NIGHTWISH – Yesterwynde (Album Review)

Por Carolaina Laredo

ALINEACIÓN:

• Floor Jansen – Voz.
• Tuomas Holopainen – Teclado.
• Emppu Vuorinen – Guitarra.
• Jukka Koskinen – Bajo.
• Troy Donockley – Uilleann Pipes, Low Whistles, Guitarras acústicas y eléctricas, Bouzouki, Bodhrán, Aerófono, Voces.
• Kai Hahto – Batería y percusión.

LA NATURALEZA DE YESTERWYNDE

El líder, tecladista y compositor de la banda finesa (con integrantes de Países Bajos y Gran Bretaña) Tuomas Holopainen decidió titular a este álbum, según sus propias palabras, con un término que “Describe un sentimiento que no se puede encontrar en ningún lenguaje humano. Por eso tuvimos que inventar una palabra completamente nueva. Se supone que el álbum abre ese sentimiento al oyente» (extracto extraído del sitio oficial de la discográfica Nuclear Blast).

De esta forma, en su onceavo disco de estudio, Nightwish o más, precisamente Holopainen, se propuso componer un disco en el cual la temática gire en torno a la exploración de la naturaleza humana en diferentes aspectos, abarcando en sus letras temáticas como la mortalidad, los legados de la humanidad, la resiliencia, y las guerras, entre otras.

Esto no es novedad en la banda. El disco Yesterwynde (2024) cierra una trilogía precedida por los discos Endless Forms Most Beautiful (2015) y Human. :II: Nature (2020), cuyas temáticas giran en torno a la vida terrestre: mientras que Endless Forms Most Beautiful tiene como temática los seres vivos y la evolución (la “naturaleza biológica” por decirlo así), Human. :II: Nature reflexiona, como dice el título de la placa, sobre la naturaleza humana.

No es sorprendente que Nightwish trate estas cuestiones: Tuomas, además de ser músico, se formó como estudiante de Biología Marina y, a lo largo de la extensa carrera de la banda ha explorado temas tales como las emociones humanas, las fantasías, la relación entre la humanidad y la naturaleza y, especialmente, la relación con el océano, visto como un elemento purificador y clave para la vida. Esto se aprecia en piezas tales como Ocean Soul del disco Century Child (2002) o el título del segundo disco de estudio de la banda, denominado Oceanborn (1998).

En lo que respecta a  Yesterwynde (2024), la banda se propuso realizar una obra ambiciosa, en la cual se cierra la mencionada trilogía a través de una poderosa producción, cargada de elementos sinfónicos y de música celta. Estos instrumentos acompañan (¿o por momentos la base eléctrica acompaña a la orquesta?) a la versátil y potente voz de la neerlandesa Floor Jansen (ex After Forever y ex Revamp), las guitarras distorsionadas de Empuu Vuorinen (único miembro original de la banda junto a Tuomas, desde 1997), el bajo Jukka Koskinen (miembro de otras bandas finesas como Wintersun, Cain´s Offering, etc.) que, si bien se destaca por momentos, no tiene el protagonismo del bajo de su predecesor, Marko Hietala, las baterías de Kai Hahto (Wintersun, Swallow the Sun, etc.) y los arreglos célticos y la voz del británico Troy Donockley.

En líneas generales, el disco es un trabajo cargado de orquestación sinfónica, así como melodías y arreglos característicos de la música celta. Posee una buena mezcla y suena muy bien en cuanto a producción. No obstante, muchas de las canciones, a mi parecer no presentan melodías “pegadizas” como sí lo hicieron trabajos de épocas anteriores, como por ejemplo, el hit Nemo, de Once (2004).

Además, algunas de las canciones presentan pasajes sinfónicos y/o de música celta que quizá las hace algo extensas, generando la sensación de que podrían haber sido más “pegadizas” de haber sido más concisas. Por momentos, pareciera forzada la inclusión de los arreglos célticos y la voz suave de Troy Donockley, la cual dista mucho de la voz potente y cruda de Marko Hietala.

ANÁLISIS TRACK-BY-TRACK

Pasemos a analizar cada uno de los temas que componen Yestwerwynde (2024). El disco comienza con una introducción homónima, la cual se inicia con una especie de ruido de reloj, invitándonos a pensar de que se trata de otro disco que nos convoca a pensar sobre la temporalidad de nuestras vidas. Posee coros que nos recuerdan a otros temas de Nightwish e incluso a Epica, proseguidos por una melodía folk suave, con toques orquestales, en la que se destaca una voz suave y llena de matices por parte de Floor, la cual, como ya se mencionó, se destaca por su versatilidad.

El disco prosigue con su tercer corte de difusión, denominado An Ocean of Strange Islands, el cual comienza con teclados de strings, guitarras distorsionadas y la voz de Floor al frente, recordándonos a otros temas ya clásicos de la banda de su etapa más sinfónica/orquestal, iniciada a mi parecer con el disco Once (2004) como Shudder Before the Beautiful del disco Endless Forms Most Beautiful (2015). Si bien la melodía es “ganchera” considero que el tema es algo extenso (9 minutos con 26 segundos) y que quizá se podrían haber prescindido de los últimos minutos con arreglos de música celta y gaitas.

