RIVERWOOD 🇪🇬 – Shadows And Flames (Album Review)
Por Michael Prado
El metal es un género que no para de darnos sorpresas, y lo más grato es que muchas veces las mismas vienen de lugares que no son tan habituales en darnos lanzamientos o tener las bandas más renombradas.
Creo que a todos nos consta que África es un continente que, aparte de tener que convivir con todas las dificultades que afronta gran parte de sus naciones, no es un lugar del que venga mucho arte en este potente y explosivo género musical, pero hemos visto que de ahí han llegado grandes agrupaciones que poco a poco se han hecho un nicho importante de fans, como los tunecinos Myrath, y recientemente una agrupación procedente de Egipto ha llegado también a decir “presente” con una música de tendencia similar a la de estos vecinos del Sahara.
En febrero del 2018 un joven cantante y guitarrista llamado Mahmoud Nader decidió iniciar junto a sus amigos, el guitarrista Seif Elsokkary, el teclista Omar Salem, el bajista Ahmed Shokry y el batero Mark Medhat, una agrupación musical enfocada en hacer Progressive Metal con mucha influencia musical autóctona del Medio Oriente. Dicha agrupación responde al nombre de Riverwood, y ese mismo año (ya terminando el mismo, un 31 de diciembre para ser precisos) debutan su primer LP llamado “Fairytale”, cuya música nos transporta a parajes mágicos inspirados en el folklore arábigo.
Dicha tendencia se hace presente con un tremendo crecimiento en cuanto a calidad compositiva y de producción al llegar recientemente a las tiendas su segundo álbum de estudio, el cual lleva el nombre de “SHADOWS AND FLAMES”, que nos presenta una alineación con Mahmoud a las voces y guitarra, Seif haciéndole dueto en las 6 cuerdas y Omar todavía en las 88 teclas, mientras el paso del tiempo ha traído la transición de 2 puestos en el grupo, siendo así que en el 2020 llega a la batería el señor Abdallah Hesham y en el 2021 toma el puesto de bajista Mohannad Ahmed. Con nuevos bríos y ganas de seguir su conquista mundial a través de la música, vemos que su nueva propuesta musical no es de 1, sino de 2 discos, mismos que nos toca comentar, ¡y con cuánto gusto, dado que su primer disco nos dejó muy buen sabor de boca!
Las influencias arábigas no se hacen esperar no más iniciar el álbum (y el primer disco de los 2 que componen este álbum, disco que lleva el nombre de “Shadows”) con la gran canción “The Dragonborn Comes – Dovahkiin”, donde un coro realmente épico entra en acción, acompañado por orquestaciones a las que prosigue luego la banda entrando de manera muy elegante y armonizada, sin abusar de velocidad, pero sí de encanto y prodigio melodioso en el manejo de sus instrumentos. La voz de Mahmoud muestra una elegancia sin igual, más de lo que uno esperaría de un cantante procedente de estas latitudes que no producen tanto artista que se haga de reconocerse a gran escala. Si estos chicos querían iniciar con estilo, lo lograron. La pieza, por cierto, tiene una letra que es totalmente basada en el legendario juego “The Elder Scrolls: Skyrim” (de hecho, Dovahkiin, también conocido como Sangre de Dragón, es un personaje de este videojuego).
El álbum contiene varios interludios de 1 minuto, siendo el primero de ellos “A Haunting Lullaby”, donde el sonido de celesta y violín se entrelazan para crear una melodía encantadora y etérea.
Si el grupo pretendía superar lo que fue su debut, debo creer que lo han conseguido y con creces, máxime teniendo este disco varias piezas de una duración considerablemente larga. “Blood And Wine”, tercer número musical de este álbum, tiene la duración de 12 minutos y medio, y acá el grupo coquetea más con tendencias algo extremas, sin perder el estilo arábigo (mismo que también se percibe en las percusiones ocasionales que se escuchan de fondo). La pieza en sí es un tremendo viaje de muchas emociones trasladadas a la hermosa composición musical de estos egipcios, donde hay espacio para que cada instrumento brille con luz propia. Hasta tenemos al bajo de Mohannad Ahmed sobresaliendo con un slapping muy disfrutable. Inclusive Mahmoud ataca en determinados momentos con guturales, mostrando tener un gran dominio de su voz.
Toca turno para que el piano de Omar Salem dicte la senda que la banda tomará en el corto pero intenso interludio “The Shadow”. Dios, que aún en una pieza tan corta estos músicos demuestran su maestría a un gran nivel.
Ahora será el sonar de la flauta que nos guiará a la entrada de la siguiente pieza mastodóntica del disco, intitulada “Sands Of Time” (nombre muy apropiado para un disco de esta índole y de la tierra de la cual procede). Las percusiones típicas de las tierras poseídas por los hijos de Ismael entran nuevamente en acción, creando un prólogo muy atractivo y místico. Quizás el desarrollo de la pieza no sea tan potente como el de “Blood And Wine”, pero sí tiene gran epicidad y sentimiento tanto en instrumentación como en la voz de Mahmoud Nader, y ni se diga la sección instrumental, donde primero el teclado desarrolla un entretejido de notas espectacular.
