Review: OPETH – In Cauda Venenum
Abordar el review de este disco es una de las tareas más difíciles para cualquier mente analítica. Definitivamente estamos ante uno de esos discos que necesita ser saboreado múltiples veces hasta descubrir cada detalle y enmarañar todos sus secretos. En el Rock Progresivo las obras complejas son moneda corriente y en la mayoría de los casos no basta con una simple escuchada para darnos cuenta de toda la cantidad de información que encontramos en un lapso de tiempo pequeño. In Cauda Venenum no sólo se apega a estos conceptos, sino que eleva la experiencia a un plano extrasensorial y para digerir todo su potencial necesitan pasar días, semanas y poner play una y otra vez hasta intentar comprender lo que quisieron demostrar estas mentes maestras.
Cuando Opeth dio el volantazo artístico allá por 2011 y eliminaron por completamente los rasgos de Death Metal de su propuesta, todo impulsado por la inquietud de Michael Åkerfeldt de explorar otros sonidos e influencias, la base de fans puso el grito en alto y se mostró reacia a las nuevas incursiones. Heritage (2011) significó un cambio radical en el sonido de Opeth, entregando una placa que estaba más cerca del Rock Progresivo y psicodélico de los 70 que del metal técnico por el que supieron ser reconocidos. Pale Communion (2014) continuó por esta senda pero agregando elementos más oscuros y complejidad en las composiciones, acercándolos más al ProgRock tradicional pero sin perder identidad. Sorceress (2016) se considera un disco definitorio, donde todos estos años de experiencia y conjunción sonora desembocan en una placa que se nutre mucho del Jazz y el vintage para entregar la experiencia definitiva del sonido Opeth moderno.
Esto nos lleva a nuestra situación actual, y a un Opeth aún más inquieto intentando desdibujar aún más la propuesta y adentrándose en los confines más recónditos de una mente siniestra. La criatura de Michael Åkerfeldt toma la forma que siempre quisieron lograr y muestra en In Cauda Venenum una obra que no conoce límites, que se muestra orgánica, visceral y jugando con influencias y sonidos que se muestran totalmente oscuros y pesados, pero que nada tiene que ver con la banda que dominó la década pasada a base de intrincados arreglos y growls del demonio.
¿Qué queremos decir con esto? Que Opeth logró su placa más compleja y oscura desde su cambio de dirección, pero sin dejar de lado estas “nuevas viejas” influencias. Por el contrario, la experiencia de los tres discos anteriores dejó en claro que la dirección sonora seguiría por este camino y eso permitió que los suecos (y el uruguayo) perfeccionaran esta fórmula dotándola de un sentimiento maquiavélico que los torna pesados sin pudrirse. Es una sensación extraña de explicar, pero hay mucha maldad contenida en este disco, y el concepto de pesadez tiene más que ver con los sentimientos transmitidos y la atmósfera lograda que con los guturales o la forma de tocar.
Muestra de esto son los singles liberados Heart in Hand y Dignity, particularmente el comienzo del segundo derrocha agresividad sin volverse violento. Un sinfín de coros malignos adorna una pieza que podría haber salido de la mansión más macabra como la que se puede ver en su portada. La musicalidad continúa siendo suprema y las progresiones se tornan orgánicas, un ejemplo de esto es la jazzera Charlatan, que toma los elementos originados en Sorceress pero los impregna de maldad y complejidad progresiva. Los momentos calmos y reflexivos tampoco faltan y ahí es cuando Next of Kin y Universal Truth brillan con luz propia, decididamente guiados por guitarras acústicas y arreglos orquestales, no temen tornarse épicos y pesados cuando el clima así lo requiere.
Lo siniestro y misterioso se acentúa aún más en The Garroter, de corte nuevamente jazzero y cabaretero, la canción fluye adornada por climas etéreos que se tornan mágicos en su sentimiento macabro, como si se tratase de un transe hipnótico. Continuum posee un estribillo levantador de almas, épico y majestuoso, además de un solo de guitarra de Fredrik Åkesson de esos que nos dejan extasiados, además de un cierre atmosférico totalmente de ensueño. Y para el final, All Things Will Pass arranca cautelosa y siniestra y se torna rápidamente explosiva pero en corte medio tiempo, con cadencia casi Doom. transformándose en un cierre atípico pero no menos majestuoso, con una sección final que emociona a base de una progresión de guitarra y teclado que nos deja perplejos mientras Michael entona las últimas estrofas dejando todo por la causa.
Cabe aclarar que el disco viene también con una versión cantada totalmente en sueco, que magnifica la propuesta y nos muestra la forma en que realmente fue originado para que nos llegue en su totalidad. Una apuesta arriesgada pero que en este caso es necesaria para comprender el alcance y la magnitud de lo que quisieron lograr. Un disco que se toma su tiempo y que no se rige por estas épocas aceleradas de sobrecarga de información. Acá vas a tener que dedicar toda tu atención para que las canciones te lleguen como verdaderamente fueron concebidas. Y tampoco va a alcanzar con una simple escuchada, ya que como dije al inicio, es una obra increíblemente compleja y magnífica, difícil de reseñar pero no por eso menos fascinante. Con In Cauda Venenum, Opeth vuelve a demostrar porqué son reyes en el terreno progresivo, y lo prueban de la forma más intrincada y siniestra posible.
Tracklist:
- Garden Of Earthly Delights 3:28
- Dignity 6:35
- Heart In Hand 8:29
- Next Of Kin 7:08
- Lovelorn Crime 6:34
- Charlatan 5:29
- Universal Truth 7:29
- The Garroter 6:45
- Continuum 7:22
- All Things Will Pass 8:33
Opeth - In Cauda Venenum
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8.4/10
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8.7/10
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8.2/10
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8.7/10
Conclusión
Una apuesta arriesgada pero que en este caso es necesaria para comprender el alcance y la magnitud de lo que quisieron lograr. Un disco que se toma su tiempo y que no se rige por estas épocas aceleradas de sobrecarga de información. Acá vas a tener que dedicar toda tu atención para que las canciones te lleguen como verdaderamente fueron concebidas. Y tampoco va a alcanzar con una simple escuchada, ya que es una obra increíblemente compleja y magnífica, difícil de reseñar pero no por eso menos fascinante. Con In Cauda Venenum, Opeth vuelve a demostrar porqué son reyes en el terreno progresivo, y lo prueban de la forma más intrincada y siniestra posible.