CONCRETE AGE – Bardo Thodol (Album Review)

Por Elena Berriel

Los originarios de Rusia, Concrete Age radicados en Londres, nos traen su octavo trabajo “Bardo Thodol” donde se presentan firmes a su estándar de subgéneros:  thrash, death y folk dando los mismos pasos que “Spirituality” (2020) pero esta vez aún más elaborado. Otro viaje asombroso dentro de su fuerte trayectoria discográfica y que nos transporta a un mundo reflexivo de sabiduría, muerte y vida; basado en el Libro Tibetano de los Muertos, con el aporte impredecible de folk balcánico, del norte del Cáucaso y una mezcla sin fin de agresividad y metal extremo. Bardo Thodol está desbordado de grandes paisajes sonoros que escucharás más de una vez, ya que la creatividad y experimentación es inmensa para el desarrollo de este fascinante álbum.

“Hex” una composición que invita a un viaje alucinante de melodías tribales, pero se propone acentuar a un thrash metal que ansía la velocidad y agresividad. Por otro lado cabe destacar que la voz de Morozov crea una excelente barrera entre lo gutural y sus matices limpias, esta última dispone grandes influencias por David Draiman (Disturbed). Siguiendo este estándar prosigue “Purity” que profundiza sus orígenes extremos, colaborando con patrones de ritmos étnicos festivos y pegadizos. Una escena más misteriosa convoca “True Believer” con una batería muy bien marcada y envuelta en riffs contagiantes desarrollando una escenografía instrumental muy dinámica y oscura. Pero todo no puede ser color de rosas y mucho menos cuando se presumen los mismos patrones, esto puede llevar a un punto en donde no tengan un lugar preciso para colocarse correctamente o haya una reiteración de los mismos, por lo que “Ridges of Suffering” y “Thunderland“   podrían ser estas conclusiones de relleno.

Nos pone de pie la explosiva “Threads of Fate” con deslumbrantes riffs y una batería que no se desprende del doble pedal, creando escenarios sonoros extremos. La pista cobra vida después de su medio tiempo que nos confirma el gran equilibrio de subgéneros que sostiene el disco. ”Trite Puti”  una instrumental de un famosos baile Búlgaro, pero hacía un estilo escocés y como es debido con un toque folk metal: 1:57 minutos para divertirse e imaginar contemplar esta danza en vivo en unos de sus shows, que bien podría ser hecho por Korpiklaani. “ Lullaby for a Deadman”  se convirtió en mi pista favorita del álbum, demuestra ser una composición dinámica, donde podrás encontrar todas los elementos seleccionados para el disco, pero colocados correctamente para la creación de una gran composición. La homónima abunda lo extremo y fluye su influencia por Kataklysm, hasta que encuentra su forma en el folk metal, y así consigue intercalar ambos contrastes.  Un cierre bastante diferente a lo que el oyente podría esperar, “Bezdna  ot Ludost” [“El abismo de la locura”] trae consigo una ráfaga de riffs técnicos y una instrumental muy alocada y energética para culminar con Bardo Thodol,  algo diferente siempre nos puede descolocar pero a la vez cautivar.

Concrete Age le dieron la bienvenida al año 2023 con un gran trabajo, presentando escenografías de paisajes sonoros deslumbrantes, y que han sabido demostrarnos la ejecución de dos antónimos que conllevan a fuertes composiciones, y a su vez, cubiertas de una narrativa extraordinaria.

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