AVALANCH – El Dilema De Los Dioses 🇪🇸 (Album Review)

  • 🎸 Melodic Metal/Hard Rock/AOR
  • 💿 Maldito Records
  • 🌎 España
  • 📆 28 de Abril, 2023

Por Michael Prado


No siempre acelerar la marcha para lograr un objetivo será lo más indicado, máxime si se trata de algo como lo es el arte.  En ocasiones se necesitará saber tener una marcha sabia, concientizada y bien planificada, para lograr de esta forma el mejor resultado posible.  De lo contrario, podríamos correr el riesgo de cosechar un resultado que no esté a la altura de lo que nosotros o los demás podrían esperar.

Esto, en pocas palabras, es lo que me ha dejado la más reciente producción discográfica de una de las bandas más importantes en mi vida desde que empecé a escuchar música con ahínco hace ya 18 años, como lo es AVALANCH, cuyo nombre ya es por sí mismo uno de determinante importancia en el mundo del Metal Español.  La agrupación asturiana que nació en 1988 bajo el nombre de Speed Demons, y que, a raíz del derrumbe del techo en el lugar donde ensayaban cambiaron el nombre al que llevan actualmente, ha tenido que crear y lanzar casi que “a la carrera” (desconozco si fue debido a responsabilidad de contrato con su actual discográfica, Maldito Records, lo cual justificaría el resultado final) dicho álbum, que sería el número 10 de su carrera (si no contamos regrabaciones y versiones en inglés de sus álbumes).

Claro, las cosas se le complicaron un tanto a Avalanch en los últimos meses, cuando se tuvo que dar punto final a la relación laboral que Alberto Rionda, sempiterno líder del grupo, tenía con el cantante brasileño Alírio Netto (actual cantante de Khallice, HeavyPop y su proyecto solista), el virtuoso guitarrista Jorge Salán (quien se ha reincorporado recientemente a Mägo de Oz) y el bajista alemán Dirk Schlächter (parte importante de los míticos Gamma Ray).  Ante estas circunstancias, Rionda ha decidido ser a partir de ahora el único guitarrista del grupo, reclutando en lugar de Schlächter al bajista Nando Campos, y para sustituir a Netto, ha recurrido a finales de Febrero del presente año a los servicios de un insigne José Pardial, que se ha destacado en cierta forma a través de vídeos que ha subido de su labor como vocalista en YouTube.

Mike Terrana (batería), Alberto Rionda (guitarra y composiciones), José Pardial (voz), Manuel Ramil (teclados) y Nando Campos (bajo)

Con esta formación, y tras tener que descartar todo el trabajo que se hizo previamente con Alírio, tuvimos la llegada repentina el 2 de marzo del primer single para introducir el nuevo álbum, siendo la canción “Horizonte Eterno” la elegida para ello.  Luego, tras un par de EPs previos, el ya pasado 28 de Abril, llega a las estanterías de las tiendas musicales y los servicios de streaming el álbum intitulado “EL DILEMA DE LOS DIOSES”.

Empecemos por el departamento de la producción, donde se siente un sonido más débil en comparación a lanzamientos anteriores, aunque más limpio eso sí.  Quizás se deba en parte a tener actualmente a Rionda como el único guitarra, o alguna otra decisión.  Igual no creo que sea un aspecto de mucha queja, salvo para aquellos que buscamos un sonido más pesado por parte de esta agrupación que nos ha dado discos que en esta parte han sido sólidos, como en mi gran favorito “Malefic Time: Apocalypse” (2011) o el más reciente “El Secreto” (2019).

Luego, si hablamos de la parte vocal, hemos encontrado que la voz de José Pardial se distancia de manera notable con respecto a la de sus 2 antecesores más contemporáneos en este rubro, como lo son Ramón Lage e Israel Ramos, y quizás una intención de Rionda por retomar tonos más agudos en este respecto, como en alguna oportunidad el grupo los tuvo en las interpretaciones de José Lozano (esto en el álbum debut del grupo, “La Llama Eterna” (1997)) y nuestro querido “león australiano-asturiano” Víctor García (para los muy queridos “Llanto de un Héroe” (1999) y “El Ángel Caído” (2001)).