Sin llegar a la longitud de tiempo de sus predecesoras, pero sí compitiendo en calidad y emotividad, llega el momento de entrar en escena para “Queen Of The Dark”, una pieza en la que podremos comprobar el nivel maravilloso que tiene en sus melodías de guitarra el señor Seif Elsokkary, con gran calidad y una impronta muy particular. No sé por qué, pero cuando músicos de origen árabe tocan estos temas de fantasía como ocurre en esta pieza, lo hacen brindándole un espíritu que solamente ellos son capaces de imbuirle a estas composiciones tan hermosas. Ahora en la parte instrumental tendremos el deleite de que la joven Annie Rie (conocida por su proyecto “Annie Hurdy-Gurdy”) use este particular instrumento de cuerdas con un magistral solo. Pero ojo, que Seif no quiere dejar esta pieza sin una construcción solista de su parte que servirá como tremendo cierre para esta pieza y el primer disco del álbum.
El segundo disco es intitulado “Flames”, y le da arranque un instrumental con toda la impronta de Medio Oriente, al cual han dado el nombre de “Babylon”. Vaya que le va el nombre, pues si uno cierra los ojos pareciera que tuviera ante sí los hermosos jardines colgantes que fueron considerados una de las 7 maravillas del mundo antiguo por los autores griegos del período helenístico.
Habiendo atravesado este hermoso umbral introductorio, el coro entra en intención casi cinemática en la canción “Dying Light”, otra de esas composiciones de larga duración (siendo en este caso de 9 minutos). Los teclados ambientales y la guitarra con sólidos riffs edifican este monumento al arte que nos muestra de manera metafórica un caótico apocalipsis creada por un rey que ha adquirido poderes sobrenaturales. Nuevamente la sección instrumental es terreno para que Omar y Seif nos deleiten sobremanera con sus instrumentos.
No cabe duda que estos jóvenes procedentes de la tierra bendecida por el Nilo se volvieron fans de componer canciones largas que vayan una tras otra conforme el álbum avanza, y ahora nos traen otro gran número de 10 minutos y 14 segundos impregnados de una intensidad y potencia vibrantes, al cual han dado el nombre de “Lustful Temptation”. El que se quejaba de que al disco le faltaba más fuerza en las guitarras, pues bien, acá puede reposar tranquilo y disfrutar de dicho elemento mientras Mahmoud Ahmed desgarra su voz a punta de guturales con los que describe la letra tan oscura que tiene este número, guturales que alterna con su elegante canto de barítono. Sí, él es otra prueba fehaciente de que un gran cantante no tiene que pegar los gritos más agudos para destacar en el mundo del metal. A destacar la magia que desprende la sección instrumental que está a la mitad de esta canción, muy relajante y apacible.
“Another World” es el nombre del melodioso interludio que llega al terminar “Lustful Temptation”, donde piano, violín y la voz de Mahmoud viven un idilio musical glorioso.
Si hay un elemento que brinda carácter épico a las composiciones es el correcto uso de coros y voces, algo que Riverwood usa correctamente para dar inicio a una pieza de corte más aventurero como lo es “Rise Of The Fallen”, en la cual sentimos como si nos montáramos a una alfombra mágica a surcar esas eternas tierras desérticas mientras Mahmoud Nader nos describe relatos sobre la historia de la humanidad y lo que su naturaleza ha perpetrado en todo este tiempo. Debo decir que esta canción es de manera definitiva la que tiene el estribillo más hermoso y memorable del álbum.
“In the dark
To the Crown
When the sunlight disappeared
Far from home
Hearts wont calm
And eyes wont sleep
Heaven whispers in our ears
Death won’t take our life away
We will rise up to honor till we die”
Un insigne Huseyin Pulant se encarga de hacer sonar la flauta en la pieza instrumental de nombre “The Flame”, que no sé si ponerla como interludio ya que tiene una duración de casi 3 minutos. Lo que sí podemos decir es que en esta pieza seremos llevados a otro viaje mágico al estilo egipcio.
El álbum llega a su conclusión con “Solitude”, una melancólica pieza instrumentalizada por la guitarra acústica, que, enlazando sus acordes con la siempre correcta performance de la voz de Mahmoud, nos conducen a un cierre de este viaje artístico muy emotivo y conmovedor, donde la letra va perfectamente con el nombre de la canción.
Desde su primer álbum ya tenía indicios de que estos egipcios de Riverwood apuntaban a cosas grandes, mismas que se han confirmado afortunadamente con el lanzamiento de este formidable álbum doble, que estoy seguro hará las delicias de quienes busquen música épica o de corte progresivo. No desaprovechen el tiempo más y móntense en la alfombra mágica que navegará a través de acordes melodiosos y potentes llenos de armonía y grandilocuencia en cada uno de los 75 minutos que nos tomará este plácido viaje. No lo lamentarán.
Sello: Autoeditado
Lanzamiento: 7 de Enero, 2022
Género: Progressive/Folk Metal