METALLICA – 72 Seasons 🇺🇸 (Album Review)
- 🎸 Heavy/Groove Metal
- 💿 Blackened Recordings
- 🌎 USA
- 📆 14 de Abril, 2023
Por Michael Prado
Siempre me preguntaré qué habría pasado si Metallica hubiera tomado la decisión de no sacar su quinto álbum “Metallica” (1991) en la manera y estilo que fue desarrollado, y en lugar de eso, la decisión hubiese sido seguir adelante con su propuesta más afín al Thrash Metal. ¿Toda la vorágine de comentarios, tanto a favor como en contra, que se desarrollan desde ese momento en torno a este grandilocuente grupo (el mayor en ese rubro dentro del género metal), sería la misma?
Siempre un álbum de esta banda, que ha sido vitoreada por masas, vilipendiada por muchos otros, cuando aparece provocará la alegría de quienes logren hallarle el disfrute, y por el otro lado, el disgusto (justificable o no, dependiendo del caso) de quienes todavía sigan, por distintas razones, aferrados a tirarle basura gratuita.
Pero bueno, sea cual sea el caso, James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo están de vuelta en las estanterías de las discográficas, los servicios de streaming y los comentarios de quienes ya hemos podido escuchar (y disfrutar o sufrir, depende del criterio, sesgado o no, de cada quién) su más reciente producción discográfica (la número 11 de su catálogo en 42 años de existencia), a la que han decidido dar el nombre de “72 SEASONS”.
Vamos a entrar primero a abordar las sensaciones que ha provocado este nuevo redondo de los Four Horsemen. De entrada se nota que es un trabajo donde el Thrash Metal ha quedado casi que totalmente aparcado, sin que eso demerite en lo absoluto la potencia que tiene la música de esta agrupación, la cual sigue ahí presente, presentando una interesante mezcla de Heavy Metal como la disfrutamos en el “Black Album” de hace 32 años y una interesante dosis de ingredientes extraídos de la fórmula no tan exitosa que labraron en “Load” (1996) y “ReLoad” (1997), en donde suavizaron un tanto más su propuesta, entrándole al Hard Rock y el AOR, siempre con la actitud desenfadada que los ha caracterizado desde sus inicios.
Hablando de ese sonido noventero, puedo decir que (al menos desde mi perspectiva), han logrado hacer que ese estilo sea presentado con mayor madurez y mejor resultado en este álbum, cosa que presenciaremos en varias de las canciones que componen este disco (12 piezas que, en total, dan la suma de unos 77 minutos de duración, algo que ya ha sido motivo de críticas para algunos).
Ahora, entrando al asunto de los puntos negativos que le han referido al álbum, se puede citar que, quienes lo han repudiado, señalan en su contra que tiene riffs repetitivos, falta de inspiración, que la música es “hecha con el bolsillo” (¿a qué se referirán en específico quienes señalan eso?, ¿qué acaso la música no la hacen todos los músicos esperando también sacar algo de la misma?, pues yo no creo que haya algún artista, en el rubro que sea, que haga algo en este sentir nada más “por puro amor al arte”), que los solos de guitarra de Kirk son nada memorables, el grupo estancado en una zona de confort, que se autoplagian, y claro, no faltan las habituales críticas a Lars y su nivel como baterista.
De mi parte, y dando mi humilde perspectiva antes de pasar a ahondar en lo que presenta en cada canción el disco, debo decir que he quedado conforme con lo presentado en esta oportunidad. Siento que mucha gente hypea demasiado y sobredimensiona los lanzamientos de Metallica, como si todo tuviera que a fuerza ser «un Master of Puppets 2.0” (dígolo en materia de calidad, no tanto en cuanto a que sea secuela de este reverenciadísimo álbum de 1986, mi favorito de ellos, por cierto). Aparte, me da gracia ver a la gente berreando acerca de cómo debería ser la música que haga un grupo o artista (vamos, como si en sus tiempos, alguien le dijera a Da Vinci cómo pintar -por cierto, hablando de Da Vinci, su obra no se compone solamente de Giocondas y Últimas Cenas– o a Miguel Ángel cómo esculpir). La gracia de la música (y de cualquier arte) es ver lo que los músicos son capaces de hacer sin que nadie les tenga que decir cómo hacerlo. Para algo saben manejar sus instrumentos e inclusive llevan el peso de un pasado de obra musical, ¿no creen?
Volviendo al tema del sobrehypeo, es algo no exclusivo de Metallica, pues también ocurre con todas las bandas que han dejado huella en este género (y en cualquier otro). Siento yo que todos los fans deberían hacer el ejercicio sano de dejar de esperar otra bomba como las de antaño y aprender a disfrutar más de lo que los músicos nos ofrecen actualmente, que, en la mayoría de los casos, no es algo despectivo del todo.
En fin, sabía que iba a extenderme demasiado con este sobrevuelo inicial, pero bien lo merecía, para desahogar algunas inquietudes que me dejan ciertas actitudes (que, en su mayor medida, siento yo, resultan siendo odio gratuito e injustificado por parte de mucha gente que a veces ni siquiera ellos mismos saben qué es lo que quisieran que Metallica haga para satisfacer sus sacrosantos gustos de gourmet snob ultraexigente). Vamos a darle a lo que de veras nos concierne en un disco, que es su música.
Como en el caso de mi amada “bola de ruido” llamada “Death Magnetic” (2008), el álbum inicia con una canción algo extensa de duración (7 minutos y medio para ser exactos), intitulada “72 Seasons”, tal cual el disco, donde tenemos momentos donde la banda va a como dicte la energía que implante Lars desde los tambores (a veces más relajados, en otras metiendo el doble pedal para acelerar la situación). La energía que uno espera de un álbum de Metallica está ahí presente en el desempeño del grupo, dentro de este número que muestra cierta similaridad a “That Was Just Your Life” de hace 15 años, pero teniendo un intermedio donde se distancia más de ese gran número.
Casi como si fuera continuación de esta abrediscos, ingresa desde la fila de reproducción “Shadows Follow”, la cual trata de mantener ese gancho conseguido con la pieza inicial, aunque no sé qué tan beneficioso resultará mantener la fórmula (en cierta medida) para la segunda canción, cuando más bien uno espera que el álbum te muestre más variedad. Por otra parte, el solo de Kirk (o los solos) no terminan de enganchar. De no ser porque el estribillo es contagioso (nuevamente en cierta medida), la canción pasaría sin mucha pena ni gloria.
Ahora sí, ya tenemos algo que busca ser más diferente a este inicio intenso (aunque no tan bien labrado, al menos para mí) con “Screaming Suicide”, pieza donde ya empezamos a ver lo que mencioné desde el inicio, que el grupo para esta oportunidad busca explorar un horizonte donde rescaten el estilo de esos años 90, pero con mejores armas compositivas, que dejan como resultado una de las piezas con más melodía y disfrute. Vamos, que inclusive acá nos encontramos uno de los mejores solos que Kirk logró para el álbum. Buen número que sube la expectativa de cara a lo que se nos viene.
Robert Trujillo no ha tenido muchos momentos para mostrar lo proficiente que es al mando del bajo en Metallica (responsabilidad instrumental que ha heredado de sus antecesores, el fallecido Cliff Burton y Jason Newsted), pero sin dudas creo que esa deuda queda muy bien saldada con lo que nos llega a mostrar desde el arranque hasta el final de “Sleepwalk My Life Away”, en la cual podemos encontrarnos líneas vocales que me traen a la memoria lo que tuvimos con “Cyanide” e inclusive en “Broken, Beat & Scarred”, ambas que heredaron de cierta forma el legado de “Enter Sandman” a nivel rítmico. Volviendo al bajo, es difícil perderle pista al trabajo de Rob en esta pieza, donde parece que le subieron el volumen a su instrumento para que sobresalga más de lo usual. Sobre el solo de guitarra, intenta sobresalir, pero le hizo falta más impulso para lograrlo.
Las revoluciones bajan a niveles cercanos a lo que veríamos en bandas de Sludge Metal y Doom Metal, trayendo más a la memoria lo visto en “Load” y “ReLoad” con “You Must Burn!”, la cual no dudo que será de las mayores candidatas a ser víctimas de que les presionen el botón de “Skip” a la hora de escuchar el disco. Es que, vamos, la pieza es fastidiosamente lenta en su ritmo, y aparte, su duración de poquito más de 7 minutos tampoco le ayuda mucho. Para peores, la estrofa antes de la última repetición del estribillo es cantada de manera que casi lo llega a dormir a uno. De no ser porque el solo es más o menos entretenido, esta pieza calificaría como una de las más decepcionantes en la historia de la banda. Sin duda un sobrante total.
Por dicha, para quienes se hayan quedado dormidos con el número anterior, llega una verdadera vorágine de energía y poderío que no necesita largas duraciones para lograr un resultado efectivo, como el que obtenemos con “Lux Æterna”, la cual fue usada como primer sencillo para dar a conocer lo que traería el disco, al hacer su aparición prístina el 28 de noviembre del año anterior. La velocidad ya sin tanto refreno (aunque no el máximo de este elemento al que han llegado en su historia, eso sí) y hasta un solo de guitarra que sí se quedará con nosotros tras varias escuchas, es lo que nos trae este efectivo número, en donde inclusive tenemos a James arriesgando más de lo usual en estos últimos años a nivel de canto.
“Crown Of Barbed Wire” es para mí, la muestra de cómo no hacer un inicio de canción, pues el mismo se alarga demasiado (ahí comprendo la crítica de algunos sobre los “riffs repetitivos”). La banda vuelve a manejar el refreno de la discreción y a soltarlo cuando sea conveniente (hecho que se manifiesta en el retumbar del doble bombo y resto de tambores en la batería en determinados lapsos). Esta pieza resulta más atmosférica en su propuesta, y siento que con un poquito más de empeño pudo haber quedado mejor (sobre todo con un más memorable solo de guitarra), aunque no me siento totalmente disconforme con la misma, pues busca ser distinta a lo ya visto, inclusive dentro del catálogo discográfico de Metallica. Siento que será de esas que serán amadas o dejadas en el olvido (esto último por los gustos más quisquillosos).
Contrario a su predecesora, con “Chasing Light” sí se dieron a la tarea de hacer un inicio de canción más elaborado y prometedor, que termina explotando en una canción más entretenida y efectiva como un todo. Aunque, debo decirlo, no me gusta tanto que bajen la intensidad para las estrofas, pese a que se vuelve a retomar ese ritmo más intenso para el puente y, sobre todo, para ese estribillo tan genialmente cantado por James (sin duda de los momentos más destacados dentro de esta placa). El solo de guitara tarda en arrancar como algo destacado, pero esta vez sí cumple el cometido.
El sentir más puro de esa oscuridad a nivel musical que brindó el “Black Album”, creo que se capta en muy buena medida con “If Darkness Had A Son” (sobre todo en la afinación de Mi Menor que nos brindaron en piezas tan icónicas como “Wherever I May Roam”). Al contrario de “Crown Of Barbed Wire”, acá sí tenemos la subida de intensidad (nuevamente cortesía del doble bombo) en las estrofas. Esta pieza también se puede expresar que encajaría bastante bien con el estilo que Metallica quiso adoptar en el álbum doble “Hardwired… To Self-Destruct” (2016), con la impronta de 1991 cargada de más intensidad. Pasando al tema del solo, si bien no es el más brillante del disco, se deja escuchar y se disfruta. Sea como sea, ésta queda como mi gran favorita del álbum y con mucho mérito, debido a su intensidad y reminiscencias tan deleitosas del pasado de esta banda.
Los recuerdos de hace 32 años, imbuidos con un tanto de lo que se vino 4 años más tarde, los tenemos en la también interesante canción llamada “Too Far Gone?”, la cual tiene la virtud de no ser una canción muy alargada (y ni falta le hace) para brillar con luz propia, sin complicarse con una letra muy extensa ni ambajes que la llevarían por un sendero quizás más espinoso. Aparte, Kirk les mete mucha emoción y dinámica a sus solos de guitarra en esta ocasión. Me llama la atención que no haya sido seleccionada para ser sencillo del disco, pues tiene todos los elementos para ello y lograr un resultado efectivo.
Más enfocada en un tempo acelerado que sus inmediatas predecesoras, “Room Of Mirrors” llega a marcar un tanto la diferencia en este festín de nostalgia que se nos había venido encima en estos últimos instantes del álbum (sí, señores, para dicha de algunos y tristeza de otros, el disco está cercano a concluir). El solo de guitarra para esta ocasión resulta más melodioso y no tan intenso o acelerado como acostumbra Kirk (eso sí, el pedal “wah-wah” no puede faltar a la cita de las construcciones que este insigne guitarrista hace con sus 6 cuerdas). Una pieza sumamente trepidante de inicio a fin, que se suma con mucha propiedad a mis favoritas del disco.
