TRANSATLANTIC – The Absolute Universe (Album Review)
Por Alejandro Melgar
Encarar una reseña de estas magnitudes no fue una tarea nada fácil. Son esas decisiones que te quedan rondando en la cabeza y se vuelve dificultoso el arranque, por la naturaleza única de la obra en cuestión, lo anticipado de este lanzamiento y la complejidad que rodea este regreso.
Un torbellino de emociones
Lo cierto es que finalmente ese supergrupo llamado Transatlantic está de regreso luego de 7 años de ausencia discográfica, y en muchos aspectos se siente como si el tiempo no hubiese pasado. La química entre ese cuarteto de ensueño conformado por Mike Portnoy, Neal Morse, Roine Stolt y Pete Trewavas (todos expertos en su arte y creadores de obras atemporales en distintos grupos), se mantiene realmente intacta y es admirable ver cómo se entienden y cómo logran plasmar nuevas ideas que se sientan frescas pero a la vez se adapten a su propio ADN y se sientan como un nuevo capítulo en este viaje en dirigible el que nos embarcamos hace más de 20 años cuando se reveló al mundo su magistral debut ‘SMPT:e’ (2000).
A esta altura ya todos saben que con “The Absolute Universe” la banda está una vez más poniendo a prueba los límites de la cordura y la sanidad, arriesgándose con un concepto que no creo que haber visto nunca en la historia de la música. Dos versiones del mismo álbum, una más larga que la otra, pero a la vez sustancialmente diferentes, con nuevas letras, nuevas melodías e instrumentación y un enfoque completamente distinto. Dos trabajos que funcionan tanto como obras independientes como también significando un complemento esencial una de otra.
Cuenta la leyenda que en épocas pre-virales, allá por Septiembre 2019, los cuatro fantásticos se reunieron después de mucho tiempo en un estudio en Suecia para poner en marcha las sesiones de un nuevo disco de estudio. Como era de esperarse todo resultó increíblemente prolífico y se generó suficiente material para un nuevo álbum. La primera intención era completar un disco doble de 90 minutos y que todo marchara sobre ruedas en 2020. Entra la pandemia y todos tuvimos que hacer ajustes en nuestras vidas, incluso los músicos. Neal Morse se encerró esos meses a construir desde cero lo que sería un nuevo álbum en solitario (“Sola Gratia”, 2020), y para cuando retomó sus labores con Transatlantic, sintió que había recortes que hacer y transformar esta obra en un único disco. Finalmente y luego de algunas tensiones en la banda, Mike Portnoy tuvo esta revolucionaria idea de mantener ambas obras y lanzarlas al mismo tiempo, y de esta manera “The Absolute Universe” funciona como un concepto arriesgado e incluso enfermo de pensar en pleno 2021 y las épocas de la inmediatez de información. Pero uno que si estás dispuesto a seguir el viaje, se vuelve una experiencia totalmente gratificante y movilizadora.
Dos Universos Absolutos
¿Cómo abordar entonces esta obra sabiendo que no hay una única manera, una forma correcta? La respuesta es que escuches a tu corazón y sigas tu instinto, pero les voy a contar lo que hice yo. Decidí empezar por la versión corta, “The Absolute Universe: The Breath of Life (Abridged Version)”. Estuve una semana entera diseccionando esta versión de una hora y desentrañando sus secretos, para después abordar la obra completa. “Va a ser genial empezar por lo pequeño y luego sorprenderme con las extensiones y los cambios agregados”. ¡Qué equivocado estaba! Si prestaron atención al párrafo anterior, nada de esto importó, ya que estamos ante dos versiones que funcionan de manera independiente y capturan una esencia diferente en el concepto global, por lo que el orden de evaluación se vuelve irrelevante. Es por esto que aparecen varias reseñas de ambas versiones por separado, porque perfectamente constituyen dos obras en sí mismas.
