NOVERIA – The Gates Of The Underworld 🇮🇹 (Album Review)

Por Michael Prado

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Con el paso de los años, uno va conociendo bandas nuevas, de las cuales algunas pasarán desapercibidas, otras se harán de un espacio muy especial en el corazón del oyente, mientras que tendremos casos particulares, que nos dejarán tan buen sabor de boca, pero que por una u otra razón, nos quedaremos por un lapso algo prolongado de tiempo con las ganas de presenciar algo más del arte que esos músicos fueron capaces de lograr para captar lo suficiente nuestra atención.

De mi parte tengo esa percepción relativa a una banda de Progressive/Power Metal originaria de Roma, Italia, que lleva el nombre de NOVERIA.  Dicha agrupación llegó de manera sorpresiva a mi vida cuando llegué a disfrutar por vez primera de su arte gracias a su tercer larga duración “Aequilibrium” (2019), cuyo sonido y caudal potente e irrefrenable me abrió las puertas a una dimensión que hasta ese momento no había conocido del Power Metal que se forjaba en la ciudad famosa por su mítico Coliseo.  Y es que, seamos claros, la gran mayoría de gente identifica a Italia en el mapa metalero por bandas como las que provienen del multiverso creado (sin querer queriendo quizás) por el gran guitarrista Luca Turilli, y por ende, uno tiene la idea de que en este país de gran historia, el Power Metal es de corte sinfónico en un gran porcentaje.  Y sí, esto no dista de ser verdad, pero también hay agrupaciones que apuestan por otras vertientes, como algunas que vayan más afines al sonido original de la escuela alemana (teniendo casos como Heimdall o Highlord en ese respecto) y otras que se decantan por senderos más progresivos (teniendo como principales abanderados casos como DGM, Vision Divine, entre otros).

En fin, el asunto es que ese tercer disco me fascinó en tal forma, que terminó siendo uno de mis 10 discos preferidos de ese año.  Luego, 4 años tuvieron que pasar para ver algo nuevo de arte por parte de esta agrupación, la cual es integrada por el cantante Francesco Corigliano, el guitarrista Francesco Mattei (quien también es parte de Immunity for the Masses), el tecladista belga Julien Spreutels (miembro también de Immunity for the Masses y We Rock), el bajista Andrea Arcangeli (quien es además integrante de DGM, Ark Ascent, Black Eye, Hevidence y Solisia) y el batero Davide Calabretta (recién incorporado al grupo este año, tras la salida de su predecesor en el puesto, Omar Campitelli).  Pero bueno, lo importante es que la espera terminó, y tuvimos este 25 de agosto del 2023 la llegada del 4º LP de esta excelente agrupación, gracias a Scarlet Records, y dicho redondo lleva el nombre de “THE GATES OF THE UNDERWORLD”.

Dicho álbum da arranque con un intenso y potente número introductorio de nombre “Heritage”, donde la banda empieza a manifestar su caudal musical acuerpado por coros y orquesta que le dan un realce de elegancia a esos incandescentes riffs de guitarra, que amenazan con empezar a hacer estragos dentro de la escucha de este álbum.

Al resonar del bajo, seguido por una melodía imparable del teclado, se une la despiadada energía de guitarra y batería para que el poderío de Noveria se empiece a desplegar en su gran esplendor con “Origins”, tremenda pieza que nos hace alucinar de nuevo con el gran caudal de calidad al que nos acostumbraron estos romanos desde que se decidieron a iniciar su carrera artística en 2013, con el lanzamiento un año después de “Risen” (2014), su interesante debut.  Cambios de ritmo sin perder la potencia en la ejecución instrumental, también distintas entonaciones dependiendo de lo que busque manifestar la pieza en voz de Francesco Corigliano, bestiales melodías de teclados y guitarra en medio de una vorágine imparable musical, nos hacen agradecer al cielo por el regreso tan oportuno de estos chicos.

Es interesante ver que las orquestaciones para esta oportunidad tienen mucho peso dentro del sonido que Noveria ha querido manejar, y vaya que tienen gran importancia, sobre todo en “Descent”, tremenda pieza que posee además un brillante trabajo de guitarras que no nos darán tregua en conjunto con la furibunda e insistente descarga de tamborazos y platillazos con los que atacará Davide Calabretta desde el asiento en el que comanda su batería, mientras el señor Corigliano en conjunto con un invitado de lujo como lo es ni más ni menos que nuestro querido “Robabandas”, el señor Fabio Lione, nos cantan la historia de resiliencia de una persona que ha debido afrontar grandes vicisitudes en su vida y ahora busca ser libre de su pasado.

“Venom” es la siguiente en la lista de canciones, y si bien significa un descenso en las revoluciones del tempo manejado hasta este momento por ocasiones, no deja de tener acción constante y bien canalizada por cada uno de los integrantes de la banda, con tal de que la atención del escucha no se pierda bajo circunstancia alguna (salvo que te manden a ir por las tortillas a la esquina, jejeje).  Al llegar el final de la pieza, la acción se intensificará de manera brutal, sobre todo por los guturales que tomarán protagonismo antes de la última repetición del estribillo.

