Review Clásico: MÄGO DE OZ 🇪🇸 – Gaia II – La Voz Dormida (2005)

Por Michael Prado

Finales del año 2005…

Yo disfrutaba de la música de Rammstein, System of a Down y otras bandas comerciales que salían a menudo en el canal 2 de Costa Rica, cuando un día mi hermano llega a casa con un disco que uno de sus más allegados amigos le pasó, con música diversa de una banda de la cual mi hermano me había estado comentando mucho en los últimos días, la cual se llamaba Mägo de Oz, misma que había podido escuchar muy por encimita en casa de mi mejor amigo.  Pero cuando mi hermano trajo ese disco, todo cambió para mí…

Fue escuchar esa excelente combinación de violines y flautas con el estilo pesado de la música que el resto de la banda ejecutaba, y si le sumábamos la voz espectacular que José Andrëa tuvo a inicios de la década de los 2000, todo eso sumaba un cúmulo de grandeza como pocos grupos lo han logrado conseguir.  Así empezó mi amor con Mägo de Oz, al escuchar primero La Danza del Fuego

José Andrëa (voz), Carlitos (guitarra), Txus di Fellatio (batería), Fernando Ponce (flautas y gaitas), Mohamed (violín), Frank (guitarra rítmica), Kiskilla (teclados), Peri (bajo) y Jorge Salán (guitarra)

Luego fue ir a los cybercafés para descargar gracias al siempre muy recordado Limewire (¡AGUANTE LA OLD-SKULL!) los discos de Mägo, y especialmente uno de ellos nos llegó a cautivar de una forma bastante particular, en especial por el pegue que en mi tierra estaba teniendo su single más popular, del cual nos referiremos con mayor detalle en esta reseña.

Mägo de Oz comparte ciertas similitudes con Metallica en cuanto al hecho de cómo han sido criticados por varias decisiones que han tomado en torno a su música.  Así como a los californianos se les tachó de «sellout» cuando sacaron el video de One (es más, desde Fade to Black los fans tóxicos lloriqueaban contra la banda de James Hetfield, Kirk Hammett, Lars Ulrich y el bajista que tuviesen en dicho momento), a Mägo de Oz les empezó a caer el alud de reproches cuando su popularidad empezó a incrementarse notablemente gracias al single de «Fiesta Pagana», que aparecía hasta en radios ajenas al Rock/MetalY es una lástima que nada más por la popularidad de esta y otras canciones se determine negativamente la calidad de los músicos que componen el grupo (bueno, podemos hacer la salvedad en el caso de Txus di Fellatio, que todos sabemos su LAMENTABLE calidad como batero, y como letrista ha venido muy a menos con los años también).  Pero bueno, eso es harina de otro costal (y paradójicamente tampoco es ajeno a esto el “Gaia II – La Voz Dormida”, disco al cual nos referiremos en esta reseña).

Una lúgubre pero emotiva melodía de violines nos abre las puertas de la catedral gótica que nos recibía en los conciertos de la gira respectiva para este disco, en lo que considero yo como EL MEJOR INTRO PARA UN DISCO DE ROCK/METAL JAMÁS CREADO, el cual se llama «Volaverunt Opus 666».  Una composición que va ganando poco a poco fuerza conforme los instrumentos van entrando, los coros se dejan escuchar, retumba la fuerza de la orquesta junto con el «¡Gaia!» del coro, tras lo cual la angelical voz de Diana Navarro nos guía dulcemente hasta el potente riff de guitarra que cual montaña rusa nos lleva hasta un clímax musical inolvidable.

Vaya preparación ha sido este intro para llevarnos a lo que a mi gusto es la mejor canción que esta banda ha creado en su historia.  El redoble de la batería de Txus es seguido por un potente grito de José Andrëa y la puesta en escena llena de gran virtuosismo y genialidad por parte de los músicos de la banda en esta pieza cargada de las inevitables influencias que Helloween tiene en el grupo (nada más escuchen la melodía del coro y me dirán si no les recuerda una canción del «Walls of Jericho»).  Eso y mucho más es «La Voz Dormida», un festín Power Metalero de 10 minutos en cuyo instrumental el highlight sin dudas es el impresionante solo de teclado de Sergio Cisneros “Kiskilla”, que provee una potencia inusitada para la canción.  Muchos hemos vuelto a iniciar la canción incontables veces tras haberla escuchado.

