Review: HAVOK – V

¡Qué hermosas semanas para el Thrash! Hace unos días te contábamos lo destructiva que fue la bomba que nos dejó Warbringer, y hoy te traemos otra explosión nuclear derecho a tu cerebro con lo nuevo de sus coterráneos de Havok. Cuando el movimiento del Thrash Metal tuvo su revival recién entrada la década de 2000, con exponentes clásicos como Kreator, Exodus, Slayer, Destruction y un sinfín más volviendo a sus raíces luego de la infame década de los 90, la cancha estuvo servida para que una nueva camada de bandas sedientas de sangre tomaran la antorcha y arrancaran un nuevo movimiento basado en esta vieja escuela, pero impregnando de modernidad su propuesta, generando sonidos novedosos, agresivos y llenos de vitalidad. A esta nueva ola de thrash pertenecen grandes bandas como Gama Bomb, Suicidal Angels, Evile, Onslaught, Municipal Waste, Toxic Holocaust, los mencionados Warbringer, y por supuesto Havok, los nuevos abanderados en llevar bien alto la bandera del género.

Formados en Denver, Colorado en el año 2004, la banda cuenta con cinco discos de estudio en su haber, y su propuesta puede distanciarse del resto de las bandas por su fuerte énfasis en el virtuosismo y la complejidad de sus composiciones, con líricas de alto contenido controversial y político. Todo esto los asemeja en muchos aspectos a una de las bandas insignia del movimiento: Megadeth. Y es que en varios momentos la placa que nos compete nos recuerda a la mejor época de la sinfónica del colorado Mustaine, con ese explosivo cóctel de actitud aguerrida, guitarras afiladas, virtuosismo desmedido y desarrollos extensos. En “V” vamos a encontrar todo esto y mucho más, así que sin más preámbulos entremos de lleno a este mundo thashero.

El arranque con el single ‘Post-Truth Era’ nos recuerda instantáneamente al comienzo de ‘Blackened’ de Metallica, un fade-in de guitarras en armonía anticipando un holocausto inminente. Una gran renidición a los cuatro jinetes, antes de entrar de lleno a ese “tupá-tupá” tan característico del estilo, y cuando el verso arranca nos damos cuenta que hay otra grajea homenajeando los cuatro de San Francisco, con una sensación que nos recuerda al clásico ‘Battery’. Un tema breve, directo, lleno de hooks memorables sin dejar títere con cabeza. ¡Así se arranca! Y así se sigue, porque ‘Fear Campaign’ nos mantiene allá arriba en un viaje de intensidad del que no bajamos. Un hermoso juego de guitarras que se sacan chispas entre Reece Scruggs y el también vocalista David Sánchez, quien no para de escupir versos llenos de odio, con ese tono característico tan carrasposo.

Betrayed by Technology’ continúa con la racha de velocidad en otro tema up-tempo caracterizado por un ritmo constante y frenético que nos hace agitar la cabeza y los pies al unísono, con una sección intermedia un tanto experimental donde el protagonismo lo toman el bajo y la batería, creando una imponente base rítmica para los solos de guitarra. El comienzo de ‘Ritual of the Mind’ nos retrotrae nuevamente a las épocas ochenteras de Metallica, volviendo a utilizar el fade-in como recurso para generar hype, y la canción resulta ser un medio tiempo “cabeceador” que se torna poco memorable. Las cosas vuelven a caldearse con ‘Interface with the Infinite’, un ejercicio mid-tempo de doble bombo atronador y eficaz, con uno de esos riffs que se tornan clásicos al momento de escucharlos. Otro de esos himnos que vamos a saltar y cabecear constantemente.

