Review: LEPROUS – Pitfalls
En la convención general, la música progresiva puede dividirse en dos categorizaciones: hay quienes piensan que el género debe funcionar como extensión de la corriente surgida en los 70s, donde reinaban las largas composiciones, los cambios de ritmo, el virtuosismo desmedido y un montón de cualidades más. Y luego están los que piensan que el género no debe limitarse a etiquetas y tiene la libertad de evolucionar por donde el corazón del artista lo requiera, después de todo parte de la definición de “progresivo” es estar en constante cambio.
Quienes venimos siguiendo atentamente la carrera de Leprous en los últimos años sabemos que los noruegos hace rato que están haciendo su propio camino y evolucionando como ellos quieren, sin guiarse por etiquetas ni estilos. Su disco anterior Malina (2017) fue una gran prueba de ello, optando por priorizar accesibilidad, ambiente y melancolía por sobre virtuosismo y pesadez. Y si ese álbum molestó a algunos puristas del género, debo decirles que Pitfalls tampoco es para ustedes. Un álbum que destripa casi por completo las composiciones y poco y nada tiene que ver con el Progressive Metal que vio nacer a los noruegos hace ya 10 años. Pero si abordas Pitfalls como un ejercicio de mente abierta, cambio y evolución, vas a encontrar en este disco una experiencia sumamente enriquecedora y personal, que te conecta con tus demonios y los hace salir en una catarsis de mente y alma. Es el disco definitivo para quienes opten por conectarse con la música a un nivel emocional.
Y gran parte de esta conexión viene dada por el hecho de que este álbum está fuertemente basado en las experiencias personales de Einar Solberg, ya que el icónico vocalista estuvo pasando por un fuerte período de depresión y ansiedad y eso se refleja de forma directa en la lírica de Pitfalls. A diferencia de álbumes anteriores donde el enfoque fue más simbólico y metafórico, los demonios personales de Einar obligaron a Leprous a hacerle frente a la situación de manera honesta y sin vueltas, por lo que el componente vocal es una parte importante para entender este disco.
Lo primero que notamos sobre el álbum viene en la forma de los singles liberados. Si bien Below, Alleviate y Distant Bells son composiciones con sus diferencias y particularidades, hay algo en el fondo que las estructura de manera similar, algo que podemos definir como “explosión tardía”: tardarse buena parte de la canción creando ambiente y desarrollando la temática para después explotar en un arranque de emociones liberadas y orgasmos musicales que nos conmueve de gran manera. Con Below presenciamos un comienzo lento, ambiental y enigmático, basado más en sonidos sintetizados que en cualquier base de guitarra o batería. Y en el estribillo finalmente se viene la explosión mencionada: un Einar soberbio y melancólico que nos hace caer rendidos a sus pies, así como él cae en su propio videoclip. La guitarra y la batería forman una base casi Doom para una canción tan misteriosa como bombástica, un paso más en la evolución de Leprous hacia el oasis musical. El caso de Alleviate es similar, una base electrónica más emparentada con el trip-hop que con cualquier destello de Prog tradicional adorna sus primeras estrofas, y cuando la canción despega en su último tercio, Einar logra ponernos la piel de gallina una vez más. Los dotes del vocalista quedan absolutamente resaltados en una canción que termina muy pronto pero que deja mucho. Declaración de principios en forma de liberar el alma desnuda. Para el tercer single con Distant Bells nos encontramos con el mismo sentimiento, pero esta vez el arranque se prolonga más de lo necesario y cuando la canción parece explotar encontramos una segunda estrofa tan ambiental y etérea como la primera. Einar nos hace trabajar directo con nuestras emociones: sentirlas, escucharlas, hacerlas parte de nuestro viaje. Y después si, la explosión, que llega recién casi al sexto minuto pero que muestra que todo valió la pena, más cuando antes nos deleitamos con los jugueteos imposibles de la batería de Baard Kolstad y los riffs delicados de Tor Suhrke. Y así pasamos por tres singles distintos pero con ese punto en común, y nos preguntamos si nuestra vida y nuestras emociones no pasan por un proceso similar, uno en donde nos cuesta dar el paso, hacer el movimiento, pero cuando llega, nos llega con todo. Una explosión tardía.
Por su parte I Lose Hope se muestra aún más ambiental y experimental. Bajo y batería marcando una base sólida para que la guitarra juegue en el fondo y de paso a las orquestaciones que tienen un rol fundamental en el disco. Una particular incursión que generará detractores puristas pero podrá atraer a quienes estén hambrientos de nuevos sonidos y compartan la evolución de Leprous. Hay una magia especial en Observe the Train, hacernos partícipe de un sueño donde solo existe relajación, mostrando la faceta más intimista de la banda en una composición que podría tranquilamente pertenecer a la discografía de Riverside o Lunatic Soul. Quien busque distorsión y sonidos pesados definitivamente no los va a encontrar en esta canción tan peculiar y armónica.
