CHRIS BOLTENDAHL’S STEELHAMMER – Reborn In Flames 🇩🇪 (Album Review)

Por Michael Prado

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Es curioso cuando, tras una carrera de tantos años en el mundo musical, un artista se decide a emprender una nueva aventura al amparo de su nombre.  Normalmente estos proyectos son fruto del interés por hacer algo distinto a lo que han creado de manera habitual dentro de sus bandas.  No es típico que estos proyectos prosperen, pero la verdad resulta interesante ver qué nos tienen como propuesta nueva estos artistas, que los haga deslindarse de la banda en la cual los conocemos para ver qué tan distinto e/o interesante es esa nueva propuesta.

Así resulta ser el caso del cantante de la veterana agrupación de Heavy/Power Metal alemán Grave Digger, el señor Chris Boltendahl, quien, tras 42 años de llevar el estandarte de su agrupación (inclusive en sus etapas como Digger o Hawaii), ha decidido dar punto de partida a un nuevo e interesante proyecto solista, que lleva el nombre de CHRIS BOLTENDAHL’S STEELHAMMER.

Para ese puntapié inicial que resulta ser el álbum debut de esta agrupación (lanzado el reciente 28 de julio a través de Rock Of Angels Records, e intitulado “REBORN IN FLAMES”), Chris se ha hecho rodear del guitarrista Tobias “Tobi” Kersting, el bajista Lars Schneider y el batero Patrick Klose (cuyo instrumento también ejecuta con Cold Revenge, Iron Savior y Bright Guardians).

Desde la inicial “Reborn In Flames”, que da nombre al álbum, podemos observar que el sonido de manera inicial no se distancia tanto de lo que hemos visto dentro de la banda principal del señor Boltendahl (inclusive podríamos decir que es un guiño a los primeros años de Grave Digger), aunque se puede percibir un tanto más de oscuridad en los riffs que comandan dentro de esta canción, englobada a nivel rítmico en una sintonía que me recuerda lo visto en piezas como “Victim Of Fate” de Helloween en sus momentos más álgidos.

La energía sigue desenvolviéndose, esta vez en un estilo más notablemente Heavy y apelante a la velocidad cuando aparece en la lista de canciones la entretenida “Fire Angel”, donde guitarra y bajo seguirán siendo preponderantes en darle el poderío necesario a este número, donde el punto débil es el estribillo, que es simplemente el nombre de la canción repetido varias veces (qué original, tanto que el Iron Maiden de 1988 exige créditos por ello).

El Heavy Metal arrollador y sin ambajes sigue su marcha firme e inexpugnable, al sonar de la melodía de la guitarra que maneja “Tobi” Kersting para que “Beyond The Black Souls” sea la siguiente en sonar en los parlantes.  Quizás no sea tan veloz como sus predecesoras, pero la fuerza en cada uno de los instrumentos es perceptible a flor de piel, brindando ya a este punto un sentir de que hay variedad dentro del álbum.

Chris Boltendahl también ha tenido su lugar para el Hard Rock dentro de su vida, y si no me creen, pregunten sobre qué hacía en el año 1986, cuando mutó Grave Digger en simplemente Digger.  Pues bien, algo así tendremos en la canción “Gods Of Steel”, pero sin dudas, mucho más oscuro que lo visto en aquel LP llamado “Stronger Than Ever”, cuando acortaron el nombre de la banda.  Acá podríamos decir que tenemos el estribillo más coreable de esta lista de piezas.

La senda musical nos lleva a la más corta de las canciones dentro del redondo, la cual rebosa de tremenda velocidad en su ejecución.  Y no es para menos, puesto que “Die For Your Sins” parece ser la que más quiere rescatar la esencia pura de Grave Digger, tanto de sus inicios más Speed Metaleros como de la era más gloriosa de esa fenomenal trilogía que inició con “Tunes Of War” (1996), prosiguió con “Knights Of The Cross” (1998) y tuvo un gran clímax artístico con “Excalibur” (1999).

