Review Clásico: ROB ROCK – Holy Hell 🇺🇸 (2005)
Por Michael Prado
Creo que mucha gente conoce al cantante y compositor Robert Rock, mejor conocido como Rob Rock, gracias a su grandioso trabajo en los 2 “The Metal Opera” de Avantasia, mientras que otros sabrán de él gracias al vasto tiempo que ha trabajado en conjunto con el guitarrista Chris Impellitteri, pero quizás no muchos conocerán el genial proyecto solista que desarrolló del 2000 al 2009, período en el que este tremendo cantante, oriundo de Orlando, Florida, nos regaló cuatro álbumes de calidad soberbia y regia, mismos que lo consolidaron al nivel de que hoy día es reconocido como “The Voice of Melodic Metal” (La Voz del Metal Melódico).
Hoy quería compartir (siguiendo con la tendencia de aprovechar estas fechas de celebración cristiana) lo que significa para mí sobre todo el primer disco que disfruté de su gran carrera en solitario, y en este caso nos iremos al año 2005, donde un 4 de abril (sí, hace poquito cumplió 17 años este disco) sale a la venta la tercera producción discográfica de Rob en solitario, que lleva el título de “HOLY HELL” (Infierno Santo). ¿Y qué es ese “infierno santo”? Vamos a ver de qué se trata todo esto.
Los que hemos seguido la carrera de Rob, sabemos que desde la década de los 90 se ha enfocado en crear música que sea relativa a temáticas Cristo-céntricas, sin llegar a ser proselitista o empachosa. E inclusive maneja tópicos románticos en sus canciones con gran maestría. Pero bien, para este gran disco, Rob unió fuerzas con el guitarrista sueco Carl-Johan Grimmark (reconocible por su paso en Narnia, Flagship, Hardcore Circus, Jerusalem, Modest Attraction y Planet Alliance), el bajista sueco Andreas Passmark (quien actualmente es parte de 7days, Royal Hunt, Stormwind -¡el regreso de esta gran banda PA’CUÁNDO!- y Wisdom Call), y una diversa cantidad de músicos cuyo talento enriqueció en gran forma cada una de las canciones que a partir de este momento pasaremos a analizar.
Cual si fuera sacada de los mejores momentos vividos en la discografía de Judas Priest, aparece en escena la poderosísima “Slayer Of Souls”, la cual llega a nuestros oídos desafiando nuestro nivel de resistencia, todo gracias a la magistral producción que se logró bajo la batuta del gran músico Roy Z, la mezcla y masterización del Maestro Jacob Hansen y el trabajo de ingeniería de Sean Shannon (vamos, que con un “dream team” de esas magnitudes nada podía salir mal, ¿no creen?). En esta canción (y la siguiente) contaremos con el gran trabajo en la batería de Bobby Jarzombek (integrante de Fates Warning, el proyecto solista de Rob Halford, Painmuseum, Sebastian Bach, Spastic Ink, The Foundry y Zierler).
No bastando con el derroche energético que tuvimos en esta gran abrediscos, llega a consolidar la idea de que estamos ante un disco que nos dejará agotados al final de su escucha la canción “First Winds Of The End Of Time”, cuyos riffs de guitarra tan icónicos (el galope que nos legó Maiden en 1982 con “Run To The Hills”) nos llevarán de la mano en una pieza donde interviene Roy Z con un maravilloso solo de guitarra de su fabricación.
Las revoluciones no quieren ceder, y ahora tenemos un número donde el doble bombo nos llevará de la mano de manera controlada pero insistente en “Calling Angels”, otro fenomenal número donde Rob apelará a tonos más graves de su voz, mientras Roy Z sigue manifestando su gran proficiencia artística, en tanto que tras los parches nos hará palpitar el pecho a su ritmo el señor Butch Carlson (integrante de Driver, y miembro de Jag Panzer de 1985 a 1986).
