MAGNUM – Here Comes The Rain 🇬🇧 (Album Review)

Por Michael Prado

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“Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” – Santiago 4:14

Extraña forma quizás de iniciar una reseña (al menos para mí), citando este versículo bíblico que bien podría sonar algo lúgubre, máxime tomando la circunstancia que rodea a esta mítica banda desde el mero inicio del año en curso, cuando se dio la triste noticia del adiós de esta vida a su emblemático compositor y guitarrista, el señor Tony Clarkin.  Pero a la vez siento que debe servirnos como reflexión de que, así como es efímera la vida, es un espacio de tiempo que puede ser más que suficiente para dejar una huella imperecedera dentro del mismo para la humanidad, como lo hizo este gran artista musical.

Para nadie que conozca MAGNUM es un secreto que el legado y el peso dentro de su música contribuido por el señor Clarkin es prácticamente la base y el fundamento para que esta hermosa agrupación (injustamente no tan valorada como se debe) haya estado activa y brindando una amplia y muy productiva historia discográfica durante los 52 años que ha existido.

Y sí, no podemos olvidar el importante aporte de los músicos con los cuales ha trabajado (especialmente su inseparable compañero de viaje artístico, el grandioso cantante Bob Catley), sin los cuales obviamente no sería lo mismo.  Y bien, para este 2024, tuvimos, aún en medio de la triste noticia de su partida, la gran llegada de lo que ha sido su álbum de estudio número 23 (25 si contamos el período donde fueron conocidos como Hard Rain), que lleva el título de “HERE COMES THE RAIN”.

La energía eterna que esta banda ha manifestado a través de su vívido y alegre Hard Rock sigue más viva que nunca a través de la hermosa pieza inicial “Run Into The Shadows”, la cual es básicamente en su composición lírica un bello mensaje en contra de esos nefastos conflictos bélicos que todavía persisten aún a un siglo después de aquella supuesta “guerra que acabará con las guerras”.

“Here Comes The Rain” llega a seguir la estela de una forma algo más pausada, pero con bastante sentimiento que le imprime el señor Catley con otra emotiva interpretación vocal como solamente él sabe brindárnoslas.  La pieza está compuesta en Fa Menor, la cual brinda un aire nostálgico y melancólico a la letra que nos habla de una persona apesadumbrada por la traición y que busca vengarse para encontrar la paz.

El piano melodizado por el señor Rick Benton desde 2016 nos introduce a la reflexiva y esperanzadora “Some Kind Of Treachery”, que nos habla en esta oportunidad sobre esas vidas que arrastran ciertos tipos de pesares en la vida por diversas circunstancias, pero que aún así luchan por seguir adelante pese a todo.

Es bueno ver que esas estructuras Hard Rockeras siguen imperecederas dentro de la historia del grupo, y cosas así tenemos dentro de “After The Silence”, pieza en la cual Bob Catley ahora nos canta sobre lo que parece ser una ruptura entre 2 personas, letra siempre tan engalanada con ese estilo inconfundible que supo darnos en vida el señor Clarkin.

Si me preguntan cuál pieza considero yo suena “más Magnum” dentro del álbum, podría responderles que “Blue Tango”, que realmente suena bastante animada y sobre todo, teniendo una entonación en La Sostenido Mayor, aparte del siempre revitalizante canto del gran Bob Catley, quien nos motiva tanto con esa letra a no bajar los brazos y seguir adelante, tenemos uno de los mejores números en esta placa sin lugar a dudas.

Es impresionante el abanico de entonaciones que abarca el grupo a estas alturas de la vida, y viendo lo que es “The Day He Lied” (creada en Do Sostenido Menor, nota quizás no tan usual para muchos grupos que conozco), no queda duda que Tony Clarkin supo en vida construir álbumes que son variados, al menos dentro de lo que es ese rubro (pues posiblemente habrá quienes argumenten que podría ser más variado en el tema de ritmos, pero eso ya serán conjeturas de la gente).  Nuevamente el tema del desamor pisa los terrenos de esta banda, pero con letras como las que hizo en su paso por esta vida el señor Clarkin nada puede salir mal, aún con una temática que ha sido tan usada en este estilo de arte.  Aparte, el precioso interludio de piano de Rick Benton le brinda el toque confirmador de majestuosidad a esta pieza.

Coqueteando un tanto con la picardía del Heavy Metal llega ahora el turno de aparición para “The Seventh Darkness” (la cual, curiosamente, es la séptima pieza del álbum), la cual cuenta con unos arreglos de teclados y guitarra fenomenales, además de secciones con acompañamiento de saxofón que le van bastante bien y la enriquecen de forma invaluable, sin hablar de la letra, la cual contiene algo del contenido épico que tuvo la banda en sus inicios.

Luego de un momento bien animado, volvemos a tomar el tono más reflexivo con la balada “Broken City”, la cual inicia con solamente la voz de Bob y los teclados de Rick, aparte de un hermoso acompañamiento de arpas, la cual nos hace volver a sentir al Magnum más épico y fantasioso, nuevamente tocando el tema bélico y el caos que estos conflictos dejan a su paso.

No sé ustedes, pero ese inicio de piano que nos da la entrada a “I Wanna Live” me encanta sobremanera, en ese tono tan esperanzador que tiene (Dios, esta banda nos ha llevado en una especie de montaña rusa de altos y bajos sentimentales a lo largo de esta placa).  De nueva cuenta el grupo buscará subirnos el ánimo con una pieza que nos invita a vivir y a luchar por lo que queremos alcanzar en esta vida, contra todo y contra todos si es necesario.  Aparte, ese hermoso solo del señor Clarkin (uno de los poquitos que nos brinda en este álbum) es otra inyección de ánimos bastante valiosa.

La última cita musical con Tony Clarkin siendo parte de esta insigne banda concluye con “Borderline”, pieza de más larga duración dentro del álbum y que concluye en gran forma con el mismo.  Ese inicio tan peculiar, el sonido tan ochentero que nos presenta (sobre todo en el sonido de los sintetizadores), las guitarras tan melodiosas, esa letra que nos incentiva a ser apercibidos sobre la maldad en el mundo y no dejarnos vencer por ella, y el tono tan retador que tiene la pieza son prácticamente una hermosa manera de despedir a este gran artista.

Palabras sobran para decir el valor sentimental que ha adquirido este álbum con la triste noticia con la cual arrancó este año en torno al grupo, pero créanme que, aún si esto no hubiese acontecido, hay que ser concretos de que Magnum ha seguido manteniendo la cuota de calidad dentro de sus altos estándares con esta última obra (la cual, todavía no sabemos si será la definitiva última del grupo, máxime sabiendo lo significativo que es el peso artístico de Clarkin en el mismo).  En fin, ojalá algún día la vida le sepa hacer justicia al legado de este genio que en vida mereció más reconocimiento del que cosechó en su paso por la misma.

IN MEMORIAM…
Anthony Michael Clarkin (24 de noviembre de 1946 – 7 de enero de 2024)