GRETA VAN FLEET – Starcatcher (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Es fácil comparar una banda de Rock moderna con sus influencias obvias. En el caso de Greta Van Fleet, se han hecho comparaciones con Led Zeppelin durante años debido a sus grandiosas letras, gran sonido, voces e incluso la ropa que usan en el escenario. Si bien Greta Van Fleet ha enumerado bandas como Cream y Bad Company junto con bandas actuales como The Black Keys y Rival Sons como influencias, las voces altísimas en la canción de apertura de «Starcatcher», ‘Fate of the Faithful’, traen al líder de Led Zeppelin, Robert Plant, rugiendo alaridos. «Luchamos por los fieles» canta Josh Kiszka, su voz salta a un poderoso chillido en la mitad de la línea antes de continuar con el verso: “Pero en lugar de eso, nos quemamos”.

Greta Van Fleet está de regreso con su tercer álbum de estudio, «Starcatcher», y esta vez, el cuarteto se propuso crear un lugar propio. El título del álbum, el sonido expansivo y las letras sobre el destino y la leyenda lo transmiten bastante bien, pero el baterista Danny Wagner también lo dijo en los materiales de prensa de «Starcatcher», que produjo Dave Cobb. “Teníamos la idea de que queríamos contar estas historias para construir un universo”, dijo Wagner. “Queríamos presentar personajes y motivos y estas ideas que surgirían aquí y allá a lo largo de nuestras carreras en este mundo”.

El 21 de julio en ‘Lava’/‘Republic Records’, el álbum de diez pistas de Wagner y los hermanos Kiszka (el cantante principal Josh, el guitarrista Jake y el bajista y teclista Sam) sigue a «The Battle at Garden’s Gate» de 2021 y al primer álbum de larga duración del grupo de 2018, «Anthem of the Peaceful Army». Greta Van Fleet sigue polarizando media década después de que fueran acusadas de estafar el sonido y el estilo de Led Zeppelin en su debut, pero las opiniones están cambiando a medida que los nuevos fanáticos se entusiasman con la seriedad y la destreza musical de la banda. Claro, escuchar a Greta Van Fleet es como subirse a una máquina del tiempo y aterrizar en medio de un concierto de Rock de los años setenta.

Al igual que su predecesor, Starcatcher es parcialmente un álbum conceptual, en el que los temas musicales parecen reaparecer de una canción a otra. «¡Salve, la canción de Dios! / ¡Todos trinan con la melodía devota repetición!» canta Kiszka en la apertura del disco ‘Fate of the Faithful’. No es tan memorable como previas pistas de apertura de sus álbumes anteriores, aunque sirve como el punta pie inicial del álbum, equivalente a un fondo de pantalla que nos genera cierto sosiego de carácter hipnótico. Un comienzo un tanto escéptico que nos interpela a la hora de darle continuación al resto del flamante nuevo material.

Estas reminiscencias al sonido clásico de Led Zeppelin se pueden apreciar de manera evidenciada en la segunda pista del disco, ‘Waited All Your Life’. Con un comienzo “frágil”, haciendo uso de guitarras acústicas para generar un clima calmo y homogéneo, la voz de Kiszka se lleva el protagonismo de la misma, usufructuando sus típicos alaridos estridentes, mientras el resto de la banda ejecuta una base limpia y melódica, la cual nos va llevando por un paseo hipnótico de características psicodélicas. Una power ballad de carácter folk y bluesero.

El Hard Rock se hace presente en ‘The Falling Sky’. Un riff dinámico y entre cortado comienza con el desarrollo de la canción hasta que, nuevamente, su vocalista se apodera de la pista vagamente, dejando a sus compañeros en un protagonismo de reparto más que en un primer plano. El frontman solo da un paso al costado para dar lugar a un magistral solo de harmónica que se lleva los palmares por su ejecución, acentuando su impulso de conducción,  a las tres cuartas partes de la interpretación. Una continuación brillante para el recorrido de la placa en cuestión con una de las canciones más acotadas de la misma.