Con un inicio que poco a poco va fortaleciéndose en medida de poderío sonoro, llega el momento para que “Let The Evil Rise” entre en escena.  Esta pieza me recordó mucho a lo que viví en el 2008 al conocer la genial “Twisted Mind” de Avantasia, y es que ambas manejan el mismo ritmo e inclusive la misma entonación oscura y perversa (claro, la intencionalidad dentro de la pieza de este álbum va mucho más frontal en cuanto a la agresividad si la comparamos con el número que cantaron a dueto Tobias Sammet y Roy Khan en el glorioso “The Scarecrow” (2008)).  También podemos agregar que el señor Kersting se manda un solo de guitarra muy interesante, con cierta aspereza en su estilo, pero sin perder la dulzura de la melodía.  Lástima que de nueva cuenta recurran a convertir el nombre de la pieza en estribillo repetido.

Las criaturas perversas han de salir de las criptas al iniciar el riff con ciertos matices de Medio Oriente que nos trae al plato la pieza “Out Of The Ruins”, donde el ritmo decrece en tempo en favor de crear la atmósfera propicia que nos dibujarán bajo y guitarra (a propósito del bajo, hay que darle mucho mérito a la producción de que dicho instrumento no se pierde dentro de la mezcla, sino que es muy habitual escuchar las notas saliendo de esas 4 cuerdas graves que maneja Lars Schneider).  Hablando de la guitarra, nuevamente 10 puntos para “Tobi” Kersting, quien logra otro formidable solo con sus 6 cuerdas.  Y además, el estribillo resulta ser bastante interesante.

En discos como éste, no es raro hallarse himnos de amor confeso al género Metal, y el señor Boltendahl no quiso pensar 2 veces en incluir algo así para esta oportunidad, así que, por lo tanto, el momento de disfrutar de la intensa, potente y voraz “I Am Metal” ha llegado.  Sé que hay un sector del público que le fastidia este tipo de piezas, que les resulta muy cursis e innecesarias, pero también los hay quienes disfrutan de este tipo de cantos, los cuales ganan mucho impulso en vivo.  Y bueno, en sí la pieza es fenomenal, contando inclusive con momentos de blast beat que enloquecerán a las masas que visten de cuero.

El riff de bajo pegadizo mientras Patrick Klose construye con tambores y platillos el ritmo del Hard Rock nos han de llevar en la oscura e intensa “The Hammer That Kills”, que sí, nuevamente tiene el problema en el estribillo de “repetir el nombre de la pieza”, aunque acá siento que no resulta ser tan problemático como resultó en los 2 casos anteriores, combinando inclusive bastante bien con la construcción melódica de la guitarra en ese momento de la pieza.

Si a alguien le faltan energías al llegar a este punto, pues que salga del salón, o se tome algo para reanimarse, puesto que “Iron Christ” no dará punto al descanso apenas termine el coro inicial que canta el estribillo de la canción, tras lo cual, la metralla dura, directa y concisa del grupo en la persona de sus instrumentistas saldrán como fieras al acecho para darnos otra potente dosis de Heavy Metal a la vena.  Acá se lucen de manera muy desenfrenada tanto Patrick Klose en la batería como Tobias Kersting con ese solo tan demencial de guitarra.

El álbum presenta la canción “Beds Are Burning” como bonus track, la cual retoma el ritmo del Hard Rock, y en donde el bajo es el protagonista principal en la construcción atmosférica, y consigue encajar bastante con las estrofas que Chris canta en sus tonos más graves.  Un número interesante, quizás no el más memorable pero que tiene un bonito estribillo.

Los años de experiencia que Chris Boltendahl tiene en esto de la música le dan garantía de que podemos esperar un producto de buen disfrute, y en el caso de su proyecto solista es como si quisiera volver por un momento a esa etapa más Heavy/Speed Metal de Grave Digger, donde su agrupación no se presentaba mostrando temáticas tan épicas como las que los han llevado a ser más conocidos dentro del círculo metalero, sino más bien trayendo letras más oscuras y mundanales (si se puede usar ese término).  En resumidas cuentas, un álbum entretenido y con sonido potente, que si bien no será el más sobresaliente del 2023, será bien recibido por quienes añoren buen Heavy Metal con mucha actitud.