NIGHTWISH – Human. :||: Nature. (Album Review)

¿Cómo encaramos la reseña de uno de los discos más esperados por toda la comunidad metalera? ¿Dejamos hablar al fanboy de toda la vida o nos ponemos objetivos y hablamos de lo que realmente tenemos entre manos? Está claro que la respuesta es la segunda opción, porque por más que me considere un fanático de Nightwish desde hace casi 20 años, nos tenemos que poner imparciales y evaluar esta obra primero como algo independiente, novedoso y de una ambición incalculable, y segundo como un nuevo disco de Nightwish que forma parte de una discografía maravillosa y llena de momentos increíbles. Primero nos toca ponernos en contexto y repasar las ideas que llevaron a la banda más grande del Symphonic Metal al lugar que hoy ocupan, y porqué pueden permitirse en pleno 2020 un disco de estas características.

Para muchos, la “era dorada” de Nightwish ocurrió desde su gestación en 1996-1997 hasta la expulsión de Tarja Turunen en 2005. De allí se desprenden los discos más recordados y emblemáticos, y el que para mi es el mejor disco de su carrera (Once, 2004). Esto de ninguna manera quiere decir que la banda haya perdido la magia como muchos piensan, de hecho uno de mis discos favoritos pertenece a la era de Anette Olzon (el magnífico e infravalorado Imaginaerum, 2011). Los fans se tomaron personal la incorporación de Anette, y al tener un timbre vocal diametralmente opuesto al de Tarja (buscado a propósito), su voz no fue aceptada por la fanaticada general, y esto fue especialmente penoso en sus shows en vivo. Entra Floor Jansen. Los fanáticos se vuelven locos, este era el cambio de vocalista que se quería desde un principio. La popularidad de Nightwish vuelve a subir por las nubes y durante sus años con Floor la banda crece exponencialmente y los shows en vivo ganan una magnitud y una convocatoria nunca antes vista. En el medio de todo esto se lanza ‘Endless Forms Most Beautiful’ (2015), el disco que presentó al mundo a Floor Jansen como vocalista oficial de Nightwish, y a Troy Donockley aportando esa cuota más folk y menos pesada. El resultado fue disparejo, con un disco que aporta momentos sublimes (The Greatest Show On Earth, por ejemplo, permanece como la culminación perfecta de todo lo que Nightwish representa), pero más allá de eso poco recordamos de un álbum que pasó sin pena ni gloria y desaprovechó las enormes capacidades vocales de su cantante.

Cinco años más tarde, y luego de una exitosa gira mundial recorriendo toda su carrera que llevó el nombre ‘Decades’ (con su correspondiente y muy recomendable DVD/Blu-ray en vivo), es momento de pasar la página y entregar un nuevo álbum de estudio. Tuomas Holopainen, tecladista, compositor y mente maestra detrás de esta maquinaria sinfónica, ideó un nuevo conjunto de canciones que conformar el álbum más ambicioso de Nightwish hasta la fecha, pero que también será totalmente polarizador entre los fans. Human. :||: Nature.’ pasará a la historia como el disco más intrascendente de Nightwish, irónicamente siendo su placa de mayor producción y ambición. Pero donde la pomposidad sobra, el alma lentamente se fue apagando y nos encontramos ante un disco complejo, largo, con muchos elementos mágicos y disfrutables, pero que palidece en comparación con otras obras de la banda y se siente vacío y carente de rumbo, producto de una visión mayormente dictatorial de un Holopainen cada vez más excéntrico.

Que ese último párrafo un tanto no se sienta como una condena: el disco está lejos de ser malo y no por eso se deja de disfrutar. Comencemos por el principio: ya con los primeros efectos de sonido e instrumentos orquestales que abren ‘Music’, se nota que estamos ante el sucesor (espiritual y real) de ‘Endless Forms…’, al punto de que podría considerarse una continuación directa y la evolución esperable de ese producto que ahora se siente casi experimental. ‘Music’ contiene una intro de más de 3 minutos que da paso a una Floor Jansen cautivadora e intrigante. Las atmósferas son cálidas, la producción es impoluta y la canción se va desarrollando hasta que el querido Metal finalmente hace su aparición y nos regala un final de canción más rockero y explosivo que se hizo esperar pero valió la pena. Lo negativo es que cuando la canción despega y parece romper todo, sólo nos quedan poco más de 2 minutos en lo que se siente como una oportunidad desaprovechada.