‘Sacred the Thread’, el segundo corte de difusión de Starcatcher, funciona a velocidad más lentas pero presentan el tipo de estructura y voces que recuerdan a los Rival Sons de la era Feral Roots. Está igual de comprometida cuando Kiszka canta sobre su guardarropa en la pista en cuestión: «Las lentejuelas se disparan con la luz, whoa / Siento que me abraza tan fuerte, whoa«. Una pista densa, hipnótica y contemplativa que no hace más que remarcar la tendencia psicodélica y conceptual del álbum.

Entre las dos pistas más cortas de «Starcatcher» se encuentra la acertadamente titulada ‘Runway Blues’, en la que Greta Van Fleet parece divertirse acelerando a través de la carrera de setenta y siete segundos de duración de la canción. Una pista intrépida y volátil, un Hard Rock duro y parejo, aunque lo que más prevalecerá en la memoria de los oyentes sea lo corto de su duración por demás de lo virtuoso que parezca ser su interpretación y, por sobre todo, la intrépida ejecución de su solo de guitarra, muy al estilo de Jimmy Page o a los momentos más rasposos de Slash.

La segunda mitad del trabajo discográfico comienza con ‘The Indigo Streak’. Una primera probada a las aristas más progresivas de la música de GVF, mezclada de manera acertada con el perfil más hardrockero y psicodélico de la banda oriunda de Michigan. Luego de los primeros dos minutos algo sórdidos e intensos, se asoma un breakdown que da paso a fills de guitarra por parte de Jacob, para dar lugar, de manera in crescente, a un enganche con la dinámica apreciada en el comienzo de la pista. Un viaje musical para dejarse llevar con la corriente del paisaje sonoro.

‘Frozen Light’ maneja una experimentación musical similar, con riffs y melodías que arrastran a la pista hacia lugares ya conocidos, brindando una sobriedad y cierto apaciguamiento a lo que hace al recorrido de «Starcatcher». Es recién a los tres minutos y medio donde encontramos un quiebre en la canción, para dar lugar al solo de guitarra, mientras que Samuel y Wagner hacen lo propio desde su rol rítmico, aportando una base sólida para retomar el camino natural de la pista y dar cierre a la misma de manera abrupta.

En ‘The Archer’ encontramos un inicio similar al de ‘Waited All Your Life’, con una batería marcando el ritmo y los tiempos de su ejecución, y guitarras acústicas que retrotraen a sonoridades similares de corte Folk celta. Los riffs de guitarra son exuberantes y vibrantes, crean una base de sonido magnífico que el resto de las capas de bajo, guitarra principal y batería se equilibran maravillosamente. En la parte superior están algunas de las mejores voces de Josh que ofrecen letras cautivadoras que llevan al oyente a otro plano sonoro.

Si bien la primera mitad del álbum parece ser la más fuerte, la penúltima pista ‘Meeting the Master’ se siente como el lugar donde Greta Van Fleet encontró el nuevo universo que estaban buscando. La voz de Josh Kiszka es suave cuando comienza la pista en cuestión, pero estalla en un vibrato cuando Wagner y los mellizos Kiszka construyen un crescendo colectivo. Es el himno del álbum, uno que probablemente se convertirá en el favorito del público cuando la banda inicie su gira mundial «Starcatcher» en Nashville, Tennessee, el 24 de julio de este año.

La conclusión de la placa conceptual finaliza con ‘Farewell for Now’, una suerte de despedida temporal que evoca los sonidos clásicos del Zeppelin de «Holy of the Moses» o «Presence». La melodía se hace presente durante todo el correr del tema, con un Joshua nuevamente apoderándose del primer lugar de la banda, con alaridos y voces agudas que elevan el nivel musical y artístico de la pieza, dotando a la misma de sensaciones de emoción y angustia correctamente bien plasmada. El solo de Jacob, si bien es acotado y no tan memorable, encaja perfectamente en el marco de la canción, dándole un cierre de carácter concluyente, mientras que las últimas estrofas que emana el vocalista desvanecen a la obra, como así lo hacen con el álbum en sí mismo.

Miembros de la banda:

• Joshua Kiszka – Voz. 
• Jacob Kiszka – Guitarra.
• Samuel Kiszka – Bajo y teclados.
• Daniel Wagner – Batería.