ALLEGAEON – Damnum 🇺🇸 (Album Review)
Por Michael Prado
Si hay un estilo musical donde uno podrá satisfacer ampliamente su hambre y sed de provocar una masacre auditiva debido a lo potente, brutal y devastador de su sonido y ejecución, ése sin lugar a dudas llega a ser el Metal Extremo.
El género Metal, desde su concepción a finales de los años 60, siempre ha querido ir más allá en cuanto a términos de ejecución furibunda de su arte se refiere, y así ha sido su evolución a lo largo de los años, dando así lugar a variantes más melodiosas y veloces como el Power Metal, más tralleras en el caso del Thrash Metal, o bien, que llevan su sonido a límites que no son aptos para todas las audiencias, haciendo referencia acá tanto al Black Metal como el Death Metal, que será el estilo en el cual nos enfocaremos en esta reseña.
Estados Unidos tradicionalmente ha sido un perfecto campo fértil para el desarrollo de bandas en este género tan agresivo en maneras muy radicales (yéndonos al grano, acá nacieron los grupos que cimentaron sus bases, como lo son Possessed o Death -o Mantas, como fueron conocidos originalmente en 1983-). Así las cosas, para esta ocasión nos ha llegado para su debido análisis el álbum que lanzará este 25 de febrero a través de Metal Blade Records la agrupación Allegaeon, oriunda de Denver/Fort Collins, Colorado.
Allegaeon fue originada en el año 2006 bajo el nombre de Allegiance y cambió su nombre al actual en el 2008. Dicho conjunto practica un Death Metal Técnico muy lleno de melodía y mucha influencia de otros estilos musicales. El líder espiritual de Allegaeon es el guitarrista Greg Burgess (quien también es integrante de Cryogen, Organosyde y WretchedPain), quien es acompañado por el también guitarrista Michael Stancel (que también forma parte de Artemesis y Harboured), el cantante Riley McShane (actualmente también parte de las bandas Continuum y Virulent Depravity), el bajista Brandon Michael (a quien también hallamos en Harboured) y el batero Jeff Saltzman (que también despedaza tambores en Aversed, Unflesh y en los conciertos de Continuum).
Tras haber lanzado a la venta 5 álbumes y 1 EP, el grupo está a punto de presentar al público su más reciente creación, cargada de todo el poder devastador e imparable del Death Metal, mismo que ha sido retocado con influencias de otras variantes musicales, lo cual enriquece su variedad y calidad. Dicho álbum llevará el título de “DAMNUM”, mismo que pasaremos a analizar a partir de este momento.
Que no nos confunda el intro acústico de “Bastards Of The Earth”, dado que es nada más “la calma antes de la tempestad que se avecina”, misma que desatará toda su bravía tralla despiadada a partir del segundo 35, con blast beats y riffs que nos buscarán descabezar, a la vez que la voz de Riley McShane inicia de una vez con su canto gutural tan particular de este subgénero del metal. En resumidas cuentas, una pieza que cumple a cabalidad los parámetros para iniciar en gran forma un disco de Death Metal, mostrando los tacos de frente y no guardándose nada bajo la manga. Ojo que también Riley después del solo de guitarra nos muestra que también tiene una voz limpia bastante agradable.
“Of Beasts And Worms” comienza con un guitarrazo eléctrico que es seguido por notas tocadas en su pariente acústica, un fondo de teclados “muy Deep Purple” (sin llegar al virtuosismo de Jon Lord, obviamente), una especie de recitación con el eco del bombo de la batería ejecutada por Jeff Saltzman, todo creciendo poco a poco en tanto que Riley empieza a cantar con su voz limpia. Todo parece muy bonito y melodioso, pero la tralla no se hace esperar, y con ella los rugidos guturales, el ritmo desenfrenado que desencadenará nuestro headbanging inconsciente, y la manifestación del poderío musical de este gran quinteto se hará presente de nueva cuenta. Sí, he escuchado bandas más veloces en esto del Death Metal, pero eso no impide que disfrute de cosas como esta gran canción, donde también hay que mencionar que el estribillo es cantado con voz limpia y la aceleración de la batería lo hace sonar casi como si fuera una canción de Power Metal. El momento más intenso de la pieza llega casi al terminar el minuto 3, donde todo se vuelve caos, un caos ordenado, eso sí. La sección instrumental, con solo de guitarra y posterior riff violento, es hecha para cuellos resistentes.
