ALICE COOPER – Road (Album Review)

Por Santino G. Barbas

«Road» es el nombre del nuevo trabajo discográfico de Alice Cooper, y lo que más sorprende es que este hombre, a sus 75 años, siga como siempre, ofreciendo conciertos absolutamente maravillosos y sin cansarse de sacar material nuevo. Podría vivir de sus regalías sin problemas en un mundo en el que la gente ya no compra discos y en el que no hay un beneficio económico especial a la hora de hacerlos. Es más la figura de artista y especialmente el poder llevarlo a cabo lo que lo motiva a hacerlo. 

El maestro de las pesadillas está de vuelta con el álbum de estudio número 29 y no puedes darlo por alto, ya que este álbum recuerda al hombre en su mejor momento, conteniendo en sí una temática evidenciada en su título: la carretera, lo que lo hace un trabajo conceptual. La banda está en llamas, la producción es precisa y las letras son la mejor ironía del Sr. Furnier, como siempre.
El flamante nuevo álbum está escrito, compuesto y grabado con sus compañeros de banda de toda la vida: Ryan Roxie (guitarra), Chuck Garric (bajo), Tommy Henrikson (guitarra), Glen Sobel (batería) y Nita Strauss (guitarra). «Road» canaliza el espíritu de la vieja escuela Alice con un valor reconocible instantáneamente y mucho entusiasmo. Es todo lo que esperarías de él y más.

Este 25 de agosto el sello earMUSIC pondrá en circulación «Road», el nuevo disco del veterano Alice Cooper. La obra viene producida por el no menos veterano y colaborador habitual de Cooper, Bob Ezrin (Kiss, Deep Purple), y la portada es la que se aprecia en esta reseña. «Road» estará disponible en una amplia variedad de formatos entre ellos varios vinilos de color limitados y un DVD/Blu-ray extra con el directo completo del festival Hellfest en su edición de 2022, presentando todos sus clásicos y algunas joyas imperdibles.

El álbum abre con una autobiografía musical con ‘I’m Alice’ y esto se remonta a una reminiscencia de los años setenta, riffs de guitarra y majestuosidad lírica. Un in crescente incio, para dar lugar a una temática rockera particularmente amigable hacia las audiencias inhabituales. Puedes escuchar tantas canciones pasadas entrelazadas en esta pista y con el Padrino del Shock Rock cantando sobre sí mismo lo hace majestuoso y no tengo ninguna duda de que esta pista se deslizará en la lista de canciones para sus próximos conciertos en vivo, especialmente con la sección hablada que te lleva de vuelta a un homenaje a Vincent Price. ¡Qué manera de abrir el álbum!

‘Welcome to the Show’ es una pieza que parece diseñada para abrir sus próximos conciertos en directo; directa, luminosa, infalible y con unos coros trabajados al milímetro hasta el punto que consideres que Bob Ezrin ha sido incluso demasiado pulcro en la producción de la misma. “El Jefe” sigue estando en modo teatral y modulando las voces como siempre lo ha hecho en esta pieza de puro Hard Rock, mientras que Nita Strauss vuelve a demostrar que es la guitarrista ideal para el proyecto de Cooper y, con su regreso e incorporación al estudio, demuestra que ésta está de vuelta en su métier, dotando a la pista con un trabajo de guitarras excelso.

Las historias en la carretera continúan sin aminorar su marcha en ‘All Over the World’, con juegos de vientos y un enfoque jubiloso y festivo. Lo que puedes esperar de Alice en 2023 está aquí con menciones a ciudades y países del mundo… Juegos de coros y mucho mimo en otro tema que mantiene el tipo de Rock arraigado anteriormente y en el que la calidez de la batería de Sobel es impresionante en su perfil percusivo. Los recurrentes solos tienen un lado blues que encaja perfectamente con el ambiente atmosférico de la canción en cuestión. Todo suena absolutamente real y orgánico.

Afinaciones bajas y rezagos a Black Sabbath dicen presente en ‘Dead Don’t Dance’, de riff monolítico y denso, y muchos detalles de guitarra en cuanto a los efectos estilísticos en la pedalera. Tema que entra de maravilla y que te demuestra que, desde hace años, Alice juega a divertirse con su más reciente banda de músicos: todo está hecho y trabajado para lucir y para no escatimar en calidad. Los puentes no pueden sonar más al Alice Cooper tradicional, mientras que el trabajo rítmico es hipnóticamente cohesivo. El tema en general puede pecar de sostener cierta homogeneidad, pero es su carácter minimalista lo que le da su encanto vibrante y sórdido.

La primera canción que se enfila más allá de los cuatro minutos es ‘Go Away’ y pinta como single claro, con la percusión de Sobel como protagonista y un feeling general de optimismo y clase, con claras semejanzas al AC/DC más festivo y simplista. Destaca especialmente el sonido y la vibra de un tema que puede funcionar en directo perfectamente pues ahonda en los grandes himnos históricos de Alice, y logrará posicionarse como una de las piezas más fácilmente recordables de toda la placa discográfica. Un tema de Rock bluesero de carácter radio friendly, que sostiene el nivel y las aptitudes del álbum.