¿Qué puede decirse del single ‘Noise’ que no se haya dicho anteriormente? La canción fue la carta de presentación del disco acompañada de un increíble videoclip (de lo mejor que produjo Nightwish en materia audiovisual) y se siente como el verdadero retorno a las raíces que los fans estábamos esperando. Riffs metaleros potentes, coros épicos, estribillo memorable y pegadizo, sección instrumental cañera y virtuosa. Es el perfecto single que esperábamos hace tiempo, más allá de que nuevamente se sienta como un reciclaje de riffs, orquestaciones y melodías que ya escuchamos una y otra vez (el tándem ‘Dark Chest of Wonders’ ‘Bye Bye Beautiful’Storytime’‘Shudder Before the Beautiful’ aparece nuevamente “autoplagiado” acá), sumado a que la melodía principal es un calco del clásico main theme de la serie Game of Thrones (¿rip-off? ¿homenaje? ¿ambos?). Más allá de estas cuestiones el tema es una patada en la cabeza y un futuro clásico de Nightwish que va a derrumbar todo cuando suene en vivo.

Otro de los mejores momentos viene de la mano de ‘Shoemaker’, un medio tiempo de corte folk épico que da en la tecla y acierta en todas sus propuestas. La melodía es cortada, dispar y casi progresiva (recuerda por momentos a las gemas preciosas que encontramos en Imaginaerum). La cosa se pone pesada sobre la mitad del tema y aparecen riffs y orquestaciones que, otra vez, ya escuchamos antes. Lo novedoso e inesperado viene sobre el final, cuando un corte que parece abrupto desemboca en uno de los mejores finales de canción del disco: un relato, una melodía atmosférica y misteriosa y Floor Jansen hipnotizándonos con una melodía vocal lírica y majestuosa, para luego ser acompañada por un coro masculino angelical. Aplausos para este remate.

Nos encontramos ahora con el segundo single liberado: ‘Harvest’ cede el papel vocal protagónico a Troy Donockley en lo que puede considerarse como una balada agradable e inocente con influencias de música africana, ingredientes que juntos confluyen en lo que podría pertenecer tranquilamente a la banda sonora de The Lion King de Disney, como mucha gente ha notado. En lo personal Donockley no debería tener tanto protagonismo en la banda, mucho menos una presencia vocal tan marcada. Su voz tiene un tono benevolente y calmo pero es incompatible con la esencia de Nightwish, y la canción termina cumpliendo y otra vez encontramos empeño por lograr una producción desmedida, pero todo esto se queda a medio camino entre algo poco memorable y un refrito folk de algo que ya conocemos.

Y si hablamos de “esencia de Nightwish”, hay una canción que hace justicia a este anhelo y lleva de nombre ‘Pan’. Acá encontramos melodías pesadas y riffs marca registrada de Emppu Vuorinen. El enano le saca chispas a la guitarra mientras Floor se muestra confidente y guerrera en una canción claramente marcada por la guitarra, relegando el protagonismo de la orquestación y las atmósferas a los versos principales. Una especie de ‘Slaying the Dreamer’ versión 2020 y con toda la pompa y magnificencia que caracteriza a este álbum. La cuota de predominancia folk aparece en un agradable ejercicio de autocuidado como es ‘How’s The Heart?’, una canción simple pero de hermosa ejecución, con Floor y Troy entonando un estribillo que se nos va a quedar grabado, mientras saltamos y bailamos en sus bridges instrumentales. Más allá de eso, otra vez volvemos a sentir el vacío. ¿Ya se nos fue otra canción? ¿Y cuántas quedan? La respuesta nos pone un poco nerviosos.

Otro de esos temas que sentimos que se quedan cortos y se acaban cuando recién se están desarrollando es ‘Procession’, con un arranque interesante pero que demora mucho en explotar (y que cuando parece hacerlo nos encontramos con más de un minuto de interludio ambient/folk), y cuando finalmente llega el poder, ¡otra vez nos quedan apenas dos minutos! Oportunidad desaprovechada parece ser el lema de este disco. Y cuando vamos bajando los brazos de a poco y entregando toda esperanza, llega un experimento por demás interesante como es ‘Tribal’, que como su nombre lo indica se basa en ritmos tribales y aldeanos como base para otra canción pesada y riffera que cambia de ritmo muchas veces y se recibe como el tema más experimental y bizarro del disco, ese que arriesga y que nos muestra el costado más teatral y macabro del quinteto, como pudo verse nuevamente en momentos de ‘Imaginaerum’. Lástima que todo se termina en menos de cuatro minutos.

