Live Review: RICHIE KOTZEN en Montevideo, Uruguay
Son los últimos coletazos de un 2019 que no dio tregua en cuanto a las cancelaciones de shows o la baja convocatoria de los mismos. La escena uruguaya está pasando por un mal momento en lo económico y eso repercute ineludiblemente en los shows, tanto nacionales como internacionales, lo que terminó provocando una seguidilla de eventos cancelados que dejaron muy abajo la moral y la expectativa de los fanáticos a la hora de confirmar su asistencia a un nuevo recital.
Por fortuna, la segunda visita de Richie Kotzen a Montevideo se llevó a cabo tal y como estaba prevista, con un Montevideo Music Box que no estaba ni remotamente lleno, pero cuya asistencia fue mejor que la de muchos shows de los últimos años. El marco dejó vislumbrar un ápice de esperanza augurando un 2020 que puede y debe ser mejor que el año actual en cuanto a shows y convocatoria. Pero no nos desviemos del tema, y hablemos entonces de lo que vivimos ese caluroso Sábado 16 de Noviembre, donde los uruguayos pudimos ser parte de un momento mágico y especial, con un Richie Kotzen prendido fuego y dando cátedra rockera en lo que sería una visita que superaría con creces a la anterior.
La velada dio comienzo a las 20:30 hs con el show electro-acústico de Osvaldo Dufour, reconocido artista nacional con una importante trayectoria, que amenizó la jornada con un Rock de corte un tanto folclórico con algunos tintes progresivos, que se benefició sobretodo en estas secciones instrumentales donde abundó el virtuosismo y la experimentación, englobando un show diferente y original cuya duración rondó cerca de la media hora. El público fue llegando de a poco y para las 21:30 hs ya se encontraba una considerable cantidad de gente en el recinto, suficiente para que no se generen huecos incómodos y ausencias notorias. Todo estaba previsto para que Richie Kotzen se redimiera ante un público sediento de Rock, que necesitaba confirmar la grandeza del guitarrista luego de su agridulce show de 2017, donde la antipatía y actitud desganada del músico terminaron por influenciar el resultado final de una noche con gusto a poco.
La realidad era otra para esta noche y esto quedo demostrado desde el primer minuto, cuando los tres músicos salieron a la cancha presentando Riot, uno de los últimos singles del guitarrista, editado el año pasado. Si hay una palabra que puede definir perfectamente lo vivido en este show, esta debe ser SWING. Y swing hubo de sobra durante la hora y media de recital, cosa que quedó demostrada en cada momento, en cada break, y en cada solo de guitarra de esos que se extienden hasta el éxtasis, como en la siguiente interpretación de War Paint, un temazo a medio tiempo entre el blues y el groove, perteneciente a ese compilado llamado The Essential Richie Kotzen (2014), que entre varios éxitos contenía también esta canción inédita e increíble.
Sonó a continuación Bad Situation, ese temazo blusero salido de 24 Hours (2011), donde quedó demostrado el cristalino sonido que tuvimos fortuna de presenciar durante todo el recital, con una base de bajo y batería totalmente exquisita a cargo de dos bestias como son Dylan Wilson (bajo) y Mike Bennett (batería), proporcionando un colchón de primera para que la estrella se luzca y se complemente perfectamente con una banda aceitadísima. De aquel ya distante Peace Sign (2009) sonó a continuación Your Ententainer, otro tema con mucho groove a medio tiempo y muchos dibujos increíbles en la guitarra y en el bajo. Volvemos a mencionar el tremendo swing y la perfecta cohesión entre este trío de músicos que se muestran visiblemente disfrutando el momento.
Lo que siguió fue ese hermoso himno rockero llamado Love is Blind, que ya fue transformado en un clásico moderno del guitarrista, quien brindó una versión sentida y contundente de ese pedazo de canción que fue fuertemente coreada por los presentes. Esto fue sucedido por una hermosa versión de esa joyita blusera que es Doin’ What the Devil Says to Do, perteneciente al disco Into the Black (2006), una hermosa balada con mucha participación de la guitarra y de las vocales desgarradoras de Richie, con una sección instrumental extendida que goza de hermosos solos y participaciones de todos los instrumentos en armonía logrando una explosión extrasensorial. Otro momento álgido de la noche llegó con High, otro de esos clásicos del músico que ya está pasando los 15 años, perteneciente a aquel lejano Change (2003), con un estribillo altamente adictivo y cantado con mucho sentimiento, definitivamente un highlight de la noche.
Otro momento rockero y up-tempo llegó con Peace Sign, el tema título del disco del mismo nombre, donde se muestra la faceta más virtuosa y versátil del guitarrista en un track que recuerda a ese hermoso proyecto paralelo de nombre The Winery Dogs, que esperemos regrese pronto a la actividad. Al final de este tema apareció una sección extendida en forma de jam, donde cada músico tuvo su momento bajo el reflector para brillar y mostrar porqué son los mejores en su instrumento. Esta sección no se hizo tediosa ni se extendió innecesariamente, tuvo los ingredientes justos para entretener sin sofocar y fue un agradecido momento en una noche que estaba siendo redonda.
Y volviendo a bajar las revoluciones y a subir el sentimiento y la melancolía, aparece entonces Fear, gran balada emotiva que va ganando en intensidad hasta llegar a una explosión vocal donde Kotzen se luce tremendamente y muestra el perfecto estado que aún conserva a pesar de estar casi pisando los 50 años. Remember fue el corte elegido para representar el disco Get Up (2004), continuando con esa tendencia de presentar composiciones lentas y salpicadas por el blues, en una de esas canciones que te mantiene hipnotizado y en trance con la música. Y entonces es cuando vino la primer despedida, de la mano de Venom, la canción más nueva del repertorio presentado. Editada hace apenas unos meses, el corte posiblemente formará parte del nuevo material del músico, a lanzarse tentativamente el año próximo. Una canción fuerte, segura y directa, buen rock duro y directo a las venas para que la banda termine por despedirse antes de los bises.
Y el tramo final llegó de la mejor forma, con Help Me, un temazo que ya es un clásico indiscutido y fue tremendamente coreado por todos los presentes que se dejaban llevar por la música y el sentimiento de pertenencia a un universo único donde todo está bien. Lo cual desembocó en el verdadero cierre a modo de fiesta con Stand, el clásico de Poison perteneciente a su disco Native Tongue (1993), representante del breve paso de Richie por la mítica banda glamera. Un cierre por todo lo alto que fue cantado y bailado por todos, cerrando una noche especial que va a dejar a los que no fueron cuestionando las malas decisiones de su vida, ya que Richie Kotzen pudo redimirse y mostrar que malos momentos tenemos todos, pero que el Rock se lleva en la sangre y se vive a pleno, sentimiento que quedó claro al ver las sonrisas y los gestos de aceptación de cada una de las personas que formaron parte de esa velada tan hermosa como necesaria.
SETLIST – RICHIE KOTZEN @ Montevideo Music Box, Montevideo, Uruguay – 16/11/2019
- Riot
- War Paint
- Bad Situation
- Your Entertainer
- Love Is Blind
- Doin’ What the Devil Says to Do
- High
- Peace Sign
- Extended Jam
- Fear
- Remember
- Venom
- Help Me
- Stand (cover de Poison)
Live Review: Alejandro Melgar
Fotos: Abigail Ramírez De León – Abbey R. Fotografía