (gran referencia a la placa que tuvo originalmente el DeLorean del Doc Brown). Y digo, la velocidad a la que se requiere viajar por el tiempo según los postulados del extravagante científico de Hill Valley, California, nos dicen que es de 88 millas por hora, pero esta pieza creo que busca ir más allá de ese desplazamiento, al tener a esa batería de “Sydoz” tan energizada, en tanto la melodía que descargan las guitarras de Andrea y Fabrizio hacen que el condensador de flujos de esta tremenda máquina del tiempo fluyan como debe ser, y la voz exquisita de Tomi (de tremendo performance a lo largo de esta pieza) nos guía sabia y deleitosamente en esta travesía, siempre con la robusta construcción que en el backup de notas graves construye Jack Stiaccini. Otra gran canción que se posiciona fácilmente en el catálogo de indispensables creadas por estos talentosos músicos.
Si recuerdan bien los que vieron la primera película, al inicio de la misma, Marty McFly se presenta en una audición artística en la Escuela de Hill Valley (dirigida por el severamente estricto señor Stanford S. Strickland) con su banda llamada “The Pinheads” (“Los Cabezas de Alfiler” en nuestro doblaje latinoamericano), la cual fue tempranamente descalificada dado que -bajo la sesgada perspectiva de los jueces-, su música era “muy ruidosa”. ¿A qué viene todo esto? Bueno, que para este álbum, Skeletoon decidió presentarnos su visión de cómo sería la pieza que Marty quiso presentar en dicha audición, la cual es un número exquisitamente Hard Rockero, como si fuera extraída de un álbum de esos que se hacían en esa década donde grandes bandas como los Guns N’ Roses tuvieron su momento de gloria, y el inolvidable Michael Jackson hacía que muchos perdieran la cabeza con sus legendarios pasos (destacando sobre todo el célebre Moonwalk). Lástima que no le hicieron vídeo a esta canción, que a mi humilde parecer hubiera resultado bastante provechoso en aras de presentar al grupo a más gente posible. En los teclados tenemos la destacada participación invitada del señor Alessio Lucatti (conocido por su participación en Vision Divine, Etherna y Deathless Legacy).
En la actualidad del Power Metal, hemos sido testigos de una tendencia que se ha vuelto algo concurrente en ciertas agrupaciones de mezclar el sonido creado por Kai Hansen allá en 1987 con influencias de música Electrónica (sobre todo lo que es conocido como EuroBeat), siendo los más reconocidos en ese respecto los grupos creados por el genio musical Anton Kabanen: Battle Beast y Beast in Black. Y bueno, Skeletoon no quiso quedarse atrás de esa tendencia y en “2204” nos presenta un número musical muy influenciado de esa moda, que ha sido del gusto de muchos, y repulsiva, muy repulsiva para otros más conservadores. Dichosamente (al menos para mí), el resultado es altamente degustable (de hecho, me trae ciertas remembranzas al MARAVILLOSO single debut de Beast in Black, “Blind And Frozen” -eso sí, sin traer esos falsetos tan impresionantes de Yannis Papadopoulos, donde parecía que su voz era en realidad de una chica-). Si algo define a esta pieza es “pegadiza”, sobre todo el enérgico estribillo, que no saldrá sencillamente de nuestras cabezas. Tampoco debo dejar que pase por alto la excelente labor de Henry Sidoti tras los parches. ¡Trepidante y medio!
Lo confieso, soy muy, pero muy afecto a las baladas creadas por los grupos de metal (este año una que me ha gustado, pero montones, es “Alive Or Undead” de Powerwolf), y si Skeletoon quería tocar mi corazoncito, creo que han conseguido inclusive estrujarlo en sus 2 manos con la hermosísima “Enchant Me”, más que apropiada para que la dediquemos a esa personita especial con la que compartimos sentimientos. Una letra tan conmovedora y llena de sentimiento puro, que aparte tiene una partecita de “Earth Angel” (la tan recordada pieza del vals en el Baile del Encanto Bajo el Océano, tocada originalmente por Marvin Berry & The Starlighters -en la película siendo Marvin interpretado magistralmente por Harry Waters Jr.-, donde George McFly y Lorraine Baines sellaron su amor con un beso por demás sumamente romántico), no puede más que pasar a mi catálogo de indispensables para dedicarlas a aquella persona que me roba los pensamientos. ¡Espero sentado por los fan-videos en YouTube mostrando esos momentos lindos de la trilogía musicalizados por esta balada!
Ahora hemos llegado a la que quizás sea mi pieza favorita en todo el disco, como lo es “We Don’t Need Roads (The Great Scott Madness)”, de brillantísimo trabajo de guitarras y aparte una maravillosa contribución más en teclados por parte de Alessio Lucatti. Si bien no alcanza la cota de velocidad que tienen las 2 piezas iniciales en esta placa, es una canción que será ampliamente pedida en vivo, sobre todo por esos emotivos puente y estribillo (donde Tomi Fooler luce lo mejor de su amplia gama de notas que su garganta es capaz de generar). Si hay una pieza que nos crece la expectativa sobre montarnos a la máquina del tiempo y explorar todo el mapa temporal, ya sea en reversa o hacia adelante, pues acá la tenemos. ¡Qué podemos temer, oyendo esos solos de guitarra que nos traen Andrea Cappillari y Fabrizio Taricco!
