EDU FALASCHI – Eldorado (Album Review)
- 🎸 Power Metal/Progressive Metal
- 🌎 Brasil
- 💿 Independiente
- 📆 23 de Agosto, 2023
Por Santino G. Barbas
Cada cantante que triunfa como miembro de una banda y se lanza en solitario puede enfrentar una serie de desafíos únicos. Constantes comparaciones, altas expectativas, descrédito o escepticismo por parte de algunos fans y críticos. En una banda, el éxito y la atención se comparten con los demás miembros; como solista, el cantante acaba teniendo que luchar para que su trabajo sea reconocido como un mérito individual. Cuando lanzó «Vera Cruz« en mayo de 2021, Edu Falaschi (quien fue la voz de Angra durante más de una década) recibió, casi en proporciones iguales, valoraciones positivas y negativas.
La trilogía, de la que «Eldorado» es la segunda parte, sumerge a los oyentes en una apasionante saga centrada en el personaje de Jorge, protagonista de la historia anterior “Vera Cruz”. Este álbum también marca el segundo lanzamiento de la carrera en solitario de Falaschi, aportando una nueva dimensión a su expresión artística. Mezclando elementos históricos, ficción y mezcla cinematográfica, «Eldorado» viaja en el tiempo y trae música con influencias latinas como españolas, con instrumentos inusuales y arreglos espectaculares. Con el vocalista Edu Falaschi al mando, la banda conformada por Roberto Barros (guitarra), Diogo Mafra (guitarra), Raphael Dafras (bajo), Aquiles Priester (batería) y Fábio Laguna (teclados), demuestra por qué son considerados excelsos músicos, al mismo tiempo que conllevan una sensibilidad musical por encima de la media y melodías que cautivan desde el principio.
Este 23 de agosto del presente 2023, de manera autónoma, será editado el segundo álbum de esta saga conceptual; «Eldorado». La banda compuesta por músicos de primer nivel y liderada por el propio Edu dará rienda suelta a su correspondiente gira de promoción este 25 de agosto, con una larga secuencia de fechas en su natal Brasil, así como una tríada de fechas en tierras niponas.
‘Quetzalcoatl’ («Dios Creador de la Humanidad») es una preciosa introducción creada por Pablo Greg, la cual nos da la bienvenida a una obra que seguramente será de magnitudes majestuosas. Una vez más en la línea de lo que estábamos acostumbrados a escuchar en las mejores intros de la banda Shaman; esta pieza instrumental es una ambientación atmosférica orquestada, la cual nos retrotrae a un marco temporal y espacial en donde los aztecas dominaban de manera imperial la región norteña de nuestra ancestral Latinoamérica. ¡Brillante punta pie inicial!
La primera canción per se que escucharemos en este álbum es ‘Señores Del Mar (Wield the Sword)’. Comienza con una introducción acústica con un juego de guitarras españolas que nos transporta directamente (y oportunamente) a España, ya que la misma iniciará su fraseo vocal con la presencia del líder y cantautor del grupo español Mägo de Oz, José Andrëa. Los primeros dos minutos de la pista emanan un in crescendo constante hasta que explota a pura contundencia con la clara marca registrada de la casa.
La canción trae influencias latinas, españolas y flamencas mucho más que evidentes (intermitentes con lo que se espera de esta formación) en un tema completo, trepidante y veloz, características tradicionales en los álbumes de Power Metal de corte progresivo y melódico. La banda se encuentra bien aceitada y, con el tecnicismo que la caracteriza, explotan en la ejecución de cada uno de sus instrumentos, dando a este álbum un comienzo que nos vuela el copete con esta completísima pieza que araña los siete minutos de duración.
‘Sacrifice’ dice presente como uno de los puntos más álgidos de «Eldorado». Con un comienzo realmente progresivo y un bajo muy prominente en todas partes (¡pero especialmente en la mitad de la canción cuando se vuelve más rápido y da paso a algunos solos de guitarra impresionantes!). Falaschi canta la pista en cuestión como en sus mejores épocas, dejando todo de sí, siendo acompañado en los coros por voces que exploran un perfil mayormente sinfónico y dotan a los estribillos de un armonioso clima melódico y memorable. Estos fraseos vocales solo se apartan a un lado para dejar que el virtuosismo de Barros y Mafra se apodere de la instrumentación. Una pieza excelsa y perfectamente bien lograda, tanto en lo emocional como en la ejecución. Los cortes son súper atinados, soberbios y técnicamente ejecutados, mientras que las líneas de bajo de Dafras guían el groove de toda la canción.
