ELEINE – We Shall Remain 🇸🇪 (Album Review)

Por Michael Prado

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Lo sé, y a veces siento que empatizo con muchos de ustedes, los que ya están empachados de tanto que se ha sobreexplotado esa vena sinfónica del Metal.  Desde su boom en los años 90, que nos dio álbumes y agrupaciones memorables, como que con el paso de los años, la frescura que vino a dar a este potente género los cantos de chicas entrenadas en los más estrictos estándares de canto, y esas orquestaciones apantallantes y deslumbrantes, ya han conseguido que, cuando sale un nuevo disco de Symphonic Metal de una agrupación donde una fémina es la encargada de las voces, lo veamos casi que con pereza, salvo algunas excepciones en las que todavía guardamos alguna fe.

De mi parte, y siendo alguien de quien algunos amigos dicen que “me gusta todo” (y lo admito, soy más permisivo de lo que he visto normalmente en muchos de mis colegas metaleros), también llego a experimentar a veces algo de agobio con tanta proliferación de agrupaciones en este estilo.  No obstante, suelen surgir en ocasiones algunos grupos que sí tienen cosas interesantes qué mostrar, y los mismos, por desgracia, debido a esta tendencia viciosa del exceso de bandas en este rubro, llegan a pasar desapercibidos, y mucha gente se pierde de lo que podrían darnos para disfrutar.  Y el caso que traemos a continuación es de esos que considero yo, no se merecen ser pasados por alto.  Demos gracias a que hay gente como este servidor, que nos sentamos a escuchar discos con el fin de que veamos si valen la pena o no (aunque, de hecho, la última opinión válida siempre va a ser la tuya, nosotros nada más daremos una guía que tú verás si te sirve o no).

En fin, yendo al grano, hoy nos toca ver a una agrupación (o más bien, proyecto solista) creada por la cantante sueca Madeleine “Eleine” Liljestam.  Esta agrupación lleva precisamente el nombre de ELEINE, y la insigne vocalista es acompañada en esta travesía por el guitarrista y cantante Rikard Ekberg (quien también la acompaña en la agrupación RM Duo), el bajista Filip Stålberg y el batero Jesper Sunnhagen (baterista también de Chine y Lord of Light).

Eleine ha ido mostrando su talento desde 2014, y en este lapso de tiempo hemos obtenido 1 EP y 4 álbumes de estudio, de los cuales el último ha llegado el 14 de julio de este 2023, a través de Atomic Fire Records, y lleva el título de “WE SHALL REMAIN”.  Dicho disco llega 3 años después del último larga duración que llevó el nombre de “Dancing In Hell” (2020).  ¿Qué tiene para mostrarnos Eleine en esta oportunidad, que pueda convencer a los más escépticos y atraerlos a su propuesta musical?  Es lo que vamos a ver a continuación.

De entrada (y siguiendo una norma vital de que “mucho entra por la vista”), la portada del álbum resulta bastante atrayente, con esas manos de largas uñas, agujeros en las palmas, teniendo en medio una llama donde sobresale un cuerpo de mujer alzando sus brazos hacia un triángulo en posición inversa, mientras en el fondo se puede ver un círculo de alquimista y un campo en llamas.  Bonita obra del artista gráfico mexicano Néstor Ávalos (quien también hizo la portada del disco anterior de Eleine, aparte de una gran cantidad de álbumes de muchísimas bandas).

Ya entrando al plano musical, el disco resulta ser relativamente corto, llegando apenas a los casi 37 minutos de duración (el segundo más corto en la historia de la banda, nada más por detrás de los 31 minutos y 42 segundos de su debut “Eleine” (2015)), pero que, tras haberlo escuchado varias veces, sentimos que es más que suficiente para la propuesta artística que Eleine y sus compañeros de banda han querido manifestar en sus voces e instrumentos.  Entremos de lleno a ver qué traen estas 10 piezas que lo componen.

La banda no se hace esperar, y desde el arranque de “Never Forget”, los riffs poderosos en las 6 cuerdas que comanda Rikard Ekberg hacen cimbrar los parlantes, a lo cual se suma el desenfrenado arranque que proporciona Jesper Sunnhagen, que si bien no llega a ocupar esta soltura la entereza de la pieza, sí nos hace ver que el grupo no quiere caer en blandezas, sino más bien hacer hincapié entero en la energía de su arte.  Notorio y destacado arranque, donde inclusive Rikard se manda con voces limpias y guturales para acompañar a Eleine.

Con ciertos adornos melódicos alusivos a las tendencias artísticas de Medio Oriente, desacelerando un tanto la música, pero sin perder el peso en la instrumentación, aparece “Stand By The Flame”, que nos habla en su letra sobre nortes tan importantes para la humanidad como lo son la justicia, la flama de la perseverancia y la búsqueda de la victoria ante todo y ante todos, venciendo toda adversidad.  Lástima que el solo de guitarra sea tan corto, dejando el resto del interludio instrumental a hacer alarde del potente riff, condimentado con la intensidad que le imprime el doble bombo de Jesper.

