IMPERIUM – Never Surrender 🇫🇮 (Album Review)

Por Michael Prado

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Creo que la gente que conoce de música no le hará mala cara nunca a una buena dosis de Hard Rock como la que en esta oportunidad tendremos para poner sobre el plato, puesto que es una propuesta que, si bien no formula nuevas ideas o busca reinventar el género, termina siendo una escucha bastante agradable.

Mika Brushane es un músico con una trayectoria musical que inicia en 1981, y actualmente se desempeña como baterista en la agrupación de Heavy/Power Metal finlandesa Strike.  En el año 2012 empieza a recolectar ideas en forma de canciones que, con el paso del tiempo, han venido a terminar siendo lo que a posteriori terminaría grabando en este nuevo proyecto que ha iniciado bajo el nombre de IMPERIUM.

Para esta nueva aventura artística, Mika ha decidido reclutar varios talentos, donde tenemos a los vocalistas Robbie LeBlanc de Estados Unidos (cantante también en T3nors, Find Me, Fury, Blanc Faces y East Temple Avenue) y Michael Bormann de Alemania (quien también canta con Michael Bormann’s Jaded Heart, Silent Force, Bonfire, J.R. Blackmore, Zeno, Bloodbound, Redrum y Rain), además de los guitarristas Stefano Lionetti de Italia (procedente de la agrupación Lionville) y Mikey K. Nilsson de Suecia (cuyo instrumento también se escucha en Arkado, Sapphire Eyes, Alyson Avenue, Bai Bang, el proyecto solista de Anette Olzon, entre otros).

Contando con este plantel, y tomando Mika los puestos de baterista, teclista, bajista, compositor y productor (todo un todólogo en la materia, sin lugar a dudas), esta formación se dio a la tarea de dar forma a la idea del señor Brushane en las grabaciones respectivas, mismas que terminaron consolidando el producto en forma de larga duración que ha llegado a las tiendas musicales y servicios de streaming el pasado 19 de mayo, a través del sello Pride & Joy Music, bajo el nombre de “NEVER SURRENDER”.

El Hard Rock que presenta el grupo es bastante animado y melodioso, donde las voces de Robbie LeBlanc y Michael Bormann van intercalándose a lo largo de las 10 que conforman el redondo, dando performances bastante elegantes y llenos de mucha prestancia y energía que nos invita, como dice el título del álbum, a no rendirnos.  Debo decir, eso sí, que no hay mucha diferencia entre las interpretaciones vocales de ambos cantantes (a primera escucha no me parecía que hubiera 2 cantantes distintos en el álbum).

También el disco presenta la particularidad de que Stefano Lionetti y Mikey K. Nilsson se reparten los solos de guitarra a lo largo del disco, teniendo cada uno 5 canciones para demostrar su talento a las 6 cuerdas.  El álbum también nos regala una participación invitada del guitarrista norteamericano Joel Hoekstra (miembro de Whitesnake, Trans-Siberian Orchestra, Night Ranger, Cher, entre otros), quien nos regala un solo de guitarra para la canción inicial “The One”.

A nivel compositivo, debemos comentar que las piezas son muy alegres y entretenidas, aunque, eso sí, no se diferencian mucho la una de la otra en mayores aspectos que la afinación para cada una, la participación de los miembros en cada una, por citar otras cosas.  Uno esperaría un tanto más de variedad, en especial porque el ritmo de las canciones resulta ser el mismo (salvo en la canción “I Still Believe”, que es la que busca distinguirse del resto en cierta forma), y eso podría resultarle incómodo a alguien que busque una escucha que le traiga más cosas a la mesa.

Eso sí, hay que ser justos, y considerar que, en un aspecto donde sí siento que se pusieron la flor en el ojal, es en que el sonido de los teclados logre para cada pieza la atmósfera propicia para potenciar el resultado de cada canción, terminando en algo que nos dejará un sabor de boca que nos recordará por momentos lo que bandas históricas como Europe han logrado en el mundo musical.

Al pasar al tema de la producción, sentimos que el disco ha tenido mucho mimo y cariño a la hora de pasar por las manos de Erkka Korhonen (encargado de la labor de mezcla) y el muy reconocido Mika Jussila (todo un nombre en estos quehaceres, y que, para esta oportunidad, se encargó de la masterización del álbum).  Al final tenemos un disco con un sonido bastante claro, cristalino y que nos hace sentir que tenemos un producto de mucha calidad en este rubro, lo cual realza bastante el resultado final.

En resumidas cuentas, tenemos un álbum debut para este proyecto que logra brindarnos una escucha muy agradable, entretenida y provechosa, que no nos hará sentir que desperdiciamos el tiempo durante los 46 minutos que duran estas lindas 10 canciones.  Eso sí, reitero, los más quisquillosos podrán argüir en contra que podrían apelar a más variaciones en el ritmo de la batería, pero fuera de eso, a los fans del Hard Rock les podría complacer la llegada de este bonito álbum a sus estantes de discos.