SECRET SPHERE – Blackened Heartbeat 🇮🇹 (Album Review)

Por Michael Prado

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PIEZAS QUE SON INSUSTITUIBLES

Hay veces que la vida, cuando hace las veces de rompecabezas, nos hace ver de una u otra forma, que si bien puede haber ciertas piezas que encajen en un todo, habrá una que, inevitablemente, será la idónea para complementar de la manera más óptima ese todo, por más que uno se empeñe en buscar llenar ese vacío con otra que logre ajustarse bien ahí.

Inicio con esta analogía haciendo hincapié en lo que ha sido de la gran agrupación de Progressive Power Metal italiana SECRET SPHERE, la cual, si bien no resintió tanto la salida de su cantante original, el señor Roberto “Ramon” Messina en el año 2012, el cual fue sustituido en dicha labor por el gran cantante Michele Luppi (también reconocido por su carrera en Vision Divine y una breve etapa en Thaurorod, aparte de ser tecladista y corista de los titanes Whitesnake), los fans no dejaban de extrañar al hombre que se encargó de darle voz a los álbumes más queridos del grupo, como lo son “Mistress Of The Shadowlight” (1999) y “A Time Never Come” (2001).

El tiempo siguió su curso, el señor Luppi decidió separarse de Secret Sphere para enfocarse más de lleno a su labor con Whitesnake, y fue la excusa perfecta para que el grupo, encabezado por el guitarrista Cataldo “Aldo” Lonobile (miembro también de Archon Angel, Black Eye, Edge of Forever, Lunarian, Ring of Fire, Sweet Oblivion, The Erinyes, Poison Rose y compositor del proyecto Timo Tolkki’s Avalon) en conjunto con el bajista Andrea Buratto (quien también es parte de Eternal Idol, Hell in the Club, The Erinyes y Ace of Hearts), diera la bienvenida nuevamente al señor Messina a la agrupación que complementan el tecladista Gabriele Ciaccia (miembro además de Odd Dimension) y el baterista Marco Lazzarini (el cual también forma parte de Archon Angel, Art of Silence, Hell in the Club, Odd Dimension y Smart Void).

Con esta formación, en este 2023, el quinteto originario de Alessandria, Piemonte, retornaron al estudio de grabación por décima vez, trayendo de esta forma un bienaventurado 10 de noviembre, una joya musical de proporciones que han sorprendido en gratísima manera a quien escribe estas líneas.  Pero, ¿qué es lo que vuelve tan especial y maravilloso a este “BLACKENED HEARTBEAT”, álbum #10 en el conteo grupal de Secret Sphere?  No te despegues de la lectura para enterarte de ello.

ESA EXTRAÑA PARADOJA DE UN PSICÓLOGO CON PROBLEMAS MENTALES

No es algo raro para Secret Sphere en su historial abordar una historia dentro de todo un álbum de su manufactura, puesto que ya tuvimos precedente de ello con “Sweet Blood Theory” (2008), el cual estaba basado en la historia de John William Polidori, “El Vampiro”, escrita en 1819.  Y para esta oportunidad, el grupo ha decidido crear una historia original, la cual gira alrededor de un personaje muy peculiar conocido como el Dr. Julius B.

Dicho protagonista de este relato es un psicólogo de gran renombre, quien, de manera quizás paradójica para su profesión, sufre una profunda crisis depresiva, la cual lo hace incapaz de sentir emociones, por lo cual busca saquear el inconsciente de sus pacientes (¿o quizás víctimas?) para drenar de ellos la esencia de la vida que lo ayude a sentir de nuevo.

Debemos decir que, si bien el concepto manejado para la historia que conoceremos a través de las 11 canciones que componen el disco suena bastante atrayente y prometedor de que tendremos un buen rato con lo que nos han de contar, la hechura de las canciones consolida todavía mejor el grato resultado de lo que obtenemos en este disco.

NO ES SOLAMENTE UNA INTRINCADA HISTORIA, SINO QUE LAS CANCIONES SON FENOMENALES

“The Crossing Toll” inicia la odisea en la historia de Julius B. con una armoniosa hechura en rasguidos de guitarra acústica, que poco a poco van sentando la atmósfera que nos llevará a conocer los porqués de esa situación que vive este enigmático personaje.

Notas melancólicas, a la vez que poderosas, y un despliegue bastante intenso de sentir Power Metalero a flor de piel, es lo que nos introducirá de plano a esta fascinante historia con la genial “J.’s Serenade”, que no da mayor espacio a dudas con la generación de notas, acordes y golpeteos veloces de la batería, donde Messina nos hará partícipes con su voz del pesar en el corazón del ilustre psicólogo, acompañado de un excelso trabajo coral que suena muy similar a lo que hemos podido disfrutar en álbumes de los años 90 y 2000 de otras bandas.  Brillante forma de arrancar el álbum.

La intensidad del álbum no baja, mientras la atmósfera se vuelve más grave al avanzar hacia “Aura”, pieza que cuenta con un formidable trabajo en los tambores por parte de Marco Lazzarini, quien será uno de los principales artífices de la grandeza en este nuevo redondo.  Y ni se diga de los riffs de guitarra, donde Aldo y Andrea harán que con sus cuerdas retumben nuestros parlantes.