Aunque, tristemente de mi parte, debo poner un “pero” a esta decisión de Alberto Rionda para el departamento cantante, puesto que, al menos para estas alturas, y sobre todo, considerando el tipo de música que se ha creado para el álbum (un Melodic Metal con tintes de Hard Rock y AOR -sí, amigos que siguen llorando los “Días de Gloria”, eso no va a volver quizás nunca, así que mejor dejen de esperar, y más bien rueguen porque algún día Isra y Berto retomen Alquimia de Alberto Rionda-), por momentos parece que las interpretaciones de Pardiel son como dejar un tigre hambriento suelto en un rebaño de ovejas.  O sea, como si “liberáramos a la bestia”, pero ésta anda más desatada de lo necesario, dado el hecho de que, por lo menos bajo mi lupa, Pardial abusa mucho y de manera no tan necesaria de tonos agudos que no terminan encajando en muchas canciones.  Aparte, si citamos el ejemplo puntual de la canción “Confianza Ciega”, en la cual colabora el propio Isra Ramos (por cierto, ¿qué no se había retirado de la música?, pues aparece de invitado hasta en mi sopa, jejeje), me siento más cómodo escuchando a Isra que al propio José.  Imagino que será cuestión de tiempo para escuchar una banda más cohesivamente ordenada.

Otra queja que tengo con Avalanch, y no solamente dentro de lo que engloba este disco, sino desde su incorporación al grupo en el 2017, y es que el talentosísimo «Pulpo Humano” Mike Terrana no es lo suficientemente explotado en su talento para la batería como uno quisiera que ocurra en esta agrupación.  Vamos, yo creo que Terrana está en el grupo nada más por el capricho de Rionda de tenerlo, pues perfectamente podría tener a cualquier otro baterista de España, que lo haría de manera sobrada (señores, si es que tuvimos en el pasado a un Marco Álvarez que era cumplidor sin ser sobresaliente, y nos regaló en conjunto con la alineación de la era Lage un majestuoso directo como lo es “Caminar Sobre El Agua” (2008)), puesto que, contrario a lo que ocurre con Pardial, que le dan más libertad de la cuenta para explotar su talento, ocurre totalmente lo opuesto con Mike, al cual le hemos conocido mejores interpretaciones con muchas de las bandas de las que ha formado parte (para mejor muestra de ello, las memorables grabaciones que dejó con Rage durante la tan celebrada «Soundchaser Era»).

Ahora bien, pasando al tema de las composiciones musicales como tal, nos encontramos, como lo dije previamente, obras que van en un Metal Melódico que, al menos para mí, no termina de despegar como uno quisiera, y eso se refleja de manera muy evidente en la inicial “Expulsando A Mis Demonios”, donde arranca con mucha fuerza, pero luego baja el tempo al iniciar su canto el buen Pardial (no me gusta cuando eso sucede).

Para canciones como “Ceniza” o “Sonrisa De Un Ángel” tenemos melodías de guitarra gancheras al inicio de las mismas, que nos traen reminiscencias claras de lo que tuvimos en la anterior iteración de Avalanch hace 4 años, aunque claramente sin la contundencia que tuvimos en ese gran álbum.

Dentro de “Cuatro Elementos” quiero destacar otra situación con la que me he hallado, y es esta: Alberto Rionda, al menos desde lo que yo percibo, busca realizar nuevamente el estilo de música que en su momento nos dio en el injustamente vilipendiado “El Hijo Pródigo” (2005), aunque, nuevamente (y quizás siendo víctima las composiciones de la premura con la que debieron crearse), sin el buen sabor de boca que terminaron dejándonos con el tiempo.  ¿Irá a lograr este nuevo álbum tal nivel de añejamiento?  El tiempo lo dirá.

El álbum posee 2 baladas, las cuales son “Sentido” y “Más Allá De Las Tinieblas” (ésta siendo la última canción del disco, algo que ha venido ocurriendo en muchos discos hechos en España).  Si soy sincero, acá se nota todavía más el síndrome de la “bestia desatada” que mencioné anteriormente, y digo esto recordando el tremendo grito que Víctor se pega en la preciosísima “Vientos del Sur” que proviene de “Llanto de un Héroe” (1998), pero es que en este álbum y en estas baladas, estos gritos de Pardial suenan mal ubicados e innecesarios.