Tras semejante primer número, ahora viene una canción querida por muchos y no tanto por otros, aunque con el tiempo ha ganado la valía que se merece.  «Hazme Un Sitio Entre Tu Piel» es otra de esas composiciones muy heavys que tienen también su poquito de influencia del pop más ochentero, y a mi gusto el resultado es bastante degustable.  La letra es un muy sentido homenaje de Txus para las personas que han nacido con ese cromosoma de más en su ADN, y que cierta parte de la sociedad todavía injustamente los margina o menosprecia.

Seguidamente viene otro de los puntos más altos de este redondo concebido por estos madrileños.  Ahora toca turno para que el legado de Nightwish se haga presente en las notas del teclado de Kiskilla, en tanto la voz lírica de Beatriz Albert nos regala unos hermosos versos en italiano, para dar paso a una genial melodía introductoria de la guitarra del gran Juan Carlos Marín “Carlitos”, con la cual nos conduce a otro muy potente número de este álbum doble, conocido como «El Poema de la Lluvia Triste», el cual me parece sin dudas la canción más épica de este primer disco.  7 minutos de pura inspiración mágica que se mantiene incuestionable hasta el mismo final de la canción, donde hasta esos pizzicatos del violín de Carlos Prieto «Mohamed» encajan perfectamente dentro de la estructura de esta canción tan hermosa.

Mägo de Oz siempre nos ha provisto de geniales instrumentales, y este “Gaia II” no se iba a quedar exento de uno, el cual para mí resulta ser quizás el segundo mejor instrumental del grupo.  «El Callejón del Infierno» es una genialidad de composición que viene desde la mente de Carlitos, sumamente influenciada por los mejores exponentes del heavy metal clásico como Iron Maiden, Judas Priest o los alemanes Accept.  Estoy seguro que quienes la hemos disfrutado no olvidaremos nunca esos riffs de guitarra que engalanan tan emocionante instrumental.

Los directos para presentar este disco fueron sencillamente brutales en cuanto a escenografía y energía del público, aunque fueron severamente criticados por el mal manejo del sonido al inicio de muchos conciertos y también por el evidente deterioro en la voz de José Andrëa.

Sergio Cisneros «Kiskilla» para mí es el músico más virtuoso que ha llegado a ser parte de Mägo de Oz (con el perdón de Jorge Salán y el gran respeto que le tengo a su trayectoria que desde su juventud le ha generado merecidos réditos positivos), y lo deja patente en la melodía inicial que genera desde su teclado con el sonido envolvente de un órgano de iglesia, tras el cual ahora conoceremos una leyenda creada por Txus di Fellatio en la letra de esta canción, bautizada bajo el nombre de «El Paseo de los Tristes», que nos cuenta la triste historia de un musulmán y una cristiana católica que fueron destinados a no poder vivir su romance gracias al brazo férreo e inflexible de la Inquisición Española, algo que será punto de crítica constante a lo largo de este álbum doble.

Ha llegado ahora el momento de entrar a lo que para muchos es sin dudas la canción de corte más mainstream de la banda, y punto intransigente de discordia para muchos de sus seguidores y/o críticos más acérrimos.  «La Posada de los Muertos» es una canción que en su estilo nos recuerda bastante a composiciones de Finisterra como «La Danza del Fuego» o «Fiesta Pagana», y que como primer single de este Gaia II tuvo un éxito comercial impresionante, tanto que hasta gente que no sabía absolutamente nada del Rock o el Metal la escuchaba con notable frecuencia, detonando esto constantes críticas hacia la dirección musical que la banda estaba tomando, y valorando injustamente a “Gaia II” como un todo basándose nada más en esta canción (algo muy común cuando sucede un éxito comercial de esta índole, lamentable por cierto este fenómeno por parte de los críticos).  En lo personal yo siempre he disfrutado bastante esta canción, más allá del tema de si es un «money maker», por así decirlo.

