Review: DEVIN TOWNSEND PROJECT – Epicloud

Por Alejandro Melgar

No podemos objetarle nada a nuestro todopoderoso amo y señor de los gatitos Devin Townsend. El tipo hace y deshace a su antojo, tergiversando planes macabros y oscuros y borrándolos de un plumazo en pos de una incursión popera y acaramelada. Todo vale en el universo townsenita, y el disco que traemos para analizar hoy no es la excepción.

Tras acabar la tetralogía bajo el nombre Devin Townsend Project (que incluyó los discos ‘Ki’ (2009) , ‘Addicted’ (2009), ‘Deconstruction’ (2011) y ‘Ghost’ (2001), este último analizado aquí), la intención de Devin era finalizar con ese proyecto limitado y seguir sus aventuras musicales por otro lado. De hecho se sabe que su idea original era continuar con la bizarra historia del alienígena Ziltoid (que ahora sabemos que finalmente pasó en ‘Z2: Dark Matters’ (2014) ). Cuenta la leyenda que cuando Devin se sentaba a escribir la épica secuela espacial, terminaba escribiendo canciones más poperas y rockeritas en su lugar, y cuando quiso acordarse tenía material suficiente para llenar un disco dedicado a esas canciones. Así nace ‘Epicloud’, casi que por accidente, como un nuevo experimento fantástico en la vasta discografía de un genio contemporáneo.

El nombre es genial, mostrando ambos aspectos que podrían definir perfectamente los trabajos (y la vida) del excéntrico músico. Es épico (“epic”) y es fuerte (“loud”). Para este disco Devin se rodeó de los talentos de su anterior colaboradora Anneke van Giersbergen, una de las voces más dulces y bonitas del mundo del Rock y el Metal, quien dotaría a este disco de ese componente tan especial y gratificante. El álbum arranca con la intro ‘Effervescent!’, que no es más que un coro angelical lleno de positivismo, que prepara nuestra mente para algo que nos levante el ánimo ante la explosión de frescura que es ‘True North’, con Devin y Anneke en un dueto mágico que nos pasea por distintos nortes anímicos y climáticos. Es metalero pero también ese edulcorado y popero, como solo su mente maestra puede lograr. Y la cosa se pone aún más bizarra con ‘Lucky Animals’, uno de los singles liberados en su momento (acompañado de un video más bizarro aún). Una canción bien quirky que refleja la personalidad impredecible de Devin y nos invita a saltar y bailar mientras se nos taladra en la cabeza ese estribillo pegadizo que nos hace mover como enfermos.

‘Liberation’ pone la cuota rockera/metalera con un tema bien breve y directo, que se pone pesadito y riffero incitándonos al headbanging y a la locura. Catchy, formulaico y efectivo como un golpe a la mandíbula. La fábrica de hits del pelado sigue funcionando a máxima potencia. Y con ‘Where We Belong’ nos movemos hacia el otro extremo: balada etérea y climática, no por eso carente de distorsión, pero que nos lleva al lado más meloso e introspectivo de Devin, mostrando que la genialidad también le ayuda para componer canciones lentas y de gran impacto emotivo. El que sigue es uno de los temas más bonitos y “saltarines” del disco, se trata de ‘Save Our Now’ que se presenta en plan más Pop y alternativo, con un estribillo que nos invita a movernos como locos y gritar a los cuatro vientos. Es de esas canciones que se vuelven catárticas y liberadoras tratando de sacarnos la mala onda y la negatividad en cuatro minutos hermosos. ¡Bravo!

La idea de regrabar la canción ‘Kingdom’, proveniente originalmente a su álbum ‘Phycisist’ (2000), se dio ya que Devin quería darle mayor representación al tema en vivo y esta nueva grabación realmente le hace justicia. Un tema potente que pone a prueba las capacidades vocales del maestro, saliendo totalmente victorioso. Definitivamente y con el tiempo se ha transformado en un gran clásico y un éxito rotundo en cada show del pelado. Tu visión era correcta, Devin. La siguiente ‘Divine’ es otra hermosa balada en plan totalmente acústico donde nos ponemos más melosos aún y desatamos nuestro lado más romántico y sentimental, recomendada escucha para nostálgicos y enamorados, que sin respiro da paso a la épica ‘Grace’ con un arranque protagónico de Anneke antes de darse la explosión musical de grandiosidad progresiva que hace de este tema otro clásico marca registrada DTP.

La inmediatez y la locura vuelven con ‘More!’, una canción bien rápida y vertiginosa especial para un moshpit metalero. La “cualidad efervescente” de la que hacían referencia en el inicio del álbum comienza a cobrar sentido con estas canciones llenas de locura y buenas vibras. Otro hit instantáneo. ‘Lessons’ oficia de bello interludio instrumental y acústico generando hermosos ambientes meditativos, para dar paso a ‘Hold On’, una balada/medio tiempo de carácter fuerte y emotivo con Anneke y Devin sacándose chispas en uno de los duetos vocales más recordados, que en cierta forma me hace acordar también a lo que logran Vincent Cavanagh y Lee Douglas en Anathema, complementándose perfectamente y emocionando al oyente. Para el final por supuesto que tiramos la casa por la ventana y nos rendimos ante el éxtasis de lo épico, ‘Angel’ es un perfecto resumen de lo grandioso que puede tornarse este disco y la música de Devin Townsend en general, elevando nuestro espíritu a lo más alto y bajándonos nuevamente a la Tierra con un alma renovada.

A fin de cuentas, ‘Epicloud’ es un gran disco que sirve para sacarnos de un mal momento mientras celebramos la magia de uno de nuestros genios contemporáneos. El carácter más directo de las canciones hace que se torne una escucha agradable para cualquier momento y situación del día, así como también logra emocionarnos y hacernos sentir allá arriba, mientras comprobamos que la inclusión de Anneke en un rol tan protagónico fue fundamental para el despegue artístico y conceptual de un álbum que tiene un poquito para todos. Mientras escuchamos el cierre de coros angelicales que cierra el círculo de la efervescencia, nos ponemos de pie y aplaudimos nuevamente ante una obra que fue construida de casualidad, pero justamente es de las casualidades que muchas veces sale lo más genial.