La versión “corta” provee un concepto más enfocado y directo, sin tantas vueltas instrumentales o desarrollos extensos. Es una especie de versión descafeinada y edulcorada, más cercana a las últimas creaciones del maestro Neal Morse, en donde se estaría necesitando cada vez más urgente una inyección de creatividad y nuevas ideas. Obviamente se sigue disfrutando plenamente, pero hace falta ese punch glorioso que desde hace unos años sus obras no están teniendo. Esto no quiere decir que estemos ante un disco flojo ni por asomo. Tenemos momentos orgásmicos de química musical como la ya clásica y enésima “Overture”, los enfoques perfectamente crafteados y milimétricos en secciones de “Looking for the Light”, “Owl Howl” o “The Greatest Story Never Ends”, y obviamente un final emotivo (pero que se siente un tanto vacío) con “Love Made A Way”, y secciones donde los cuatro músicos derrochan sus habilidades vocales marca registrada de Transatlantic, en donde incluso encontramos performances memorables de Mike Portnoy, que sin dudas ha mejorado considerablemente en sus habilidades vocales desde sus días haciendo coros en Dream Theater.
La versión larga “The Absolute Universe: Forevermore (Extended Version)” es donde realmente quieres estar si buscas algo épico y más acorde a entregas anteriores. En alcance, estructura y hasta referencias líricas y musicales, el disco claramente retrotrae a esa obra magnificente llamada “The Whirlwind” (2009) (para mi el mejor disco de su carrera y uno de los mejores en la historia de la música). Pero las referencias son sutiles y más un tema sentimental que un autoplagio. La banda claramente se divierte y deja desarrollar más sus ideas en esta versión. Los estribillos cambian, el sentido de la canción es diferente. Hay canciones totalmente nuevas (“Bully”, “Rainbow Sky”) que fueron cortadas de raíz para la versión abridged, y las otras tienen suficientes cambios para valerse por sí mismas. Pero algo me pasó con este enfoque doble y gigantesco. Para cuando estaba promediando el CD2, todo se volvió un poco más tedioso que de costumbre. Las melodías se entremezclan, el final se hace eterno y nunca llega, y estamos más pendientes de terminar el viaje que de disfrutarlo. Eso no es una buena señal.
¿Qué quiero decir con este análisis de ambas versiones? Que no hay blanco ni negro. Es un álbum que se evalúa en una escala de grises. No hay una forma correcta, y llegará a algunos más que a otros. Ambas versiones tienen sus ventajas y desventajas y se entiende la ambición de la banda por lograr algo único y totalmente desquiciado. Esto es Transatlantic y es música hecha con cabeza y pasión, por genios en el arte de la música progresiva. Hay algunas cuestiones que no permiten que el disfrute y la sorpresa sean plenos como en obras anteriores, pero eso no quita que estemos ante algo magnánimo y superlativo, muy superior al promedio de lo que se lanza. Antes de llegar a una conclusión final quiero hablar de un aspecto que parece insignificante, pero que afecta más de lo que creemos a este tipo de trabajos.
La épica que solíamos conocer
Hay algo que desde hace ya varios años me preocupa. ¿Se dieron cuenta que en el universo Morse/Portnoy, no tenemos una canción épica propiamente dicha desde 2015? Paso a explicar. Las obras de Neal Morse (y por consecuente sus proyectos The Neal Morse Band, Transatlantic y demás) siempre tuvieron esas canciones de más de 20 minutos donde nos paseaban por todas las emociones existentes y nos dejaban al borde del éxtasis. Esto no ocurre desde “Alive Again”, esa gema que cerró “The Grand Experiment”, hace ya 6 años. Claro, muchos deben estar pensando que esto no es un factor relevante ya que las canciones de “The Absolute Universe” están interconectadas y enganchadas, tal como pasó con “The Whirlwind”, pero cuando la cantidad es mucha y las canciones no respiran, algo falla. “Kaleidoscope” (2014) no tuvo este problema porque si recuerdan, este disco abrió y cerró con dos épicas larguísimas y se benefició mucho de ello. Todo esto puede deberse a temas marketineros, decisiones del sello para que sea más amigable apelar a un formato estándar y liberar varios singles, etc., pero lo cierto es que Neal Morse y Mike Portnoy hace mucho que se despegaron del formato épico y eso con el tiempo está lastimando sus obras.
