HOY EN EL METAL: 20 Años de «St. Anger» de METALLICA
Por: Santino G. Barbas
💥💥Tal día como hoy 5 de junio, pero de 2003, es decir hace 20 años, se lanzaba al mercado mundial el polémico álbum «St. Anger», de la famosa banda estadounidense de Rock duro METALLICA. 🔥🔥
Odiado por muchos, amado por pocos. En este 2023, «St. Anger» de Metallica cumplió la friolera de veinte años de edad, y parece ser el tiempo ideal para analizar su nivel musical, al ya haber alcanzado la madurez necesaria como para saber que tan bien o mal se ha añejado el octavo álbum de Metallica.
Cuatro álbumes clásicos del heavy/thrash metal más influyente de todos los tiempos; una obra maestra intitulada la cual (durante el año 2021) celebró su trigésimo aniversario con la grandeza que lo ameritaba; dos partes de un mismo proceso compositivo y artístico que dividió a los fans por el cambio en el sonido y la imagen de la banda; un álbum de covers, un lanzamiento en directo en colaboración con la orquesta sinfónica de San Francisco; y una pista musical utilizada en la banda sonora de una de las franquicias de cine más importantes del género acción.
Algunos de los hitos de los cuatro jinetes de la bahía de San Francisco, a lo largo de su (por entonces) dos décadas de vida.
Comenzaba el nuevo milenio y con ello las nuevas modas, las cuales se hacían presentes también en el ámbito de la música, y el rock duro no era la excepción. Vivimos el cambio desde el querido walkman a unos diminutos reproductores mp3 y la colección de CDs pasó a ser algo mucho más ligado al romanticismo del coleccionista que un deber como fanático.
El metal alternativo, industrial, y el numetal venían pisando con fuerza desde mediados de la década del noventa, y los «tallica guys» se encontraban en una crisis sobre el presente de la banda, que amenazaba no solo con el proceso compositivo e inspirador de su música, sino con el futuro de la misma.
La batalla legal contra Napster por los derechos de su música, la partida del bajista Jason Newsted, el alcoholismo latente de Hetfield, y las nuevas responsabilidades paternales de James y Lars desembocaron en un proceso de cuestionamiento sobre los pasos a seguir en el seno del corporativismo de Metallica. Por su parte Phil Towle, el terapista contratado para lidiar con estos problemas dentro de la banda, era un mero testigo de un espectáculo pocas veces visto por un conjunto al borde de la ruptura. Pero esa historia la pueden apreciar mejor en el documental «Some Kind of Monster»; lanzado en 2004, el cual relata las experiencias de sus integrantes y la grabación de susodicho álbum durante los años 2001/2003.
Las diferentes caras que tiene este álbum; un sonido pesado, en parte conseguido gracias a su afinación más grave de lo habitual, el sonido latoso del tambor de la batería de Ulrich, la ausencia de solos de guitarra por parte de su guitarrista líder Kirk Hammet, la participación de su productor Bob Rock a cargo de los bajos, la apertura de las letras de sus canciones las cuales no serían solamente escritas por su vocalista, y la sobre producción de muchos de sus temas, es decir; el colocar los mismos compases y repetir partes iguales en una misma pista hasta hacerla innecesariamente larga y monótona.
Bandas como Iron Maidenָ nos han demostrado que la duración de una canción no repercute en la grandeza y el nivel que puede llegar a tener, y que una larga pieza musical puede estar bien entendida si es bien trabajada, producida y tiene una historia que contar a lo largo de su duración, tanto musical como líricamente. Bandas como Ramones nos han demostrado todo lo opuesto, y esto es que una canción de dos minutos (o incluso menos) puede llegar a estar perfectamente producida y puede eficazmente cumplir con su objetivo de transmitirnos su mensaje.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando desde la producción musical de un álbum de estudio se sobre estiran las piezas, haciendo que una pista termine siendo innecesariamente largo? Repitiendo patrones en sus riffs, en sus coros y estribillos, en sus melodías; estirando el mismo sonido hasta los 7,8 o 9 minutos. Se vuelve un sonido saturado, sórdido y sin sentido.
¿Podría haber sido mejor? ¿La misma banda y producción que nos dio clásicos anteriores podría fallar de esta manera? ¿Requiere más tiempo para apreciarlo por lo que representa en sí mismo? ¿Es necesario abordarlo desde otra perspectiva? ¿Necesita ser revisitado para un nuevo mix? ¿o simplemente es un diferente tipo de arte que nos ofrece el gigante del heavy metal?
De mi parte, puedo decir que las piezas musicales de esta índole deben ser abarcadas en un determinado momento para que sean apreciadas debidamente, y «St. Anger» no es la excepción. Creo fielmente que una visita al álbum y un más apropiado mix le haría muy bien, y le proporcionaría ese «gancho» que en mi humilde opinión le falta.
En más de una hora de duración, hay temas impactantes como los que salieron de sencillos, ‘Frantic’ y ‘The Unnamed Feeling’, donde sus videoclips realmente llegan por la forma en que son narradas las historias de cada uno. Al mismo tiempo, el tema título del disco, con su vídeo grabado en la prisión de «St. Quentin», considerada una de las más peligrosas del mundo, muestra la rabia latente dentro de Hetfield al escribirla y aunque se haga un poco larga a veces, el trasfondo ayuda mucho a digerirla de mejor forma. El resto del disco, con canciones como ‘Shoot Me Again’, ‘Purify’ y ‘My World’, muestran a una banda que quizás no está tan inspirada como en «…And Justice For All», pero entrega las respuestas necesarias para las preguntas que el mismo cuarteto se hizo durante años, los más difíciles de su carrera.
Sinceramente, el disco no es malo. Es verdad, faltan elementos que normalmente uno esperaría escuchar en un trabajo de Metallica, pero no por eso hay que crucificarlo. Desde ‘Frantic’ hasta ‘All Within My Hands’ hay un dejo de rabia y desesperación que no es fácil de encontrar en otros álbumes de la banda. Acá no hay una locura que llega a alegrar como en «Kill ‘Em All» o ese juego con la muerte en discos como «Ride The Lightning» y «Master Of Puppets«.
Esto es Metallica rabioso, enojado con todo y todos, desatado como nunca antes y, lamentablemente, tratando de sonar frescos y no lograrlo. Acá hay mucho más que querer hacer música que reinvente el metal, es una catarsis casi obligatoria para la banda, nombrada incluso un ícono por parte de la cadena MTV, lo cuál sirvió de excusa para presentar a Robert Trujillo, nuevo bajista que se incorporó tras grabar este mencionado disco que, por más que lo trataran como basura en su tiempo, es necesario darle una vuelta después de todos estos años. Quizás, con canciones un poco más cortas y una batería sonando mejor, «St. Anger» sería un clásico más y no el disco que a muchos fans de la banda avergüenza escuchar.
Puedes chequear nuestro Albums Ranked: Metallica para averiguar en qué posición de la discografía ubicamos a «St. Anger», así como también probar tu conocimiento en esta Trivia Especial de Metallica.
Pushead!
Los mejores artworks de Metallica son los de él: Damage Inc, One, Sad But True, etc etc