Tranquilos los que se pudiesen preocupar por algún bajón en el rendimiento del grupo, puesto que para “We Are Legion” vienen más bien elementos típicos de este tipo de agrupaciones, como coros imponentes, más guturales por parte de Rikard, todo esto sin que el norte de intensidad en la instrumentación llegue a perderse por un momento.  Aparte, el estribillo de la pieza nos invita a adentrarnos con el grupo en el mismo infierno a vencer a las hordas del mal.  Hay que destacar ese detalle, que las letras, sin buscar ser demasiado cursis, nos hacen sentir parte de la historia que se narra en cada una.

Ahora sí, los que querían más de orquestación por parte de este grupo, la tendrán y muy de frente desde el arranque de “Promise Of Apocalypse”, donde las cosas se siguen intensificando en pro del elemento “velocidad” que mete Jesper en su instrumento de percusión, para enriquecer esta pieza de tal forma que siga manteniendo el flujo que ha tenido hasta el momento por buen recorrido este álbum.  Llegados a este punto, debo admitir que, si bien la voz de Eleine es agradable, no logra destacar tanto como sus compañeros instrumentistas.  O sea, no digo que sea algo como lo que los fans de Dream Theater debemos padecer actualmente con un James LaBrie cada vez más en decadencia, pero es que hemos escuchado mejores cantantes en este tipo de música.

Sé que hay también gente con más ganas de que esas guitarras y bajo revienten los parlantes, pues bien, la siguiente pieza en la lista, “Blood In Their Eyes”, tienen de los mejores dibujados en las 5 líneas del pentagrama que la banda ha creado para este LP del 2023, en un número de poco más de 3 minutos de duración que no le darán descanso a nuestra cabeza, que buscará seguir el ritmo con un headbanging quizás no muy rápido, pero sí bien llevado.  Acá sí que quiso lucirse en todo su esplendor el señor Rikard Ekberg con sus 6 cuerdas, y también con algo de canto gutural al ir concluyendo la canción.

Como si esto fuera una obra de teatro y hubiese necesidad de un descanso tras el despliegue de intensidad que hemos tenido, tenemos a la mitad de este álbum un pequeño interludio en piano y guitarra de poco menos de un minuto, intitulado “Vemod”, tras el cual tenemos la llegada de la canción “Through The Mist”, que desde su arranque parece que es como una aplanadora buscando arrasar con lo que esté a su paso gracias al ritmo bien heavy, el riff tan sólido, el canto en tonos graves de Rikard que luego se tornan en guturales y el posterior acompañamiento de Eleine en el canto, quien se luce sobre todo en el estribillo tan melodioso.

La consigna de que guitarra y bajo sean los comandantes de la dirección sonora en esta iteración musical persiste en gran forma dentro de “Suffering”, pieza algo más suave en ritmo por momentos, pero no en la fiereza de las cuerdas, que no tendrán momento para dejarnos apaciguarnos ante los momentáneos descansos que pudieran surgir en la pieza.  A destacar la oscura pero bonita atmósfera que tiene la pieza, sobre todo al llegar el estribillo, donde nuevamente logra manifestar Eleine una buena performance (de hecho, podríamos decir que esta es la canción donde mejor demuestra sus facultades como vocalista).

“War Das Alles” (Eso Fue Todo) podríamos comentarla como el momento donde la banda no se manda tan frontal y agresiva, en un midtempo que parece ser un momento de cierta recarga de energías tanto para el grupo como para los oyentes (aunque no por eso el grupo deja de mostrar su cara más dura por ciertos instantes, en especial cuando Rikard aparece con violentos guturales, teniendo como fondo la explosión de doble bombo por parte de Jesper).  Llama la atención que el estribillo es cantado en alemán.

La conclusión del LP llega con “We Shall Remain”, pieza que da nombre al álbum y donde por lo visto las energías que buscaba regenerar la banda dentro de “War Das Alles” se dejan fluir en todo su esplendor para un final cargado de velocidad, intensidad, furia, coraje, epicidad magnificente y muchas luces de virtuosidad compositiva.  Para mí el mejor momento y mi canción favorita del álbum.

Si hay reseñas que la gente me gustaría leyera y tomara en cuenta para escuchas que planean hacer de álbumes, son precisamente estas, de álbumes encasillados en géneros donde parece que ya todo está dicho y no hay nada más qué explorar, que todo sonará igual y reina la mediocridad, cosa que en lo absoluto nos ocurre con Eleine y éste, su cuarto LP, que nos hace tener enormes expectativas de lo que ha de ser su porvenir, si nos han llegado a traer un compendio de canciones tan fenomenales.