EPICA – Ωmega Alive – An Universal Streaming Event (Live Streaming Review)
Por Alejandro Melgar
Pese a quien le pese, Epica se ha convertido en la banda más completa del Symphonic Metal. Año tras año y disco tras disco apostando a más, aumentando su propuesta en alcance y ambición y generando unos de los fanáticos más leales y pasionales que el Metal tiene para ofrecer. Todos los que somos fans a muerte de Epica tomamos cada acontecimiento como algo especial y lo vivimos con el corazón y el alma, por eso cuando finalmente se anunció el tan esperado streaming que obraría de presentación oficial para el laureado “Ωmega”, no pudimos contener la emoción y empezó una cuenta regresiva virtual de excitación, especulación y ansiedad.
Como era de esperarse, este no iba a ser otro streaming común y corriente, ya que la banda apostó a una producción desmedida llena de sorpresas, detalles y momentos inolvidables. Si Nightwish un par de semanas atrás optó por la predominancia de la realidad virtual y el CGI, Epica mantiene las cosas enfocadas en la realidad y la prioridad pasó por los efectos prácticos, reales, adiciones especiales que hicieron que cada canción se sintiera como un mini show en sí mismo, lleno de mecánicas pensadas para el asombro.
El show obviamente se centró en la flamante placa “Ωmega”, uno de los grandes discos de 2021, por lo que gran parte del setlist estuvo dedicado a su presentación, además de desempolvar algunos clásicos de su ya vasto catálogo. Con una duración de poco más de 100 minutos y una estructura dividida en cinco segmentos bien diferenciados, Epica logró deslumbrar y convertirse en el mejor y más ambicioso show de Live Stream que ha dado este angustiante año y medio vacío de shows en vivo. Pasemos entonces a analizar cada sección de tan magistral presentación.
Parte I – Overtura
Los primeros sonidos de la intro “Alpha – Anteludium” nos presagian que se viene la portentosa “Abyss of Time – Countdown to Singularity” como era de esperarse para abrir el show. Lo primero que notamos es el sonido y la imagen: impecable, nítido, sin cortes ni sobresaltos. Todo funciona de maravilla, como si nos olvidáramos de que es un streaming y estuviéramos viendo un Blu-ray (bueno, tal vez no exactamente con tal calidad, pero muy cerca). Lo segundo: la banda, totalmente despegados, cómodos y visiblemente contentos, están viviendo algo increíble junto con nosotros. Puesta en escena, vestuario, maquillajes, un escenario imponente, bailarinas, fuego y una performance que nos quitó el aliento. La mejor forma de arrancar un show que quedaría para la historia.
Le siguió “Skeleton Key”, otra gran representante de “Ωmega” y una de las favoritas del álbum con su atmósfera oscura y ominosa. Su presentación estuvo acompañada de una acróbata que realizó movimientos increíbles desde una rueda giratoria, además de un final totalmente sublime donde un coro real de más de 20 niños aportaron al sonido original de la canción y magnificaron una propuesta ya de por sí espectacular. Pasaron dos canciones y esto ya superó ampliamente cualquier expectativa. Simone Simons toma con cada mano una bengala dando comienzo a la favorita “Unchain Utopia” (“The Quantum Enigma”, 2014) en una versión impecable y donde los extras esta vez fueron más acrobacias con fuego. El fuego sería un gran protagonista de la noche. Poco más de quince minutos pasaron y damos paso al segundo acto…
Parte II – Magnituda
Un segundo acto que se centra en temas pesados y oscuros, desatando una furia que adquiere nuevas magnitudes, arrancando con ese himno de la toxicidad amorosa que es “The Obsessive Devotion” (“The Divine Conspiracy”, 2007), con una versión contundente y extrema. Otro que aparece es un B-Side de “The Quantum Enigma” (2014) y uno que se transformó en favorito de los fans: “In All Conscience”, un temazo en donde Simone se destaca en el estribillo que se torna mágico e hipnotizante. Más acrobacias y más fuego en el fondo, sumado a una calidad de imagen y sonido insuperables, logrando una performance completa y mesmerizadora.
El tercer track y cierre de esta segunda parte fue el pesadito “Victims of Contingency”, también de “The Quantum Enigma”, una canción breve y poderosa con algunas de las partes más extremas que se hayan visto en Epica. Coen Janssen llega al frente con su teclado circular mientras el escenario sigue siendo una catarata de fuego, humo y utilería mágica. Destacar el final de este tema donde literalmente comienza a llover sobre el escenario y los músicos empapados terminan la canción extasiados, logrando un efecto increíble para un show que suma sorpresas a cada momento.
Parte III – Elysia
Uno de los puntos más altos del shows fue este tercer acto, dedicado a los temas más épicos del catálogo. Los elegidos fueron la primera y tercera parte de esa trilogía perfecta llamada “Kingdom of Heaven” (que asumo que por razones de tiempo y logística no incluyeron la segunda parte, una pena). El escenario se transforma, la banda cambia de vestuario, Simone aparece con un vestido blanco de princesa medieval, y esa belleza llamada “Kingdom of Heaven – A New Age Dawns, Pt. 5” (“Design Your Universe”, 2009) toma el protagonismo en una versión que le hace justicia.
Inmediatamente se engancha con “Kingdom of Heaven Pt. 3 – The Antediluvian Universe” (“Ωmega”, 2021), la más reciente incursión y conclusión de esta imponente trilogía. Una versión que nos quita el aliento con el escenario preparado de la mejor forma. El momento a destacar de este tema viene en la parte del interludio acústico donde Coen interpreta una sección en un piano… ¡prendido fuego! Un recurso increíble que sumó mucho a la experiencia y nos dejó aún más extasiados. Una increíble manera de cerrar esta tercera parte, una de las más fuertes.
