Review: AMON AMARTH – Berserker

Tras 3 años de espera, una de las bandas más prolíficas y crecientes de la actualidad metalera está de regreso con su décimo segundo álbum de estudio. “Berserker” es una pieza más del puzzle en la cruzada de los suecos por la conquista mundial, y todo parece indicar que no hay nada que pueda detener a esta nave vikinga. Lo cierto es que la popularidad de Amon Amarth está en alza con cada gira y lanzamiento, y si bien la consistencia de los álbumes se mantiene intacta y entrega productos de gran calidad, los suecos hace tiempo que se mueven en un terreno de comodidad que, sin perjudicar la experiencia ni la sensación global, salir de esa zona de comfort y sacudir el tablero sería algo que le vendría muy bien a los gigantes vikingos.

Pero como decíamos, la fórmula del éxito está más que estudiada, y si bien eso transforma “Berserker” en un arma de doble filo, todos los ingredientes que buscan los fanáticos en un nuevo álbum de Amon Amarth están presentes y permiten que la experiencia general sea totalmente placentera y satisfaga la sed de sangre de un público que está ansioso por quemar todas las aldeas que se presenten a su paso.

Los primeros singles fueron “Raven’s Flight” y “Crack the Sky”, el primero siendo un bombazo atronador bien como nos tienen acostumbrados, fusionando riffs de cepa Gotemburgo con el potente vozarrón de un frontman demencial como es Johan Hegg. Es un combo que nunca falla y va a ser una fija de las presentaciones en vivo, con un estribillo machacador y muy mosheable. “Crack the Sky” presenta la faceta más accesible de los vikingos, con un ritmo marcado y pegadizo que recuerda a la genial “The Pursuit of Vikings”, este tema invita al headbanging constante y también posee un estribillo imborrable que invoca al Dios del Trueno en toda su gloria.

Entre otros temas destacados tenemos “Fafner’s Gold”, que abre el álbum con una cuidada intro de guitarras acústicas para después desembocar en un riff estruendoso y un machaque que no da respiro, con un estribillo bien guerrero, está destinado a ser un nuevo clásico de los vikingos. También aparece esa oda a la mitología nórdica que es “Mjolner, Hammer of Thor”, dedicada al legendario instrumento de guerra de la mítica deidad, otra canción con un riff pegadizo y bien mosheable, que también se mueve dentro de terrenos conocidos pero no deja de ser un esfuerzo contundente que te hace agitar el pie y la cabeza todo el tiempo.

En la segunda mitad del álbum aparece una tendencia a la densidad que termina por desgastar algunas canciones. Esfuerzos como “The Berserker at Stamford Bridge” y “When Once Again We Can Set Our Sails” no aportan nada nuevo pero tampoco tienen ese gancho y esa contundencia que se ve en el resto del álbum, cayendo en el terreno de las canciones olvidables que no invitan a ser escuchadas mucho tiempo más.

Sobre el final la cosa repunta, de nuevo sin dejar de transitar terrenos conocidos y cómodos, pero al menos la inspiración vuelve y nos entregan obras dignas de recuerdo como la mortal “Skoll and Hati” que muestra a un Johan Hegg en plena forma bajo un ritmo acelerado y violento. “Wings of Eagles” continúa el enfoque vertiginoso y nos mueve por una senda estándar pero efectiva, y en el cierre tenemos “Into the Dark”, que arranca de forma misteriosa con piano y orquesta sinfónica, con una intro que parece salida de otra banda, para desembocar en un medio tiempo bien marcado y épico, que nos remonta al final de una batalla y al recuento de las pérdidas. El tema funciona y viene perfecto para el cierre, con estribillo potente y vocales desgarradoras que dejan todo en la cancha, es una buena forma de acercarnos a la perdición y abrazar el Valhalla.

De esta forma se nos termina “Berserker” con 12 canciones y casi una hora de himnos vikingos como nos tienen acostumbrados, que por un lado no deja de ser un granito más de arena en la vasta discografía de Amon Amarth, sin demasiado aporte relevante, pero por otro lado mantiene intacta la llama de la gloria y la batalla que nos hace querer dejar todo en el campo y nos incita al caos y el desenfreno. Sin dudas los suecos encontraron la fórmula ganadora para mantenerse en lo alto, hay quien dice que Amon Amarth será la próxima gran banda que llene estadios. Yo tengo mis dudas sobre ello, pero el tiempo dirá si los vikingos se coronarán como los nuevos reyes del Metal, o se quedarán a medio tiempo en la comodidad de una zona segura.