SHADOW OF INTENT 🇺🇸 – Elegy (Album Review)

Por Michael Prado

Si hay un estilo de música que el metalero estándar llega a menospreciar de manera recalcitrante (y a veces para mí inclusive hasta justificada, cuando hay exponentes en este estilo que brindan trabajos de mucha calidad), ése llega a ser (no, metaleros latinoamericanos, no me refiero a esa cosa que no quiero mencionar acá, porque ni a música califica) el Metalcore.  Este estilo musical que mezcla elementos del Hardcore Punk y el Metal Extremo ha sido desde su concepción en los 90 y su gran auge que tuvo, sobre todo a inicios de los 2000 (cuando bandas como Bullet For My Valentine, As I Lay Dying, Underøath, entre otras, empezaron a sonar con notable repercusión), motivo de inacabable polémica sobre aquellos que menosprecian este estilo, considerando que manchan el buen nombre del metal al tirarse por una vertiente más mainstream, entre tantas otras críticas, y los que degustan con mucho ahínco lo que estas agrupaciones (guste o no) han aportado al arte en estas décadas que ha estado vigente.

En mi caso, pues soy una persona que no me privo de disfrutar de lo que han producido varios de estos grupos (ojo, no es mi estilo favorito ni de lejos, pero suelo escuchar de vez en cuando discos de este estilo, y debo decir que cada vez las bandas y álbumes van ganando en calidad de manera progresiva), y en esas búsquedas de nuevas bandas, hace 2 años me topé con un grupo que captó totalmente mi atención, puesto que sí, son de la vertiente que simpatiza más con el Death Metal, más conocida como Deathcore (aunque, para serles sinceros, para mí son más Death Metal que Deathcore), y que aparte, no satisfechos con esto, han añadido a su música elementos orquestales que le dan un acabado épico y majestuoso a sus composiciones.  Me refiero a los estadounidenses Shadow Of Intent, para mi humilde opinión la mejor banda de Deathcore del mundo actualmente.

Esta agrupación tuvo su origen en Connecticut, Rhode Island, allá en el 2013, adquiriendo su nombre de una astronave de la popular franquicia de videojuegos Halo.  En la actualidad la integran el guitarrista Chris Wiseman (quien también es miembro de Currents y Our Eternity), el cantante Ben Duerr (vocalista además de Hollow Prophet), el bajista Andrew Monias y el batero Bryce Butler (que también integra otro gran número de grupos, siendo el más reconocible de ellos Abigail Williams).  A la fecha de hoy llevan en el mercado 4 álbumes de estudio y 1 EP, siendo este 2022 la ventana que han considerado apropiada para que llegue a los aparadores de las disqueras su cuarto larga duración intitulado “ELEGY”, donde el grupo nos hará vibrar nuevamente con la abrumadora potencia de su propuesta musical que no le tiene nada qué envidiar a agrupaciones veteranas de corte extremo (sean Deathcore o inclusive Death Metal).

Andrew Monias (bajo), Chris Wiseman (guitarras, coros y composición musical y lírica), Ben Duerr (voces y letras) y Bryce Butler (batería)

Pasar del cielo al infierno, de lo magnificente a la podredumbre, del confort a lo brutal.  Así defino lo que es “Farewell”, una pieza inicial que arranca con una imponente coral épica que queda en el camino una vez que los instrumentos llegan con toda la carga pesada a arrasar con lo que se atraviese en su paso cual feroz huracán infernal que parece arrastrar al protagonista de este adiós en forma de canción a un destino no deseado.  Da gusto escuchar el canto gutural de Ben, en especial cuando se combina en la penúltima estrofa con Chris, mismo que se manda un solo de guitarra sencillo pero emotivo, acorde con la melancólica letra de la canción.

Nuevamente un contraste de inicio cálido y suave (esta vez protagonizado por la guitarra de Chris Wiseman) choca con la avalancha brutal de música que nos trae “Saurian King”, en donde aparte empezará a hacerse notable el trabajo que hace en los teclados el tremendo invitado que es ni más ni menos que Francesco Ferrini, el hombre detrás del piano y orquestaciones de los imponentísimos Fleshgod Apocalypse, quien con su performance garantiza un brillante realce de elegancia a la música de estos chicos.  Y atentos a la locura que llegará en el solo de guitarra, de los mejores que Chris Wiseman ha logrado en su carrera.

“The Coming Fire” llega de frente a chocar y despedazarnos el alma con su cruda y desenfrenada instrumentación que nos narrará con el canto desgarrador de Ben Duerr los horrores de la guerra que narra este álbum, en un número musical que fue compuesto para narrar en cada una de sus notas con suma precisión el caos de los conflictos bélicos y su impacto en los inocentes.  Tal agonía en los ojos de los mortales de a pie se hace manifiesta por completo en el emotivo solo de guitarra, que llega tanto o quizás más que el estribillo de esta canción:

“Burn for your leaders

Mourn for your futures

Burn for your leaders

Yearn for a savior

Burn for your leaders

Mourn, everlasting mourning for”

Siento que no hacen mal los que llegan a comparar a este grupo con Fleshgod Apocalypse, y no lo digo porque Francesco Ferrini haga aparición en este álbum, sino por canciones como “Of Fury”, que recuerdan un tanto el tipo de arte que genera esta brutalmente majestuosa agrupación italiana.  Podríamos decir que es la pieza de corte más accesible dentro del álbum y que más apuesta a la melodía en comparación a lo que solemos hallar con estos chicos (dosis de brutalidad orquestrada, donde siempre la brutalidad será el factor dominante).  Y es curioso que una pieza tan melódica nos describa a los déspotas que provocan las guerras y sus esbirros que como describe la canción perfectamente:

“These men are but slaves

Slaves to the devil himself”

3 segundos y la siguiente pieza no empie…  ¡Rayos!  Un inicio repentino que le pegará su buen sobresalto a los que escuchen con audífonos o buenos parlantes a todo volumen es lo que tendremos con “Intensified Genocide”, que bien se pelea el título a ser la pieza más cruda del álbum en cuanto a intención musical y lírica, detallando de manera grave y a la vez poética la brutalidad de los genocidios.  Lo genial es que aún en este miasma de podredumbre musical hay campo para que lo majestuoso de la orquestación aparezca como rayos de sol en medio de una oscuridad que pareciera no tener fin.  Eso sí, los que quieran aprenderse la letra de la canción van a tener un gran reto, pues varias de las estrofas las canta Ben a toda velocidad, y la letra tiene bastante contenido para ser una canción de 4 minutos.

Triste es tener que abandonar la tierra en la que naciste y creciste, todo para alejarte de las catástrofes que provocan estos conflictos armados, pero aún más desesperante y descorazonador es no hallar refugio a las penas de ese éxodo, algo que nos describe de manera conmovedora “Life Of Exile”, que resulta ser la balada (por así decirlo) de este álbum, y usa en intención magistral la entonación de Do Menor para resaltar la herida que deja en las mentes de los exiliados esta vida donde no pueden dormir tranquilos, y que el solo de guitarra en manos de Chris nos parece describir sus huidas cuando son descubiertos por el enemigo de sus tierras natales o al tener que aventurarse a una escapada a toda velocidad, bajando del cielo a todos los santos en procura de no ser descubiertos.  Dicen que la música describe sentimientos, y Shadow Of Intent se ha esmerado en ser la voz de los que han sufrido por situaciones así.

Shadow Of Intent suele tener cantantes invitados en cada uno de sus álbumes, y “Elegy” no escapa a esta regla que les ha dado como dividendos geniales canciones.  Para la canción “Where Millions Have Come To Die” tenemos a Ben Duerr haciendo dueto vocal con el cantante de Whitechapel, Phil Bozeman, en un performance que nos narrará a través de brutales baterías, guitarras ardientes, bajos retumbantes y orquestaciones intensamente aterradoras sobre la barbarie que ocurre cuando las guerras asolan grandes ciudades.  Es de enloquecer cada uno de los blast beats que a velocidad inclaudicable y despiadada provoca cual terremotos con su batería el señor Bryce Butler (no por nada es miembro de tantas agrupaciones musicales).

Contrario a lo que podría presagiar el intro de piano por parte del buen Francesco Ferrini y la primera parte de la canción “From Ruin… We Rise”, no es un midtempo como tal, sino que es una canción de gran potencia (especialmente cuando el doble bombo no para de resonar en toda la canción), que oscila anímicamente entre un contraste de esperanza y el inevitable e indeseable vistazo a la realidad que concierne a los derrotados y víctimas de las guerras.  La letra habla de venganza y deseos de resurgir, aún con una realidad desoladora.  Como sol que intenta acrecentar la fe de estas huestes enlutadas surge otro gran solo de guitarra por parte de Chris Wiseman.

Esta banda sigue demostrando que no invita a cualquier pelado a sus brutales festines musicales, y en la tremendísima “Blood In The Sands Of Time” tenemos a ni más ni menos que una leyenda del Thrash Metal como lo es el gran cantante de Testament, Chuck Billy (lo malo es que nada más canta una estrofa).  De esta pieza debo confesar que se convirtió en mi favorita del álbum debido a factores tan simples como su brutalidad, los guturales de Ben Duerr que son los más agresivos en todo el álbum, el impresionante solo de guitarra y que Bryce Butler parece querer ganarle la carrera al tiempo con esos blast beats que no dejarán cuello sin cabeza si así se lo propone.  Podríamos decir que esta pieza compite desde ya para ser de las mejores en este 2022 que ha empezado con grandiosos lanzamientos.

Estos estadounidenses desde su segundo álbum “Reclaimer” (2017) nos han recetado muy buenas canciones instrumentales, y en este álbum le corresponde ese privilegio a la décima pieza del disco, intitulada “Reconquest”, que no se basa tanto en los ingredientes de brutalidad habituales en el grupo, pero que no deja de ser una pieza musical de gran disfrute, sobre todo cuando es capitaneada por la interpretación a las 6 cuerdas de Chris Wiseman (este chico se merece más reconocimiento del que ha recibido a la actualidad) e imbuida de la grandiosidad épica que le brindan las orquestaciones.

