HEIDEVOLK – Wederkeer 🇳🇱  (Album Review)

Por Michael Prado

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En el Metal podemos decir que hay un terreno bastante apto y propicio para la siembra de algo que tenga características rebosantes de epicidad en cada uno de sus elementos, y a lo largo de la historia de este maravilloso género hemos podido disfrutar de obras que nos han brindado obras labradas con una plétora inconmensurable de dicho aspecto, lo cual hace que nuestras entrañas se estremezcan ante el buen quehacer ejecutado por los músicos que las crearon.

En estos días se estará dando el regreso de una banda que ya llevaba un tiempito en reposo, pero que ha regresado con fuerzas renovadas para traer más música cargada de tintes plagados de historias míticas cantadas en el idioma de su tierra natal, y hechas con un esmero totalmente evidente a la hora de darle a reproducir.  Un grupo que te garantizará ese elemento épico en cada una de sus canciones.

Si bien a día de hoy ya no prevalece ninguno de los músicos que dieron vida a la agrupación de Folk/Viking Metal neerlandesa Heidevolk allá en el año 2002, es de destacar que la calidad en la manufactura de sus obras no ha perdido fuelle ni calidad a lo largo de los 21 años que ha durado esta agrupación, conformada en la actualidad por el bajista y panderista Rowan Roodbaert (miembro más antiguo de los actuales, que está en el grupo desde 2006), los guitarristas Koen Vuurdichter (miembro de Detonation y M-90’s) y Mat van Baest (integrante de Depths of Kronos, Down South y Mannerisms), el batero Kevin van den Heiligenberg (protagonista también de Awakening Sun y Metal Against Coronavirus), además de los cantantes Jacco de Wijs y Daniël Wansink.

El disco que estos chicos presentarán el 24 de febrero del presente año a través del sello discográfico Napalm Records, y que llevará el nombre de “WEDERKEER” (Retorno), se sumará a sus 6 larga duración anteriores (siendo el anterior a éste, el álbum “Vuur Van Verzet” (2018)), ampliando su muy interesante discografía, la cual siempre se ha destacado por composiciones que evocan en gran manera la música de los bardos de Europa Central, con atmósferas épicas muy bien logradas por sus cantantes y el poderío del Metal como ingrediente adicional para una fórmula inolvidable.

Tras alistar alforjas, espada, escudo, provisiones y demás para emprender la travesía que nos llevará a recorrer esas sendas boscosas y llenas de historias encantadoras, nos encontramos como primera canción de esta aventura a “Hagalaz”, que es el nombre de una runa que representa a la “H” en los alfabetos futhark joven y futhorc, la cual está asociada al cambio, la libertad, la invención y la liberación.  Sobre la pieza, podemos decir que es un gran inicio bastante apropiado para este álbum, lleno de esos cantos donde las voces de Jacco y Daniël logran conjuntarse de maravilla (y ojo, que éste sería su primer álbum de estudio trabajando juntos, dado que Daniël entró al grupo en el 2022), y ni hablar de la construcción musical de la canción, llena de momentos bastante emocionantes.

Tras iniciar una tormenta al final de la primera canción, la guitarra acústica marca el inicio de la siguiente aventura épica, que lleva el nombre de “Drink Met De Goden (Walhalla)” (Bebe Con Los Dioses), la cual va más pausada que su iteración anterior, y con más de ese saborcito acústico que suelen tener algunas de las composiciones de esta agrupación de Países Bajos, que tan bien le cae al entremezclarse con el poderío del Metal que han labrado para contar esas historias tan evocadoras.  En definitiva que uno no querrá dejar de brindar con las deidades nórdicas al son de este canto tan digno de esas celebridades.  Ojito al precioso solo de violín que trae incorporado esta pieza, un deleite para los oídos.

Cómo amamos los riffs de guitarra tan deleitosos como los que nos trae “Klauwen Vooruit” (Garras Adelante), la cual incluye como músico invitado a la flautista Fabienne “Fabi” Kirschke (integrante de Brisinga y Storm Seeker), cuya contribución con este instrumento de viento le dará ese aire Folkish todavía de manera más determinante, como si no fuera suficiente con la interpretación tan imponente de los vocalistas del grupo.  Y el solo de guitarra, ¡qué maravilla!, máxime si le acompaña un energizadísimo momento de blast beats que el señor Kevin van den Heiligenberg nos regala.

Breve, pero engalanadísimo de un sonido que parece sacado de hace centurias es el momento que en menos de 2 minutos nos trae “Schildenmuur” (Muro Escudo).  El sonido de los tambores medievales nos hará sentir en uno de esos momentos clave de alguna batalla, donde se decide el destino de un reino ante la invasión enemiga.