La melodía en los riffs también es algo que suele verse en el Death Metal más melódico, influenciado en gran medida por la escuela escandinava, y vaya que a eso busca apelar Allegaeon en “Into Embers”, dado que es una de las piezas que más encarna melodía bien entrelazada con la brutalidad y destrucción que se puede desarrollar en un buen disco de Death Metal. Los guturales de Riley McShane también llegan a ser algo variados, pasando de los más engrosados a unos que inclusive podrían estar cercanos al Black Metal. Es bueno ver que bandas gringas también hacen apología respetable a lo que se crea en tierras nórdicas. ¿Qué qué pensamos del solo de guitarra? Más que apropiado para lo que busca crear esta canción a nivel musical.
Ya pasando a una onda más siniestra en su identidad sonora, “To Carry My Grief Through Torpor And Silence” hace acto de presencia, demostrando que la banda no solamente se enfoca en números melodiosos y bonitos, sino que también y por lógica, siendo de Estados Unidos, apelarán a el sonido más crudo, voraz y agresivo de la escuela que dio génesis a este género tan extremo. Ahora sí, en esta ocasión se alcanzan velocidades más aceptables por muchos fans del Death Metal, que quizás con las canciones anteriores no podrían quedar conformes con la aceleración algo más medida de estos chicos. Más de uno terminará con tortícolis intentando seguir los blast beat tan potenciados de un tempo trepidante. Igual la pieza cuenta con un solo acústico que mete una hermosa influencia de flamenco, que es seguido de un interesante solo de bajo por parte de Brandon Michael, que luce sus habilidades en las 4 cuerdas graves antes de ceder el paso al impresionante solo de guitarra, con el cual se llena todavía más de melodía este sendero oscuro (sí, el sentir enlazado a Suecia y su gran escuela de Death Metal se hace nuevamente inevitable).
Guitarra y bajo se complementan de manera correcta e inmejorable no más iniciar “Vermin”, quinta pieza en este compendio de grandes canciones que la banda ha creado para este 2022. Dicho número no se queda atrás en cuanto a propuesta musical variada sin obviar los elementos agresivos se refiere. Velocidad consistente y voraz, guturales concisos y sin ambages, riffs afiladísimos directo al cráneo. En fin, ¿todavía quedan algunos que se atrevan a decir que no hay buena música nueva qué escuchar? Que se lo haga pensar nuevamente, sobre todo si el magistral solo de guitarra no los logra terminar de convencer.
“Called Home” es la pieza de más larga duración en el disco, llegando a los 7 minutos y 40 segundos. Su inicio es pausado y acústico (algo que en lo personal siento le va bien al arte de esta agrupación), y así en esa onda van los primeros cantos de Riley, todo con una obvia tendencia progresiva, que se vuelve perceptible al aparecer la batería y el bajo en el plano sonoro, consolidando la senda agresiva al unirse el rasgueo contundente de la guitarra eléctrica, con riffs que declaman crudeza. Si hay una pieza donde veremos lucirse a Jeff Saltzman en la batería sin necesidad de alardear de velocidad, ésta es la más apropiada, debido a su tendencia más a lo progresivo, terreno apto para que los hombres y mujeres a las baquetas derrochen su talento. Igual siento que algún oyente quizás reclamará más de la potencia que la banda ha desarrollado en otras canciones del álbum, pero creo que acá en esta parada venimos a disfrutar de arte. No todo en la vida es descabezarnos con ritmos enloquecidos. Aparte, al final de la pieza vuelven los elementos más violentos al frente de batalla, así que no se despeguen de su sintonía.
Ahora sí, para los que lloraban por blast beats, crudeza, violencia y destrucción, acá tienen “Blight”, que es marcada por la senda que marcan los tambores de Jeff desde su puro inicio, condimentado con el canto crudo y visceral con el que Riley McShane busca descarnar su garganta a niveles peligrosos. En esta canción podemos escuchar coros de fondo en los puentes, que calzan bastante bien para darle una atmósfera muy etérea sin perder la agresividad. Y ojo que hay partes donde el canto de Riley llega a ser una metralladora de palabras bastante difícil de seguir. También tenemos una parte del instrumental enriquecida por el sonido del piano, engalanando este número y casi dándole una vibra que recordará a actos como Fleshgod Apocalypse o Septicflesh pero sin las orquestaciones habituales de estas 2 grandiosas bandas.
