CORONATUS 🇩🇪 – Atmosphere (Album Review)
Por Michael Prado
El género musical conocido como Metal es una maravilla sumamente versátil, que ofrece una amplia paleta de posibilidades para expresar diversos sentimientos, eventos y situaciones. Si hay algo que me fascina en este género es cuando se usa para hacer música de corte mágico y fantasioso, en donde sí, es posible que no haya potencia en derredor para cada una de las canciones, pero sí una dosis garantizada de éxtasis melódico que nos transportará a mundos pletóricos de maravillas que nada más son tangibles con la imaginación, dejándola volar al compás de hermosas notas musicales que fluyen de los instrumentos musicales y el precioso canto de las voces aterciopeladas (muchas veces de mujer, para acrecentar el sentir mágico).
En esa vertiente mágica tengo una notable debilidad por la música que desde el 1999 ha creado la agrupación alemana Coronatus, que ejecutan un Symphonic Folk Metal que me eleva en nubes de fantasía a otros mundos donde todo es posible gracias a su música celestial. Este grupo, liderado actualmente por el baterista Mats Kurth (único miembro original que queda en la banda), tiene la curiosa particularidad de que ha tenido constantes cambios en su formación, sobre todo en el departamento vocal, donde han pasado 14 cantantes, siendo las actuales responsables de esa área Leni Eitrich y Moni Francis, que desde el año en curso son integrantes de Coronatus junto con los también recién llegados Mark Knaus en el bajo y Axel Grill a la guitarra, mientras la alineación la termina de complementar la violinista Kristina Jülich (que se unió a la banda en el 2019).
El asunto es que, más allá de tantas formaciones distintas que han tenido en estos 22 años de existencia, su música se ha mantenido constante en la dirección artística a lo largo de 9 álbumes de estudio, donde a veces han sido más pesados, en otras han sido más melódicos, pero siempre ha estado la intención de hacer música recargada de magia. Y su décimo LP de estudio, próximo a lanzarse el 3 de diciembre del año actual, y que tendrá por nombre “Atmosphere”, no hace caso omiso de tal premisa, que nos llevará a recorrer parajes de fantasía, armonía y encanto embelesante.
EL DILEMA DE SI LA ORIGINALIDAD ES O NO DEFECTO APREMIANTE
Desde el nombre tan “imaginativo” del primer tema (“Intro”), nos daremos cuenta de un detalle que podría ser crucial para lo que hemos de esperar en este álbum, y es el hecho de que el álbum no brillará precisamente por la originalidad, sino por la calidad del performance de los músicos involucrados en este disco. Y sí, el “Intro” tampoco es algo que no se haya visto, simplemente una bonita pieza instrumental de instrumentos folklóricos adornada de orquestaciones que la harán lucir aún mejor.
Ya abordando el tema de la ejecución instrumental, hay que recalcar que es bastante elegante, como es requerido en esto del Folk Metal, y la primera canción del álbum, “Justice In The Sky”, es una muestra válida de que estos artistas son muy proficientes en su labor respectiva. A propósito, vamos a notar de una el lindo contraste que se da entre las voces de Moni Francis (de corte más rockero y a veces similar en cadencia al de Candice Night, apropiado para los momentos de estilo medieval) y Leni Eitrich (quien posee un timbre más apto para los tonos líricos y operáticos, tan comunes en el metal hoy día, para bien o para mal). La pieza en sí es más elegancia que potencia, y bueno, para la premisa del grupo no hace falta reventar los instrumentos, sino lucir bonitos a nivel musical (que lo diga Kristina en el solo de violín).
Otra cosa que hará cuestionar de manera muy insistente la originalidad del grupo (con todo y los años que llevan en la industria musical) es la severa influencia que tienen de Nightwish, misma que se hará patente por vez primera en la canción “To The Gods Of Wind & Sun”, que en su intención y ritmo recordará mucho a la legendaria “Wishmaster”. Y es que el estribillo se asemeja bastante, y bueno, aparte de las orquestaciones tan preponderantes, más allá de que la pieza esté escrita en La Mayor, y la pieza de Nightwish en Fa Menor, no hay muchas diferencias.
En fin, la siguiente pieza (en cierto sentido) será una bocanada de aire fresco en cuanto a búsqueda de “algo distinto” por parte de estos chicos originarios de Stuttgart, ya que “Firedance” es una pieza que tiene mucho de sonido de Pop moderno, sin que ello represente una pérdida de calidad, más bien de mi parte siento que le brinda mucha elegancia a la letra que tiene la canción (eso sí, quizás el estribillo algo repetitivo no le guste mucho a algunos, sobre todo a los que se trauman con el último disco de Amberian Dawn, y no esperarían que Coronatus empiece a jugar a ser unos nuevos Boney M en este álbum, aunque sea algo nada más de esta canción).