“De Strijd Duut Voort” (La Batalla Continúa), como su nombre nos lo indica, es una vuelta a la acción más pesada, ¡y de veras que se tomaron en serio el retomar el peso musical, sobre todo con esos blast beats que nos demandarán estar armados y totalmente preparados para lo que se avenga en el campo de batalla (sí, en nuestro léxico eso hará referencia al moshpit que con toda seguridad esta pieza tan movida y épica generará en los conciertos, ¡ardo con formar parte de algo así, en ese choque inmisericorde de escuadrones de camisetas negras!)!  De nueva cuenta el trabajo de guitarras sigue siendo bastante determinante para el éxito definitivo de esta gran pieza.

Los “Oeros” (Uros) son una especie desgraciadamente ya extinta de ganado bovino, que eran de los mayores herbívoros de la Europa postglacial, y de los que, con toda seguridad, los vikingos creaban los cuernos que sonaban al emprender sus travesías a través del mar en búsqueda de tesoros y conquistas que hacían de la manera tan brutal que les caracterizaba.  La pieza que lleva este nombre quizás no sea tan brutal, pero sí es bastante pegadiza, sobre todo por la forma en que entona el nombre de estos imponentes animales que por desdicha ya no galopan en los bosques europeos desde sus últimos avistamientos en el siglo XVII.

Nuevamente tenemos el abrigo de otra pieza que rememora esas eras medievales con un ritmo más calmo, por así decirlo, y es la que precisamente intitula al álbum, “Wederkeer”.  Al son de las guitarras acústicas y los instrumentos folklóricos de Europa Central, que arropan con tanta maestría el sublime y épico cantar de Jacco y Daniël, esta pieza nos hará sentir que estamos reposando energías al lado de una fogata, inclusive estando en la vida real a la plena luz del día (como me pasa en el momento que estoy escribiendo estas líneas).  Cuando una banda logra conseguir ese efecto en el oyente, significa que su música ha triunfado y trascendido límites.

Si la guitarra ha sido un instrumento de gran importancia a lo largo del desarrollo de este redondo, ahora le toca al bajo también tener mayor preponderancia como la hará palpable en el resonar de sus 4 cuerdas a lo largo de “Ijzige Nacht» (Noche Helada), que nos traerá momentos de epicidad con el poderío del metal, y un hermoso solo de violín acompañado de una narración propicia para acrecentar el sentir legendario de esta pieza.

Nuestra cabeza nada más no podrá resistirse a ser agitada de manera involuntaria al compás del poderoso riff de guitarra con el que “Raidho” fue concebida.  ¿Qué es Raidho?  Pues es otra runa, esta vez del Futhark antiguo, que está relacionada con cambios, actividad, búsquedas fundamentales y procesos de transformación.  Dicha runa corresponde a la “R” de nuestro alfabeto.  Sobre la pieza no hay más que decir que es otro despliegue bárbaro y soberbio de calidad, la cual será un festín de headbanging y un moshpit brutal.

Otra pieza con gran evocación al pasado gracias a la instrumentación folklórica de flautas, gaitas, guitarras acústicas y demás artilugios que no suelen ser muy habituales en esto del Metal, es en definitiva “Ver Verlangen” (Deseo Lejano), a la cual también le va bastante bien su nombre, debido a que las melodías tan encantadoras que nos manifiesta son como un túnel del tiempo que nos llevará a no sentir más nostalgia por esas épocas donde la espada regía.  Nada más cerrar los ojos y será como estar a las orillas de un hermoso río rodeado por bosques de coníferas y un sol resplandeciente.  Hermoso interludio, hay que decirlo.

La siguiente canción lleva el nombre de una deidad germánica, como lo es “Holda”, diosa principal en el período del solsticio del invierno, que puede mutar en una joven hermosa de cabello níveo o una anciana que refleja gran sabiduría en su mirada.  Es también diosa de las brujas de esas tierras centroeuropeas.  Y la pieza en cuestión nos narra historias relacionadas a este ser mitológico con una potencia bien llevada, a la cual melodías distantes de instrumentos de cuerdas engalanan, cual si fuera el aura que despliega esta formidable visión al cabalgar por la Selva Negra y los parajes maravillosos donde las historias de grandes guerreros se forjaron.

Sí, esta travesía ha sido maravillosa, pero como todo en esta vida, llega el momento de regresar para dar punto final a la misma, y Heidevolk ha logrado construir una hermosa canción para despedir este séptimo LP de manera muy emotiva con la preciosa balada “Zomervuur” (Fuego Veraniego), la cual resplandece en las melodías de los instrumentos folklóricos y el rasgueo de las guitarras acústicas, en conjunto con el canto de los 2 vocalistas tan geniales del grupo, como un sol que marca un futuro todavía más promisorio para esta tremenda banda, que sí, duró 5 años en regresar del letargo temporal en el que estuvo, pero que, para dicha de todos los que amamos la mítica que en el viejo continente se construye a partir de sus historias en forma de música, han regresado, y la mejor forma de celebrar su vuelta a la acción, es poner a rodar este hermoso álbum el viernes que se nos avecina, pues lo merece y demasiado.  Serán 52 minutos de una escucha que no dejará remordimientos de tiempo desperdiciado para nada, más bien el agradecimiento a este grupo por su esfuerzo de seguir haciendo arte tan hermoso.