Review: TRIVIUM – What the Dead Men Say
Con un crecimiento exponencial a base de consistencia, creatividad y variaciones de propuesta, Trivium se convirtió lentamente en una de las bandas de Heavy Metal más grandes de los últimos tiempos. Y digo Heavy Metal en el sentido más amplio de la palabra, ya que la banda nunca se conformó con pertenecer a una etiqueta o a un estilo, haciendo su propio camino sin bajar nunca los brazos y transitando por muchas etapas de la música. Recordemos que en sus inicios los miembros más emblemáticos Matt Heafy, Cory Beaulieu y Paolo Gregoletto eran apenas unos adolescentes experimentando con la música de sus sueños, y en pleno auge de la movida Nü Metal y el surgimiento de las bandas “core” parieron su álbum debut ‘Ember to Inferno’ (2003), y poco tiempo después ‘Ascendancy’ (2005), el cual es considerado un álbum definitivo para el Metalcore y el Metal Moderno de la década pasada.
Apenas un año y medio después se edita ‘The Crusade’ (2006) y acá se da el primer gran cambio: la banda abandona el Metalcore en pos de un sonido más tradicional que muta entre el Heavy Metal clásico y el Thrash Metal, con bastantes tintes progresivos. Es considerado como un gran homenaje a Metallica, una de sus máximas influencias, y sin dudas un disco a destacar en su discografía. Pero lo mejor estaba por venir, para el momento en que se edita ‘Shogun’ (2008), Trivium ya se encontraba afianzada, aprendiendo de sus aciertos y errores y con suficiente madurez para lanzar el que sería el álbum definitivo para muchos fans, fusionando todos sus estilos y experiencias previas para crear algo único, atemporal y que al día de hoy se siente como un disco adelantado a su tiempo. Hagámosla corta y adelantémonos unos años: en los discos siguientes se empezó a sentir el desgaste y poco recordamos de obras como ‘In Waves’ (2011), ‘Vengeance Falls’ (2013) o el extraño ‘Silence in the Snow’ (2015) donde la banda abandona por completo las voces guturales en pos de un formato más cancionero y radial (que en parte tiene su explicación en el deterioro vocal que sufrió Heafy en esos años).
Ya entrando en los años más recientes y con la entrada de la maquinita Alex Bent en la batería, Trivium afianza nuevamente su propuesta, se enfoca como nunca y entrega un álbum que rompe todo: ‘The Sin And The Sentence’ (2017) fue elegido en lo personal como mi disco favorito de ese año, en donde la banda combina todo su aprendizaje (como lo hizo en ‘Shogun’) solo que acá las cosas se elevan a otro nivel y se siente como la culminación de una carrera llena de crecimiento artístico y creativo. Un cóctel de géneros y estilos que pasa por el Progressive Metal, el Thrash Metal, el Metalcore marca registrada y el Heavy Clásico, pero no tiene caso intentar plasmar una etiqueta: lo cierto es que pese a quien le pese, Trivium suena a Trivium, y ese es el legado más grande que una banda pueda sustentar en su carrera.
Año 2020: con TSATS recogiendo elogios por toda la crítica y fans, la vara estaba muy alta para entregar un sucesor digno. ¡Y vaya que lo han logrado! ‘What the Dead Men Say’ no solo funciona como una continuación perfecta para ese gran álbum, sino que se siente como una instantánea actual del excelente momento compositivo por el que esta pasando la banda, con una propuesta totalmente afianzada que recorre todas sus etapas y las fusiona para entregar algo único, innovador y con el sonido de los dioses. Trivium no se queda quieto, arriesga, mantiene su momentum y se despacha con una placa merecedora nuevamente de todos los elogios. Pasemos a enumerar qué hace de este disco algo tan grande e indispensable.
En esta ocasión no voy a hacer una reseña track-by-track, creo que las cualidades de este disco pueden evaluarse muy bien como un todo, pero si vale la pena destacar momentos especiales que nos dejan con la boca abierta: el tema título es la perfecta carta de entrada, melódico, virtuoso y pesado: Alex Bent destroza los parches como nunca, la garganta de Heafy escupe odio y melancolía por partes iguales, y las guitarras suenan filosas y enfocadas. Un perfecto single lleno de frescura, doble bombo, técnica desgarradora y coros épicos. ¡Así se arranca!