Be My Throne logra ser un poco más movida pero aún es difícil calificarla de “Rock”, sino más bien un ejercicio movilizador de cuerpo y mente. Agitar la cabeza desde adentro, si es que tiene sentido esa frase. Un ritmo dispar muy marcado por la batería de Baard Kolstad y el bajo de Simen Børven, con una interpretación vocal de Einar que se queda a medio camino entre lo etéreo y lo surrealista. Cuando llega At The Bottom y su comienzo intimista pensamos que estamos nuevamente ante una canción tranquila, pero eso es hasta que le estribillo se hace presente y muestra la faceta más rockera y gigantesca del quinteto. Una de esas melodías que se te queda pegada para siempre, que luego trae una sección ambiental de cuerdas sumamente exquisita para convertir a la canción en uno de los highlights del disco.
Si hablamos de composiciones directas, Foreigner es lo más cercano que se puede encontrar en este disco a una canción radial. Acá se deja tanto lo ambiental como lo virtuoso de lado y nos encontramos ante una canción bien rockera y straightforward, que consecuentemente se convierte en uno de los pocos momentos pesados del disco. “Una lucha por mantenerse vivo” canta Einar exorcizando sus demonios, mientras no dejamos de mover los pies y la cabeza al unísono. El final viene de la mano de The Sky Is Red, una monstruosa composición de 11 minutos que se convierte en la épica del álbum y ya de entrada se muestra pesada y grandiosa en su ejecución. Destellos del viejo Leprous pueden verse en la lejanía mientras nos entregamos ante el éxtasis sonoro, con un ejercicio increíble de batería mostrando el lado más versátil e intrincado de Baard. Una canción que va mutando y nos pasea por varios climas donde a veces se torna confusa la elección de los cambios de ritmo, pero que funciona por tratarse de una experiencia vanguardista y totalmente inmersiva, que en su sección instrumental intermedia hace recordar incluso al gran Steven Wilson. Pasando la mitad el tema muta en una sección intrigante y climática donde aparece un coro angelical y esa misma estructura se complementa con la banda arremetiendo todo a su paso en un cóctel de armonías dispares y sonidos electrónicos. Un final arriesgado pero efectivo, catártico e hipnotizador.
Quizás a algunos les conforte la idea de pensar en Pitfalls como un disco solista de Einar Solberg más que un disco de Leprous en sí mismo, y también es probable que buena parte de la base de fans se vea alejada ante un lanzamiento tan intimista y personal como este, pero aquellos que estamos del lado de la evolución, de los cambios movilizadores y del reencuentro del artista y la persona con sus emociones más internas, vamos a ver en Pitfalls un testimonio de vida que muestra la lucha de un hombre contra su salud mental, mostrada de manera honesta y desgarradora, tal como la condición misma. Musicalmente la banda se aleja en su mayoría de la distorsión y la contundencia en pos de un viaje ambiental y electrónico más ecléctico, pero sin dejar de lado la emoción desmedida y el sentimiento de darlo todo. Pitfalls es el álbum atípico de Leprous, guiado por un artista en busca de su redención personal. Le pese a quien le pese, la evolución surge desde el corazón y se siente tan honesta y real que la música se torna un vehículo de acompañamiento ante este viaje tan introspectivo.
Tracklisting:
- Below (05:53)
- I Lose Hope (04:44)
- Observe The Train (05:08)
- By My Throne (05:45)
- Alleviate (03:42)
- At The Bottom (07:21)
- Distant Bells (07:23)
- Foreigner (03:52)
- The Sky Is Red (11:22)
LEPROUS line-up:
Einar Solberg – vocals/synth
Tor Oddmund Suhrke – guitar
Robin Ognedal – guitar
Simen Børven – bass
Baard Kolstad – drums
Leprous - Pitfalls
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8.6/10
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7.7/10
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7.8/10
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8/10
Conclusión
Quizás a algunos les conforte la idea de pensar en Pitfalls como un disco solista de Einar Solberg más que un disco de Leprous en sí mismo, y es probable que buena parte de la base de fans se vea alejada ante un lanzamiento tan intimista y personal como este, pero aquellos que estamos del lado de la evolución, de los cambios movilizadores y del reencuentro del artista y la persona con sus emociones más internas, vamos a ver en Pitfalls un testimonio de vida. Musicalmente la banda se aleja en su mayoría de la distorsión y la contundencia en pos de un viaje ambiental y electrónico más ecléctico, pero sin dejar de lado la emoción desmedida y el sentimiento de darlo todo. Pitfalls es el álbum atípico de Leprous, guiado por un artista en busca de su redención personal.