ALTZI – All Eyes On Me 🇸🇪 (Album Review)

Por Michael Prado

Si hay un caso peculiar de carrera musical que ha tenido un artista de estas lides, ése podría ser el que tenemos con el cantante sueco Rickard Thornberg, más conocido en el entorno musical como RICK ALTZI.  Dicho vocalista tiene en su carrera el historial de haber sido parte del bajón lamentable que tuvieron 2 bandas otrora importantes en el ámbito metalero, como lo fueron At Vance y Masterplan.

Y no es que nuestro buen Altzi no tenga el talento para hacer arte con su voz, en lo absoluto, pero tristemente las composiciones que acompañaron a los álbumes “VII” (2007), “Ride The Sky” (2009) (cuán peligroso ponerle dicho nombre tan icónico en el Power Metal a un disco), “Facing Your Enemy” (2012) -estos 3 con At Vance-, “Novum Initium” (2013) y “PumpKings” (2017) -los 2 últimos con Masterplan– no fueron muy bien recibidas por el público (las reseñas y puntuaciones en los sitios Metallum y Metalstorm, por ejemplo, son reflejo de lo que opinan los fans).  Claro, no todo ha sido malo para su carrera, pues sus álbumes en las otras bandas de las que ha formado o forma parte (actualmente recala en las bandas Frequency, Gathering Of Kings, Heaven’s Trail, Herman Frank y Sandalinas) han sido mejor acogidos por el escucha que los ha disfrutado.

Vamos, RIck, no me mires con esa cara, que es cierto, no te fue bien con esas bandas, pero sigue leyendo.

Pero bueno, eso ha sido lo de menos para Rick (quizás no tanto para quienes todavía se trauman con los bajones en esas 2 bandas relativos a su llegada), quien ha venido preparando un nuevo disco de estudio desde el 2020, mismo que el sello RA Music pondrá a disposición popular el próximo viernes 25 de marzo del año en curso, y que tendrá el nombre de “ALL EYES ON ME”.  Para esta oportunidad, Rick se ha rodeado de esta gente: para las guitarras y teclados se le ha unido su compatriota Peter Alpenborg (ex integrante de Dark Ages), en el bajo actúa el también escandinavo Björn Göran Nalle Påhlsson (quien es parte de bandas como The Experiment No.Q, Therion y Vindictiv, entre otras), mientras el teutón Kevin Kott (batero de Almanac, At Vance, Heaven’s Trail, Herman Frank, Judas Rising, Masterplan y Pantaleon -nótese las bandas en las que ha coincidido con Rick-) contribuye con su talento a las baquetas.

La música que escucharemos en este álbum es un Hard Rock muy melódico con ciertos tintecillos de Power Metal, cosas que empezaremos a disfrutar a partir de la canción inicial “Into The Fire”.  Dicha canción cuenta con una interpretación correcta, estribillo pegadizo y elegante solo de guitarra.  Inicio más que óptimo para dar buena acogida al escucha.  Como detalle curioso debemos anotar que la pieza fue interpretada por los músicos Magnus Berglund y Morgan Jensen (en las guitarras), Kein Sandin (al bajo) y Kevin Kott (como batero).

De la voz de Rick podemos decir que no es la típica voz clara del cantante de Heavy o Power Metal, e inclusive es algo rompemoldes dentro del Hard Rock, siendo una que cuenta con ese elemento de aspereza en su entonación (similar a lo que hemos escuchado en cantantes como Jørn Lande, Hansi Kürsch o inclusive Chris Boltendahl).  Quizás dicho timbre lo llevó a integrar At Vance y Masterplan, y ahora su talento vuelve a manifestarse en buenas condiciones a lo largo de “Crash And Fall”, pieza que da continuidad a lo que inició su pieza predecesora.  Nos daremos cuenta que es un álbum que no se sale mucho de su hechura, algo que bien podría molestar a quienes reclamen algo más de variedad en un disco musical.  Y vamos, que este disco podría resultar ser muy largo para algunos, teniendo en sí 14 canciones.