Y sí, considero injusta la valoración negativa por parte de esos «críticos» a la banda en especial por esta pieza que le sigue a «La Posada de los Muertos», para mí sin lugar a dudas la balada más emotiva del grupo, una que no importa cuántas veces la escuche, ¡es como si alguien pusiera un tazón de cebollas al lado!  Una letra sumamente conmovedora y el piano que en esta ocasión nos provee el genio Pepe Herrero de la banda Stravaganzza generan la atmósfera ideal en “Desde Mi Cielo” para narrar la historia de un español, en cuya carta de amor se despide de su amada a la cual tristemente no podrá volver a ver jamás, tras ser víctima de una grave enfermedad en América, donde él esperaba traerla pronto para formar juntos su propio mundo.

Es habitual en Mägo de Oz hacer covers de otras bandas imprimiéndoles una nueva letra ideada por Txus.  Ocurrió en ejemplos como «El Templo del Adiós» (cuya melodía original es «Temple of the King» de Rainbow), «Resacoxis in Hispania» (que originalmente es “Nellie the Elephant” de Ralph Butler y Peter Hart) o «Pensando en Ti» (tomando como base la música de «Dust in the Wind» de Kansas).  Mucho se le ha recriminado a Mägo que hagan uso de este recurso, pero a mí en lo general siempre me han gustado las canciones que han hecho de esta forma, y en esta ocasión se valen de «Gates of Babylon», parte del disco «Long Live Rock ‘n’ Roll» de Rainbow nuevamente (vaya que estos ingleses son pesada influencia para nuestro buen «batero») y así nace la canción «En Nombre de Dios», una crítica total de Txus hacia el estrato mayor de la iglesia católica y su doble cara ante el mundo.  Así finaliza el primer disco (nota aparte, esta canción es el primer bonus track de “Gaia II”).

El segundo disco inicia con una melodía introductoria similar a la de «Volaverunt Opus 666», esta vez en voz de Aroa Martín (cantante de la banda Khael y corista de Stravaganzza), intro conocido como «Íncubus et Succubus», que se encarga de adentrarnos en las notas que Kiskilla crea con el sonido de la celesta, en la canción de corte más gótico del álbum, y que fuera el tercer single del mismo, la cual lleva el nombre de «Diabulus in Musica», haciendo referencia al tritono, que en tiempos de la Inquisición se le conocía también a este intervalo musical como «El Intervalo del Diablo», y en las líricas de la canción Txus nos introduce a un personaje que se hará habitual en varias de sus composiciones, el cual se le conoce como «El Príncipe de la Dulce Pena», que no es ni más ni menos que el mismo Satán, visto bajo una óptica más romanticista, por así decirlo.

Una vez más, y a manera de bonus track por segunda ocasión, Mägo se toma prestada la melodía creada por otros músicos para inyectarle una motivadora letra que Txus ha logrado componer, y en el caso de esta que se llama «Mañana Empieza Hoy» usan la tan aclamada «Hymn» de Ultravox (la cual los Power Metaleros no olvidamos el tremendo cover que Edguy hizo en su momento).  Quizás sea el punto más bajo en todo el disco a mi parecer, pero no por eso deja de ser muy disfrutable.

No hemos tenido momentos de guitarra acústica en este disco, y para la siguiente canción toca ahora, pero una guitarra española, en manos ahora de Manuel Moreno «Moraíto Chico», acompañando una recitación de Txus, que lleva el emblemático nombre de «El Príncipe de la Dulce Pena».

Este corto pero sentido número nos introduce seguidamente a un potente riff de guitarra que marca el candente inicio para la canción más oscura, más tenebrosa y de letra más perversa y blasfema de la banda, que no lleva en mala forma el nombre de «Aquelarre».  9 minutos de una genial composición que nos recordará en su esquema musical lo que en su momento fue la canción «Jesús de Chamberí», y donde Txus nos hace manifiesto de manera más evidente su gusto por lo oscuro, lo profano, lo condenable por los soldados de lo moral.  Notables la aparición de Natalia Martín (cantante de Casa de Fieras y Phantasy) y también nuevamente de «Moraíto Chico» con su guitarra española en el interludio instrumental.

La penúltima canción bien podría considerarse una especie de «autoplagio musical» por parte del grupo, dado que usan la melodía de «La Voz Dormida» para esta corta pero muy emotiva balada llamada «Creo (La Voz Dormida – Parte II)», pero creo que bajo el contexto de la historia que narra el disco, está muy bien utilizado este recurso de volver a usar una misma melodía, la cual cuenta con una letra que te hará recordar aquellas más conflictivas con la religión creadas por Timo Tolkki como «Find Your Own Voice», «Fantasia», «Dear God», entre otras, y hasta podría tener cierta influencia de «Imagine» de John Lennon.

