REDEMPTION – I Am The Storm 🇺🇸 (Album Review)

Por Michael Prado

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Cuando a mí me preguntan sobre una banda de Progressive Metal que debería ser más reconocida por la gente (y en especial por los que siguen este nicho de melodías imposibles, cambios de ritmo enloquecedores y demás artilugios que solamente podrían salir de las mentes más atrevidas en cuanto a creatividad artística se refiere), no dudo en mencionar el nombre de Redemption, una agrupación creada por el 2001 en Los Angeles, California por músicos que son de la flor y nata del metal estadounidense, entre los cuales actualmente prevalecen de esa primera formación el guitarrista y teclista Nick van Dyk (quien es actualmente miembro de Fool’s Game y fue parte en vivo de los históricos Fates Warning) y el guitarrista Bernie Versailles (con pasado en Masters of Metal, Agent Steel, The Militants, Engine, Paincorp y algunos directos de Fates Warning).

Esta agrupación ha logrado traernos a lo largo de estos 22 años la suma de 7 álbumes de estudio y 3 en directo.  Cierto, quizás no sean tan prolíficos como algunos de sus pares más referenciados en la nación de las barras y las estrellas (viniéndome a la mente los casos más particulares de Dream Theater, Queensrÿche o Fates Warning), pero que en esos discos hemos disfrutado de obras de gran calidad, vaya que así ha sido (sobre todo en los que pudimos disfrutar de la gran voz del mítico cantante de Fates Warning, Ray Alder, quien dejó el grupo en el 2017).

Lo cierto del caso es que la historia sigue, y el grupo, que es complementado por, nada más vean cuáles músicos tienen a mano para que vean que no es cualquier cosa lo que tenemos en esta lista: Chris Quirarte a la batería (misma que también hace retumbar en Prymary y Pyramid), Sean Andrews al bajo, Vikram Shankar en los teclados (función que también cumple en Meridian, Threads of Fate, Lux Terminus, Our Destiny, Silent Skies y en vivo para Pain of Salvation) y a una gran luminaria de este subgénero como lo es la mente maestra de Evergrey, el señor Thomas Steffen Englund, quien lleva desde el 2017 la responsabilidad de las voces que dejara vacante el señor Alder a su salida del grupo tras “The Art Of Loss” (2016).

Con Englund a las voces, Redemption nos ha regalado un tremendo discazo con “Long Night’s Journey Into Day” (2018), aparte de un tremendo trabajo en directo a través de “Alive In Color” (2020), por lo cual no debería extrañarnos que el siguiente trabajo de estudio que viniera por parte de estos señores también fuera otra grandiosa obra de arte, misma que ha llegado a nuestras manos tras 5 años de espera, el 17 de marzo del presente año a través de AFM Records, llevando el nombre de “I AM THE STORM”, un nombre que desde el vamos genera ya intenciones algo oscuras, pero vamos paso por paso para ver de qué va este octavo disco de Redemption.

De entrada la portada, obra del artista gráfico Travis Smith (quien ha hecho arte para un sinfín de agrupaciones, destacando, entre otras, Amorphis, Anathema, Cradle of Filth, Cynic, Death, Demons & Wizards, Devin Townsend, Eluveitie, Fleshgod Apocalypse, Flotsam and Jetsam, Iced Earth, Katatonia, King Diamond, Nevermore, Novembers Doom, Opeth, Overkill, Persefone, Riverside, Savage Messiah y un larguísimo etcétera), nos muestra a un hombre con un abrigo de capucha y mirada resplandeciente, que revela tener el control sobre los relámpagos bajo el ambiente de un callejón en tinieblas, con solamente las luces de los edificios.  Un bonito preámbulo de lo que se nos avecina.

La música de Redemption, aparte de progresiva, suele ser potente y en demasía, algo que no llega a ser excepción a la regla cuando nos empezamos a adentrar al disco a través de “I Am The Storm”, pieza que da nombre y punto de partida épico y recargado de una energía imponente al álbum, en un número que nos habla de un hombre que supera las voces del miedo a su alrededor y se demuestra a sí mismo que esa tormenta de la que dicen tenga cuidado resulta ser él mismo, que él no debe temer, que es a él a quien deben temer, pues en él está la voluntad para vencer.  Nota aparte para el maravilloso solo de guitarra que enriquece con gran porte esta genial canción.

Dios, que los teclados atmosféricos con que arranca “Seven Minutes From Sunset” son el perfecto terreno para que germine una grandiosa canción, como empieza a gestarse desde los primeros cuerdazos del bajo y el ingreso posterior de las melodías en la guitarra de Bernie, con el acompañamiento tan virtuoso del teclado de Nick.  Nuevamente el grupo nos habla en sus letras sobre la resiliencia a la hora de ir a la batalla, sin importar el riesgo, sin importar la adversidad, inclusive si la derrota fuera el único resultado lógico.  Además, si ese duelo de guitarras y teclados no termina de hacernos decidir de enfrentarnos lo que sea que tengamos ante nosotros, ¡estamos muertos en vida!