Como siendo continuista de “Crash And Fall” (sobre todo por ser escritas en Mi Menor ambas), aparece en el tracklist “Point Of No Return”, que por momentos baja un tanto más la intensidad de la ejecución, pero no deja de ser igual de disfrutable.  No cabe duda que nos presentamos ante un álbum que será recordado más que nada por lo divertida que podría ser su escucha para algunos (aunque no dudo que habrá gente que lo llegue a amar más que quien escribe estas líneas).  A esta pieza podemos destacarle la conclusión tan dulce que tuvo y que me llamó la atención.

El elemento del teclado, pese a no ser muy protagonista a lo largo del disco, resulta importante sobre todo para las introducciones de algunas de las canciones, como lo tenemos en el ejemplo de “Run To You”, canción que cuenta con una letra muy romántica nostálgica, temática bastante visitada a lo largo de las décadas en este género, y vaya que también podemos agregar como punto positivo para esta pieza la energía que manifiesta en su ejecución, tanto del cantante que protagoniza el álbum como de sus compañeros de a bordo (a los cuales también debemos anotar la labor en los coros de Ulrick Lönnqvist -que también aportará uno que otro rasgueo de guitarra acústica en el disco-, Victor Ohlsson -mismo que en determinados momentos contribuirá con sus 6 cuerdas-, Theresa Svensson y Kimberly Kott), detalle que al menos para mí se percibe más en esta canción.

Rick Altzi intenta ser dulce, pero la aspereza de su voz lo lleva a otros horizontes (al menos eso me dejó el inicio de “Legacy”).  Podemos decir sin temor a equivocarnos que su interpretación vocal es la que, en cierto sentido, nos salva de caer en una escucha rutinaria, quizás por lo particularmente distinta que es su voz para el menester Hard Rockero hoy en día (pese a que muchos me reclamarán que omita el hablar sobre la aspereza de la voz de todo un icono en este género como lo es el recordadísimo Axl Rose).

La intro de piano en “You Don’t Believe In Love” podría ser engañosa, ya que algunos podrían estar esperando una balada, y si bien el tempo resulta ser atenuado un tanto en esta canción, no da para ser considerada como tal.  Siendo compuesta en la melancólica Do Menor, es el número que evoca en sus líricas al desamor y despecho, teniendo una fortaleza interesante en su estribillo, donde la entonación cambia a La Menor, como para que el intérprete recalque con más fuerza sus sentimientos.

Si hay una pieza que busca romper un tanto el molde en el álbum pues podríamos mencionar que es “Strangers In The Real World”, que roza con más solidez terrenos Heavy, sin apartarse de la fórmula habitual que ha tenido el álbum, y que bien podría hacerlo no muy aceptable para algunos que buscan más variedad dentro de una placa discográfica.  Eso sí, nuevamente el estribillo podría hacernos apreciar mejor este número.

Hablando de continuismos, la entonación en Do Menor que tuvimos en las 2 piezas anteriores prosigue en “Desire”, además de volver a la fórmula habitual del disco, que, siendo sinceros, ya a estas alturas podría tornarse algo repetitiva, y si vemos al tracklist nos damos cuenta de que falta todavía pasar por 6 estaciones más.  No me quejo de discos con tantas canciones, pero vamos, un poquito más de variedad no le habría caído mal al disco (como gran ejemplo tenemos al memorable álbum “Dreamspace” (1994) de Stratovarius, que posee 14 canciones -15 si agregamos el bonus track japonés “Full Moon”, y que en el mismo nunca nos aburriremos debido a la gran variedad que posee).

Ahora los teclados iniciales se vuelven más modernosos en “Motherless Child”, una pieza que por su contenido musical bien podría decirse que viene influenciada por esa moda que ha surgido de meterle ciertos elementos del género Electronic al Rock y Metal (mismo que hemos visto en bandas como Beast In Black, Battle Beast y el último álbum de Amberian Dawn, el amado y vilipendiado “Looking For You” (2020)).  Nuevamente se muestra el empeño de Rick por darle a la pieza la dosis de disfrute, pero imagino que ya muchos se habrán rendido al llegar a este punto.