Un comienzo “frágil” y emotivo se puede apreciar en ‘Empty Shell’, lo que parece avizorar que nos adentraremos en una power ballad del estilo de ‘Bleeding Heart’ (de Angra) o ‘Breath’ (de Almah), y no nos equivocamos con dicha intuición. La banda pierde el valor para presentarnos (de manera algo precipitada) un corte mucho más emocionante y sentimental en la cuarta pista de la placa. Con ese edulcoramiento que caracteriza al timbre vocal de Falaschi, la primera balada del álbum se interpone entre cortes de mayor aptitud instrumental pero no desentona con el resto del material o con lo que predeciblemente ya conocemos del catálogo del cantautor; tan solo recordar el compilatorio «Ballads» o las regrabaciones que figuran en el LP «Moonlight» para confirmar lo antes expresado.
El solo llega oportunamente en el clímax de la canción, dotado de una interpretación y un feeling magistral e idealmente elaborado para cumplir su función en lo que hace a la atmósfera de ‘Empty Shell’. La voz de Falaschi no derrocha tecnicismo ni alcance en su registro, pero no escatima en transmitir emoción mientras reproduce las líricas que acompañan a la canción. Una correcta pieza, pero que no logra alcanzar el listón que tan alto la propia banda elevó en el comienzo del álbum.
Inmediatamente somos emboscados por el primer corte de difusión del flamante nuevo lanzamiento: ‘Tenochtitlán’, y esto es claro y entendible, ya que la pieza abarca todos los aspectos que nos atraen del artista. El virtuosísimo llevado al máximo por parte de la sección rítmica donde el baterista, Aquiles Priester, se lleva los galardones por su excelso uso del doble bombo y el oportuno destello de los platillos ride, es liderada por un destacado trabajo de guitarras solistas, mientras que las estrofas cantadas por el frontman y el acompañamiento de riffs ejecutados tan técnica como velozmente, recuerdan vagamente a breves extractos del tema ‘Z.I.T.O.’ («Holy Land», 1996).
Luego de más de tres minutos de bofeteadas a puro talento eximio por parte de la banda, los guitarristas se despachan con un versátil y afilado duelo de guitarras que no dejan respiro al oyente. Estos le son seguidos por los ya conocidos solos de guitarras de corte neo clásico y leads de bajo que el género nos puede ofrecer tan correcta como ejemplarmente, para luego reencontrarnos con las voces que cierran filas de tan tremenda obra de arte. Cabe destacar el trabajo magnifico realizado por su tecladista Fabio Laguna durante los más de siete minutos de duración de la pista.
Párrafo aparte para la pista que comparte nombre con el álbum en cuestión. ‘Eldorado’ es, sin duda alguna, la pieza más épica del álbum. En sus más de diez minutos de duración nos arrastra por un paseo grandilocuente y bello como magistral y excelso.
Luego de un comienzo lento con tintes de balada, con tambores y pianos tribales ambientando todo el escenario, y una vos en off que (en castellano) nos relata las palabras: “Puedo escribir los versos más tristes… ”, automáticamente nos arroja a toda la potencia que esta “locomotora” de Power Metal progresivo nos tiene acostumbrados. El bajo llegando a una manera increíble y solos de guitarra sublimes, para volver al ritmo increíble de la sección rítmicas al estilo Speed Metal en su forma más envolvente, y solos de teclado destellantes de Pablo Greg (que se suponía que no iba a ser mezclado en la versión definitiva). ¡Esto es especial! Realmente especial.
Edu suena cómodo en su zona de confort cantando sus partes melódicas de medio tiempo, mientras que las voces de fondo ambientan toda la obra. Las guitarras acústicas flamencas han vuelto y están preciosas como siempre. Claramente nos recuerdan a los arpegios a velocidad de la luz encontrados en la canción de Angra ‘The Shadow Hunter’ («Temple of Shadows», 2004), correctísimamente usadas en el segmento instrumentista que funciona como interludio de la misma. Los solos del dúo de los guitarristas son la cereza de la torta. Todo se encuentra en su lugar. ¡Exquisita pieza de arte! Fácilmente ubicada en lo más alto del álbum.
La canción más corta del álbum, Q’equ’m, es un interludio que quiebra la obra a la mitad. Cantado en lengua maya por la vocalista indígena Sara Curruchich, con claros atisbos autóctonos y originarios, con letra (adaptada por ella misma a su cultura) que representa el saqueo español en tierras aztecas, y acompañada por unos suaves arpegios de cuerdas y unos aún más sofisticados teclados de fondo.
En resumen, no parece sumar demasiado al marco musical del disco, mas si agrega cierta dosis de dramatismo y emoción a la temática en cuestión, y sirve de preámbulo a la siguiente pista.