SABER APROVECHAR A LAS DOS CANTANTES
No es nada raro que a la mitad de un álbum aparezca una balada, y así sucede ser en esta décima entrega de Coronatus con “The Distance”, que también resulta ser la pieza más larga del álbum, algo que por dicha no le va a hacer mucha mella, pues la delicada y elegante interpretación vocal de Moni y Leni hará amena y muy placentera la escucha de esta hermosa canción (puntos extra para Moni, que insisto, cuando se lo propone me recuerda en sus interpretaciones a la ya mencionada Candice Night o inclusive a alguna de las chicas de Celtic Woman). Una pieza que sin dudas fue hecha para que ambas cantantes resalten como en ninguna otra.
Si a este grupo no le parecía suficiente con hacer una pieza similar a “Wishmaster” para mostrar su amor a la banda creada por Tuomas Holopainen en el 1996, pues crearon una pieza específicamente para rendirles tributo, nombrada “Williwaw (A Musical Tribute To Nightwish)”, que es una montaña rusa la cual recorre todas las etapas de la famosa agrupación finesa, y resulta siendo uno de los mejores momentos en general del álbum, si omitimos ese detalle tan determinante de la “originalidad”. Y bueno, ya que se tiene una voz soprano y una más rockera, se puede optar para que Leni haga de Tarja Turunen y Moni de Anette Olzon, ¿no creen? Aparte, el puente antes del estribillo es el mejor momento de la pieza.
El espíritu más Folk Metalero sale a relucir al llegar “Time Of The Raven”, pieza que, además de ser escrita en Sol Menor (entonación que acrecienta el sentir épico, debido al hecho de sonar como “nota negra” sin ser “nota negra”), tiene una muy interesante interpretación vocal por parte de Moni Francis, que se hace ama y dueña de la primera parte de la canción, haciendo una interpretación como si fuera una barda medieval, y posteriormente para la segunda parte de la canción pone mayor garbo y delicadeza con su aterciopelada voz Leni Eitrich. Belleza de canción.
LLEGA LA CAÑA… Y UNA SORPRESA
Sin perder el sentir Folkish, pero ahora agregando más potencia instrumental y el peso del Metal, nos adentramos en “The Swarm”, pieza que inicia lo que podemos llamar la parte más pesadita e interesante del álbum. Nuevamente ambas cantantes muestran su gran talento mientras la virtuosa violinista Kristina Jülich ornamenta el sonido de guitarras, bajo y batería con el sonido que emiten las cuerdas de su violín al hacer contacto con el arco, y en el fondo complementan orquestaciones y elegantes melodías de flauta. Esta pieza nos hará querer danzar al estilo de la Edad Media.
Ahora sí, alisten el cuello, porque “Keeper Of Souls” saldrá a brindar un festín de velocidad y poder abrumador, como muchos quizás habrán anhelado desde que inició el álbum (aunque bueno, creo que quienes busquen una banda de este estilo no será por hallar algo más cercano al Power Metal). La orden ha sido dada para que Mats Kurth eleve el tempo a las máximas velocidades que hemos experimentado a lo largo del disco, y las energías que no hemos podido gastar por ser las piezas más de disfrute mental que físico, ahora sí se inviertan como es debido.
Llegamos al final, ¡y vaya final más sorpresivo! Creo que nadie en lo absoluto se esperaría que la última canción de un álbum como éste, de originalidad tan cuestionable pero interpretación instrumental y vocal celestiales, tenga un cierre que nos recuerde el Blues y el Jazz de los años 50 y 60. Pues eso es a lo que apuesta “Big City Life”, que nos describe la vida citadina en un estilo que nos hará sentir que Moni se convierte en una versión femenina de Frank Sinatra o Bing Crosby. Esta pieza se hubiera grabado hace medio siglo y sería un hit posiblemente.
Otra virtud que nadie le podrá negar al álbum en cuestión es la calidad de producción que tiene, bastante bien trabajada y acorde a los estándares actuales, con un sonido claro y nítido, los instrumentos distinguibles (bajo incluido), las voces frontales (aprende algo, Iron Maiden, que el Senjutsu nos quedó debiendo ahí en varias oportunidades) y un resultado final de mucho disfrute, más allá del punto tan notorio de la originalidad en entredicho. 10 puntos para Griffin… digo, para Markus Stock y Mats Kurth por el buen trabajo en ese aspecto.
Los amigos que disfrutan el Folk Metal se sentirán como en casa al poner este nuevo disco de Coronatus en acción, no tanto así los que sufren si ven algo que no sea original en la música, pese a que muchos de esos casos se quejarán si se hace algo nuevo o se repite fórmula, pero eso es otro tema que en un momento a futuro me gustaría tocar. Por ahora siento que “Atmosphere” es una bonita adición a la discografía de estos teutones.
Sello: Massacre Records
Lanzamiento: 3 de Diciembre, 2021
Género: Symphonic Folk Metal
«Don’t Spare The Wicked» tracklist: