Review: NOVENA – Eleventh Hour
Sorprendernos con la música es algo cada vez más raro en la época frenética y saturada en la que vivimos. Que aparezca un lanzamiento que nos haga sentir como cuando descubríamos algo único y original es un raro acontecimiento que hoy en día tenemos que celebrar. Así es la sensación que nos deja escuchar y reescuchar ‘Eleventh Hour’, el debut de los ingleses Novena. Hagamos un poco de historia para luego pasar a analizar en detalle esta pieza indispensable de Progressive Metal moderno.
Si el nombre de la banda no te suena podemos empezar por la pieza fundamental de este sexteto, el multifacético Ross Jennings de Haken en vocales nos asegura renombre y calidad para un proyecto que desde el vamos tuvo luz verde de crítica y fans en el ambiente Prog. Junto a Ross tenemos un conjunto de músicos ingleses menos conocidos pero no por eso menos geniales: Gareth Mason (Slice the Cake) se encarga de las vocales más extremas y guturales (sí, hay de todo), Dan Thorton (ex-HAARP Machine, ex-No Sin Evades His Gaeze) en guitarras, Cameron Spence (Ravenface, EEVAH) en batería, Moat Lowe (Slugdge, ex-NSEHG) en bajo y Harrison White (director teatral y compositor) en teclados y guitarra. Una formación que probará ser insuperable para dar rienda suelta a la creatividad que se despliega en un debut que pone el listón muy alto luego de una introducción un tanto tibia y poco recordada hace ya varios años con su EP ‘Secondary Genesis’ (2016).
Hay mucha cantidad de información y muchos matices musicales y experimentos por desgranar en este álbum. El comienzo se da antes de llegar a la “onceava hora”, con la intro ambiental ‘22:58’ y el verdadero arranque con ‘22:59’, la canción que tal vez sea la que más nos recuerde a los inicios de Haken, con melodías y quiebres que hacen recordar mucho a aquellas joyitas que fueron ‘Aquarius’ (2010) y ‘Visions’ (2011). Los dulces tonos vocales de Ross cambian de repente para dar paso a la agresividad de Mason, quien berrea podredumbre a más no poder. Un tema lleno de vida y espectaculares riffs y solos de guitarra, que muestran a la banda en impecable estado y es la perfecta carta de presentación para hacernos ver toda la variedad que vamos a encontrar en este disco.
Se vienen un par de incursiones más breves que continúan la experimentación. ‘Sun Dance’ tiene un aire un tanto más arabesco y gitano, totalmente bailable, con las melodías vocales de Jennings causando estragos para luego mutar en una catarata de riffs y rebajes estridentes, con la guitarra acústica tomando igual protagonismo a la eléctrica en un dúo inigualable. ‘Disconnected’ fue el primer single liberado hace unos cuantos meses, acá las revoluciones bajan y se nos muestra el lado más straightforward y casi comercial de la banda, una canción agradable y un tanto edulcorada, que de todas maneras no deja de mostrar el showcase de musicalidad que todos los músicos tienen en su haber. Emociona encontrar reminiscencias a Devin Townsend y y por supuesto a Haken en sus estructuras, su referencia obvia e influencia máxima. Y si hablamos de influencias, imposible no notar el paralelo con Anathema en la movilizante ‘Sail Away’, una balada de carácter emotivo y melancólico, que arranca con un discurso hablado como bien puede notarse en el obligatorio ‘Internal Landscapes’ (Weather Systems, 2012) de sus coterráneos. Bellísima canción que nos transporta a un estado de tranquilidad, como el ojo de la tormenta que nos prepara para lo que se viene.
Nos ponemos épicos y nos dejamos llevar por una de las piezas más grandes del álbum con ‘Lucidity’. Arrancando con un piano sencillo y a la vez virtuoso que nos recuerda a ejercicios intimistas de músicos como Jordan Rudess o Gleb Kolyadin de iamthemorning, la calma inmediatamente se dispersa para dar paso a breakdowns casi djent y los inmensos vocales desgarradores de Gareth Mason, para luego volver a calmarse inesperadamente para que Ross Jennings vuelva a hipnotizarnos con su particular timbre vocal. Con su extensa duración y sus ambientes muy bien logrados, es un tema que nos pasea por todo el espectro musical, y que en realidad es solo el comienzo de todo lo que ‘Eleventh Hour’ tiene para mostrar.
La cosa se pone picante con ‘Corazón’, uno de los mejores y más originales temas del álbum. Como su nombre lo indica, las referencias a ritmos latinos y españoles se hacen notar durante toda su extensión, con momentos que incluyen salsa, flamenco, swing y otras melodías características de las tierras de habla hispana. Todo eso fusionado con un Prog Metal groovero de impecable calidad, en un combo irresistible y vanguardista. Me atrevería a decir que estamos ante el ‘Cockroach King’ de Novena, una canción tan bizarra como magistral. La sección intermedia del tema es algo a destacar, comenzando únicamente con aplausos al unísono para luego mutar en territorio full-flamenco, con canto en español incluido cortesía de la vocalista invitada XXXXX. ¡Acá te cuestionás si seguís escuchando una banda de metal o qué carajos está pasando! Señal de que estamos en territorio de Avant-Garde. Y nos transformamos nuevamente en full prog mode. Sencillamente soberbio.
