Review Clásico: ANATHEMA – A Natural Disaster (2003)

Si tenemos en cuenta la historia del quinteto de Liverpool, los liderados por los hermanos Cavanagh han pasado por varias mutaciones hasta llegar a ser lo que son hoy en día. Los ingleses inicialmente fueron una pieza fundamental en la formación del Death/Doom Metal, corriente que fusiona elementos de ambos géneros y que lideraron varios grupos británicos entre los que se encontraban Paradise Lost, My Dying Bride y, por supuesto, Anathema. A medida que avanzaban los años, el grupo fue mutando por distintos sonidos que los llevó a transitar por los caminos del Gothic Metal y el Gothic Rock a medidados y fines de los 90, hasta llegar a una década del 2000 que los encontró fusionando estos estilos con la música que nos compete: el Progresivo.

Un Prog que se basa mucho en la atmósfera, en los climas etéreos, en generar una melodía básica que se repite una y otra vez pero va ganando cada vez más intensidad hasta explotar en un mar de emociones: la música de Anathema está cuidadosamente construida para hacerte emocionar, y quienes comprendan la magnitud de esta premisa van a largar el llanto más de una vez, ya sea por las letras sentidas y melancólicas, o por las melodías que transitan por caminos de desolación y angustia pero también de alegría y regocijo al llegar un clímax que pocas bandas pueden replicar.

Dejando atrás la faceta mayormente gótica de los muy recomendables “Alternative 4” (1998) y “Judgement” (1999), el nuevo milenio encontró a Anathema bebiendo de la influencia más notoria de los hermanos Cavanagh: los todopoderosos Pink Floyd. De esta manera, “A Fine Day To Exit” (2001) los halló adentrándose en los territorios del Rock Progresivo como ningún otro álbum hasta el momento, pero es en “A Natural Disaster” donde realmente se pudo explotar esa faceta que luego veríamos sería un camino de ida del que no habría vuelta atrás.

El álbum también marcaría el regreso de su bajista original, Jamie Cavanagh, hermano de Danny y Vincent, quien volvió a la banda luego de su alejamiento en 1991, bien en sus inicios. Además aquí comenzaría a tener un rol más prominente la vocalista Lee Douglas, hermana del baterista John Douglas, quien se estuvo encargando de labores vocales secundarias en la banda desde 1999. Con una formación bien consolidada y un objetivo fijo de los Cavanagh por seguir conmoviendo, Anathema se embarcó en entregar uno de los álbumes más ambiciosos de su carrera.

Todo comienza de manera etérea con “Harmonium”, con un Vincent Cavanagh cantando cauteloso en el preámbulo de algo muy grande. Las atmósferas floydianas se entremezclan con una base casi industrial y mecánica para hacer despegar la canción de manera estrepitosa promediando la mitad del tema: una explosión de guitarras acerca el sonido de esta canción al Post-Metal y nos recuerda que los hermanos vienen de un pasado de sonidos metálicos, densos y pesimistas. Una canción enorme, que aún así es poco recordada y representada en vivo. Una injusticia, por tratarse de una gema que abre el álbum de forma contundente.

Un suave sintetizador abraza el comienzo de “Balance”, canción que va ganando intensidad hasta convertirse en un perfecto himno de los ingleses, adornado por sonidos electrónicos que se van amalgamando unos con otros en un cóctel sonoro difícil de resistir. Las voces de Vincent se van distorsionando y nos hacen partícipes de un transe hipnótico como sólo ellos logran. Sobre el final del tema, y como pasó en “Harmonium”, la distorsión se hace presente de manera estrepitosa y volvemos a convenir en ese sonido post-metálico que ejemplifica esta faceta transitiva de la banda.

La canción termina con final abrupto dando paso a “Closer”, uno de esos himnos de Anathema que sigue sonando fuerte en los shows en vivo hasta hoy. Esta canción tiene la característica de que la voz de Vincent Cavanagh se encuentra completamente distorsionada mediante un vocoder, instrumento que sintetiza las vocales humanas para emular una voz robótica generada por electricidad. Una particularidad que dota a la canción de un misticismo ecléctico y agrega otro ingrediente para sumirnos al transe en el que venimos participando desde el inicio del disco. Cuando las guitarras entran en la mitad de la canción, el ritmo invita al headbanging constante mientras sonidos disonantes desdibujan la melodía como si fuera procesada por una máquina, para luego terminar como empezó, de manera calma y sintetizada. Un experimento arriesgado pero que funciona y en particular tiene su aceptación en comunión con el público.

Are You There?” es una balada muy especial, donde Danny Cavanagh se apodera del micrófono para brindar una performance vocal sentida y melancólica, con sonidos que van generando ecos y un sintetizador acolchonando una base exquisita. Cuando la batería hace su aparición, confirmamos que estamos ante una canción bellísima y llena de sentimiento. El protagonismo del hermano mayor dota de un aura increíble este himno que genera un clima de tranquilidad muy gratificante y se termina demasiado rápido.

