ASHES OF ARES 🇺🇸 – Emperors And Fools (Album Review)
Por Michael Prado
Hay eventos que marcan la historia de la música dejando un vacío en ella, a la vez que hay agrupaciones musicales que, pese a tener a un integrante de talento artístico indiscutible y comprobado hasta la saciedad, no logra despuntar lo que uno esperaría.
Un 6 de enero del 2021, se da la irrupción de una turba enfurecida al edificio del Capitolio estadounidense en Washington D.C., siendo parte de esta turba el insigne guitarra rítmica y compositor de los renombrados Iced Earth, Jon Schaffer, quien, por cuya participación en esa manifestación violenta, fue apresado posteriormente, y a día de hoy está preso en dicha ciudad a la espera de ser juzgado por seis cargos.
¿A qué viene este relato?, se preguntarán algunos. Pues bueno, como ya es de todos bien sabido, tras hacerse de conocimiento público la participación de Schaffer en ese deleznable acto y su posterior arresto, fue prácticamente el acabose para su banda, Iced Earth, dado que 3 de los integrantes en ese momento del grupo (el cantante Stu Block, el bajista Luke Appleton y el guitarrista Jake Dreyer) abandonaron sus puestos, quedando nada más como miembro de Iced Earth -además de Jon– el baterista Brent Smedley. Para nadie es un secreto que la ausencia de esta mítica agrupación de Power/Thrash Metal originaria de Tampa, Florida, deja un vacío muy grande en el mundo del metal, y no exclusiva de ello a sus fans.
Ahora bien, la vida continúa, y por dicha los exmiembros de Iced Earth siguen haciendo música en diversos grupos. Uno de ellos, y al que nos referiremos en la reseña a continuación, es Ashes of Ares, banda creada en Newburgh, New York, y que conforman el guitarrista y bajista Freddie Vidales (quien fuera responsable de las 4 cuerdas graves en Iced Earth del 2008 al 2012, año en el que nace precisamente Ashes of Ares), junto con el muy posiblemente más referenciado cantante de la banda de Jon Schaffer (y nota aparte, es su cuñado), el señor Matthew Barlow (quien grabó con su voz durante 2 épocas, del 1993 al 2003 y del 2007 al 2011, varios de los discos más recordados de Iced Earth).
Esta agrupación ha lanzado álbumes de manera algo esporádica, espaciando entre 4 o 5 años sus lanzamientos, siendo este 2022 cuando, tras haber lanzado al mercado su segundo álbum “Well Of Souls”, presentan su tercer lanzamiento discográfico de nombre “EMPERORS AND FOOLS”.
Sobre Ashes of Ares debemos decir lo siguiente: practican un Power/Progressive Metal interesante, donde podemos hallar ideas que recuerdan mucho a lo que se puede encontrar en los discos que Matt grabó con Iced Earth en sus 2 iteraciones con la banda, pero que, hay que ser claros, no alcanzan la cuota de calidad que se acostumbra con los floridenses. No obstante, eso no margina a este álbum de ser digno de ser escuchado y apreciado como se debe.
Hay varios puntos que quisiera acotar como críticos al respecto, y como principal es el tema del performance vocal de Matt, el cual no deja de tener calidad garantizada, aunque nuevamente sale a relucir el tema de que se queda un tanto corto en comparación a clásicos como el “Somewhere Wicked This Way Comes” (1998) o el gran “Horror Show” (2001). Aparte, no sé por qué, pero en los 3 álbumes que la banda ha lanzado a la venta se han decantado por hacer refuerzos de agudos en las líneas vocales de Barlow (más precisamente, una octava más aguda), las cuales a mi gusto no le van nada bien y hasta llegan a resultar cansinas.
Yendo a desgranar el disco tema por tema, tenemos como primera pieza del mismo una introducción orquestal de nombre “A City In Decay (Intro)”, la cual debemos decir que al menos tiene el pro de tener un sonido muy cinemático, buscando ir más allá del intro bonito hecho con sintetizadores para hacerlo pasar por “orquestal” (bueno, fue hecha por los tecladistas Jonah Weingarten y Brian Joseph Trainor, pero insistimos, se esforzaron para que no sonara como intro estándar de álbum).
¡POR DIOS, ESOS AGUDOS!
La canción “I Am The Night” entra con toda la potencia que marca Freddie con sus instrumentos de cuerda, mientras se derrocha el poder en la batería que ejecuta el músico de sesión Van Williams (integrante de Ghost Ship Octavius, Liege Lord y Pure Sweet Hell, que además fuera integrante fijo de Ashes of Ares en el primer disco del grupo, y aparte tuvo un paso por Nevermore del 1994 al 2011). Una canción con los ingredientes necesarios para ser considerado un buen inicio de álbum, y que de no ser por esos refuerzos de agudos tan estresantes sería mucho mejor.
El disco cumple muy bien con ser riffero a cabalidad, y en “Our Last Sunrise” tendremos una prueba muy fehaciente de ello. Acá la potencia de la canción anterior gana enteros y nos invita a agitar nuestra melena con todo al ritmo que Van Williams marca en las baquetas, que si bien no es el más acelerado, no deja de llegar a las fibras metaleras sedientas de poderío musical. Al menos acá Matt no abusa tanto de esos refuerzos agudos tan cringey.
