THEOCRACY – Mosaic 🇺🇸 (Album Review)

Por Michael Prado

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Me suelen dar risa los que quieren estereotipar al Rock y Metal como algo en lo que solamente se construye música que “es alabanzas al diablo” y demás patrañas, cuando desde hace 4 décadas tenemos agrupaciones que hacen música enfocada totalmente en la fe cristiana que profesan (el primer ejemplo de ello lo tenemos en el gran precursor Larry Norman, a finales de los 60).  Y en la actualidad hay grupos de gran calidad que nos cantan de su fe, sin que eso demerite en lo absoluto que el producto musical sea disfrutable.

Una de las agrupaciones dentro de este espectro que ha sido denominado comúnmente como “White Metal”, resulta ser THEOCRACY, banda procedente de Athens, Georgia, y que fue fundada en el año 2002 por su líder y cantante Matt Smith (para ese entonces fue concebida como un “One-Man Project”, forma en la que recibimos su debut “Theocracy” (2003), para reclutar después varios músicos que grabarían su segundo LP “Mirror Of Souls” (2008).

Los años han pasado, varios cambios en la alineación han ocurrido, y en estos tiempos, junto a Smith, el grupo lo componen el guitarrista Jonathan “Jon” Hinds, el bajista Jared Oldham, el guitarra solista Taylor Washington (incorporado al grupo en 2022, además de ser el conocido líder de la banda Paladin) y el batero Ernie Topran (miembro actualmente de Dead City Crown).

Theocracy suele dejar espacios de tiempo algo prolongados entre los lanzamientos de sus álbumes (la menor de las esperas ha sido de 3 años entre “Mirror Of Souls” y “As The World Bleeds” (2011)), y tras lo que fue “Ghost Ship” (2016) nos tuvieron en fila de espera durante 7 años, que por dicha han concluido este 13 de octubre, cuando hemos recibido a través del sello Atomic Fire Records la llegada del quinto larga duración de estos músicos norteamericanos que lleva el nombre de “MOSAIC”.

El álbum abre, como suele ser usual en esta agrupación, con un número de tremenda calidad y potencia desatada como lo es en esta oportunidad “Flicker”.  Theocracy, a diferencia de otros grupos (como Stryper o las bandas dirigidas por Christian Liljegren, por citar un par de ejemplos), no es una banda que te predica a Cristo de lleno en sus letras, pero sí nos da su punto de vista sobre ciertas situaciones en el mundo desde una óptica “Cristocéntrica”, por así decirlo, y esta canción nos presenta una crítica hacia ciertas problemáticas, como las divisiones que suelen haber en la humanidad por cosas que no deberían apartarnos el uno del otro.

Para “Anonymous”, el peso de los riffs en las guitarras de Hinds y Washington, como si fueran imbuidos de cierta fuerza procedente del legado Thrash Metalero, mientras en la letra que Matt nos canta hace referencia a la salvación que se obtiene al aceptar a Cristo en el corazón, y añadiendo un tanto de escatología al parafrasear varios pasajes del Apocalipsis al respecto, más en específico la conocida cita de “nos hizo Reyes y Sacerdotes” (Ap 5:10).  A destacar bastante el solo de guitarra, bastante melodioso y con ciertos matices progresivos.

Amo cuando las piezas de esta banda inician con cierta ligereza, pues en este tipo de piezas podemos ver mejor las influencias de Rock Progresivo (más en específico de Queensrÿche, algo que siempre ha admitido Matt), y el resultado que obtenemos con “Mosaic”, la pieza que intitula el redondo, que inicia suave y luego nos trae el riff de galope «à la Maiden« que tanto amamos, y que termina creciendo en un momento de mucho Speed Metal al llegar el hermoso estribillo, donde la letra compara las vivencias de nuestra existencia con un mosaico como los de los hermosos vidriales de un templo.

Con esta banda no falta nunca el poderío en las guitarras (en su momento Jon Hinds tuvo como compañero al talentoso Val Allen Wood y al mismo Matt Smith, en tanto que hoy es acuerpado por Taylor Washington).  Y créanme que los riffs que componen la fenomenal “Sinsidious (The Dogs Of War)” no dejarán a nadie insatisfecho, menos siendo una pieza con una sólida base Speed Metal, que nos trae una letra con clamor a parar los confrontamientos armados de una vez por todas.  ¡Y ni hablar del solo de guitarra por parte del señor Washington, delicia pura, como diría un excolaborador de la web!

Si hay una pieza cuyo estribillo me pareció fascinante, ésa resulta ser sin temor a equivocarme la mágica y melodiosa “Return To Dust”, que nos habla con tanta sensatez de lo efímero de nuestras existencias, y que sin importar si somos ricos o pobres, de la raza que seamos, la hora de volver a la tierra nos ha de llegar a todos.  La pieza va en una onda más AOR, con mucho enfoque en la melodía, siendo un punto de inflexión dentro del disco que no deja de ser disfrutable.

