SHADOWSTRIKE – Traveler’s Tales 🇺🇸 (Album Review)

Por Michael Prado

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En reseñas anteriores he hecho mofa de aquellos (estrellas reconocidas del mundo musical inclusive) que argumentan cuando tienen la oportunidad el absurdo de que “el Rock ha muerto, no hay más allá”.  Si bien hay que aceptar el hecho de que muy rara vez se ve algo donde veamos ideas que vengan a romper el molde de manera muy determinante, el asunto acá es que todavía hay agrupaciones haciendo buena música, basándose en los arquetipos fundados desde hará ya varias décadas, y consiguiendo elaborar álbumes de gran disfrute.

Entre esos casos de origen y ascendencia reciente, tenemos a una agrupación que ya ha sido algo habitual verla en esta sección donde revisamos álbumes, como lo es SHADOWSTRIKE, esa interesante banda procedente de Long Island, NY, de la cual ya hemos traído a la mesa su álbum debut “Legends Of Human Spirit” (2019) (mismo que invito de manera MUY ENCARECIDA a darle escucha a todos los que sean adeptos o no a los ideales del Power Metal) y su EP “Fables And Folklore” (2021), mismos que nos dejaron un gratísimo sabor de boca.

Dicha circunstancia nos ha mantenido al tanto de lo que estaría maquinando el cantante, guitarrista y líder del grupo, Matt Krais, en conjunto con su batallón, el guitarrista Sean Walls, el bajista Jon Krais (hermano de Matt), el teclista Ryan Patane y el baterista Zak King (la más reciente incorporación a la banda, cuyo aporte también lo podemos escuchar en Purging Sin, Uncured y los conciertos de la agrupación de Black Metal taiwanesa 冷).  Tras 2 años de espera, han traído del estudio Fascination Street Studios en Suecia lo que será su segundo álbum, mismo que ha de llegar el próximo 15 de septiembre a las tiendas musicales y servicios de streaming bajo el nombre de “TRAVELER’S TALES”.

De ShadowStrike tenemos muy bien engravada la imagen de un grupo que apuesta a velocidad pura en la ejecución instrumental, con mucho sonido de teclado en determinados momentos de las canciones y contribuciones importantes de orquestaciones (un sonido que bebe a cántaros del legado que han dejado en la historia grupos como Dragonforce, Rhapsody, Stratovarius, Insania Stockholm, entre otros), y un magnífico trabajo vocal por parte de Matt Krais, donde podemos esperar escandalosos agudos e inclusive graves líricos de mucha elegancia, que me recuerdan el presente más reciente del cantante español Alfred Romero de Dark Moor.  Pues para este segundo álbum podemos decir que, si bien la velocidad no es archivada del todo, podemos notar ciertos aportes más progresivos que en anteriores iteraciones, algo en donde podría tener algo qué ver influencia por parte de grupos como Evergrey o Symphony X.

En fin, la aventura inicia sin esperar a dejar que nos acomodemos al sillón para que la acción inicie con cierta intensidad dentro del breve pero ya enganchante número de apertura del álbum, que lleva nombre de “The Path Untraveled”, en donde los teclados, guitarras y orquestaciones, bien guiados por la batería de Zak King nos abren las puertas a una nueva travesía como estos neoyorquinos saben construir con sus instrumentos.

Veo ciertas similitudes entre la canción que da inicio a este álbum, “Broken Hearted Journey”, y la que nos abrió páginas del anterior, de nombre “Heart For Yearning Journey”.  Ambas tienen cierto parecido desde el título que les dieron hasta el hecho de que ambas apuestan por la velocidad (claro, en esta nueva oportunidad teniendo más aporte de ciertos detalles progresivos y más presencia de coros épicos brindándole más fortaleza al canto de Matt).  Aparte, esta nueva canción suena más melancólica que su predecesora.  ¿Será una especie de secuela de la historia que nos buscan relatar ambas piezas?  Queda a discreción del oyente.  Lo que sí es cierto es que los pasajes instrumentales en esta oportunidad son más elaborados y pomposos (aparte de que podemos presenciar mejor el sonido del bajo de Jon Krais, y que esas melodías que salen de las teclas que toca con tanta maestría Ryan Patane se roban buena parte de esa sección de la pieza).