Ahora llega el momento para ponernos más heavy (sin perder la melodía), en este descabezante número como lo es “Pleasure Paradise (Oh Là Là)”, que desde el nombre nos recordará al memorable antagonista de la familia McFly, el matón Biff Tannen, quien fue el dolor de cabeza de George McFly hasta que éste último finalmente decidió sobreponerse a sus miedos y darle su merecido tras el maltrato que Biff dio a Lorraine en uno de los momentos cumbre de la película. Esta pieza, que a mi gusto se ve tan repleta de ínfulas logradas tras incontables escuchas de Judas Priest, nos habla de “no gastar nuestra vida en un Paraíso del Placer”. Si hay una pieza distintiva en este disco resulta ser ésta, que de igual forma no desentona en el objetivo artístico que el grupo se planteó para este año. Eso sí, ¡por favor, no dejen pasar el solo de guitarra, es algo de lo mejor en esta joya!
Algo que plantea esta trilogía de películas es el tomar al tiempo como una “Cuarta Dimensión”, punto que le reprocha el Doc a Marty en la tercera película que no toma en cuenta cuando le comenta sus planes para volver a 1985. “The 4th Dimensional Legacy” toma su nombre prestado de este postulado del buen Emmett Brown, y llega a nuestros oídos siendo una pieza de aceleración elegante y que nos dará un headbanging que no podremos evitar (así como el dolor de cabeza a quienes no soporten este género, ¡jajaja!). El estribillo de esta pieza sí debo decirlo, me recordó en cierta forma cosas que ha presentado en el pasado Rhapsody of Fire, pero no por eso la pieza deja de ser algo que podemos pasar a darle Play y tener un buen rato con la misma.
El recorrido por el universo creado para estas 3 películas que sentaron tantas bases que todavía son respetadas por quienes crean ideas cinematográficas que incluyen “viajes por el tiempo” está llegando a su fin, y Skeletoon decidió que la pieza más larga del álbum, “Eastwood Ravine”, fuera la portadora de dicha responsabilidad. Y vaya que desde el arranque va construyéndose como una pieza que será realmente épica, con un intro que en lo personal me dejó un sabor similar al que tuve con la grandiosa “Reach Out For The Light” de Avantasia. Como ha sido constante a lo largo del álbum, las guitarras melodiosas, la batería incansable, el respaldo tan confiable del bajo y la voz imponente de Tomi nos brindan una experiencia musical de enganche garantizado y disfrute que no podremos evitar volver a visitar a menudo si somos adeptos a propuestas musicales similares. Si estos chicos quisieron construir una idea válida y justa para rendir tributo a esta saga de películas, creo que lo han logrado, a la vez que se han superado a sí mismos como artistas nuevamente.
Pero no nos bajemos del carro aún, gente, que hay más… Como adecuadísimo cierre, el grupo ha decidido coverear a Chuck Berry (vaya, la familia Berry bien referenciada en este álbum) y su inmortal clásico “Johnny B. Goode”, que ha sido potenciada con el Power Metal tan bien interpretado por este quinteto, y me ha traído el buen recuerdo de cuando Blind Guardian hizo su versión de “Surfing USA” de los Beach Boys en 1996.
El francés Stan-W Decker ha sido el encargado de crear el arte de portada para este álbum, que nos presenta lo que parece ser el túnel del tiempo por donde ha pasado el DeLorean a 88 MPH (dejando su estela de flamas marcada por las llantas), dejando atrás la placa futurista, en un atrayente fondo de colores purpúreos, y en la esquina inferior derecha esta leyenda: “…Where they’re going they don’t need roads…”
Tanto que cierta gente le tira duro al Power Metal, aduciendo que es un género donde “todo suena igual” y demás cosas que sí, podrán ser ciertas, pero donde en definitiva no dejan de surgir propuestas que, más allá de si innovan o no en el género (que al final para muchos de nosotros no resulta tan determinante en cuanto a disfrute de una obra musical, y a veces resultan sonando demasiado pesados quienes piensan así, de manera que resulta hasta con cierto dejo de altanería), su performance, calidad compositiva y crecimiento artístico son innegables. Por eso es que no dejo de dar gracias al cielo cuando bandas como Skeletoon la rompen disco tras disco (con todo y que sus lanzamientos han sido casi que en una dosis anual, algo que, para algunos puristas, no debería ser si se busca un resultado musical de calidad), y este hermoso “The 1.21 Gigawatts Club” resulta un paso más hacia adelante y arriba para estos músicos. No dudo que competirán duramente otra vez por ser parte de mi top 10 en Power Metal para este 2021. GRAZIE MILLE, SKELETOON!
Sello: Scarlet Records
Lanzamiento: 15 de Octubre, 2021
Género: Melodic Power Metal
«The 1.21 Gigawatts Club» tracklist:
Sin lugar a dudas el disco de power metal del año, ¡brutal!
En mi caso soy más del «The Inheritance Of Beauty» de los también italianos Winterage, pero éste álbum de SkeleToon la rompe bastante, mi bro. ¡Muchas gracias por tu comentario!
Que buena reseña, concuerdo contigo, disco tras disco de gran calidad!!