Dab Tsog’ funciona como interludio instrumental y bastante místico para dar antesala a ‘Phantom Force’ y que se pudra todo. Coronándose como el tema más rápido y agresivo del disco, la canción derrocha velocidad, odio y mala onda, arrasando con todo en apenas 3 minutos demoledores. ‘Cosmetic Surgery’ retoma el “tupá-tupá”, el doble bombo y los coros ochentosos a lo Exodus para traernos otro tema icónico que podría haber salido hace 35 años y ser un exitazo. Un macabro comienzo de guitarras acústicas abre la inmensa ‘Panpschysm’, una de esas canciones grandes y extensas que derrochan complejidad y cabeza en la composición. Sánchez recita versos más hablados que cantados sobre una mortal línea de bajo, recordándonos nuevamente a Dave Mustaine y su particular tono vocal. Eso hasta que todo explota en un machacador estribillo lleno de coros de puño alto.

Con ‘Merchants of Death’ tenemos una breve y vertiginosa antesala del final, en una canción rápida, directa y sin vueltas, llena de todos los ingredientes que hacen a un gran clásico del Thrash, con el inmenso bajo de Brandon Bruce omnipotente y marcando el ritmo de manera brutal. Todo desemboca en este final con ‘Don’t Do It’,la canción más épica que se extiende por más de 8 minutos, toda una declaración de principios para un tema de thrash. El arranque es macabro, ominoso y tétrico, recordando al mítico ‘The Call of Ktulu’ de aquel hermoso ‘Ride the Lightning’, tomándose su tiempo para desarrollar algo bien potente. Cuando el riff arranca, bien marcado y a medio tiempo, las vocales hacen su entrada derrochando podredumbre, y hasta aparecen por primera vez las voces limpias, logrando un importante y necesario contraste para una canción que así lo requiere. Para el último tercio todo se pudre y el thrash frenético hace su aparición, generando otro de los momentos más rápidos y agresivos del disco, de forma inesperada y hermosa. Es una gran canción, pero no podemos evitar pensar que podía haber utilizado esa prolongada duración para generar algo más grande y épico aún. Guitarras acústicas cierran la pieza y el disco de una manera intrigante y casi folclórica, con un piano poniendo el punto final de manera sublime.

Nos quedamos entonces con otro gran exponente de Thrash Metal para un 2020 que se está llenando cada vez más de ellos, sin perder calidad. Si lo evaluamos en la comparativa global, queda unos puntos por debajo de la topadora todoterreno que introdujo Warbringer la semana pasada, pero aún así tenemos muchas cositas para descubrir y deslumbrarnos en este ‘V’, un disco que muestra la faceta más madura y compleja del Thrash, contrastando la rebeldía y desprolijidad del estilo con composiciones exquisitas, duraderas y perfectamente construidas. Un testimonio de madurez para una banda que sigue en ascenso en este peleado mundo musical pesado.

Género: Thrash Metal
Lanzamiento: 01-05-2020
Sello: Century Media
Havok - V
  • 7.9/10
    Producción - 7.9/10
  • 8.2/10
    Composición - 8.2/10
  • 7.7/10
    Replay Value - 7.7/10
  • 8.2/10
    Valoración Personal - 8.2/10
8/10

Si lo evaluamos en la comparativa global, queda unos puntos por debajo de la topadora todoterreno que introdujo Warbringer una semana antes, pero aún así tenemos muchas cositas para descubrir y deslumbrarnos en este ‘V’, un disco que muestra la faceta más madura y compleja del Thrash, contrastando la rebeldía y desprolijidad del estilo con composiciones exquisitas, duraderas y perfectamente construidas. Un testimonio de madurez para una banda que sigue en ascenso en este peleado mundo musical pesado, que en varios momentos nos recuerda a la mejor época de Megadeth, con ese explosivo cóctel de actitud aguerrida, guitarras afiladas, virtuosismo desmedido y desarrollos extensos. En “V” vamos a encontrar todo esto y mucho más.

Alejandro Melgar

Absoluto entusiasta del Metal en casi todas sus variantes y sub-géneros. Melómano, coleccionista de discos y experto en armar documentos, listas y rankings. La estructura me garantiza paz y organización. Amo las series, películas y estoy muy arraigado en la cultura pop, además de disfrutar la naturaleza y el aire libre. Y a pesar de todo esto, soy muy sensible.