Con una cadencia que todavía parece tener ciertos visos de melancolía, pero a la vez un hálito de esperanza en la melodización, surge en el horizonte la hermosa “Don’t Turn Back”, que me recuerda mucho en su ritmo y afinación la gloriosa “Black Dragon” de Luca Turilli.  De hecho, a mí me dicen que fue el legendario exguitarrista de Rhapsody quien creó esta pieza, y me la llego a creer.  Claro, hay que ajustarse los cinturones cuando llegue la sección instrumental, donde guitarras y teclado harán fiesta/duelo instrumentista para ver quién hace la melodía más pegadiza.

Amo cuando las piezas inician con teclados que nos hacen sentir que nos adentramos en una senda posible solamente en una historia fantástica, para luego encontrarnos al fondo del camino a una agrupación tocando con muy buen gusto sus instrumentos, algo que ocurre dentro de “Winds Of Change”, pieza que baja un tanto las revoluciones pero no así el más puro sentimiento épico que siempre ha caracterizado a ShadowStrike desde sus inicios con su demo “Push Start” (2011) (a propósito, Matt, por favor, ponelo a disposición del público, por favor).  En esta pieza el protagonismo más determinante lo tienen las guitarras y esos coros épicos tan magistrales.

“Decisive Battle” es el nombre que he visto en varios videojuegos para cuando ocurre una lucha contra un jefe importante, y bueno, ShadowStrike quiso aprovechar este nombre de canción para una de las que más octanaje tiene en el aspecto de la velocidad, y vaya que nos hace sentir la adrenalina de enfrentarnos a un formidable adversario.  Por cierto, quisiera hacer un hincapié en este momento sobre la calidad del sonido que tiene la grabación, y podemos comentar que la batería suena más natural y potente que nunca, en comparación al debut de hace 4 años.  Buen trabajo el logrado Linus Corneliusson y Tony Lindgren en la labor de mezcla y masterización del sonido para esta ocasión, al buscar despegarse de la sombra de Dragonforce (pues hay que ser sinceros, el primer disco sonaba demasiado cercano a lo que la agrupación comandada por Herman Li y Sam Totman han hecho a lo largo de su historia).

Llega el momento para ponernos emotivos y descansar al alero de la dulce voz que posee la cantante invitada Katie Peslis, quien hará duo vocal con Matt en la hermosa balada “Premonitions”, la cual sirve como hermosa introducción que nos da la bienvenida previa a lo que será la primera canción larga del álbum.

Dicha pieza, que dura 8 minutos y 9 segundos, arrancando con sonidos de piano y orquesta sinfónica, lleva el nombre de “The Oracle”, y vaya que resulta de esas que me hace reafirmar el hecho de que para esta oportunidad, los elementos épicos en la música de esta banda se les ha añadido de muy buena forma una dosis de contenido progresivo que ayuda a ir construyendo poco a poco un crescendo de emociones que esta pieza logra hacernos vivir, sobre todo teniendo el hermoso canto de Katie y Matt (acuerpados de manera precisa por el coro épico).  Y ni hablar de las distintas secciones instrumentales dentro de la pieza, ¡un deleite melodioso y recargado de velocidad en donde se requiera!

Orquesta, velocidad, fantasía, epicidad y entusiasmo en las melodías.  Todo eso y mucho más es lo que ShadowStrike usó para construir la gloriosa “Miracle”, que es sin duda de las canciones que más invitan a lanzarse en búsqueda de una emocionante aventura al galopar de la intensa velocidad de este gran número, que aparte tiene un pegadizo estribillo que costará sacárnoslo de la cabeza (por no hablar del puente, que también nos invita a cantarlo con todo).  Lástima que no la consideraron para ser sencillo del álbum, pues tiene todos los elementos para enganchar a nuevo público.