Decía que íbamos a explorar lo que era ese “Holy Hell” que da título al disco, ¿no? Pues así se llama la cuarta canción de esta placa, cuya letra nos lleva a un campo de batalla que se desarrolla en la mente, donde el bien y el mal forcejean para tomar el control de una persona común y corriente, dos naturalezas que llevamos y de las cuales nos toca decidir a cuál seguir. La pieza retoma a su estilo los derroteros rítmicos y de potencia que tuvimos en la inicial “Slayer Of Souls”, contando con las participaciones de Bobby Jarzombek nuevamente en las baquetas, y un gran solo de guitarra que nos regala el gran Rick Renstrom (hacha de la banda War Of Thrones y de su propio proyecto solista).
El poder de este álbum es abrumador sin necesidad de alcanzar velocidades de infarto (¡trágate esa, Dragonforce!), y el que logre sobrevivir ileso a lo que se nos viene en “Lion Of Judah” se merece mis respetos, puesto que acá sí tendremos una pieza que de manera consciente o inconsciente nos hará desatar un headbanging y un deseo ferviente de estar en un moshpit mientras escuchamos esas letras tan bien labradas sobre el cordero inmolado que abrió los siete sellos que menciona el libro del Apocalipsis. Y vamos, que esas atmósferas que el señor Mistheria crea con sus teclados a lo largo de ese álbum se hacen más que evidentes en esta canción. A partir de este punto las baterías son ejecutadas en su totalidad por Bobby Jarzombek.
Este disco sirvió como portal perfecto para que Rob grabara una nueva versión de una pieza que lo ha acompañado a lo largo de décadas, y nos referimos a “I’m A Warrior” (que apareció originalmente en el disco “Answer To The Master” (1994) de Impellitteri). La pieza es un gran número de corte más Hard Rock (nada raro viendo de la época y agrupación que proceden), que por fortuna se acopla bastante bien a la propuesta de este disco. Grimmark se luce con ese solo de guitarra que hace memoria al gran trabajo original de Chris Impellitteri.
Nos detenemos por un momento en la marcha agresiva y destrozacuellos para tener un lindo número de balada de nombre “I’ll Be Waiting For You”, donde podemos escuchar al Rob Rock más emotivo, teniendo como fondo predominante el trabajo de teclados de Liza Shekhter, la señora esposa de nuestro gran cantante. Como detalle emotivo, Rob dedicó esta canción a su padre John Peter Rock, quien falleciera un año antes de la salida de este álbum.
Tras el conmovedor número que hemos dejado atrás, vuelve nuevamente la fiereza del Heavy Metal más melodioso que hemos experimentado a lo largo de este disco con “When Darkness Reigns”, donde tenemos quizás el mejor trabajo de guitarras en toda esta placa, y bueno, si tomamos como añadidura que el buen guitarrista Bob Rossi llega a brindar sus servicios con melodías que acompañan a las que ejecuta Carl-Johan para esta pieza, tenemos los elementos ideales para otra gran pieza que no dejará a los amantes de este género con queja alguna en sus corazones.
La cortina de esta obra está por caer, y acá sí me parece que el álbum decae un tanto en calidad compositiva con “The Revelation”, que si bien no es mala del todo, sí siento que pudo ser una pieza algo mejor. Posiblemente lo que me la deja en deuda sea el estribillo que, en comparación con los de las canciones anteriores, no tiene mucho carisma y es algo repetitivo. Eso sí, los solos de guitarra de Roy Z y Bob Rossi le brindan buenos puntos a favor.
Como ya sabemos, Rob fue parte de los 2 legendarios “The Metal Opera” que abrieron de manera más frontal la puerta para que proyectos de ese porte se desarrollaran en años posteriores. Pues bien, para el cierre de este álbum, tenemos como invitado especial ni más ni menos que al gran Tobias Sammet cantando a dueto con Rob este hermoso cover de la canción de Abba “Move On”. Siempre me preguntaré, ¿qué tiene Abba que es tan reverenciada por los músicos del Metal Melódico?
En fin, podemos sacar en resumidas cuentas que “Holy Hell” es un disco de canciones grandiosas, y que además cuenta con un trabajo de producción que figura entre lo más top que haya podido escuchar en estos años donde me he apasionado por esto de la música. No pocos álbumes consiguen un sonido tan envolvente y destructor sin tener que apelar a la “loudness war”, y eso para mí le da un tremendo mérito a la construcción de este brillante disco.
Sello: AFM Records
Lanzamiento: 4 de abril, 2005
Género: Heavy/Power Metal