¿Qué sería de un disco de música progresiva sin canciones que duren más de 7-8 minutos?  Pues ya tenemos la primera del menú de piezas que nos brinda esta placa con “Remember The Dawn”, donde sí, toda la artillería de genialidad y virtuosismo por parte de cada uno de los músicos envueltos en esta obra sale a relucir en todo su esplendor y sin guardarse nada al respecto, máxime si se trata de una pieza donde cuentan con tan amplio espacio de tiempo para explayar su talento en gran forma.

El momento de balada (por así decirlo) nos lo brinda la conmovedora “The Emotional Depiction Of Light”, la cual va creciendo en intensidad e intención lírica conforme va avanzando el tiempo de duración de la misma, donde nos habla de una manera muy ingeniosa sobre ese mundo tan diverso, disímil y peculiar que son las relaciones entre seres humanos.  Al llegar la mitad de la canción tendremos la mezcla al mismo tiempo de varias distintas líricas que han escrito para la canción, que se entrelazan de una forma muy armoniosa.

Hablábamos de resiliencia previamente sobre lo que nos han presentado en este disco, ¿no es así?  Pues bueno, para la quinta pieza del álbum hasta se llama precisamente así: “Resilience”.  Y la misma resulta ser, a la vez que la más corta del redondo, una de las que mayor intensidad tiene en su ejecución instrumental, para no hablar de la letra tan bien cantada por Tom, donde tenemos la historia de un hombre que ha sido derrotado pero que se levantará para reclamar lo que por derecho propio le pertenece.

El viaje musical nos trae así a la imponente “Action At A Distance”, que tiene el peso de ser la canción más larga del álbum, con 14 minutos y 19 minutos de duración, misma que, en su entonación y cambios de ritmo me trae ciertas semblanzas a la memorable “Lines In The Sand” de Dream Theater (aparte, ambas tienen duraciones algo similares), aunque se podría decir que en el caso de esta canción de Redemption, esta va hacia una dirección más reflexiva y melancólica que la procedente del injustamente menospreciado “Falling Into Infinity” (1997).  Esta pieza en su letra nos habla de la particular indivisibilidad de la vida, pese a que aparentamos estar aparte, todos somos parte de una misma unidad y estamos interconectados el uno al otro.

Este disco trae 2 bonitos y entretenidos covers a obras que han marcado a estos músicos, y en este primer respecto tenemos a la mítica canción de Genesis, “Turn It On Again”, la cual apareció originalmente en el álbum “Duke” (1980) de estos genios originarios de Goldalming, Inglaterra.  El cover cuenta con el añadido de los elementos más pesados que caracterizan a Redemption en su música, los cuales le van bastante bien a este himno tan mítico.

Tras ese momento tan entretenido, llega el momento de ponernos serios de nuevo, pues llega el momento de otra pieza muy elongada, como lo es “All This Time (And Not Enough)”, cuyos 12 minutos y medio vienen a brindar otra brillante dosis de grandiosidad instrumental (esos teclados y sobre todo, el slapping de ese bajo en las manos de Sean Andrews, ¡válgame Dios!) y lírica a este ya de por sí bastante buen álbum.  En comparación a “Action At A Distance”, esta pieza apela más al lado rudo y potente de Redemption, sin dejar de lado momentos donde deba hacerse hincapié en el sentir más profundo, mismo que profundiza la instrumentación creada para la pieza.  Lo que sí podemos decir también es que la interpretación vocal de Tom resulta ser la más sombría que hemos escuchado en este disco, en una letra que nos habla sobre la inevitabilidad del paso del tiempo y las consecuencias del mismo, algo que se puede ver en gran forma a través del estribillo de la pieza:

“Time buries the day
Evening skies take the sun away at the
Stillest point of the turning earth
We feel the moment when movement slows
But God only knows how much is left”

El disco concluye con una versión alternativa que Vikram Shamkar ha creado de la balada “The Emotional Depiction Of Light” y un interesante cover de la canción de Peter Gabriel, “Red Rain”, extraída de su álbum “So” (1986).  Vaya que esta agrupación es sumamente fiel al legado que Genesis dejó al arte.

No podemos más que concluir elogiando el gran trabajo tan profesional y lleno de amor al arte que estos 6 dedicados músicos han logrado para crear un álbum que sí, muy posiblemente no tenga sobre sí los reflectores de otros grandes nombres de la música progresiva, pero que quienes lo escuchen coincidirán conmigo que merecen mayor reconocimiento del que han podido lograr, pues se trata de músicos de calidad más que comprobada logrando arte de un disfrute garantizado en toda la regla.