Algo similar ocurre con ‘Catastrophist’, otro de los singles, ganchero y radial pero a la vez complejo en su ejecución y lleno de detalles que se descifran en las sucesivas escuchadas (como pasa a lo largo de todo el disco). Estos tipos componen Metal accesible y melódico con la minuciosidad del Progresivo y la agresividad del Thrash y el Death. No hay con qué darles: cuando escuchamos esa bomba nuclear llena de odio que es ‘Amongst the Shadows & The Stones’ con sus tempos dispares nuevamente con guiños Prog, o ese hit instantáneo llamado ‘Bleed Into Me’ que se queda entre un potente mid-tempo y una balada sentida y desgarradora (lo que podría llamarse el ‘The Heart From Your Hate’ de este álbum), con esos estribillos que te quedan resonando largo tiempo después. O la adicción que genera escuchar ‘The Defiant’ en repeat, otra de esas canciones que te das cuenta que en un mundo justo podría sonar en todas las radios y ser un éxito absoluto, mezclando violencia y velocidad en los versos con melodía y sentimiento en el puente y el estribillo. Todos nos imaginamos saltos y puños en alto entonando esta canción, cuando se pueda volver a la realidad (¿el año que viene tal vez? No pensemos en eso).
Otros momentos a destacar incluyen ‘Sickness Unto You’ (con blast beats incluídos, ¡Bent calmate un poco!), con breakdowns increíbles y una batería que no para nunca, riffs desalmados y hasta una sección instrumental lleno de cambios de ritmo con un groove tremendo. ‘Scattering the Ashes’ es otro de esos temas más comerciales pero ajustadísimo y muy bien compuesto, pide video en MTV (ah, cierto que no estamos en 2001). ¿Y saben qué? Dije que no iba a hacer un track-by-track y acá estoy hablando de todas las canciones una por una. Moraleja: no me den pelota. ‘Bending The Arc To Fear’ tiene una estructura más tradicional que va entre el Death Melódico y el Metalcore, sin lograr un impacto tan memorable, convirtiéndose en el tema “flojo” del disco. Ya se nos vino el final cuando los primeros segundos de ‘The Ones We Leave Behind’ empiezan a correr. Esta canción funciona bien como cierre, es enérgica, veloz, enfermiza por momentos (¡Bent tomate algo!) y se siente como una exquisita culminación para un disco que nos pasó por arriba en apenas 46 minutos.
1000 palabras después llegamos a la misma conclusión: Trivium es Trivium, y en cada incursión demuestran porqué su crecimiento se dio de manera tan exponencial, porqué no bajan la vara y nos siguen entregando lanzamientos de calidad mostrando una constante evolución para una banda que ya no tiene más nada que probar. Estamos hablando de tipos que rondan los 35 años y ya cuentan con 20 años de carrera y nueve discos de estudio, sin bajar nada de calidad y agregando nuevos matices y complejidad a su propuesta. ¿Cuántas bandas pueden decir eso? ‘What the Dead Men Say’ es un hermoso disco de Metal (con la sub-etiqueta que quieras), y tenemos a Trivium para agradecerle esa constante curiosidad por buscar nuevos sonidos, canciones y sentimientos, haciéndonos enamorar una vez más de la música. No sé que dirán los muertos, pero este disco dice y mucho.
Trivium - What the Dead Men Say
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9/10
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9.1/10
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9/10
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8.9/10
‘What the Dead Men Say’ no sólo funciona como una continuación perfecta para ‘The Sin And The Sentence’ (2017), sino que se siente como una instantánea actual del excelente momento compositivo por el que esta pasando la banda, con una propuesta totalmente afianzada que recorre todas sus etapas y las fusiona para entregar algo único, innovador y con el sonido de los dioses. Trivium no se queda quieto, arriesga, mantiene su momentum y se despacha con una placa merecedora nuevamente de todos los elogios. Se trata de un hermoso disco de Metal (con la sub-etiqueta que quieras), y tenemos a Trivium para agradecerle esa constante curiosidad por buscar nuevos sonidos, canciones y sentimientos, haciéndonos enamorar una vez más de la música. No sé que dirán los muertos, pero este disco dice y mucho.