COREY TAYLOR – CMF2 (Album Review)
- 🎸 Hard Rock/Heavy Metal
- 🌎 Estados Unidos
- 💿 Decibel Cooper/BMG
- 📆 15 de Setiembre, 2023
Por Santino G. Barbas
En octubre de 2020, Corey Taylor, el legendario líder de la banda más infame de Heavy Metal, Slipknot, lanzó su primer álbum en solitario, rompiendo las cadenas de la banda antes mencionada y de Stone Sour. Este álbum en solitario le permitió expresarse de maneras que no habíamos visto públicamente antes, extender sus alas y recorrer caminos menos transitados.
El cantante ha asumido una serie de proyectos musicales a lo largo de los años, desde la implacable pesadez de Slipknot hasta el agresivo Grunge melódico de Stone Sour. Pero como él mismo, ofrece algo que los demás no ofrecen: posibilidades ilimitadas. CMF2, es un asunto mucho más complicado; hay menos diversificación estilística y más enfoque en el tipo de éxitos pulidos que están escritos pensando en las multitudes de los estadios, ofreciendo una propuesta mucho más directa y monolítica.
CMF2 es el segundo álbum en solitario de una de las bocas más grandes del Metal, un músico que podrías haber pensado que tenía todas las bases cubiertas para su producción creativa al ser el líder de dos bandas tremendamente exitosas, pero que, a su vez, intenta recorrer otro camino artístico mientras explora otras aristas creativas y musicales. El álbum será lanzado este 15 de setiembre de 2023 vía Decibel Cooper y BMG.
La pista de apertura, ‘The Box’, podría hacer preguntarte si acabas de toparte con el álbum country perdido de Taylor. Es una obertura polvorienta de dos minutos en la que el artista rasguea acordes abiertos en una mandolina, cantando sobre de ella de manera algo angustiante, pero melódica a la vez. Es una canción hablada en voz baja pero rasposa, la calma antes de la tormenta, que coloca al oyente en un lugar seguro del que pronto lo arrancarán.
‘Post Traumatic Blues‘ da vuelta las cosas. Una miríada de ruidos fusionados dan punta pie inicial, suficientes para volverte loco si te obligan a escucharlos durante demasiado tiempo. Esta canción es un ariete de ruido, riffs contundentes y rebosante agresión a puro Hard Rock. Los guitarristas Christian Martucci y Zach Throne de repente transforman la pista, con los dos shredders desatando un frenesí pentatónico antes de que Corey haya gritado una sola letra. Pero a través del ruido se eleva un ritmo rápido y entusiasta del tambor y luego los gritos familiares del frontman nos transportan a la primera similitud clara que encontramos del artista con su pasado reciente en Stone Sour.
La variación en el ritmo continúa a lo largo del álbum, ‘Talk Sick‘ tiene una sensación de la era clásica de Guns N Roses, más rockero y lleno de ganchos pegadizos para hacer que tu cabeza se mueva de arriba hacia abajo. Una evidenciada postura más optimista del perfil del cantautor que pudiese haber sido coescrita por el mismo Slash, ya que al escucharla te puedes imaginar al “Dios de la guitarra” con su clásica Les Paul y su icónica galera. Un formidable doble gancho inicial.
‘Breath of Fresh Smoke‘ baja las revoluciones del ritmo drásticamente, regresando la guitarra acústica y continuando con un estilo de balada. La pulida balada añade un poco de profundidad al viaje musical del flamante nuevo álbum de estudio, adquiriendo una personalidad musical tremendamente diferente a lo antes expuesto. No parece sumar demasiado al álbum, en una pieza que sentimos ya haber escuchado antes.
‘Beyond’ vuelve a encarrilar las cosas con una pequeña introducción de guitarra oscura y sucia que arrastra al oyente profundamente hacia el cuerpo de la canción. En el centro de estos temas hay un innegable corazón Pop Rock que late fuerte en los dulces ganchos de ‘Beyond’, con Corey en la guitarra principal. Nuevamente nos encontramos con la versión más similar al estilo Stone Sour, aunque más minimalista y directa, con ganchos que hacen de este corte una pieza altamente memorable; correctamente elegida como primer corte de difusión.
Un toque de Punk Rock se filtra en ‘We Are The Rest‘, en una pista bastante minimalista, con una función claramente directa y sin demasiadas pretensiones, tanto en su musicalidad como en las letras. Por otro lado, ‘Midnight‘ vuelve al lado más suave. Una balada de combustión lenta, que comienza de manera algo sombría, con un sofisticado uso de juego de cuerdas de fondo, hasta convertirse en un crescendo desgarrador y de dos trastes que se simplifica un poco hasta que una guitarra solista distorsionada añade algo de picantes a la canción. Los versos de Taylor son tan emocionantes como desgarradores.
