WINTERAGE – Nekyia 🇮🇹 (Album Review)

Por Michael Prado

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A lo largo de mis 18 años disfrutando de las maravillas que el Rock y el Metal me han dado, me llama la atención cómo me he llegado a dar cuenta sobre la existencia de muchas de las bandas que conozco.  Debo admitir que soy de esos que mucho de lo que hoy disfruto fue gracias a esos programas de descarga musical como Limewire, AresGalaxy y demás yerbas.  También gracias a webs donde, con mucha gentileza para los fans (mas no así para las bandas, hay que ser sinceros), otros fans ponían a disposición de la gente enlaces en webs como las difuntas Rapidshare, Megaupload, entre otras, donde se encontraban los discos de esas agrupaciones.  Pero el caso que nos llama la atención en este momento llegó a mi vida de una manera bastante peculiar. Y es que vamos, para uno que vive en esta selva llamada Latinoamérica es más complicado el hacerse con material físico de agrupaciones en estos géneros, por desgracia, comparado a como sería en las Uropas.

Hace ya 9 años, en el 2014, apareció en mi feed de Facebook un comentario del guitarrista de Dark Moor, el señor Enrik García (a quien sigo en dicha red social), felicitando a una agrupación llamada WINTERAGE por el lanzamiento del single para dar a conocer su primer disco “The Harmonic Passage” (2015).  Me llamó la atención la portada de ese álbum, por lo cual me di a la escucha de ese sencillo, el cual me enganchó de una, en lo que llamo sin dudas “amor a primera escucha”, algo que se consolidó con la llegada del álbum aquel épico 2 de febrero (mismo que, un par de años más tarde, compraría en formato físico).

Luego, los fans tuvimos que esperar la extensa suma de 6 años para que llegara el siguiente LP (en medio de esa espera, el grupo nos recetó un bonito sencillo navideño a finales del 2015 con una canción llamada “The Legend of White Tannenbaum”), donde cifrábamos las esperanzas de que Winterage se iba a consolidar todavía más como una banda de calidad innegable.  Y créanme que así fue, puesto que “The Inheritance Of Beauty” (2021) significó la consolidación total, absoluta e incuestionable de estos chicos como un grupo que venía a dejar su huella bien grabada en el terreno artístico.

Por fortuna, la espera para un tercer álbum no fue tanta en esta oportunidad, y el conjunto que al día de hoy integran el violinista Gabriele Boschi (único miembro fundador que queda), el cantante Daniele Barbarossa, el guitarrista Gianmarco Bambini (integrante también de Altair y Rising Dark), el bajista Matteo Serlenga y el baterista Luca Ghiglione, ha ido publicando en estos últimos meses los sencillos previos a la llegada de lo que aparecerá este 7 de julio a través de Scarlet Records bajo el nombre de “NEKYIA”.

El disco, al igual que sus 2 predecesores, comienza con una introducción instrumental bastante mística, intitulada “Apertio Ad Profuntum” (Apertura del Profundo), que desde el nombre y la intencionalidad ya nos muestra más o menos de lo que irá el disco, el cual, según propias palabras del grupo, apuntará a una senda más oscura que en las iteraciones anteriores (que fueron de corte más glorioso y luminoso).

La impresionante espectacularidad de esta agrupación, misma que se ha hecho manifiesta desde el arranque de sus discos anteriores, llega a mostrar su enorme brillantez con el arranque potente de “Simurgh The Firebird”, tremendo número que apela en su letra a una criatura de la mitología iraní, muy similar en su contexto al más popular ave fénix.  Las mágicas orquestaciones, el resonar del violín de Gabriele y la voz elegante de Daniele (que pasa sin mucho esfuerzo de hermosos tonos líricos a agudos que nos dejarán perplejos), en conjunto con la magna labor de los instrumentos de cuerda y esos ocasionales blast beats de Luca en la batería nos brindan el perfecto inicio para esta aventura.

Si con el despliegue de potencia inicial algunos no tuvieron suficiente, pues preparen sus cuellos, porque corren el riesgo de que sus cabezas salgan volando con el recargadísimo subidón de energía que la banda va a demostrar en la potentísima “The Cult Of Hecate”, que fue electa por el grupo para dar a conocer sus intenciones de nuevo álbum como primer sencillo del mismo.  Melodías más oscuras de lo habitualmente presentado por el grupo (bueno, visos de algo así ya se habían visto en el álbum anterior con su megaépico numero final “The Amazing Toymaker”) son parte esencial del menú en esta espectacular pieza, que nos habla en su letra sobre la diosa griega asociada a artes oscuras.