El segundo single de «Road» es ‘White Line Frankenstein’, el cual recupera la criatura de Mary Shelly, algo habitual en letras de Alice. Muy buen estribillo en un tema cadencioso y efectivo, con esas guitarras en primera línea y Sobel jugando con la campanilla del ride como solo él lo sabe hacer. Las rimas se llevan los galardones en esta pista, mientras que la letra le hace honor a la fama teatral de Mr. Cooper. La participación de Tom Morello no parece dejar una huella trascendente en el producto en sí, pero tampoco le resta potencial con sus característicos leads. Una canción directa, que busca llevar a sus oyentes a una zona de confort en cuanto a lo predeciblemente radial de este showman.

‘Big Boots’ es más brillante y épico que “eléctrico” y rockero. Los teclados dicen presente desde el inicio de la pista, mientras que se puede apreciar a Garric en llamas de nuevo y el piano entrecortado toca perfectamente con lo simplista que se desliza en un muy estilo Dr. Feelgood (la banda, no el álbum), haciendo un más que correcto usufructo del recurrente cencerro de Sobel. Una canción algo tonta que no dejará demasiados rastros en la carrera del veterano artista, y que rápidamente se deslizará a la siguiente pista durante la reproducción del álbum.

Puro divertimento desenfadado y vacilón encontramos en ‘Rules of the Road’, que incluye una parte narrada en la que el bueno de Vince nos relata las reglas básicas que él ha aprendido en su vida en la carretera. El corte posee un aire desértico, una línea de bajo que dirige toda la obra, y casi que podríamos hablar de un homenaje a ZZ Top. Un tema introspectivo y algo interpelante en una onda de Rock sureño. Otra probada del Hard Rock más directo y chato que la banda nos puede ofrecer en este 2023, con claros solos de guitarra hechos a la medida de la canción y a la necesidad de la misma.

‘The Big Goodbye’ posee un riff muy profundo y oscuro, lo que hace que hasta este momento nos encontremos con su pista más pesada, pudiendo considerarla como la primer intersección con el Heavy Metal que apreciaremos en este trabajo discográfico. Siendo quizá el tema que más se aleja de lo que esperas en el material de Alice Cooper, pero siempre en su estilo y al nivel que toca, la pista se posiciona a si misma como una declaración de principios en la segunda mitad del LP. Sus aristas góticas y heavys denotan un perfil emotivo en sus líricas.

Ya con ‘Road Rats Forever’ comenzamos a surcar el final del nuevo y flamante álbum. Los pianos son claramente quienes se llevan la atención durante su pasar, recordándote de manera envolvente a los años ochenta, mientras que los solos de guitarras «rellenan» a la pista con un edulcorado que le sienta perfectamente a los fraseos vocales de Alice y los riffs entre cortados y la línea de bajo pasan a un segundo plano mientras el vocalista se posa al frente de la banda. La canción en sí no deja demasiada estela al pasar, pero se entrelaza perfectamente con el marco musical de la placa.

Si creías que ‘Baby Please Don’t Go’ podía ser una versión de Thin Lizzy o un cover de Big Joe Williams… estás equivocado. Se agradecen esas guitarras acústicas evocadoras y ese feeling melancólico. En esta pista se lo haya a Alice contando historias de la carretera otra vez, pero tiene una sensación de Steven con Alice haciendo una apertura principalmente hablada. Cuando la pista estalla, se vuelve enorme, las teclas se desvanecen y el Rock se activa e instantáneamente se convierte en uno de los favoritos de esta placa.

‘100 More Miles’ es lo que vendría a ser la balada-medio tiempo tétrico del disco. Una pista hecha y diseñada para ser la banda sonora de una película de terror, lo que retrotrae perfectamente el espíritu del Shock Rock del emblema del Rock duro. Los segmentos hablados de Alice hacen que te de escalofríos al escucharlo susurrar, mientras que el resto de la banda nuevamente dan un paso atrás solo para dejar al frontman maniobrar la pista a su antojo. El Soul se puede sentir en la última canción original del álbum, y es agradecido, pues esto le da otro encanto a la clausura del trabajo musical, siendo la entrega de menor duración dentro del mismo.

El ‘Magic Bus’ quizá conecta más con Hollywood Vampires, pero también se recibe de muy agradecida manera. Gran versión del clásico de The Who, con la magia intacta y con mucho cariño y respeto. Se nota que lo que hacen en Hollywood Vampires es un divertimento y que eso de recuperar esos clásicos de los setenta es algo que le encanta hacer a Vincent Furnier. Está ubicada al final del álbum, quedando casi como ese bonus track de regalo. No sería de extrañar que se atreva con ella sobre el escenario pues, tiene un toque lúgubre que le sienta de maravilla. Sobel hace todo un homenaje a Keith Moon en todo el arreglo, pero con más precisión desde el minuto 2:34, donde se despacha con un formidable solo de batería. Brillante manera de cerrar el álbum.

Miembros de la banda:

• Alice Cooper – Voz. 
• Ryan Roxie – Guitarra.
• Chuck Garric – Bajo.
• Tommy Henrikson – Guitarra.
• Glen Sobel – Batería.
• Nita Strauss – Guitarra.