Ese entusiasmo tan pegadizo no queda de lado dentro de la potente y más envolvente a nivel atmosférico “Midsummer’s End”, en donde el teclado y las guitarras se repartirán momentos de protagonismo por igual, creando las atmósferas ya sea con las almohadas de melodías que creará Ryan Patane o los machacantes riffs provenientes de las 6 cuerdas en manos de Matt Krais y Sean Walls, aparte de que Zak King parece tener mayor libertad para “liberar a la bestia que lleva dentro” mientras le vuela con todo a sus tambores y platillos sin que haya semáforo que le dicte mayor refreno.

De nueva cuenta llega un hermoso momento de reposar energías tras el despliegue de velocidad que parecía no tener final, y al abrigo del resonar en las cuerdas del arpa y la hermosa entonación grave que posee la voz de Matt, cerremos los ojos y sintámonos que estamos ante el fuego de una hoguera mientras disfrutamos de la hermosura al más puro estilo bardo que lleva el nombre de “The Sonneteer”, que nos transportará a esas eras de caballeros andantes, luchas por el honor y el corazón de una bella doncella.  Y ojo, que la orquesta hará que la intensidad de esta bella balada lleve la misma a niveles de epicidad y maravilla incendiarios.

ShadowStrike desde su primer disco nos acostumbró a que saben componer piezas largas de calidad innegable.  En dicha ocasión nos deleitaron con la imponente y sumamente maravillosa “Gales Of Winter” (que a mí en lo personal me hizo alucinar de forma que pocas canciones lo logran), y el cierre del álbum (al menos dentro de la versión para el público occidental) lo trae con sus 8 minutos y 24 segundos de duración la grandilocuente “Woodland Nights”.  Dicha pieza arranca con esa hermosura de detalles que nos ha traído esta gran agrupación estadounidense a lo largo del redondo, como lo son esas heroicas orquestaciones, una cadencia aventurera y sintonía más acorde con una variación de ritmos que van desde los más complejos, pasando por instantes de más reposo, hasta esos que se van por sendas aceleradas al máximo que puedan las capacidades del departamento de la batería, y claro, esas secciones de la canción en donde guitarras y teclados salen a presumir de melodías encantadoras y que nos harán querer volver a girar el álbum apenas termine.

En “Legends Of Human Spirit”, ShadowStrike ofreció al público de Japón en exclusiva la pieza “Live For Fight!”, y para esta ocasión tenemos un nuevo bonus para los fans que tienen en el Imperio del Sol Naciente (afortunados que son, provocando que los mortales de este lado del mundo tengamos que importar esa versión para escucharla en formato CD).  Dicha pieza nueva lleva el nombre de “Lost Souls”.  Esta canción sigue la misma sintonía épica, veloz y entusiasta que ha tenido el álbum desde su segunda mitad, e inclusive podríamos decir que es una carta de amor (en cierto sentido) a la muy conocida “Through The Fire And Flames” de Dragonforce, debido a que ambas están escritas en la misma afinación (Do Menor), que nos hace sentir esa imperiosa necesidad aventurera (y aparte, los teclados llegan a sonar por momentos parecidos a lo que dejó para la historia Vadim Pruzhakov en la legendaria canción del álbum “Inhuman Rampage” (2006)).

Es una bendición saber que el Rock y el Metal (y bueno, la música de calidad en general) siguen vivos gracias al aporte de grandes músicos como estos ShadowStrike, que no se cansan de hacer música de tremenda calidad, algo que a muchos les va a quedar más que confirmado cuando este álbum llegue a sus reproductores de música y le den oportunidad.  No queda más que esperar que sigan en esa senda de ir mejorando en su calidad compositiva, pues acá hay madera para lograr marcar la historia de este género con aportes cada vez mejores.