Le sigue otro tema con melodía algo “ganchera”, The Antikythera Mechanism, en el cual se aprecian los teclados de Tuomas y momentos macabros que recuerdan a temas de los últimos trabajos como Scaretale de Imaginaerum (2011). Es una canción ambiciosa, con arreglos orquestales promediando la segunda mitad del tema, por lo que quizá podemos decir que este álbum coquetea con soundtracks de películas, así como el rock y el metal progresivo.

Prosigue The Day Of…, canción elegida como segundo corte de difusión del álbum. La melodía de la canción y la voz de Floor son tranquilas, quien de a ratos roza con la recitación, y es acompañada por un coro infantil. No es una mala canción, pero a mi criterio, hubiese elegido como corte una canción más “poderosa” como el track anterior.

El quinto tema del álbum es Perfume of the Timeless, elegido como primer corte del disco. La canción tiene una melodía “pegadiza” que reflexiona sobre la naturaleza humana, siendo ejemplo de las propuestas de Tuomas. Básicamente versa sobre cómo todos somos parte de algo mayor y que no existiríamos si no hubiéramos sido procreados a partir del amor de otros seres humanos.

Si bien es una melodía “ganchera” que, con sus toques folk, recuerdan a otros temas como Elan de Endless Forms Most Beautiful (2015), considero que la introducción instrumental es algo extensa (cerca de dos minutos) y que hubiera sido interesante que en la mezcla la voz de Floor se escuche un poco más fuerte y no “a la par” de la orquestación. Además, como ya se mencionó, la voz de Troy no resulta tan atractiva como la voz de Marko.

Prosigue Sway, una canción suave en la cual cantan a dueto Jansen y Donockley y juegan con una percusión y pianos suaves en los que se aprecian influencias del jazz, recordándonos un poco a Slow, Love, Slow de Imaginaerum (2011).

La siguiente canción es The Children of ‘Ata, la cual posee una melodía pegadiza y experimenta con bases y teclados electrónicos en los versos, lo cual la vuelve una canción interesante. En la misma se menciona la frase We where here, guiño a otras  canciones de Nightwish, Creek Mary´s Blood de Once (2004) y Alpenglow de Endless Forms Most Beautiful (2015), en las cuales aparece la leyenda We where here, demostrando nuevamente que las composiciones de Tuomas giran en torno a temáticas que reflexionan sobre la humanidad, sus legados y su resiliencia.

Prosigue la que quizá es la canción más pesada del álbum, Something Whispered Follow Me en las cual están al frente las guitarras de Vuorinen y el bajo de Koskinen, aunque sin llegar a ser una canción con una melodía “pegadiza.”

La sigue otra canción en la cual tiene más protagonismo la base eléctrica, Spider Silk, que, si bien no se me hace tan atractiva en cuanto a melodía, resulta interesante el juego de teclados, el cual incluye un solo, en el cual participan strings y algo de hammond, recordándonos a pasajes de temas como Planet Hell de Once (2004).

Promediando el disco, tenemos otra típica canción de Nightwish característica de su etapa sinfónica combinada con elementos folk, la cual, podríamos decir, comenzó con el disco Endless Forms Most Beautiful (2015), el primero de estudio con Troy (y Floor), la cual es Hiraeth. Es una melodía suave y folk, con las voces de Floor y Troy, a la cual le siguen las bases eléctricas. Es una canción que presenta varios pasajes ya que, al final, hay un pasaje de cuerdas.

Casi al final, tenemos The Weave, que, si bien no tiene a mi gusto una melodía muy “ganchera” es de las canciones más ambiciosas del álbum, ya que combina distorsiones por parte de la guitarra y el álbum, con strings, orquestaciones y una voz dura de Floor, alternada con momentos suaves, haciendo nuevamente muestra de su versatilidad. La melodía es algo macabra, recordándonos nuevamente a Scaretale de Imaginaerum (2011).

El álbum finaliza con Lanternlight, balada de piano en la que se aprecia nuevamente la voz suave y de mezzosoprano de Floor. Si bien es entendible que Tuomas haya querido cerrar esta trilogía con una balada, como si de un soundtrack de película se tratara, a mi parecer hubiera sido interesante cerrar el disco con una canción potente y ambiciosa que sintetice las ideas del disco, de manera similar a The Greatest Show on Earth de Endless Forms Most Beautiful (2015).

En conclusión, Yestwerwynde (2024) es un disco ambicioso, la producción es excelente y las bases eléctricas de la banda, así como la voz de Floor, se lucen y se aprovechan más que en las placas anteriores, Endless Forms Most Beautiful (2015) y Human. :II: Nature (2020). No obstante, considero que los temas poseen, en algunos casos, pasajes orquestales y/o folk que los hace algo extensos y que faltan melodías de aquellas que quedan retenidas en nuestros oídos y que dan ganas de escuchar una y otra vez. Si bien es un disco interesante, como toda la discografía de Nightwish, no es un disco que me convoque a ser escuchado muchas veces.