Albert Einstein es reconocido por la famosa frase de “hay 2 cosas infinitas, la estupidez humana y el universo, y albergo dudas sobre la certeza de la infinitud de la segunda”, y más o menos en esa onda va la letra directa y sin ambages de “The Sixth Great Extintion”, hablando de lo peligrosas que pueden ser ciertas decisiones humanas que podrían desencadenar un desenlace fatal para nuestra especie y la vida tal y como la conocemos en este planeta.  En esta oportunidad tenemos un número que me recuerda cosas que Theocracy ha hecho en el pasado como por ejemplo en la tremenda “Altar For The Unknown God” de su álbum del 2011.

Las melodías que construyen las guitarras y que dan paso a que Ernie Topran desate la velocidad máxima con su batería en este redondo dentro de “Deified” nos dan como resultado un número que será partícipe de muchos dolores de cuello tras escucharla, debido al intenso headbanging que nos invitará a hacer para seguirle el ritmo, mientras Matt, con su pulida y distintiva voz nos canta del peligro de caer en idolatrías a gente que luego nos va a defraudar, algo que ocurre en tantos círculos, como en el político o inclusive en el religioso, donde mucha gente concurre en el error que el Apóstol Pablo le señalaba a la Iglesia de Corinto cuando se decían “yo soy de Pedro, de Apolos o de Pablo” (1 Co 1:12,13).

Matt Smith suele crear hermosas baladas que a mí en lo personal me tocan profundamente el corazón.  Ya tuvimos la hermosa “Sinner” en su debut, la recordatoria del nacimiento del Mesías llamada “Bethlehem” o la más movida pero igual emotiva “Drown”.  Pues para este álbum tenemos una muy conmovedora “The Greatest Hope”, que en su letra parece dedicada a un ser muy querido por el líder y cantante de esta agrupación.

Tras este momento de reposo, hay que retomar fuerzas, pues nos preparamos para un cierre bastante intenso del álbum, con 2 canciones que son algo elongadas.  La primera de ellas es la potente “Liar, Fool or Messiah”, que nos narra dentro de sus 7 minutos y medio de duración las escenas de arresto, juicio y sentencia de muerte para el Nazareno que predicó ser “el Camino, la Verdad y la Vida” hace poco menos de 2 mil años en sus travesías por toda Palestina, antes de sacrificarse por la humanidad.

Una de las historias bíblicas que más han apasionado a la gente (no en vano tiene varias adaptaciones en película -tanto actuada como animada- e inclusive una tremenda serialización hecha en Brasil) es la de la liberación del pueblo de Israel de su cautiverio atravesado durante más de 400 años en la tierra de Egipto.  Esta es la base que toma esta banda para lo que es el inmenso punto final de este álbum, que lleva el nombre de “Red Sea”, que dura 19 minutos, en los cuales nos narra la liberación que los hebreos tuvieron para partir de la tierra gobernada por Faraón, y posteriormente haciendo una analogía del Mar Rojo con la sangre de Cristo vertida en la cruz para reconciliar a la humanidad con Su Creador.  La pieza presenta muchos de los matices habituales que, quienes hemos seguido al grupo, le conocemos para este tipo de canciones.  Podemos identificar ciertos elementos como los vistos en “I Am”, “The Serpent’s Kiss” o “Twist of Fate”, con esa construcción progresiva que inicia con cierta quietud, pero va tomando fuerza hasta convertirse en una tempestad musical imparable, llena de gran ingenio y poderío.

Ahora bien, vamos a comentar algunos aspectos más técnicos del disco, como la producción del mismo, donde el sonido, si bien no veo una notable mejoría con respecto a lo visto en años anteriores, como que no le hace falta, máxime cuando venimos de cosas que fueron tan bien labradas como “As The World Bleeds” (el cual es parte de mi top 10 de toda la vida a nivel musical).  Matt Smith se vuelve a anotar un golazo en este aspecto (él también se encarga de la producción, grabación, ingeniería y masterización, compartiendo para esta oportunidad ese último rubro con Emily Lazar y Chris Allgood).

Luego, la portada del disco me llamó poderosamente la atención desde que fue mostrada por primera vez, pues es ver uno de esos hermosos vidriales que, como dije en la canción “Mosaic”, son los que ornamentan con tan brillante hechura las ventanas de los templos cristianos.  Una idea muy original, si me permiten decirlo, y bien lograda por Steven W. Howard.

Debo concluir diciendo que, si bien la espera por un nuevo álbum de Theocracy suele hacerse muy larga en ocasiones, de ser ése el precio a pagar para que el grupo siga manteniendo la cota tan alta en cuando a calidad en sus lanzamientos discográficos, pues habrá que hacer el sacrificio, porque el hecho de que nos hayan dado 5 discos prácticamente sin pero alguno en cuanto a calidad musical se refiere (ya lo de las letras quedará a criterio subjetivo de cada quién, muy seguramente influenciado por las convicciones religiosas o irreligiosas que tengan) habla bastante bien de ellos.  Por lo pronto, no se diga más y ¡a sacarle el máximo provecho a esta joya que de fijo muchos tendrán en su escalafón de mejores álbumes para este año!

P.D.: no puedo evitar recordar lo que se me parece físicamente Matt Smith a Hansi Kürsch cuando éste se dejaba todavía la melena, jejeje.