Si se preguntaban dónde estaban los inmensos vocales de Marko Hietala, ‘Endlessness’ es la respuesta. El idolatrado bajista se calza el micrófono en los últimos momentos cantados del disco para ponerle voz a una canción de arranque casi Doom inspirado en pilares del género como Paradise Lost o My Dying Bride (como pasaba también con ‘Rest Calm’). El tema se torna intrigante, balanceado y con predominantes medios tiempos, con Marko brindando una performance que resalta su lado más maquiavélico y villanesco, cediendo el papel principal a Floor recién sobre el final de la canción. Y una vez más, recordaremos poco de esta canción en el futuro.

Y acá es cuando nos cae la ficha de que, básicamente, ya está. Muchos argumentarían que el disco en sí terminó en este momento, y en muchos niveles tendrían razón, porque lo que queda es un segundo CD enteramente instrumental y orquestal que no tiene mucho que hacer más que demostrar que Tuomas Holopainen hace lo que quiere y estructura un álbum como quiere. Sino no se explica como obtenemos más de 30 minutos de bandas sonoras íntegramente orquestales y sin la banda participando. Está bien que parte de la “esencia de Nightwish” es la fuerte influencia de las bandas sonoras y la música clásica y sinfónica, pero enfrentar a los fans a este ejercicio de paciencia no es para nada bonito. All the Works of Nature Which Adorn the World’ tiene por título toda esta cuestión, y está dividido en ocho tracks que se hacen eternos y ponen a prueba nuestro insomnio. Habrá gente que realmente aprecie esta apuesta arriesgada, de hecho es una composición enorme que funcionaría de maravillas en el contexto de un documental sobre la naturaleza. O incluso en un proyecto paralelo de Tuomas. Pero no en Nightwish. Lo siento pero no.

Déjenme ser claro en algo: arriesgar, innovar y salirse de la zona de comfort no es algo para nada malo. De hecho es algo muy bueno a lo que todos nos enfrentamos en algún punto. A las bandas les pasa lo mismo, y en especial las bandas que ya llevan mucho tiempo en esto. Buscan formas de expandir su sonido y llevarlo a otros horizontes, a otros territorios no descubiertos. ¿Pero qué pasa si en esa búsqueda incesante de nuevas experiencias, nos olvidamos de lo esencial, de aquello que nos define como entidad? Podemos ser los más grandes, podemos tener infinitos recursos a nuestra disposición, pero no podemos olvidarnos de quienes somos. Y ahí es donde falla ‘Human. :||: Nature.’, el disco que hará que no vuelvas a él. O que vuelvas dentro de 10 años y veas que no era la gran cosa.

Claro que hay momentos para resaltar: ‘Noise’, ‘Shoemaker’, ‘Pan’ y ‘Tribal’ son grandes canciones de Nightwish, pero si evaluamos esta obra como un todo, como un álbum doble de más de 80 minutos, nos encontramos con grandes vacíos, ausencias irremplazables, falta de pasión y varias ideas que no permiten su desarrollo completo. El concepto detrás de la división de discos es justamente lo que hace caer esta obra en la intrascendencia: en su obsesión por la naturaleza en forma de ambición y pomposidad, Tuomas Holopainen olvidó su lado humano.

Género: Symphonic Metal
Lanzamiento: 10-04-2020
Sello: Nuclear Blast

Tracklist

Disc 1

  1. Music
  2. Noise
  3. Shoemaker
  4. Harvest
  5. Pan
  6. How’s The Heart?
  7. Procession
  8. Tribal
  9. Endlessness

Disc 2

All The Works Of Nature Which Adorn The World

Nightwish - Human .:||:. Nature

Si evaluamos esta obra como un todo, como un álbum doble de más de 80 minutos, nos encontramos con grandes vacíos, ausencias irremplazables, falta de pasión y varias ideas que no permiten su desarrollo completo. El concepto detrás de la división de discos es justamente lo que hace caer esta obra en la intrascendencia: en su obsesión por la naturaleza en forma de ambición y pomposidad, Tuomas Holopainen olvidó su lado humano.
7.1

Producción

8.5/10

Composición

6.7/10

Replay Value

6.5/10

Valoración Personal

6.5/10

Alejandro Melgar

Absoluto entusiasta del Metal en casi todas sus variantes y sub-géneros. Melómano, coleccionista de discos y experto en armar documentos, listas y rankings. La estructura me garantiza paz y organización. Amo las series, películas y estoy muy arraigado en la cultura pop, además de disfrutar la naturaleza y el aire libre. Y a pesar de todo esto, soy muy sensible.