SAXON – Hell, Fire and Damnation (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Acercándose rápidamente a su quincuagésimo aniversario, previsto para 2025, Saxon se han mantenido como un pilar del rock duro, y su inquebrantable devoción por enarbolar la bandera del heavy metal los ha hecho ser amados en todo el mundo. No hay duda de que si hubiesen tenido una gestión más sólida en los primeros años de su carrera, podrían haber sido otra fuerza conquistadora del mundo junto con sus pares Iron Maiden o sus antecesores Judas Priest, sin embargo, y sin alcanzar las alturas vertiginosas de susodichos grupos, aún se los pueden catalogar como un grupo relevante y un nombre influyente en los anales de la historia del rock ‘n’ roll de alto volumen, motocicletas y chaquetas de cuero.

El álbum veinticuatro es un lanzamiento histórico, el primero que no presenta a Paul Quinn en su labor habitual en guitarras; su lugar lo ocupa el estimado Brian Tatler de Diamond Head. Funciona bien, las habilidades del guitarrista se conjugan perfectamente con las de Doug Scarratt mientras los dos dejan su huella marcada aquí. Los álbumes de los anglosajones siempre han sido consistentes; «Carpe Diem«, de 2022, fue muy elogiado por la fuerza de su escritura y sus interpretaciones, pero «Hell, Fire and Damnation» mejora aún más las cosas, y la banda está en una forma magníficamente ardiente.

«Hell, Fire and Damnation», grabado bajo la producción del ya conocido y recurrente ingeniero Andy Sneap, ve la luz este 19 de enero de 2024 vía Silver Lining Music, y promete ser ya uno de los lanzamientos más consistentes y trascendentes del nuevo año en cuanto a lo que heavy metal clásico concierne.

El álbum se abre con una introducción climática, ‘The Prophecy’, con orquestaciones pomposas y oscuras, y una narrativa épica por parte del legendario actor británico Brian Blessed. El ambiente que genera es ideal para introducir al oyente a esta nueva aventura de sonidos metálicos y épicos, dando lugar a uno de los mejores lanzamientos de los británicos en muchos años.

Los fans ya se estarán amoldando para el asalto principal llamado ‘Hell, Fire and Damnation’, un tema lleno de un asombroso nivel de energía y agresividad (afirmado por excelentes melodías), excelente estribillo coreable, siendo la típica apertura de un disco de Saxon (con excelentes y ardientes riffs de guitarra y solos melódicos de Doug y Brian). El sentimentalismo de heavy metal puro se hace sentir en los estribillos, mientras que la canción se cierne como un grito de victoria de medio tiempo. ¡Victoria asegurada!

En un comienzo abrumadoramente emocionante, guiado por las líneas de bajo y con melodías llenas de arreglos, ‘Madame Guillotine’ lleva el punto más lejos, mientras Byford se sumerge una vez más en su amor por la historia mientras la banda ruge en la onda de «Denim and Leather» o «Wheels of Steel». Los cortes de estoque de las guitarras encuentran y destripan a sus objetivos mientras el bajo de Nibbs Carter y la batería de Nigel Glocker suenan rimbombantes. El breakdown a los dos minutos y medio genera un clima de suspenso e in crescendo muy envolvente.

El imponente intro con la batería de Glocker en ‘Fire and Steel’ nos vuela el copete. Los ecos de esos tiempos nacientes son fuertes y orgullosos, la canción arde con esa chispa y pasión floreciente correspondiente. Es una pista electrizante y veloz, y tiene algunos elementos de speed/power metal, con un trabajo atronador de Nibbs y Nigel en la sección rítmica de la pista, retrotrayendo a viejos clásicas como ‘Need for Speed’ y ‘Heavy Metal Thunder’ en la canción más corta del flamante nuevo álbum.  

A lo largo de la historia de Saxon, siempre ha habido en ellos una gran tradición por la narración, y ‘There’s Something in Roswell’ sigue los pasos de ‘Dallas One PM’ y ‘Princess of the Night’ al pintar imágenes vívidas con palabras y música que atraen al oyente con temáticas de ciencia ficción. El tono de guitarra de otro mundo añade una paleta estilística inusual y adecuada a la atmósfera. Se presenta como una avalancha masiva de melodías basadas en arreglos y riffs de guitarras envolventes y consistentes (con algunos toques de hard rock).

Hay un toque de Iron Maiden en la construcción del difícil título ‘Kubla Khan and the Merchant of Venice’, debido a la sensación de prog metal de varias partes en su longitud histórica así como en su nombre, la banda ejecutando su magistralidad a toda máquina y la sección del interludio perfectamente manejada. ‘Kubla Khan and the Merchant of Venice’ es otra canción con una combinación de elementos entre el hard rock clásico y el heavy metal con varias progresiones, con melodías fáciles de escuchar y digerir (y con soberbias voces, por supuesto). Sin dudas, uno de los puntos altos de toda la placa.

Brian Blessed hace otro cameo furtivo pero escueto al comienzo de ‘Pirates of the Airwaves’, su débil grito de «¡Saxon está vivo!» prepara las cosas para este cálido tributo a Radio Caroline al que comparte el mismo espíritu y la experiencia que ‘Denim and Leather’, solo que unos cuarenta años después. Se hace aún más evidente el lado melódico heredado del hard rock, pero con un peso opresivo impuesto por los ritmos y encantadores coros durante los estribillos. Estos dos recuerdan mucho a la época de la banda durante 1985 y 1992. El trabajo de las guitarras es magnífico e ideal.

‘1066’ se deleita con una interacción de guitarra y una estructura similar a lo que Scorpions ha hecho para construir gran parte de su carrera, pero todo con esa magia sureña citadina de Barnsley salpicada en ella. La misma tiene armonías sinuosas con encantadoras construcciones melódicas y un coro enganchado que es fácil de cantar (y el contraste entre los momentos más pesados ​​con una parte más melódica con solos es realmente genial y audaz). La lírica, como no podía ser de otra forma, tiene un trasfondo bélico histórico; en esta ocasión, habla de la Batalla de Hastings, librada por el entonces Ducado de Normandía y el Reino de Inglaterra.

En ‘Witches of Salem’, la banda recuperó un lado más pesado de su música con algunos arreglos intrincados y un agresivo atractivo con tempos de medio tiempo. Aquí es donde el baterista del grupo, Nigel Glockler, brilla en todo su esplendor, junto con sus inteligentes cambios de tempo que elevan la energía y la paranoia de la canción con su temática de cazar brujas. Otro juego histórico que golpea como una bola de demolición, brindando una dosis directa de heavy metal clásico.

El álbum se cierra con una agitación sin aliento del título acertado ‘Super Charger’, una furiosa losa de metal moderno (guitarras pesadas con rasgos hard rock/NWOBHM, ritmos sólidos y simples, excelentes voces melódicas) que demuestra que todavía pueden rockear tan duro y pesado como cualquier otra banda. Un final más que apropiado para un álbum que no tiene puntos débiles, mas si una consistencia atronadora.

Miembros de la banda:

• Biff Byford – Voz.
• Doug Scarratt – Guitarras.
• Nibbs Carter – Bajo.
• Nigel Glockler – Batería.
• Brian Tatler – Guitarras.