‘Reign of Bones’ comienza su marcha a toda potencia y velocidad. La versión más virtuosa de la agrupación se encuentra en ella. Nuevamente encontramos a Priester en un alto nivel, denotando la acertada inclusión que Falaschi hizo al decidirse por el también ex Angra.
Esta es la pieza que probablemente más se asimile al sonido de más técnico de Angra de todo el álbum. Los teclados y el ritmo de los arreglos dan una probada al clásico Power Metal melódico y neoclásico bastante claros y cristalinos que tan bien representan las ambiciones compositivas del spin off de la clásica agrupación paulista, mientras que la voz del vocalista se destaca por su melodía complementando una yuxtaposición entre ella y el resto de la sección instrumental. Pero otra vez son las guitarras en la segunda parte las que se llevan las palmas y nuestra atención; con solos que son realmente exhaustivos y apabullantes. Por otro lado, los riffs y bases rítmicas del resto de la canción son exhaustivos y constantes, al punto que sentiremos que nos dan una tenaz lección de cómo hacer que este crossover de Power Metal melódico con Progressive Metal parezca algo sencillo de hacer… aunque bien sabemos que no lo es.
La segunda balada del LP, ‘Suddenly’, nos retrotrae nuevamente a Edu en sus días con Almah. Una clara noción de lo melódico que puede llegar a ser la agrupación, que pareciese buscar un “respiro” tras el abrumador y machacante ritmo promedio del álbum. Otra pista que no pareciese que vaya a dejar una estela de memoria en los anales de la historia del rico catálogo discográfico que Falaschi posee, pero que si funciona perfectamente en su carácter homogéneo y armonioso.
El trabajo solista de las guitarras aportan un feeling hermoso y destacablemente bien incrustado en la pista, la que termina en un fade out tan desvanecedor como la balada en cuestión. Este trabajo solista es una acertada inclusión del hermano menor de Edu, Tito Falaschi (quien también había realizado un aporte similar en «Vera Cruz», y había compartido (a fines de los años noventa) agrupación con su hermano mayor en la banda de Power Metal Symbols).
‘Wings of Light’ vuelve al sentimiento general de la placa. La dinámica se apodera del ritmo general de la canción y ésta brinda un sentimiento cuasi nostálgico al ya adentrarnos en la clausura del álbum.
La conjunción de las voces con las melodías de las guitarras y las bases de los teclados son una maravilla coordinadamente funcional. Mientras que los solos de guitarras son tan bellos como eximios, y el pasaje instrumental que aplica Laguna en el piano es igualmente impecable. En otro orden, el álbum vuelve a encontrar otro punto alto y una cúspide en todo el arreglo del penúltimo track.
Si bien, instrumentalmente es impecable, no se encuentra en ella el mejor trabajo vocal de su cantautor y a su vez, quizás, hubiese funcionado mejor de manera enteramente instrumental. Se distingue por seguir el estándar de ser una pieza de puro fan service, que incluye estructuras similares a ‘Running Alone’ («Rebirth», 2001), y también a ‘Land Ahoy’ («Vera Cruz», 2021). En resumen, la pista no es prescindible, ni mucho menos mala, es entretenida y justamente instrumentalmente bien calibrada.
El nuevo trabajo discográfico termina con un tema totalmente orquestado, con una atmósfera potente y teatral, y posee una configuración instrumental de medio tiempo. Con un Edu Falaschi totalmente quebrantable desde el punto de vista emotivo, y con un soberbio y apropiado trabajo por parte del piano, esta power ballad sinfónica funciona de modo de epilogo tan brutalmente que evidencia el final de la obra, en la que pudiéramos imaginarnos los créditos de la misma con esta pieza como telón de fondo.
Un final antológico, para una obra igualmente antológica.
Miembros de la banda:
- Edu Falaschi – Voz.
- Roberto Barros – Guitarra.
- Diogo Mafra – Guitarra.
- Raphael Dafras – Bajo.
- Aquiles Priester – Batería.
- Fabio Laguna – Teclados.
EDU FALASCHI - Eldorado
“Eldorado” marca un hito importante en la carrera y la exploración musical de la cultura latina de Edu Falaschi. Su viaje a través de los tiempos, el talento de destacados colaboradores y la capacidad de contar historias a través de la música hacen de este álbum una experiencia imprescindible para los amantes de la música y la cultura. Técnicamente, el trabajo roza la impecable. Todo está muy bien tocado, bien colocado y mejor mezclado. Solo el tiempo dirá si estamos ante un clásico atemporal, u otro disco más que destacable en la fructífera carrera de Falaschi.Summary