Retomando el curso más épico y heroico al que el grupo nos ha tenido acostumbrados, surge “Numen” en el horizonte, con majestuosa construcción, una sección instrumental con bastante influencia Folk (que nos hará inclusive danzar con ese ritmo tan pegadizo y propicio para ello), y no es para menos, dado que “numen” hace apelación al término que se usaba para referirse a las deidades o al ingenio poético.

“Nekyia”, pieza que bautiza al disco, va desplegando poco a poco su majestuosidad más solemne, tenebrosa y enigmática, la cual nos recuerda en su intencionalidad obras como la majestuosa “Queen of the Dark Horizons” de Rhapsody of Fire (vamos, que debido a la procedencia de esta agrupación y el género que abarcan, las comparativas con la agrupación que hoy comanda Alex Staropoli van a ser inevitables).  Esos coros tan imponentes del arranque nos conducirán, cual Odiseo en el XI canto de “La Odisea” para visitar al sabio Tiresias, en este viaje a través de las profundidades del Hades griego.

Así, el tiempo nos lleva a esta escala del álbum que, en lo particular, me fascina sobremanera, con todo y que es la balada del álbum, pero es que señores, la majestuosidad de “La Fonte d’Essenza” es algo que uno se queda corto en palabras para describirla simplemente en un párrafo, debido a la gran elegancia con la que fue construida en cada uno de sus componentes, en especial esos acordes acústicos, las melodías del violín, la hermosa y conmovedora letra cantada en italiano por Daniele Barbarossa, la cual alcanza un magnífico cénit al ser cantado ese estribillo que nos hace sentir algo similar cuando llegábamos al de la maravillosa “Lamento Eroico”, nuevamente de Rhapsody of Fire.  Algo tienen estas piezas cantadas en este hermoso idioma que las hace tan preciosas y contagiosamente cantables.

Las sombras se vuelven a adueñar del ambiente en el que se desenvuelve el álbum, y máxime con esa recitación oscura que antecede a los violentos golpeteos a la batería ejercidos para ese envolvente y siniestro número de nombre “Dark Enchantment”, en la cual Daniele recurre a sus tonalidades y cadencias más malévolas que puede ejecutar con su voz tan prodigiosa, lo cual nos hará sentir, en conjunto con el resonar de las 4 cuerdas comandadas por Gabriele Boschi en un aterrador ritual de naturaleza sobrehumana.  Y si a eso le sumamos esos coros épicos en latín, o bien orquestaciones majestuosas que ambientan todavía mejor el asunto, ¡vaya número que han creado!

Venganza, epicidad, misticismo y una lucha desigual son cosas que podemos encontrar en la épica obra literaria “Moby Dick” de Helman Melville, la cual inspiró a la banda para crear este hermoso y grandilocuente número intitulado “White Leviathan”, que nos habla de la terquedad humana en querer dejarse llevar por sus instintos más oscuros con tal de saciar su sed de venganza, aún si el enemigo es abrumador en forma incalculable.  La pieza en su estructura musical va en esta ocasión más acorde a lo visto en los 2 primeros discos, aunque también salpicada por un tanto de la oscuridad que se ha adueñado del grupo en esta oportunidad.

Llegamos así de ligero al número que dará conclusión a este viaje tan maravilloso, y, si bien no es de tan larga duración como el que dio cierre a su anterior álbum (“The Amazing Toymaker”, que tenía una imponente duración de 16 minutos y medio), no deja de ser otra pieza de elaboración prodigiosa sobremanera.  Vamos, señores, que quien quiera hacerle cara fea a la maravillosa “Metamorphosis, A Macabre Ritual”, en definitiva, no tiene corazón, puesto que acá el grupo echa mano más que nunca de recursos como orquestaciones sombrías, riffs potentes, una construcción melódica lúgubre en el violín y cantos llenos de malignidad (aparte de un apoteosico final) son parte de este festín que concluirá este viaje con un outro instrumental de nombre “Resurrectio Ad Mundum”.

Winterage quiso dar un llamativo giro de tuerca a su propuesta musical, la cual ha tenido muchas luces de magia, fantasía y epicidad desde sus arranques (cosa que inclusive se podía notar en su primera creación discográfica, el EP “Winterage” (2011)), y ha apostado por cubrir de un velo más turbio y enigmático su música, lo cual ha beneficiado bastante sus creaciones.  No cabe duda de que estamos ante un disco majestuoso, que si bien en mi caso particular no supera al formidable “The Inheritance Of Beauty”, no deja de ser un buen y muy digno añadido a la discografía de esta agrupación oriunda de Génova.