La pieza “Primed” de entrada podría presagiar que es balada, pero eso cambia totalmente a partir del primer minuto, cuando los instrumentos de cuerda marcan el cambio de marcha que dictará el doble bombo, los vocales agresivos de Matt y el riff intenso en manos de Freddie Vidales. Quizás la pieza donde los refuerzos de vocales agudos no suenan tan forzados y enervantes. Y el solo de guitarra de la canción es gran muestra del talento del genio de las cuerdas que integra este dúo musical.
Ya poniendo toda la carne en el asador y metiéndole a fondo el pedal en cuanto a velocidad llegamos a “Where God Fears To Go”, que nuevamente, sería mejor pieza de no ser por esos agudos que simple y sencillamente desentonan y agrían la experiencia de escucha. De veras que mis respetos a los que consigan sobreponerse a esto. Por dicha la segunda parte de la canción no tiene ese elemento tan desesperante y se puede disfrutar más.
OH I KNOW… ¡AH NO, QUE AQUÍ NO SALE ESA CANCIÓN!
Ahora sí llega el momento para la balada, y esa se llama igual que el álbum, “Emperors And Fools”, la cual es inevitable que me traiga a la memoria el buen recuerdo de la tan genial “Watching Over Me”, el gran éxito de Iced Earth en su mejor álbum para su servidor, “Something Wicked This Way Comes” (1998). No obstante (y en cierta manera algo lógico), esta pieza se queda corta en cuanto a calidad y emotividad si la comparamos con su predecesora. Lo que sí es innegable es que acá escuchamos al más conmovedor Matt Barlow.
Retomando la senda de la potencia, tenemos a “By My Blade”, que es probablemente la pieza que más apele a este respecto, con todos los instrumentos a full de fuerza y la voz de Barlow destilando una intensidad abrumadora (misma que luciría mejor sin esos refuerzos innecesarios que malogran el viaje).
Con una intención más Hard Rock aparece en escena “What Tomorrow Will Bring”, otra muestra de que estos estadounidenses son sinónimo de potencia, quizás no tan pulida como su contraparte de Iced Earth, pero que busca respetar su legado y hacer música que busque dejar huella en este mundo de fans tan difíciles de complacer como lo es el metal.
Como si siguiera la intención de su predecesora, pero con mayor intensidad, llega el turno para “The Iron Throne”, que en los riffs precisos y el golpeteo contundente de la batería, por no mencionar la desenfadada performance de Matt, llega para hacernos menear la cabeza con su buen ritmo y fuerza en la composición, agradeciendo también al de arriba porque acá los agudos calzan bien, jejeje.
Alternando momentos de guitarra acústica y otros más pesaditos, “Gone” se presenta como la pieza más distintiva del álbum, y que nuevamente retoma ese espíritu de “Watching Over Me” que por lo visto llevan impregnado estos 2 músicos, nada más que a diferencia de “Emperors And Fools”, ésta es más “metal” por así decirlo. Vamos, que hasta un verso de la canción dice “watching over you”. Nada más le faltó el “Oh I know”, jejejeje.
Si bien el bajo ha sido muy perceptible a lo largo del álbum, en “Throne Of Iniquity” es donde toma mayor protagonismo frontal desde el arranque de la misma pieza, cargándola de una atmósfera muy intensa, apta para ir desarrollando el terreno de juego donde manifestará su poderío pleno la inacabable voz de Matt Barlow (con todo y sus refuerzos agudos algo incómodos).
Muchas bandas suelen dejar sus mejores canciones para el final, y bien, para este álbum, Ashes of Ares ha decidido no solamente tomar la decisión de que la pieza más larga del álbum, intitulada “Monster’s Lament”, sea la que dé conclusión al álbum, sino que para la ocasión han traído como invitado muy especial a otro ex miembro de Iced Earth, como lo es el escandaloso y espectacular cantante Tim “Ripper” Owens, quien la verdad siento que pudo haber aportado más a la canción, sobre todo cuando (curiosamente) no apela a sus potentes agudos en esta gran canción (salvo en forma de refuerzos, que a él sí le van bien), que es la mejor del álbum sin lugar a dudas.
En resumidas cuentas, el álbum no desmerece en cuanto a potencia y performance de sus instrumentistas, pero el asunto que al menos a mí me saca de onda es el tema de los refuerzos de agudos en el canto de Matt (y es algo que se ve en los 3 discos de este dúo). No me atrevo a declarar por algo así un disco como éste en la categoría de “prescindible” ni mucho menos, pero de mi parte difícilmente podría volver a él en un futuro (aunque estoy seguro de que muchos, sobre todo fans fervientes de Barlow, sí lo gastarán en sus reproductores de CD o le darán muchas escuchas en sus plataformas de streaming musical).
Sello: Rock Of Angels Records
Lanzamiento: 21 de Enero, 2022
Género: Progressive/Power Metal