SEBASTIAN BACH – Child Within The Man (Album Review)

Por Santino G. Barbas

«Child Within The Man», el nuevo trabajo en solitario de Sebastian Bach, grabado nada menos que con el potente productor Michael “Elvis” Baskette (Mammoth WVH, Alter Bridge) detrás del tablero. Demostró encajar perfectamente tanto sonora como filosóficamente. En lugar de grabar en la costa oeste, Sebastian y sus compañeros Devin Bronson (guitarras), Todd Kerns (bajo) y Jeremy Colson (batería) se trasladaron a Florida y se refugiaron en el Studio Barbarosa de Elvis. Invariablemente se beneficiaron de vivir, escribir y grabar juntos bajo un mismo techo, una novedad para el propio Bach. Se nota qué tan tenso es el sonido durante toda la producción.

Este álbum llega diez años después de su predecesor «Give ‘Em Hell», y los viejos hábitos cuestan morir, como dice el proverbio. Su estilo característico está siempre presente, su poder y furia son una constante invariable e intransigente. Desde ‘Freedom’ hasta ‘About To Break’, este disco es 100% puro hard rock y heavy metal sin concesiones y sin sorpresas, rememorando a los viejos clásicos de su ex banda, Skid Row.

En resumen, Sebastian está de vuelta y trae consigo su nuevo álbum, «Child Within The Man», que se lanzará a través de Reigning Phoenix Music. Con un sonido que recuerda a aquellos primeros álbumes mágicos de finales de los ochenta y principios de los noventa, este álbum tiene algo para todos sus seguidores.

‘Everybody Bleeds’ abre el álbum con un riff de apertura fácil de digerir y un susurro a los oídos antes de acelerar a un ritmo frenético, haciendo que la cabeza asienta y golpee los pies. El familiar tono vocal característico de Sebastian le da una urgencia que refleja la historia dentro de la letra. Un ritmo fuerte, un buen solo de rock y una actuación ajustada de todos los miembros de la banda preparan el escenario para el próximo álbum. ¡Excelente golpe inicial!

‘Freedom’ es otra canción de ritmo rápido que tiene letra de «ahora estoy pateando traseros y cerrando bocas«, que personifica cómo esperas que se sienta Bach con la grabación de otra gran canción rockera. También cuenta con la participación de lujo del invitado John 5, que continúa su largo trabajo con Bach. ‘(Hold On) To The Dream’ te engaña haciéndote pensar que es una especie de balada (muy al estilo de ‘Quicksand Jesus’, del glorioso «Slave to the Grind» de 1991), pero rápidamente comienza a encenderse con un ritmo de medio tiempo muy groove. Con una cadencia claramente más ralentizada pero lleno de poder e intimidación (letras como “golpéate la cabeza contra la pared por nada”), hacen que todo este primer cuarto de álbum te atrape de manera inmediata.

‘What Do I Got to Lose?’ (coescrito con Myles Kennedy de Alter Bridge, Slash) fue la pista elegida como primer corte de difusión del nuevo álbum, y se presenta con un gran riff de blues antes de lanzar otro asalto principal de pesado hard rock que tiene una sensación similar y mantiene el tempo y el álbum avanzando muy bien. El puente presenta los típicos trabalenguas de los años dorados de Skid Row, mientras que el estribillo es un asalto ganador que aguarda a ser interpretado en vivo más pronto que tarde. ‘Hard Darkness’ tiene un riff de heavy metal y una sensación oscura en todas partes, muy en línea con el título. No es la típica canción que esperarías de Bach, pero contiene, sustancialmente, influencias bastante alternativas y progresiones psicodélicas en sus pasajes instrumentales. ‘Future of Youth’ muestra un poco más de versatilidad con la ayuda de Orianthi y completa muy bien la primera mitad del álbum, representando una de las pistas más cortas de toda la placa.

‘Vendetta’ inicia la segunda mitad con su riff fornido y fraseos sórdidos que nos hacen saber que todavía estamos respirando, hasta llegar a los estribillos, los cuales muestras la faceta más melódica del disco, acompañada por unos sutiles teclados que acompasan la voz de Bach, desatando una «telaraña» sonora que te pasea por los cuatro minutos de duración. ‘FU’ es una pieza de puro rock más rápido y casi suena como un tema de la edad media de Avenged Sevenfold, particularmente en la ruptura y el solo de Steve Stevens (Billy Idol). Es una pieza directa, ganchera, que no demuestra ser pretensiosa, pero que aún así logra su cometido, con un Sebastian Bach que prácticamente nos susurra durante toda la canción.

‘Crucify Me’ podría ser casi una continuación del track anterior en cuanto a su sonido y su carácter homogéneo. La segunda mitad empieza a hacerse pesada y prominente, aunque puede que peque de ser una de esas interpretaciones que quedan algo ocultas en el track list. Junto con ‘About To Break’, la cual continúa la misma línea estilística que su antecesora, vemos nuevamente avizorar el lado más melódico de Bach en «Child Within the Man». Los pasajes más edulcorados de la producción, los cuales son acompañados por líneas de bajo predominantes y baterías que remarcan el ritmo de la canción, dan claras muestras del carácter elusivo que puede demostrar el cantautor para no remarcar por demás la monotonía que muchos artistas del género están teniendo en la actualidad.

El álbum termina con la balada clásica y obligada, ‘To Live Again’, que recuerda a un sonido de principios de los ochenta y tiene una sensación edificante, la cual encaja perfectamente entre sus baladas más grandes y audaces. Esta es una buena manera de completar el álbum y nos recuerda todo lo que Sebastian Bach nos puede aportar aún a estas alturas de su carrera. Un final emotivo, para una obra que demuestra que el autor aún siente pasión por lo que hace, y que con ello nos hace ilusionar una vez más con una hipotética reunión con sus ex colegas de Skid Row.

Miembros de la banda:

• Sebastian Bach – Voz.
• Devin Bronson – Guitarras.
• Todd Kerns – Bajo.
• Jeremy Colson – Batería.