La gran historia que sí termina
Por todo lo anteriormente dicho, me atrevo a decir que estamos ante un muy buen disco de rock progresivo que sin dudas se ubicará entre lo más destacado del año en materia especializada. Captura el sentimiento intacto de una banda que a su vez homenaje a la época dorada del género, dotándolo de momentos especiales, grajeas, secretos y todo adornado con una musicalidad interplanetaria que nunca pusimos en duda con este equipazo de monstruos que tenemos detrás. Dicho esto, si lo ponemos en el espectro intra-banda y lo comparamos con sus esfuerzos previos, “The Absolute Universe” será el menos recordado y memorable de su discografía, palideciendo ante obras mucho más completas y emocionantes como “The Whirlwind” o “Bridge Across Forever”.
Se necesita ese sacudón y ese cambio de estructura, no solo en Transatlantic, sino en el enfoque general que está tomando últimamente Neal Morse, al que considero mi artista favorito. Y no dudo que lo pueda lograr porque es un músico que está a otro nivel. Transatlantic editó su quinta obra y es sin dudas la más ambiciosa y compleja que construyeron en estos 20 años como unidad, una que disfrutaremos de principio a fin en cualquiera de sus dos versiones, pero que no revisitaremos demasiado cuando pasen los años y querramos volver a viajar en ese dirigible fantástico. Un universo absoluto que engancha, emociona y nos hace vibrar, pero que ya no sorprende tanto como antes. ¿Impide en algo el disfrute? De ninguna manera, vamos a sentir todo lo que queremos. Pero Transatlantic es excelencia, y a los mejores se les exige lo mejor.
Sello: InsideOut Music
Lanzamiento: 05 de Febrero, 2021
Género: Progressive Rock
“The Absolute Universe: The Breath of Life” track-listing:
- Overture
- Reaching For The Sky
- Higher Than The Morning
- The Darkness In The Light
- Take Now My Soul
- Looking For The Light
- Love Made A Way (Prelude)
- Owl Howl
- Solitude
- Belong
- Can You Feel It
- Looking For The Light (Reprise)
- The Greatest Story Never Ends
- Love Made A Way
«The Absolute Universe: Forevermore” track-listing:
Disc 1:
- Overture
- Heart Like A Whirlwind
- Higher Than The Morning
- The Darkness In The Light
- Swing High, Swing Low
- Bully
- Rainbow Sky
- Looking For The Light
- The World We Used To Know
Disc 2: - The Sun Comes Up Today
- Love Made A Way (Prelude)
- Owl Howl
- Solitude
- Belong
- Lonesome Rebel
- Looking For The Light (Reprise)
- The Greatest Story Never Ends
- Love Made A Way
Transatlantic - The Absolute Universe
-
9.5/10
-
8.5/10
-
8.5/10
-
8.8/10
Estamos ante un muy buen disco de rock progresivo que sin dudas se ubicará entre lo más destacado del año en materia especializada. Captura el sentimiento intacto de una banda que a su vez homenaje a la época dorada del género, dotándolo de momentos especiales, grajeas, secretos y todo adornado con una musicalidad interplanetaria que nunca pusimos en duda con este equipazo de monstruos que tenemos detrás. Dicho esto, si lo ponemos en el espectro intra-banda y lo comparamos con sus esfuerzos previos, “The Absolute Universe” será el menos recordado y memorable de su discografía, palideciendo ante obras mucho más completas y emocionantes como “The Whirlwind” o “Bridge Across Forever”.
Un universo absoluto que engancha, emociona y nos hace vibrar, pero que ya no sorprende tanto como antes. ¿Impide en algo el disfrute? De ninguna manera, vamos a sentir todo lo que queremos. Pero Transatlantic es excelencia, y a los mejores se les exige lo mejor.