Después de preguntarnos qué acaba de pasar, nos calmamos un poco con ‘Indestructible’, agradable tonada más centrada en el territorio Pop/Rock radial pero que tampoco deja de incluir sus componentes Prog para deleitar un poquito a cada público. Hasta que llega la mitad y aparecen los guturales y el breakdown, y nos encontramos en tierras djent de repente y sin aviso. ¡Qué locura! Este disco sin dudas lo tiene todo. Y acercándonos al cierre, para el final Novena pone toda la carne al asador con dos épicas monumentales. La primera se trata de ‘The Tyrant’, un ejercicio extremo de proeza y agresividad que contrasta con climas ambientales y etéreos, donde las voces podridas tienen un protagonismo importante y la densidad de las guitarras amenaza con derribar todo a su paso, donde las secciones a medio tiempo dan paso a momentos rapidísimos de virtuosismo y solos de guitarra estratosféricos, y donde las reminiscencias a Haken son bien notorias, en una canción que podría haber salido de su etapa inicial hace 10 años. Con sus más de diez minutos de duración y sus interminables cambios que destilan maldad y climas lúgubres, se convierte en uno de los highlights del disco.
Pero la verdadera joya aparece bien al final con ‘Prison Walls’, la verdadera épica de toda esta historia que se extiende por 15 minutos. Con un arranque de ritmo bien progresivo y marcado, nos hace recordar a las primeras etapas de Dream Theater, aquellas imágenes y palabras imposibles de olvidar. Una imponente cabalgata groovera da paso a una sección calma e introspectiva donde volvemos a encontrar contrastes entre luz y oscuridad, esos que se ven a lo largo de todo el disco. Pasando la marca de los cuatro minutos, hay una sección de recitado teatral a cargo de Gareth Mason que merece todas las alabanzas posibles. Un monólogo de la deseperanza y el desgarro con una actuación soberbia y dramática merecedora de todos los premios, nos llega hasta el alma. Llegamos a la mitad de la canción y ya sentimos que un camión nos pasó por arriba, la cosa se pone realmente pesada y ya estamos metidos de lleno en el transe. Sin dudas el segundo vocalista brilla en este tema, tanto en el recitado antes mencionado como en su performance gutural extrema que nos hace llevar al límite. Para cuando entramos en el tercer acto, ese de la redención y los nuevos comienzos, ya pasamos por las peores penurias y nos encontramos de brazos abiertos prontos para recibir esa salvación. Un cierre emotivo con una sección de cuerdas y coros angelicales ubicados en el mejor momento posible, todo calculado perfectamente por un arquitecto del buen gusto musical. Y así entre llantos, puños en alto y replanteos de la existencia, se nos fueron 73 minutos magistrales.
‘Eleventh Hour’ es una sorpresa que llega en el momento perfecto, en un año que nos encuentra con la catástrofe mundial más grande que nos haya llegado en mucho tiempo, donde tenemos que probar que podemos salir de esto como una comunidad fuerte y que no pierda la esperanza. Para muchos de nosotros, la música es ese motor que nos impulsa a seguir y a no bajar los brazos, y dentro de la comunidad progresiva siempre es de agradecer el recibir un regalo inesperado que de repente se convierte en nuestra banda sonora para sobrellevar esta crisis. Novena logró algo muy difícil con su debut, el poder sorprender, conmover y emocionar con un debut que lo tiene todo y que deja el listón muy alto, convirtiéndose en el mejor lanzamiento progresivo en lo que va de 2020.
Tracklist
- 22:58
- 22:59
- Sun Dance
- Disconnected
- Sail Away
- Lucidity
- Corazón
- Indestructible
- The Tyrant
- Prison Walls
Novena - Eleventh Hour
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9/10
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9.1/10
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8.8/10
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9.3/10
Finalmente está entre nosotros el debut de Novena, la nueva banda que tiene entre sus filas a Ross Jennings (vocalista de Haken) junto a grandes músicos no tan reconocidos de la escena prog. Quienes ansíen un retorno al sonido inicial de Haken que puede escucharse en sus primeros discos como Aquarius (2010) o Visions (2011), quedarán muy contentos de saber que ese sonido se recupera en ‘Eleventh Hour’, un opus gigantesco de proporciones épicas, ritmos totalmente cambiantes e inesperados, emoción y virtuosismo por igual, y mucha experimentación. Un debut por todo lo alto y un lanzamiento progresivo de alta alcurnia para adornar un 2020 lleno de sorpresas.