Nuevamente esos teclados más futuristas salen a relucir en “Hurting Kind”, y bueno, si eso es lo que busca darle en “variedad” nuestro buen Rick al disco, debemos decir que se agradece el esfuerzo, pero no llega a ser suficiente (al menos no para mí, puesto que he visto que en otras páginas le dan mucha mejor calificación a este álbum, y en lo personal me alegra por esos colegas que sí hayan podido sacarle mayor disfrute a este redondo).  Eso sí, hay que reconocer que la interpretación de Rick resulta ser la mejor en todo lo que llevamos escuchado, bastante emotiva y arriesgando mucho con su voz en tonos altos.

Y bueno, bienaventurados los que hemos llegado hasta la décima estación del disco, puesto que “Tossin’ and Turnin’” es como ese premio que tienen los perseverantes, los que no han bajado los brazos y no decidieron terminar la escucha del mismo, producto del tedio que les pudo haber dejado lo repetitivo que se torna.  ¿Por qué digo esto?  Pues esta pieza podría ser una de las mejores en el álbum, tornándose más de la vena metalera que lo visto previamente en este largo camino, y la verdad es grato hallarse con una pieza tan bien lograda, que rompa esos rígidos esquemas que hasta ahora ha tenido el álbum.

“Where Dreams Never Die” llega para ser un número más nostálgico, y es lo que nos deja su inicio en guitarra acústica, y donde Altzi apela a tonos más suaves, archivando momentáneamente la aspereza en su ejecución vocal.  Si hay una canción que rebosa melodía y dulzura en este álbum resulta ser ésta en específico.

Si el disco ha sido esquemático, ahora bajamos las revoluciones un tanto más para “Wind & The Rain”, que en su entonación de Do Mayor nos presenta una performance que alude más al sentimiento de alegría y esperanza, algo que también se hace perceptible en las letras escritas para la canción.

El disco termina (¡al fin!, dirán algunos) en una canción bien enérgica como lo es “Final Warning”, que resulta ser otro de los highlights del álbum, gracias a su propuesta más frontal y entusiasta, aportando un tanto de diversidad en medio de la rigurosidad que hemos tenido en lo que nos deja esta placa.

Eso sí, ni una sola queja podemos tener sobre la producción del álbum, bastante pulida y laborada, donde hasta el a veces injustamente menospreciado bajo llega a tener su momento de presencia perceptible.  En ese aspecto hay que felicitar al mismo Rick Altzi y a Ulrick Lönnqvist por la labor de producción, a Victor Ohlsson por su contribución en la mezcla y a Thomas “Plec” Johansson con su granito de arena en la masterización.  Buen trabajo, chicos.

El debut de Rick como solista peca de ser un álbum de muchas canciones, muy repetitivo y esquemático, lo cual va a alejar (quiérase o no) a quienes buscan más variedad en un disco, lo cual esperamos él tome en cuenta para un futuro lanzamiento.  La verdad lamento no poderlo recomendar como debiera, pero uno debe ser justo con respecto a lo que siente por un disco, y de mi parte recomiendo inclusive a los más acérrimos fans de Rick y del Hard Rock darle su oportunidad para ver si les agrada el disco más que a mí.


Sello: RA Music
Lanzamiento: 25 de Marzo, 2022
Género: Hard Rock/Metal

«All Eyes On Me» tracklist:

ALTZI – All Eyes On Me

Una lástima decirlo, pero la verdad este disco de Rick Altzi con el que inicia su carrera en solitario no resulta ser la opción más recomendable dentro de su propuesta de Hard Rock. Espero que, a futuro, este cantante nos muestre una mejor faceta musical, que madera tiene para ello.
7.6

Producción

8.8/10

Composición

7.2/10

Replay Value

7.0/10

Valoración Personal

7.5/10

Michael Prado

De Costa Rica para el mundo. Fan de la música DE VERDAD, hecha con sentimiento y verdadero amor al arte, sin importar el género, aunque debo admitir que doy amplia preferencia a lo que ha sido creado en Metal, Rock, música Celta, Clásica, soundtracks de Videojuegos, Electrónica y demás. Un abrazo y bendiciones para tod@s.