Dando tiempo para que nos acomodemos antes de que inicie la descarga respectiva, le toca el turno ahora a “Revenant” de aparecer en nuestro equipo de sonido, y si bien no es la más potente del redondo, inclusive pudiendo indicar un descenso en la intensidad llevada hasta ahora, no deja de ser otra canción que tiene su mérito de ser parte de este álbum, sobre todo por la interesante labor vocal de Francesco Corigliano, quien logra dar lo mejor de sí para lo que podría ser el número más melódico del álbum, que logra alcanzar ahora sí cotas impresionantes de potencia al llegar a la sección instrumental, donde Julien Spreutels sacará su mejor repertorio de melodías para hacer duelo singular con lo que interprete en sus 6 cuerdas Francesco Mattei.

Al atravesar la primera mitad del álbum, llega el momento para que arranque la pieza más larga y ambiciosa del mismo.  “The Gates Of The Underworld” no solamente presume de dar nombre al álbum, sino también de hermosas orquestaciones, manejo progresivo de escalas, melodías e intensidad como ninguna otra pieza en el álbum, una narración que nos adentrará en lo que busca narrar este gran número de 12 minutos y 10 segundos de duración, que tendrá momento para acción descollante en la batería mientras los coros encienden la llama todavía más desde el fondo, canto bastante emotivo donde Francesco Corigliano apelará por buscar tocar nuestros sentimientos o bien hacernos estremecer con un trabajo de guturales muy notable, todo dentro de un guion creado de manera magistral, con tal de que cada idea artística fluya con total naturalidad, y nada se sienta como “metido con calzador” o algo así.  Da gusto encontrarse todavía piezas de tan grata hechura como ésta, donde los músicos ponen todo lo mejor de sí para crear algo memorable.

Tras tan brillante momento, llega otro que rebosa de calidad y atmósferas intrincadas, como lo es “Ascent” y ese inicio de voces femeninas en sentir arábigo, precedentes a la fuerza con la que entra la banda para brindarnos otro gran momento, eso sí, por momentos todavía más pausado que lo visto en anteriores piezas (coqueteando por momentos con el Hard Rock), pero teniendo también sus instantes donde la fuerza instrumental vuelve a la cadencia que hemos tenido en este intenso redondo.  Y sí, nuevamente, cuando llegue el turno de los instrumentistas para demostrar lo proficiente que son, tendremos otro subidón de tempo bastante provechoso.

Ahora sí, si alguien reclamaba potencia a borbotones por parte de estos chicos, pues preparen casco, porque “Overlord” nos traerá el galope bien firme y tenaz de estos romanos, que arrasarán con gran fuerza y poderío en un número brillante, cuyo ritmo es el que hemos visto en joyas del pasado como “Victim of Fate” de Helloween, entre otras.  El espíritu más Speed Metalero de la banda estará palpitando con gran intensidad en esta pieza.

Nos acercamos al final del disco (momento triste siempre) y el piano con el que arranca “Anima” parece ser indicativo de dicho momento, marcando con ello un momento de descanso breve antes de que el slapping en el bajo de Andrea Arcangeli retumbe y nos haga levantarnos nuevamente del sillón para seguir siendo arrasados por la fuerza implacable y devastadora que genera la música de Noveria, aunque eso sí, esta pieza podría definirse en cierta forma como la “balada” del disco (o más bien, la más “mid tempo” dentro del mismo), con pasajes más calmos, sin obviar la energía que caracteriza a la agrupación, que parece no tener mayor piedad con sus instrumentos cuando los toman para hacer su arte.

Duele tener que despedir un disco (y el cuerpo también duele tras poco más de 1 hora siendo despedazados por la inagotable energía de estos músicos, jejeje), pero qué gratas son las despedidas cuando son tan formidables y recargadas de energía como ocurre en “Eternal”, la cual sin dudas pasa al catálogo de canciones más veloces y brillantes en el catálogo (corto pero sustancioso) de Noveria, quienes no dejan momento al aire para seguir demostrando gran maestría en el manejo de sus instrumentos a toda velocidad mientras logran matices intrincados en su quehacer.

Podríamos decir que Noveria es una agrupación que, similar a sus coterráneos DGM, apuestan en gran medida a la velocidad matizada con virguerías progresivas en su arte, y esto les da como resultado descargas de música llenas de fuerza magistral, algo que los ha caracterizado y en este cuarto álbum los posiciona con todavía mayor solidez como una de las bandas con mejor futuro en la escena italiana.  Rogamos que la espera por el quinto no se haga demorar tanto como ha ocurrido en esta oportunidad, puesto que ha sido motivo de regocijo el saber que ha llegado finalmente este nuevo material por parte de ellos, y así será cuando venga lo siguiente.