DEEP PURPLE – =1 (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Justo cuando todo el mundo afirma que es hora de que la vieja guardia se retire, a pesar de (o quizás debido a) esta percepción, las bandas clásicas están lanzando algunos de sus mejores materiales en años, siendo los álbumes recientes de Judas Priest, Saxon, AC/DC y Scorpions algunos de los mejores de sus carreras. Con sangre fresca en la forma del guitarrista Simon McBride, que le da a la banda una infusión de nuevo talento, la docena de temas que componen el álbum combinan el swing y el groove de los años clásicos del Mark II con una energía que demuestra que aún están lejos de estar listos para desconectarse de la red eléctrica.

Trabajando nuevamente con el legendario Bob Ezrin, el sonido aquí realmente resalta y el equilibrio entre los cinco miembros de Purple brilla con fuerza ya que cada uno tiene su espacio: Ian Paice, que proporciona la base sólida como una roca sobre la que se construye todo, mezclando potencia de gran impacto con algunos toques de jazz y soul, y el viejo amigo Roger Glover añade su propio sello con sus fluidas líneas de bajo. Airey ha vuelto a demostrar su valía como uno de los mejores teclistas del mundo y el sustituto perfecto del gran Jon Lord, ya fallecido. Del mismo modo, Purple ha elegido bien con McBride, el irlandés, un equilibrio perfecto de fuego celta y experiencia que añade nuevos tonos a su sonido clásico. También hay que elogiar a Ian Gillan, un hombre que desafía a la edad, un hombre que puede haber dejado atrás los gritos electrizantes de ‘Child in Time’, pero que suena más fresco y tan en forma aquí que prácticamente todos sus compañeros.

Además de darle un golpe contundente a un eventual retiro, las leyendas Deep Purple han lanzado al mundo su último trabajo «=1«, un emocionante regreso a la forma después del algo mediocre álbum de versiones de 2021 «Turning to Crime«.

Comenzando con el enérgico ‘Show Me’, y demostrando con ello ser una banda renacida, la interacción entre las teclas y la guitarra establece su posición de manera agradable mientras agregan esa magia individual que siempre los elevó por encima de todos los demás. Una introducción sutil pero a la altura de la leyenda que da paso al siguiente ‘A Bit on the Side’. La misma también resuena como una banda renacida. El ritmo es más vertiginoso pero altamente melódico a la misma vez, y demuestra a la perfección el estado vital de una banda que supera los cincuenta años de carrera, con “sangre nueva” en sus filas, mas nunca opacando a los miembros originales.

Un perfil mayormente bluegrass se puede apreciar en ‘Sharp Shooter’. Un rockero con riffs puramente directos, solos de teclado psicodélicos y una muestra de lo virtuoso que puede ser su miembro más joven, el recientemente integrado Simon McBride, con un solo de guitarra que despliega una mixtura de tecnicidad con mucha interpretación. Realmente podemos apreciar muchas versiones de Purple en este álbum, y la tercera pista del mismo es una probada de su etapa noventera.

El maravilloso ‘Portable Door’ es uno de los primeros temas destacados, el sencillo suena parecido a algo que podría haber sido extraído de su álbum de regreso «Perfect Strangers» y comparte ese escalofrío de emoción con su emocionante zumbido. Dejándose llevar por ‘Old-Fangled Thing’, con sus ritmos animadores y alegres, y con las gloriosas delicias de múltiples capas de ‘If I Were You’; un corte de medio tiempo, melódico y bluesero como emocional y reflexivo. El quinteto debería complacer tanto a los puristas de toda la vida como a los nuevos en el grupo, con Ezrin sacando lo mejor del grupo con una producción matizada pero visceral.

‘Pictures of You’ divide el álbum a la mitad y fue presentado como el segundo corte de difusión para presentar la nueva placa en cuestión. La misma nos arroja a una zona de confort entre el Deep Purple clásico y a su faceta más dirigida a lo melódico, principalmente hallado en sus lanzamientos del nuevo milenio. Se entrelaza con la entrecortada y groovera ‘I’m Saying Nothing’. Uno de los momentos más reflexivos del álbum, donde Don Airey y McBride nos regalan una conexión entre sus instrumentos donde se sacan chispas con su química magistral.

Los maestros nos regalan un guiño a los años del Mark II en ‘Lazy Sod’. Una oda al hard rock, puro y directo: un clásico instantáneo. Toda esta muestra de una perfecta mixtura entre lo pasado y lo moderno también continúa a pasos agigantados en ‘Now You’re Talking’, la cual sigue manteniendo los pies en el acelerador. Una de las dosis de mayor intensidad de todo el nuevo disco, aunque manteniendo el moderador para las herramientas con las que cuenta este quinteto de veteranos.

En este estado de forma, no hay ninguna razón por la que Purple no deba continuar durante un tiempo más y, con otros grandes éxitos como la exótica ‘No Money to Burn’, la baladista ‘I’ll Catch You’, o el enorme y exigente epílogo ‘Bleeding Obvious’, se encuentra aquí mucho material que merecerá la pena escuchar varias veces. Con un sonido casi obscenamente vivaz, esta banda legendaria todavía puede dejar a todos los demás gloriosamente en el polvo y situarse en la cima de los mejores grupos de hard rock de todos los tiempos, mirando a todos los que están por debajo de ellos con una sonrisa irónica y un guiño cómplice.

Miembros de la banda:

• Ian Gillan – Voz.
• Roger Glover – Bajo.
• Ian Paice – Batería y percusión.
• Don Airey – Piano, Teclado & Sintetizador.
• Simon McBride – Guitarras.