Childhood Dream” es un hermoso interludio de guitarras acústicas y teclados atmosféricos, donde se escuchan balbuceos de bebés, emulando esos momentos inocentes de la niñez. Un viaje a través de los recuerdos que nos invita a hacer una regresión a esos preciados momentos. Este sueño culmina cuando arranca “Pulled Under at 2000 Metres A Second”, la canción más pesada del disco, donde revisitamos la faceta más metálica del quinteto con un Gothic Metal furioso, acelerado y frenético. Una canción atípica para una banda atípica, quienes muestra en este disco que son capaces de traspasar sus propios límites y crear música desde el corazón, sin barreras.

Lo que sigue es el tema título del álbum, y un clásico indiscutido de Anathema en los años por venir. “A Natural Disaster” es la verdadera carta de presentación de Lee Douglas a la banda, con un protagónico que resalta toda la dulzura, melancolía y sentimiento de su performance, que combinado con una composición perfecta y una interpretación extasiante logra un combo insuperable. Estamos ante el primer momento que marcaría a fuego el Anathema de futuros lanzamientos: emotividad, clímax, conmoción, una canción redonda de esas que te quita el aliento y que en vivo logra aún más dejarte de rodillas y entre lágrimas.

Y si hablamos de clásicos, “Flying” es otro nombre que se nos viene a la cabeza cuando repasamos los setlists del quinteto desde 2003 hasta ahora. Otra de esas baladas inmortales comandada por la cautivante voz de Vincent Cavanagh, con un estribillo que estremece hasta los huesos. De esas canciones que nunca cansan y siempre conmueven, complementada con un solo de guitarra hipnótico que derrocha sentimiento y pasión por la música. Los Cavanagh están prendidos fuego y nos lo hacen notar. En el final, la canción nos hace despertar lentamente de un estado etéreo que nos va trayendo poco a poco de nuevo a la Tierra mientras se acerca el final del álbum.

Electricty” vuelve a poner a Danny al frente de las vocales para una interpretación que se convierte en un ejercicio de intimidad entre banda y oyente. La desnudez de la canción en todo su esplendor, la comunión de un artista con su público. Una belleza atemporal de la que sentirse orgullosos, que va dando un cierre a un disco muy personal para ellos y para nosotros.

El cierre definitivo viene de la mano de “Violence”, la canción épica instrumental del álbum con más de 10 minutos de duración. Una hermosa intro de piano nos pone en plan introspectivo y nos hace encontrarnos con nosotros mismos, en lo más profundo de nuestro ser, generando el clima perfecto de despedida. Cuando la canción finalmente arranca, la furia se hace sentir de repente: una cabalgata de bajo y batería nos transportan a un territorio inesperado: ¿los Cavanagh nos acercan a los terrenos del Blackgaze? No, esto no puede estar pasando, pensamos. Y de repente, la calma nuevamente, volvemos a despertar, y durante los cinco minutos finales nos reencontramos con esa voz interior, con esa experiencia del pasado, mientras observamos como espectadores el transcurso de nuestra propia vida. ¿A que se refiere con la “violencia” del título? Quiero creer que a la lucha entre los demonios internos que todos tenemos y que están en constante conflicto con nuestras emociones. Elijo dar esta interpretación y despertarme en ese final extasiado.

Nos encontramos entonces con un disco fundamental para entender el desarrollo de Anathema en los últimos quince años: la inquietud de los hermanos Cavanagh por recorrer territorios cubiertos de influencias, evolucionando constantemente y logrando emocionar y conmover al oyente en dosis desmesuradas. “A Natural Disaster” se convierte en la pieza faltante para completar el puzzle de la evolución musical de Anathema: íntimo, introspectivo y natural, pero también caótico, efervescente y furioso. Los desastres naturales normalmente dejan pérdidas inconcebibles e irrecuperables, pero con este hemos ganado una joya de la música progresiva contemporánea.

Lanzamiento: 03-11-2003
Sello: Music for Nations

Tracklist

1. Harmonium (5:28)
2. Balance (3:58)
3. Closer (6:20)
4. Are You There? (4:59)
5. Childhood Dream (2:10)
6. Pulled Under at 2000 Metres a Second (5:23)
7. A Natural Disaster (6:27)
8. Flying (5:57)
9. Electricity (3:51)
10. Violence (10:45)

Anathema - A Natural Disaster
  • 8.9/10
    Producción - 8.9/10
  • 8.6/10
    Composición - 8.6/10
  • 8.5/10
    Replay Value - 8.5/10
  • 8.5/10
    Valoración Personal - 8.5/10
8.6/10

Conclusión

Nos encontramos entonces con un disco fundamental para entender el desarrollo de Anathema en los últimos quince años: la inquietud de los hermanos Cavanagh por recorrer territorios cubiertos de influencias, evolucionando constantemente y logrando emocionar y conmover al oyente en dosis desmesuradas. “A Natural Disaster” se convierte en la pieza faltante para completar el puzzle de la evolución musical de Anathema: íntimo, introspectivo y natural, pero también caótico, efervescente y furioso. Los desastres naturales normalmente dejan pérdidas inconcebibles e irrecuperables, pero con este hemos ganado una joya de la música progresiva contemporánea.

Alejandro Melgar

Absoluto entusiasta del Metal en casi todas sus variantes y sub-géneros. Melómano, coleccionista de discos y experto en armar documentos, listas y rankings. La estructura me garantiza paz y organización. Amo las series, películas y estoy muy arraigado en la cultura pop, además de disfrutar la naturaleza y el aire libre. Y a pesar de todo esto, soy muy sensible.