Parte IV – Gravita
Otra sección que sin dudas se transformó en un absoluto highlight. Aquí las baladas tomaron protagonismo, comenzando por “Rivers” (“Ωmega”, 2021), en una versión absolutamente maravillosa y desnuda, destripada de todo instrumento, donde un coro a-capella de 15 personas interpretó la base de la canción, y una Simone Simons impecable en las vocales dotando de sentimiento y emoción un tema que ya se ha transformado en un clásico. Me atrevo a decir que prefiero esta versión a la del disco, te deja totalmente sin aliento.
Y lo que siguió fue algo aún más deslumbrante. Con una espectacular intro de guitarra y piano a cargo de Coen Janssen e Isaac Delahaye, se da comienzo a esa gema preciosa que es “Once Upon A Nightmare” (“The Holographic Principle”, 2016) y una puesta en escena y realización técnica perfecta, con una cámara dron flotando entre los integrantes y logrando tomas exquisitas. El momento del climax de la canción cuando irrumpe toda la banda es algo que nuestras retinas y oídos guardarán por siempre, no se puede superar esto.
Parte V – Alpha & Omega
Para el final se ejemplifica el concepto de “Alfa y Omega”, principios y finales. Epica representa su comienzo y su actualidad, empezando con el single “Freedom – The Wolves Within” (“Ωmega”, 2021) en una gran versión con bailarinas haciendo una coreografía un tanto pop, para luego viajar en el tiempo a aquel clásico atemporal que es “Cry for the Moon” (“The Phantom Agony”, 2003) que comienza intercalado con imágenes de los primeros shows de Epica hasta la actualidad. Para los que seguimos a la banda de sus comienzos, sin dudas fue un momento muy emotivo. “Hace casi 20 años lanzamos nuestra primer canción. ‘Cry for the Moon’ fue nuestro Alfa, y ahora estamos aquí para celebrar el lanzamiento de ‘Ωmega’, nuestro último álbum. Ustedes son la razón por la que estamos hoy acá”. Así se dirigía Simone Simons a un público virtual ya totalmente extasiado y repasando ese clásico nostálgico en una versión más que impecable.
Quedaban algunos encores, y pegadito llegó “Beyond the Matrix” (“The Holographic Principle”, 2016), una canción que ya se transformó en clásico moderno de la banda y es fija en cada show desde hace años. Todos saltamos y coreamos en nuestros hogares, creo que nadie se quedó quieto, aunque no estuviéramos en vivo. Un verdadero himno, que dio paso al cierre definitivo con “Omega – Sovereign of the Sun Spheres”. Cierre de álbum y cierre de concierto, más que apropiado para lo que se quiere representar, además de brindarnos una versión perfecta y que sobre el escenario mostró todos los extras del streaming: fuego, pirotecnia, contorsionistas, bailarines, coristas.. al final de la canción había más de 30 personas en escena en lo que se transformó en el final más épico posible.
La Polémica – ¿fue de verdad en vivo?
He leído por allí muchos comentarios, e incluso se armaron debates con mis compañeros de equipo sobre este tema. Claramente el show fue pregrabado y editado debidamente, la banda no estaba tocando en el momento que se realizó la transmisión. Ahora bien, no me parece que esto haya sido grabado previamente y la banda estuviese haciendo playback como vi por allí. Obviamente hubo un trabajo de post-producción donde el sonido fue ajustado y todo calzó perfecto para que sonara de la mejor forma posible, cada voz y cada instrumento se escucha de manera cristalina, y creo que lo importante a destacar es el grado de producción que se manejó aquí, y las emociones que nos transmitió un show que colmó y sobrepasó todas las expectativas.
El hecho de que no fuese una experiencia 100% live es casi anecdótico si lo comparamos con todas las satisfacciones que nos brindó esta transmisión, colocándose dentro de los mejores (sino el mejor) shows via streaming que se han visto desde que comenzó esta pandemia. Así hay que vivirlo, y así lo disfrutamos, plenamente y sin conjeturas, sintiéndolo en el corazón.
Conclusión
Epica siempre fue una banda que realzó la importancia del Symphonic Metal en todo el panorama pesado, y lo elevó a estándares de excelencia que ninguna otra banda pudo igualar. Eso se magnifica en cada disco, cada show y cada evento que la banda realiza, poniendo todo de si para lograr una experiencia única para el fan, con unos valores de producción cada vez más acordes a la ambición de su portentosa propuesta sonora.
Soy fanático de Epica desde 2004, poco después de la salida de “The Phantom Agony”, y estar acá, casi 20 años después viendo como la banda crece, se adapta y evoluciona haciendo las cosas cada vez mejor, no me genera otra cosa que amor puro y pasional sobre uno de los actos más completos y genuinos del Metal actual. Vivimos un evento del cual vamos a estar hablando por años, y crucemos los dedos para que el rumor de una edición en Blu-ray (muerte al DVD obsoleto) vea la luz próximamente. Esta experiencia lo merece, y nosotros también.
Como espectador y fanático que siguió sus pasos desde su Alfa, me llena de orgullo verlos en su Omega y salir tan victoriosos como siempre, con la experiencia adquirida, las emociones a flor de piel y el corazón de los fans junto con ellos, caminando siempre a la par. Bravo Epica, lo hicieron de nuevo, y mejor que nunca.