Si alguien extrañaba en estos tiempos que un álbum ejerciera énfasis en desarrollar velocidad a través de la mayoría de sus canciones, créanme que con este redondo quedarán más que satisfechos, y “Bloody Wednesday” da fe de que se sigue esa senda y con mucha propiedad, aparte de que los guturales acentúan más la gravedad de la situación que concierne a la historia de nuestro afligido protagonista, situación que quizás nos describa todavía mejor el intrincado solo de guitarra que ha compuesto Aldo para este piezón.

Quizás Gabriele Ciaccia no ha tenido suficiente espacio en medio de la vorágine de piezas tan veloces y agresivas para demostrar su talento en las 88 teclas, pero el arranque y desarrollo de la hermosa “Captive” es el momento propicio para que este genial músico nos muestre de qué está hecho, al igual que la pieza nos brindará una forma de poder escuchar mejor el trabajo que Andrea Buratto ha logrado con sus 4 cuerdas de grave sonoridad, dentro de esta pieza que va más en sintonía del AOR y Hard Rock, pero que no rompe en lo absoluto con la genialidad que hasta ahora hemos atestiguado.  Y no crean que Marco estará muy quieto en su instrumento de percusión, sobre todo cuando Aldo dibuje ese melodioso y asombroso solo de guitarra.  Podríamos decir que esta pieza nos muestra el lado más melódico de la banda.

Si queríamos conocer todavía mejor a este intrincado personaje que es el “Dr. Julius”, pues qué mejor que hacerlo a través de una pieza que lleve su nombre.  Resulta curioso que, si bien en estas 2 piezas la banda ha decidido bajar un tanto las revoluciones (dije un tanto, pues hay momentos donde no se abandona la velocidad e intensidad para nada), el nivel tan alto de majestuosidad sigue constante, en especial cuando se tienen interpretaciones vocales tan épicas como las que “Ramon” nos sigue regalando (dichoso sea ese momento de 2021 donde él y el resto del grupo arreglaron su retorno triunfal, que nos brindó en ese mismo año tan grandioso LP como lo fue “Lifeblood”).

No sé si el gran público estará preparado para la masacre y vapuleada artística que este quinteto (junto al hermoso trabajo orquestal logrado por Antonio Agate) han logrado para la poderosísima “Confession”, que arranca con orquestaciones seguidas de arrolladores blast beats con los que Marco parece querer destrozar su batería, dando paso a una excelente performance de Roberto que nos narra de la perversa labor que está haciendo el médico con sus pacientes con tal de subsanar su necesidad de recuperar el sentir.

La banda quiere seguir dando batalla con fieros acordes, una velocidad controlada pero irreflenable, y un “Ramon” Messina desatado con sus cantos épicos, como sigue ocurriendo en “One Day I Will”, otra de esas piezas que tiene una estructura bien progresiva y cargada de melodías encantadoras, riffs y acordes potentes acordes a la ocasión y una dirección rítmica que Marco Lazzarini con el talento que posee en la batería hace manifiesto.

Tras tanta tralla que hemos percibido y disfrutado en esta travesía a través de la intrincada mente del Dr. J., llega un instante de hermoso y cautivador reposo dentro de la hermosa balada intitulada “Anna”, quizás a propósito de un amor que pasó por la vida del protagonista de nuestra historia.  Las guitarras acústicas y el elegante canto de Roberto nos regalan un instante de descanso más que necesario para continuar con el resto del álbum, y que aparte, resulta muy disfrutable, sobre todo al conjuntarse la voz de nuestro cantante con los coros, dando un aura bastante emotiva.

Vaya que era necesario ese descanso, pues la carga pareja a toda velocidad retorna, y sin algún atisbo de piedad en absoluto, por medio de la arrolladora “Psycho Kid”, que nos hará recurrir a algunos al quiropráctico por algún posible síntoma de tortícolis que semejante velocidad nos provocará al buscar seguirle el paso con nuestro headbanging enloquecido, aparte de que el canto de Roberto es igual de irrefrenable en algunos versos a lo largo de la pieza.  Y ojo al fenomenal trabajo en el teclado por parte de Gabriele, quien nuevamente vuelve a ser MVP dentro de este número.

Qué triste tener que despedirse de un disco tan maravilloso como éste, pero ese momento tiene que llegar tarde que temprano (todo es efímero en esta vida), y bueno, al menos podemos decir que el cierre es más que apropiado para una joya de este porte y nivel, como lo es “Blackened Heartbeat”, pieza que intitula y da final al álbum, en un cierre trepidante donde nuestro protagonista se da cuenta que todas las respuestas están dentro de sí mismo, hecho que nos da a conocer el señor Messina en su mejor interpretación vocal a lo largo del álbum, alcanzando agudos fenomenales y una epicidad soberbia.

DALE A TU PASIÓN UN NUEVO CHANCE

Creo que no podemos darle mejor conclusión a esta reseña más que manifestando y reafirmando la idea con la que le dimos inicio, comentando que este décimo disco de Secret Sphere es una obra de magnífica hechura en todos sus aspectos, donde los músicos involucrados han dejado lo mejor de sí para dar vida a 11 canciones pletóricas de sentimiento, fuerza, intensidad y genialidad artística como ya no se ve tanto en estos días.  Al menos en mi humilde caso, este álbum llega a ser el mejor que he podido disfrutar en este 2023 y no está de más recomendarlo a todo aquel que se considere amante de la buena música, e inclusive, puede que con él vuelvas a retomar la fe en un Power Metal al cual muchos dan por muerto dada la carencia de nuevas ideas dentro del mismo.