KADAVAR – I Just Want to be a Sound (Album Review)

Por Sergio Esteves

Después de quince años anclados en el Rock Psicodélico y el Stoner, Kadavar regresa en 2025 con «I Just Want to be a Sound», su octavo álbum de estudio que muestra una faceta distinta de la banda alemana: más accesible, más melódica y, en cierta medida, más Pop. Si bien la esencia de su sonido todavía se percibe, esta nueva entrega -no recomendable para puristas de dichos sub-géneros ni fans hardcore de la banda- parece cambiar de rumbo, desviándose levemente hacia otros terrenos musicales, haciéndome dudar si no estaremos en presencia de los próximos Coldplay -salvando las distancias-, que se iniciaron como una banda de Brit Pop y paulatinamente fueron mutando su sonido hasta convertirse en el pastiche Pop/EDM que son en la actualidad.

El disco abre con el tema homónimo, “I Just Want to be a Sound”, un tema que sorprende desde el primer momento por su vibra moderna, incluso cercana al estilo de bandas de Pop Rock como Imagine Dragons. Un giro inesperado que puede descolocar a los fanáticos más acérrimos, pero que también refleja un deseo de evolución por parte del trío berlinés.

A lo largo del álbum, el cuarteto germano hace un esfuerzo por ampliar el espectro sonoro y hay más espacio para las atmósferas limpias, coros pegadizos y líneas rítmicas más bailables. Un buen ejemplo de los nuevos matices que explora la banda es “Truth”, canción en la cual el bajo adquiere un protagonismo poco habitual en su música, con una línea profunda y envolvente que marca el pulso del tema. Esta apuesta por un enfoque más rítmico y atmosférico resalta dentro del conjunto, ofreciendo uno de los momentos más interesantes del disco, y le da al tema una profundidad sonora que contrasta con la liviandad general del resto del disco, como que la banda se despoja de parte del peso que solía arrastrar en su sonido. Las guitarras siguen presentes, pero pierden algo de su rugido stoner para dar paso a atmósferas más limpias y contemplativas. La batería acompaña con ritmos contenidos y precisos, y la voz de Christoph Lindemann se muestra más melódica, con un tono introspectivo que se repite a lo largo de varios temas. Esta evolución no implica una pérdida total de identidad, pero sí una clara intención por reinventarse, modificando y/o alterando su sonido y estilo característicos.

También hay pasajes donde la banda se adentra en terrenos casi cinematográficos, con pasajes ambientales que invitan a la contemplación más que al «headbanging». En ese sentido, «I Just Want to be a Sound» parece tener más en común con bandas de Art Rock o Synth Pop retro que con el Hard Rock setentero que inspiró sus primeros trabajos. Esta transformación puede interpretarse como un signo de madurez, o como una búsqueda de renovación en un contexto musical cambiante.

En definitiva, es un disco que sorprende más por su mutación sonora que por su contundencia. No es un álbum explosivo ni de acceso inmediato, pero sí una obra honesta que revela una nueva etapa en la trayectoria de Kadavar. Puede que no todos los oyentes conecten con este nuevo enfoque, pero quienes estén dispuestos a acompañar a la banda en este viaje introspectivo encontrarán varios momentos para detenerse y escuchar con atención.

«I Just Want to be a Sound» no es un mal disco, pero sí un quiebre claro en la discografía de Kadavar. Espero que no se trate de un álbum «visagra» y que en el futuro retomen el estilo original «Stoner» que definitivamente les va mejor. Puede que no todos acompañen este cambio de rumbo, pero hay que reconocer el valor de una banda que se anima a probar algo distinto sin perder del todo su identidad.

Miembros de la banda:

• Christoph «Lupus» Lindemann – guitarra, vocales
• Christoph «Tiger» Bartelt – batería
• Simon «Dragon» Bouteloup – bajo
• Jascha Kreft – guitarra, teclados