Un álbum doble que ha sido construido de manera tan magistral no podría tener menos que un final magnificente, y vaya que lo logra, lo cual se evidencia en el coro que de manera contundente canta el verso «In Nomine diabulus et belial, satán, lucifer, astaroth, et Yahveh».  Un inicio realmente adecuado para lo que considero la composición más ambiciosa jamás concebida por esta popular banda, bajo el nombre de «La Cantata del Diablo (Missit Me Dominus)», que cuenta con las mejores participaciones invitadas que Mägo jamás ha tenido, como resulta ser Leo “La Bestia” Jiménez de Stravaganzza (que a mi humilde parecer logra su cenit como cantante a lo largo de esta canción, y para mí el que no se enamore de su voz en esta canción NO TIENE ALMA), Víctor García de Warcry (que funge de monge inquisidor interpretando en gran forma el papel) y Aurora Beltrán (cantante de Tahúres Zurdos, que da vida a Gaia en una de las mejores partes de la canción).  Este magnífico número de 21 minutos es toda una vorágine de diversos estilos musicales, donde tendremos partes muy progresivas que por momentos harán que recordemos algo de lo que habremos escuchado en Dream Theater, las partes Power Metaleras que tan habituales son para estos madrileños, un instrumental de lo más soberbio y grandilocuente que la banda ha concebido, y por supuesto, el estribillo donde los 3 grandes cantantes (que estaban en su apogeo para ese inolvidable 2005) se lucen en gran manera, sobre todo al llegar el final de la canción, tras el cual entra lo que podría considerarse como una canción oculta, una oración que lleva el nombre de «El Salmo de los Desheredados», en la voz de Ricardo O’pazzo, donde Txus hace una especie de reclamos al Creador desde su perspectiva de vida.  Muchos dirán que esto ya se pasa de blasfemo, pero yo, como creyente en Cristo que soy, a veces creo que es mejor una oración sincera en esta forma, que una oración como la del fariseo de la parábola que Jesucristo narró a los mismos.  Y aparte, esta me motiva para ser lo que Dios demanda que seamos Sus seguidores, pues muchas veces esos reclamos de quienes han perdido la fe tienen como gran fundamento la inacción de quienes deberíamos ser la luz de nuestro Creador en esta Tierra.  Como una vez alguien sabiamente dijo, «la principal razón de que exista ateísmo en ciertas personas resulta ser los creyentes en Dios».

En fin, creo que me he alargado más de lo debido al escribir esta reseña, pero creo que lo ha valido, pues he hecho manifiesto en ella todo lo que siento por este álbum doble, que fue parte muy importante de mis pasos iniciales por «los senderos del sonido poderoso del metal» (como alguna vez escribió Víctor García en la gran canción de Avalanch «Ahí Estaré»).  Y aunque con el pasar de los años he escuchado discos que lo dejan muuuuy atrás en calidad, no deja de tener ese lugar especial en mi ser.


Sello: Locomotive Records
Lanzamiento: 14 de Noviembre, 2005
Género: Folk/Power Metal

«Gaia II – La Voz Dormida» track-listing:

Mägo de Oz - Gaia II - La Voz Dormida (2005)

Tachado injustamente de disco muy comercial y por tal motivo despreciado en su momento, el tiempo ha sabido darle el reconocimiento que se merece a este álbum doble tan variopinto y lleno de calidad. A criterio personal, durante 14 años hasta la salida de Ira Dei fue el último gran disco que sacó al mercado Mägo de Oz. Amantes de las melodías celtas, de lo profano, lo oscuro y la denuncia contra la falsedad del fanatismo religioso, ¡revivamos juntos esta joya incomprendida en su época de lanzamiento!
9.2

Producción

9.1/10

Composición

8.7/10

Replay Value

9.8/10

Valoración Personal

9.0/10

Michael Prado

De Costa Rica para el mundo. Fan de la música DE VERDAD, hecha con sentimiento y verdadero amor al arte, sin importar el género, aunque debo admitir que doy amplia preferencia a lo que ha sido creado en Metal, Rock, música Celta, Clásica, soundtracks de Videojuegos, Electrónica y demás. Un abrazo y bendiciones para tod@s.