Taylor vuelve a su Rock Punk en ‘Starmate’, un corte rockero que no intenta hacer, o si quiera ser, más de lo que necesita. Una pista ligeramente prescindible en un disco que había comenzado con una mayor intensidad. Luego, «CMF2» baja a su momento más tranquilo en ‘Sorry Me’, una triste balada acústica que deja que el dolor de Taylor ocupe un lugar central. Ésta pudiese (por momentos) retrotraernos fácilmente a la desesperante ‘Snuff’ («All Hope Is Gone», 2008), de su banda Slipknot. Claramente, otra daga al corazón del vocalista, y, por qué no, al de los oyentes.
La calidad de las guitarras de «CMF2» no puede subestimarse, especialmente en canciones abrasadoras como ‘Punchline’, con su sutil guiño a la inquietante grandeza de Whitesnake. Su sentido bluesero y hardrockero se hace presente en otro corte que seguramente quede incrustado en la memoria de sus fieles seguidores en uno de los claros puntos altos de la placa. La conducción de los versos de Taylor se disipa y conecta con los fraseos solistas que guían la segunda mitad de la pista. Una mitad que se vuelve más pesada y más inquietante que lo predecible del álbum, mas sin perder nunca el lado comercial de la obra. ¡Soberbia interpretación!
Taylor pasa a la conducción de la melódica y sensible ’Someday I’ll Change Your Mind’. Comenzando con un sutil y elegante piano, la voz del cantante se entrelaza con el mismo para dar lugar a otra pista de medio tiempo tan edulcorada como envolvente. A estas alturas, pareciese que el cantautor no escatima en hacer evidente y mostrar su lado más melódico y popero, al encontrar en pistas como estas, algo que parecía perdido en su catálogo discográfico. La cadencia repetitiva del verso «These are the days… » lo hace una Power Ballad de corte radio friendly por antonomasia.
Si bien la brutalidad y la adrenalina de ‘All I Want Is Hate’, que escupe veneno y emociona, es cuando el indicador se ajusta a una introspección más silenciosa cuando las cosas golpean con más fuerza. Si bien este es el tema que más puede asimilarse, vocalmente, al trabajo hecho en los últimos años en su banda de enmascarados, éste no deja de tener ese guiño rockero y comercial que Slipknot no permitiría jamás, abriendo un final bastante ambiguo y desconcertante en cuanto a lo expresado en la musicalidad de la banda, con un vago guiño a ‘La Marsellesa’.
En el cierre del álbum nos encontramos con la pista más longeva del mismo, ‘Dead Flies’ dando clausura al álbum con un último rugido. La pista nos lleva por un viaje de emociones; musicalmente es la pieza que más información nos otorga, mientras que las líricas de la misma parecen ser las más introspectivas. El arduo trabajo de guitarras punzantes nos recuerdan a grandes momentos de Metallica, con un Kirk Hammet que solía destellar talento con su indiscriminado uso del pedal Wah-wah, mientras que la base rítmica marca un claro tono Hardcore. Las melodías de los fraseos de Taylor vuelven sobre el ocaso de la canción, dando un abrupto pero ideal final al álbum, dejándote con la sensación de haber culminado un viaje introspectivo tanto en lo emocional como en lo sonoro.
Miembros de la banda:
- Corey Taylor – Voz y guitarra.
- Christian Martucci – Guitarra.
- Zach Throne – Guitarra.
- Eliot Lorango– Bajo.
- Dustin Robert – Batería.
COREY TAYLOR - CMF2
En “CMF2”, Taylor y su banda han entregado un sólido segundo álbum con una colección increíblemente pegadiza de canciones que bien pueden apaciguar un poco más a ciertos fanáticos, al tiempo que realmente da en el blanco con un guiño a los días de gloria del Hard Rock de los ochenta, y todo entregado con su propio giro único y una actitud que voltea el rostro a los haters del cantautor. Un álbum para reproducir una y otra vez, saboreando cada capítulo, “CMF2” confirma todo lo que creíamos saber sobre la creatividad de Taylor en cuanto a estilo y entrega.Pros
- Producción correcta, con justos equilibrios instrumentales.
- Excelsa producción que retrotrae a los sonidos clásicos pero con una mezcla fresca y moderna
- Duración acorde a los tiempos que corren. Se escucha solo.
Cons
- Las pistas de medio tiempo y baladas pueden significar un declive en el nivel y la intensidad del álbum.
- Se lo puede encontrar un tanto tedioso debido a una homogénea producción.
Summary