ARRAYAN PATH – Thus Always To Tyrants (Album Review)

por Dan Hayer 🇨🇱

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Ha sido un año algo opaco si hablamos de power metal, atrás quedaron unos 2018 y 2019 en los que había mucho material como para armarse a fin de año un listado abultado de buenos álbumes, pero claro, probablemente el parón de actividades que significó la pandemia también pudiese ser un factor a considerar, y que probablemente desmotivó a algunos músicos que terminaron por no inspirarse a componer demasiado y dedicarse a otras cosas durante este tiempo. Pero también hubo quienes aprovecharon el tiempo lejos de los escenarios, e impedidos de las giras para centrarse en labores creativas, y de ahí emergieron algunas buenas cosas que en mayor o menor medida hemos podido disfrutar y también comentar. Esperar hasta último mes del año para publicar tu álbum es arriesgado, porque corres peligro de quedar fuera de los listados, y que además nadie hable de tu trabajo, algo que algunos artistas parecen no entender o no darle demasiada importancia; y créanme, que tratándose de un trabajo como el que comentaremos en estas líneas, hubiera sido una verdadera lástima haber armado un ránking sin el.

Arrayan Path es de esas bandas que por diferentes razones o motivos ha pasado desapercibida en el radar de muchos en el metal, y es curioso tratándose de una agrupación tan competente y abundante en buenas ideas a la hora de componer y que no sólo sabe cumplir a cabalidad con todos los clichés del power metal sino que además lo logra estampando en ello su personalidad, sus historias y sus nociones musicales que los hacen una agrupación en verdad notable en lo que hace.

Para esta parte final del 2022, la banda conformada por Nicholas Leptos (voz), Sócrates Leptos (guitarra), Christoforos Gavriel (guitarra), Miguel Trapezaris (bajo), Stefan Ditrich (batería); nos presentan «Thus Always To Tyrants», un álbum conceptual que se centra en Chipre, tierra natal de la banda. De forma mas precisa lo que hacen es narrar la historia del rey Evagoras, gobernante del reino de Salamina. Es de notar que el resultado de este trabajo está entre lo más ambicioso que ha hecho la banda en su trayectoria y sin duda alguna dará bastante que hablar dentro del género.

«Oh Dark Tears» contiene una contundencia cabal en su desarrollo y heroica al momento de irrumpir sus voces corales, que sirven como preámbulo a todo lo que será la tónica de este gran álbum, las vocales resultan poderosas en muchos pasajes de la misma, en tanto que en otras saben de buenos agudos. Luego de unos 40 segundos de narración las voces unísonas de «The Usurper» nos sitúan frente a una de las piezas mas vibrantes de la placa, donde la teatralidad en la interpretación de Nicholas Leptos se roba una, como tantas veces, nuestra atención, y luego las ocurrencias instrumentales que se nos van sucediendo no tienen igual entre muchas otras bandas de este subgénero que conocemos como el fantástico y épico de todos en el metal.

A ver si me siguen con el título de la siguiente canción: «The King’s Aegis…They Came From Taygetos Mountains», ¿vaya cosa no?, además es la pieza que se nos muestra como un corte diferenciador en lo que va de álbum hasta aquí, pues es dueña de una rítmica densa y arrastrada de medio tiempo, que a algunos románticos de la velocidad quizá lleguen a odiar; pero merece su escucha detenida para llegar a disfrutar en plenitud de ella y esa exquisita tensión que manifiestan sus últimos versos y que en cierta manera tiene continuidad en «The Battle Of Cnidus», en la cual se opta por un estribillo mas sufriente y depresivo en vez de aquellos mas épicos de canciones anteriores. No deja de ser una pieza disfrutable.

Luego con un pulso mas galopante tenemos a «Artaxerxes II Mnemon», la cual se vuelve dramática y mantiene esas melodías mediterráneas de medio tiempo que ya se nos han vuelto hasta esta parte cada vez mas familiares. Pero estamos transitando probablemente por la sección de temas más débiles del redondo, evidencia de ello es «Crossing Over To Phoenicia», que en sus primeros minutos tiene algunas cosas raras al oído y que parecen no cuajar muy bien, pero el temita se va desarrollando de mejor manera a medida que avanzan los minutos. Tampoco es algo para asustarse.

«In Salamis» otra vez sube el listón gracias a pasajes cuyo fraseo simpático nuestro cerebro sabe leer gratamente si se es un escucha habitual de este subgénero, de hecho a ratos me recuerda a lo que hace Powerwolf. «Raid Of The Achaemenids» tiene ese solemne inicio oriental que es sucedido por una atmósfera desértica, y es que si algunas bandas hacen creer a algunos que de pronto van montados en una nave espacial o en un dragón, esta haría lo suyo, pero subiéndote a los lomos de un noble camello. Es una canción que se vuelve interesante, pues su brillo está justamente en esa rítmica mediterránea que esbozan las secuencias de acordes en estas composiciones que se le dan con tanta naturalidad a estos chipriotas.

El single promocional que nos sirvió como primer adelanto es «Of Royal Ancestry», power metal con epicidad a raudales y con el sello de Arrayan Path que logra un sonido glorioso y elevado en esta pieza, sin duda de las mas relucientes del disco. Luego la serenidad inicial de «The Legend Of Evagoras» nos sumergirá en un entramado melodioso y muy emotivo que se irá tranformado en una artillería de riffs justo en la mitad de la canción.

Cierra el listado «Army Of The Myrmidons» – Return To Troy pt. II», prácticamente 8 minutos de piezota que no necesita recurrir a la rapidez del doble bombo, como han venido demostrando en gran parte del disco, logrando instalarnos de forma muy efectiva en la historia que han querido contarnos en cada canción, luciendo sus elegantes arreglos orquestales y corales, sus limpios solos de guitarra y su base respetuosa y entregada a los diferentes momentos que ofrece esta obra, que aparece en el último mes de este 2022, el cual no ha sido tan deslumbrante para el power metal, pero que gracias a trabajos de esta estirpe nos ayudan a mantener levantada la vista y atentos los oídos, para no perdernos hasta el último día del año lo que pueda dejarnos el buen metal.