LEPROUS – Melodies of Atonement (Album Review)

Por Bren Ramos

Leprous es una banda que, sin duda, ha dejado atrás los convencionalismos del prog. Siempre innovando y buscando un sonido único, se han alejado del metal progresivo clásico en el que alguna vez se les encasilló. Y lo mejor de todo es que lo hacen sin miedo, con un sonido que, cuando piensas que ya es muy sólido, sigue empujando los límites.

Con Melodies of Atonement, Leprous nos demuestra nuevamente que no temen integrar nuevos elementos a su ya consistente carrera. Además, no dudan en experimentar con nuevos sonidos y formas de componer, tanto lírica como musicalmente. El álbum nos lleva a un viaje que, al principio, evoca mucha influencia de sus primeros discos, pero poco a poco nos prepara para una experiencia inmersiva en el nuevo sonido que están desarrollando. La manera en la que integran diversos géneros en sus composiciones es impresionante. También sigue sorprendiendo el talento único de Einar para componer melodías que se quedan grabadas en la cabeza, un recurso que ha funcionado en sus discos anteriores.

La comunión y solidez en la banda es evidente, ya que todos parecen entender perfectamente cómo sus instrumentos encajan entre sí, manteniendo un estilo individual característico y, al mismo tiempo, sonando más unidos. El resultado es una banda que suena más cohesionada que nunca.

Este álbum no es un despliegue de ego; es una obra llena de espiritualidad, casi catártica. Con influencias que van desde el metal hasta el jazz, canciones como «Faceless» que nos regala un contrabajo que te prepara para un sonido más pesado, en contraste con su disco anterior. Luego está «Starlight», que sin duda regresa un poco a la influencia clara de Aphelion.

El álbum comienza con fuerza con «Silently Walking Alone«. Desde mi perspectiva, esta canción define lo que podemos esperar tanto en el resto del disco como probablemente en el futuro de Leprous. Es inconfundible la manera en que integran los elementos electrónicos con la batería de Baard y la voz tan distintiva de Einar. En esta canción, lo más destacable es la fuerza con la que deciden comenzar su nueva era, sin dejar atrás el excelente trabajo de Simen en el bajo, que brilla en los versos más intensos.

Con «Atonement«, el primer single revelado por la banda, se mantiene una línea de composición similar, pero con una personalidad propia. Lo que más destaca, aparte de la impresionante voz de Einar al expresar emocionalmente la línea “Realized, that it’s all because of you”, es cómo lograron resaltar la batería de Baard, especialmente el sonido de sus platillos, que le brindan un sello de autenticidad.

«My Specter» nos lleva a un sonido más melancólico al comienzo, y aquí es donde el álbum se siente más personal. Sin embargo, no temen aumentar la intensidad y combinar su sonido más heavy con su nueva era de composición.

En «I Hear the Sirens«, disfrutamos aún más el característico estilo de composición de Einar, que nos muestra un sentimiento de catarsis, casi como un Canio de Pagliacci en aceptación. Quizá sea una comparación arriesgada, pero el sentimiento que evoca es similar. En esta canción, la evolución de un estado a otro recuerda a «On Hold» de su disco anterior, no tanto en la complejidad, sino en la transición emocional.

El álbum continúa con «Like a Sunken Ship«, el tercer y último single lanzado. Desde mi perspectiva, es la segunda melodía más peculiar y representativa de lo que quisieron transmitir en este nuevo álbum. Un groove consistente, con recursos vocales pegajosos al comienzo, que evoluciona de la mano del piano hacia un sonido más intenso, destacando un momento que los fans apreciamos: los guturales de Einar. El desenlace de la canción es impresionante, con el bajo y la batería haciendo una presencia fuerte, y unas guitarras consistentes que complementan la composición general.

Luego llega «Limbo», que sirve como una excelente canción de transición. Es una buena melodía que, aunque más ligera, puede ser una gran introducción para quienes no conocen a la banda ni al género.

El álbum continúa con lo que considero la joya de este nuevo camino que Leprous ha decidido emprender: «Faceless«. No solo por ser la canción más larga del álbum, sino porque es la mejor combinación de su sonido sinfónico con un enfoque más moderno. Aunque la batería tiene un protagonismo claro, lo más destacado es el trabajo de Tor y Robin en las guitarras, especialmente en el segundo verso. Sin duda, será una de las canciones favoritas de los fans.

Después pasamos a «Starlight«. La manera en que Einar empieza es impresionante. Su registro vocal, aunque no siempre guste a toda la comunidad progresiva, es innegablemente respetado. En «Starlight», el sonido se acerca más a Aphelion, pero, al igual que en «Faceless», el desarrollo de las guitarras es excelente.

«Self Satisfied Lullaby» es el siguiente track en este nuevo camino de Leprous. Nuevamente, la incorporación de elementos electrónicos es mucho más evidente. Lo más destacable es cómo Simen acompaña esta adaptación con un sonido de bajo que, aunque nuevo, sigue llevando su sello característico.

Para cerrar este introspectivo y singular viaje, los noruegos nos presentan «Unfree My Soul«. Y qué forma de hacerlo. Sin duda, la considero una de las joyas del álbum. La manera en que Baard y Simen desarrollan la estructura continua de la canción es admirable. También merece aplausos Tor, cuya guitarra melódica y puntual, junto con sus coros, hacen que esta canción sea el cierre perfecto para este gran disco.

Con Melodies of Atonement, Leprous se consolida como una banda referente del género y marca un nuevo eje hacia el que otras bandas podrían dirigirse. Han demostrado que es válido introducir elementos más electrónicos y arriesgados, integrándolos de manera precisa. Los noruegos han creado una obra que, sin duda, trascenderá en su historia como banda.