Ahora pasamos a una pieza dividida en 2, intitulada “The Dopamine Void”. Su primera parte es un lindo número acústico de 2 minutos, en el cual se lucirá con sus vocales limpios el buen Riley, mientras lo acuerpa un buen solo de guitarra de Greg, donde no se va a las velocidades desbocadas de otras canciones, sino que apela más al sentimiento y pasión.
Nuevamente, como en todo momento calmo en discos de esta estirpe, “tras la calma viene la tempestad”, y si “The Dopamine Void, Pt. I” fue armonía y belleza, pues “The Dopamine Void, Pt. II” hará que la banda se prepare poco a poco hasta desatar por completo la artillería a velocidades todavía más descompensadas e irrefrenables que lo ya escuchado en este disco. Creo que quienes quedaban con dudas sobre lo que ofrecen estos chicos ahora sí pueden sentarse y respirar tranquilos. Vamos, que acá hasta el bajo tiene su momento de protagonismo, marcando el paso en las estrofas cantadas por la voz limpia de Riley. Podríamos decir que estamos ante los momentos más destructivos en cuanto a musicalidad podemos hallar por parte de Allegaeon. Aparte, la metralladora de palabras por parte del señor McShane vuelve a la carga. No sé por qué, pero me encanta cuando este elemento se utiliza en el metal extremo (aunque luego se vuelva un mundo para uno aprenderse y entonar correctamente esas partes, jejejeje).
La solemnidad en el inicio de teclados para “Saturnine” se ve interrumpida gracias a los guturales de Riley y la inmisericorde garra en la batería de Jeff, la cual complementan los 3 instrumentos de cuerdas para otro memorable número que conecta de manera inmejorable los elementos de melodía y tralla desatada, pero de igual manera bajo un cierto control (vaya que hemos tenido paradojas musicales curiosas en este álbum). Nuevamente los ecos de la mítica Escandinavia se hacen presentes en la esencia de esta canción, que me recuerda por momentos cosas que ya se han escuchado con los grandiosos Dark Tranquility. No pierdan de vista el solo de guitarra, quizás el mejor del disco si hablamos de melodía pura.
Discos como éstos uno no quisiera que terminaran (por más que uno quede con ciertos dolores después de terminar su escucha), pero bueno, los discos apenas tienen capacidad para almacenar máximo 80 minutos, y éste en específico ocupará una hora de ejecución. Así las cosas, la penúltima estación de este viaje violento y despiadado es un momento de descanso llamado “In Mourning”, en el cual toma protagonismo nuevamente la guitarra acústica, que nos guía a retomar energías, puesto que lo siguiente, y que terminará esta aventura musical no será precisamente una cama de rosas, y eso se empieza a ver en los teclados algo turbios al final de la canción.
Dichos teclados prosiguen en “Only Loss”, la pieza que despide este sexto álbum de Allegaeon, misma que no desata la fiera desde su arranque, pero que va mostrando los signos de fiereza en la misma poco a poco, mientras Riley pareciera querer apacentarla momentáneamente con su canto limpio pero cambia de manera radical a sus gruñidos desgarradores que ya nos ambientan en otro número perverso y fiero, donde sí, tarde pero seguro, aparece la descarga solicitada de trepanadores blast beat con los que más de uno terminará con un dolor garantizado en su cuello. En la parte donde Riley combina su voz limpia con esos violentos blast beats y el riff más melodioso de lo habitual, es como si la banda hallase su momento más glorioso a mi parecer. No podíamos tener un mejor cierre, y esta banda lo consiguió de manera triunfal.
Desde que escuché por primera vez este álbum no pude menos que decir que está destinado a volverse una de las escuchas más recomendadas para este 2022, y me llena de regocijo ver que, en un mercado cada vez más saturado de bandas en los diversos estilos, donde todos quieren destacar y mostrar lo mejor de sí, seguimos teniendo álbumes que harán de las delicias de sus fans con formidables canciones. Recomiendo a todos los amantes de lo extremo y brutal hacerse con este disco, más si son afines a la escuela escandinava, pues acá tenemos mucho de eso.
Sello: Metal Blade Records
Lanzamiento: 25 de Febrero, 2022
Género: Technical Melodic Death Metal
«Damnum» tracklist:
- Bastards of the Earth
- Of Beasts and Worms
- Into Embers
- To Carry My Grief Through Torpor and Silence
- Vermin
- Called Home
- Blight
- The Dopamine Void Pt. 1
- The Dopamine Void Pt. 2
- Saturnine
- In Mourning
- Only Loss