“72 Seasons” concluye su andanza que ocupa casi la duración de lo que un CD es capaz de almacenar con la mastodóntica pieza de 11 minutos con 10 segundos de elongación, que lleva el título de “Inamorata”, la cual siento no es una mala pieza, pero le tengo que destacar los fallos que a mi parecer tiene, entre ellos que resulta más larga de lo necesario, con un ritmo más discreto que a lo que el grupo nos venía llevando en este cierre, acá la crítica de los “riffs repetitivos” se siente más evidente (de acá el negativo a la duración larga algo innecesaria de la pieza). Aparte, primer el solo de guitarra como que va perfectamente con lo que va la canción, en un sentir algo aperezado y que puede resultar cansino de avanzar. Por dicha el cierre de la pieza cuenta con un treponazo de tempo, en el cual hasta llega un solo más brillante por parte de Kirk.
Pasando a otros rubros, como el de la portada, creo que nunca habíamos tenido una portada de color tan llamativo en la historia de Metallica como lo es ese contraste de fondo amarillo y objetos de habitación calcinados en tonos negros, imagino yo como que dando a entender la idea que James planteaba que “72 estaciones son 18 años donde muchas cosas cambian en una persona”. Y bueno, en esta oportunidad, contrario a lo que fue “Death Magnetic”, hay que aplaudir el logro tan bien labrado que ha sido el sonido de este disco, donde los encargados de este golazo a nivel sonoro fueron:
- James Hetfield, Lars Ulrich y Greg Fidelman como productores
- Greg Fidelman en la mezcla
- Sara Lyn Killion, Jim Monti y Jason Gossman en labores de ingeniería de sonido, contando con Kent Matcke como asistente
- Jason Gossman y Dan Monti en la edición
- Bob Ludwig en la masterización
En suma, Metallica trae otro disco que, desde mi perspectiva, no es un mal material, y a estas alturas de la vida, daba igual si salía o no, puesto que la banda bien puede sobrevivir como tal a punta de conciertos, pero bueno, ellos quisieron hacer nueva música y ahí la tienen. Queda en cada quién si darle cabida en su vida o no. De mi parte, tomo lo bueno que hay en este redondo (que para mí no es poco) y le doy la bienvenida junto con el resto del material que nos han brindado durante toda su existencia. Allá los que quieran seguir llorando sus viejas glorias y no aceptar el cambio que han tenido en su historia. Nunca van a volver a eso (guste o no), y ellos harán lo que mejor les siente hacer (para beneplácito de quienes lo acepten y disgusto de quienes no).
METALLICA – 72 Seasons
Como siempre, y provocando todo tipo de comentarios a favor y en contra, Metallica vuelve a la carga con un nuevo disco lleno de música que dará de qué hablar en ambas polaridades. Una descarga musical que deja archivado el Thrash de antaño y recurre a potenciar más lo visto en los 90's es su receta para esta ocasión. Está en ti el aceptarla o no.Pros
- Tremenda producción
- La mayoría de las canciones tienen la potencia acostumbrada de la banda
- Una forma interesante de manejar el estilo noventero, añadiéndole más potencia
- La voz de James Hetfield en su mejor momento
Cons
- Que descartaran el Thrash casi por completo
- Algunas canciones pecan de repetitivas, sobre todo en los riffs
Summary
Producción
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Composición
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Replay Value
0.5
Valoración Personal
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Es un disco sin alma , sin odio , sin rabia , sin ira , canciones monótonas y aburridas sin riffs geniales no potentes dónde solo puedo rescatar 2 canciones que me gustaron un poco que son Shadow y mirrors ,lo demás es una mierd* y lo digo como un fan de por vida , igual por sacar un disco de mierd* los voy a dejar de escuchar , Metallica es demasiado grande que nada ni nadie los va a sacar de mi corazón lml
Bueno, es tu criterio y se respeta, amigo. De mi parte yo sí disfruté la escucha. No digo que sea una obra maestra ni mucho menos, pero tampoco siento que sea el bodrio que muchos dicen que es. Lo de falta de odio, rabia y demás no lo entiendo, si Metallica siempre ha tenido eso, y no siento que este álbum carezca de ello, pero bueno, cada quién con sus percepciones personales. Tu comentario nada más me comprueba la curiosa dicotomía a nivel de reacciones que ha generado el disco, y donde los puntos negativos que la gente critica no los logro captar y/o comprender, aunque respeto mucho esos criterios, dado que el arte es un mundo realmente subjetivo.
A mi me gusta You Must Burn!. Es muy buena, le quitaria el exceso de riffs repetitivos eso si, todo el disco se beneficiaria de quitarle 2 minutos a todas las canciones menos lux aeterna.