Al revisar en el Diccionario de la Real Academia Española la palabra “elegía”, nos encontramos con que la define como “una composición lírica en que se lamenta la muerte de una persona o cualquier otro acontecimiento infortunado”.  ¿A qué viene esta revisión?  Pues para este álbum Shadow Of Intent ha tenido a bien crear una suite de 3 canciones para concluir este tremendo, angustioso y brutal viaje musical, que aparte le da título a esta placa, “Elegy”.  Su primera escena, intitulada “Adapt”, es de 2 minutos y medio y sirve como introducción a este canto melancólico.  Un número sencillito, pero con sentida ejecución musical y vocal, que termina con furia contenida.

Dicha furia se desata en “Devise”, segundo acto de esta macabra y desoladora trilogía de canciones, donde se nos narra el dolor que causa la famosa “ley de la selva” en los conflictos bélicos, cuando el fuerte se impone al débil y destruye de manera inmisericorde todo su legado e inclusive arrasa con su cultura y costumbres.  Curiosamente esta pieza es de las más melódicas del álbum, pero sí, la melodía no es de felicidad sino de terror y caos, llegando a su clímax en otro grandilocuente solo de guitarra.

La suite desoladora pero épica concluye con “Overcome”, que resulta también ser la pieza más larga del álbum (6 minutos de duración), y donde el álbum concluye encerrando la historia en un bucle infinito, con la cual todo simplemente se reduce a seguir ocurriendo para desgracia de los muchos y beneficio de unos pocos.  Desgarra el alma el estribillo que une esta elegía de terror:

“So, we sing ourselves to sleep

When the strong overtake the weak

The cities burn, the bridges bend

Now we lay our heads to rest”

Pasando a aspectos más técnicos, debo aplaudir la producción que ha tenido el álbum, donde, con el hecho de ser un álbum de sonido tan brutal, se ha buscado nunca retar la famosa guerra del volumen sino acomodar bien cada instrumento y que todo sea digerible y perceptible, que vamos, aún los géneros extremos merecen ser tratados con cariño y esmero.  No cabe duda que Chris Wiseman supo rodearse de gente que fueron buenos escuderos en su trabajo de productor, mencionando a Christian Donaldson que se encargó de la mezcla y masterización, y a Carson Slovak y Grant McFarland, que llevaron a cargo la ingeniería de la batería (labor titánica a sabiendas del monstruo que estuvo atrás de las baquetas).

También hay que hacer mención del precioso y muy acorde arte de tapa que ha creado el dibujante sueco Pär Olofsson, que nos retrata un campo de entierro donde los campesinos tienen que abrir espacio en la tierra para los caídos en batalla, ante la mirada de un hombre armado, mientras en el fondo del dibujo se ve una metrópolis víctima de misiles que no pararán hasta llevar más caos y destrucción en su destino fatal.

Más allá de si guste o no este género, creo que Shadow Of Intent deja como muestra inequívoca de la calidad compositiva y de ejecución instrumental en cada uno de sus integrantes a un álbum que a la vez muestra que siguen en un crecimiento avasallador, y estamos hablando apenas de su cuarto disco, por lo cual nos emociona saber que todavía les queda mucha vía por delante, y es que de ellos no solamente habla muy bien su música, sino el hecho de que hayan trabajado con músicos de bandas importantes en este medio del Metalcore (o hasta de Death y Thrash Metal inclusive).  Ahora lo único malo que me queda con este discazo es la incertidumbre de no saber cuándo vendrá su quinto disco (y también de no saber si vendrán a mi Costa Rica).  Pero sea como sea, a sacarle el máximo de jugo a este gran disco, e invitar a todos los amantes de la buena música a darle también con todo, que se lo merece y muchísimo.


Sello: Autoeditado
Lanzamiento: 14 de Enero, 2022
Género: Symphonic Deathcore/Death Metal

SHADOW OF INTENT - Elegy

Shadow Of Intent ha vuelto en este 2022 dispuestos a demostrarles a todos que el Deathcore puede ser hecho con gran elegancia sin perder el poderío del mismo. Y en 13 canciones de calidad incuestionable lo han logrado de nuevo, tal cual en sus 3 álbumes anteriores. Y si a eso le sumamos invitados como Phil Bozeman de Whitechapel o el gran Chuck Billy de Testament, creo que pocos podrían excusarse de dejar pasar este excelente disco si gustan de los géneros extremos del Metal.
9

Producción

9.0/10

Composición

8.7/10

Replay Value

9.0/10

Valoración Personal

9.2/10

Michael Prado

De Costa Rica para el mundo. Fan de la música DE VERDAD, hecha con sentimiento y verdadero amor al arte, sin importar el género, aunque debo admitir que doy amplia preferencia a lo que ha sido creado en Metal, Rock, música Celta, Clásica, soundtracks de Videojuegos, Electrónica y demás. Un abrazo y bendiciones para tod@s.