Otra situación que me incomoda un tanto fue el parecido notable que hay en las líneas vocales dentro de los estribillos de “Expulsando A Mis Demonios” y “El Dilema De Los Dioses”, las cuales parecen hermanas, no gemelas, pero sí salidas de moldes similares, con similares estructuras, ambas pausadas, que intentan despegar y no lo logran.

Claro, no todo es negativo en este álbum, puesto que hay canciones que sí han logrado despertar que en el futuro le siga dando más giros a este disco, como lo son “Ceniza” (donde, aparte, Jorge Salán tiene una participación con otro de sus magistrales solos de guitarra), “Confianza Ciega” (Israel Ramos Solomando es el rey Midas de la música española, pues lo que toca lo convierte en oro puro) y la épica “Tumbas y Reyes”, que busca (de manera muy contenida, eso sí) intentar ser la que sobresalga de este festín demasiado melodioso y por momentos empalagoso.

Hablando de empalagos, el que para muchos fue el single debut “Horizonte Eterno” es algo que, me imagino yo, fue muy similar a lo que Avalanch experimentó cuando debutaron “Lucero” hace 20 años, como carta de presentación de su en ese entonces apedreado y hoy día conmemoradísimo “Los Poetas Han Muerto” (2003).  Y es que la interpretación vocal de José Pardial fue muy criticada por sonarle a algunos “muy Pop” (aunque yo no sé, no le hallé mucho de eso, pero un sector -muy posiblemente público mexicano- lo comparó con la agrupación azteca Moderatto).  De mi parte, si bien no es la mejor carta de presentación que estos asturianos han tenido para un álbum, no es tampoco algo despreciable ni mucho menos, sobre todo teniendo momentos donde Terrana parece que lo desencadenan un tanto más de la represión a su talento de la que es víctima a lo largo del álbum.

Ya, para no explayarme más, concluyo con que este disco, tristemente, ha sido víctima de las circunstancias en las que ha sido concebido.  Uno de Avalanch siempre va a esperar lo mejor de lo mejor (máxime por lo que su nombre representa en España), y en esta ocasión, por lo menos en lo que a mí concierne, no han logrado alcanzar la cuota mínima de estándar que son capaces de lograr a nivel compositivo, y bueno, se justificará por las prisas en sacar el disco.  Ojalá para el próximo álbum veamos nuevamente a un Avalanch más conjuntado, y de preferencia, más contundente (que atención, “contundente” no es sinónimo de “volver al Power Metal” necesariamente, sino que hagan música la cual me llegue al alma, como lo hicieron por ejemplo en el maravilloso “El Ladrón de Sueños” (2010), a través del cual me reconcilié con la banda y aprendí a valorar mejor la labor de Ramón Lage como vocalista).

AVALANCH – El Dilema De Los Dioses

Avalanch es sinónimo de calidad garantizada (o al menos siempre ha sido así), por lo cual, me ha resultado algo desconcertante encontrarme con este nuevo disco que le falta mucho de ese estándar tan alto que ellos nos han brindado desde sus primeros discos y sus etapas posteriores (las mejores para mí). No es mal disco del todo, pero la premura con la que fue creado y lanzado al mercado lo deja como un eslabón débil en la historia de estos asturianos.
7.6

Producción

8.0/10

Composición

7.2/10

Replay Value

7.7/10

Valoración Personal

7.3/10

Pros

  • La búsqueda de hacer algo diferente al pasado, en cierta forma
  • Avalanch tiene de nuevo un cantante que explota mucho tonos agudos, algo que podría agradar a un sector que añoraba eso de vuelta

Cons

  • José Pardial suena como una bestia demasiado desenfrenada a lo largo del disco
  • Reprimen demasiado el talento de Mike Terrana, él puede y debería dar mucho más
  • Las composiciones son demasiado pobres para el nivel que hemos tenido con Avalanch
  • Muchos echarán de menos una segunda guitarra, ojalá ese problema se solvente pronto

Summary

 

 

 

Michael Prado

De Costa Rica para el mundo. Fan de la música DE VERDAD, hecha con sentimiento y verdadero amor al arte, sin importar el género, aunque debo admitir que doy amplia preferencia a lo que ha sido creado en Metal, Rock, música Celta, Clásica, soundtracks de Videojuegos, Electrónica y demás. Un abrazo y bendiciones para tod@s.